Un plan de choque efectivo para el empleo juvenil

Juventud_pre-parada_-_Manifestación_15-ODe Samuel Bentolila y Marcel Jansen

El empleo lleva un año creciendo en España. ¿Se han beneficiado de ello los jóvenes en igual medida que el resto de la población? Por desgracia no. Comparando el tercer trimestre de 2014 con un año antes resulta que, mientras que el empleo total ha crecido un 1.6%, entre las personas de 16 a 24 años ha caído un 3.2%. En parte esto refleja una caída del número de entrantes al mercado de trabajo, pero los datos muestran que las tasas de salida del paro de los jóvenes están estancadas. Claramente hace falta un plan de choque efectivo para luchar contra este gravísimo problema. No basta con anunciar grandes planes como la Estrategia de emprendimiento y empleo joven o la Garantía juvenil con bonificaciones a tutiplén. Se trata de poner en práctica medidas que ofrezcan garantías reales, sobre todo a los que más lo necesitan.

Los datos

Más de la mitad de los jóvenes activos están parados, en concreto el 52.4%. Si esta cifra es ya de por sí horrible, hallamos tasas aún mayores desglosándolas por niveles educativos, como se ve en este gráfico:

paro_educacionIncluso entre los jóvenes con mayor vinculación con el mercado de trabajo, los de 20 a 24 años, la tasa de paro es del 61% para quienes solo alcanzaron la educación primaria y del 55% entre los que se graduaron en la educación secundaria obligatoria (ESO). Esto es especialmente relevante si tenemos en cuenta que estos dos grupos suponen la mitad de los parados de 20 a 24 años. No es sorprendente, por tanto, que alrededor de la mitad de los jóvenes parados lleven en ese estado más de un año.

Esta situación está creando un gravísimo problema de jóvenes que ni estudian ni trabajan, ninis, o NEET en inglés (como ya destacamos en este blog, por ejemplo, en 2010, 2011 o hace un año). Los ninis suponían en 2012 la cuarta parte de la población entre 16 y 29 años en España, fracción solo superada en la OCDE por Turquía (OCDE, p. 362). Los ninis no son solo jóvenes que han completado una educación universitaria y están desanimados, como se puede ver en los siguientes gráficos: Slide1Alrededor de un tercio de los jóvenes con educación inferior a la ESO son ninis y también la cuarta parte de los que han alcanzado ese nivel como máximo. Es más, cuando pasan a ser adultos entre 25 y 30 años, la proporción de ninis casi se duplica.

Se está creando toda una generación perdida. (Para muestra, véase esta dolorosa crónica sobre un nini gaditano de 23 años aparecida recientemente en El País.) De hecho, España es el segundo país de la OCDE en que más creció la pobreza relativa juvenil entre 2007 y 2010, periodo en que aumentó en 5 puntos porcentuales (OCDE, p. 113). (Se entiende que una persona vive bajo el umbral de pobreza relativa cuando su renta está por debajo de la mitad de la renta mediana equivalente de los hogares.)

Ayer discutimos sobre estos hechos en un encuentro organizado por la London School of Economics y el Institute for the Study of Labor (para la colección IZA World of Labor) sobre "Cómo abordar el paro de los jóvenes" que tuvo lugar en Cemfi. El debate posterior se centró en las medidas que España debería adoptar para combatir el paro juvenil y, sobre todo, para mejorar la empleabilidad de los ninis. Están disponibles nuestras presentaciones, con un amplio resumen de los datos (aviso: deprimen) y recomendaciones de políticas, de las que nos ocupamos seguidamente.

Las políticas

En primer lugar hay que dejar claro que el problema no es de diagnóstico. El Gobierno reconoce los problemas y su diagnóstico de las causas del paro juvenil coincide en gran medida con la opinión de los expertos. El verdadero problema radica en el diseño de las medidas, que son muchas veces insuficientes o incluso contradictorias.

La dualidad laboral es un claro ejemplo. Se considera que la segmentación del mercado de trabajo es una de las causas más importantes de su mal funcionamiento. Los jóvenes son las principales victimas de esta segmentación, pero casi todas las medidas del actual Gobierno pasan por crear nuevos tipos de contratos, aún más precarios (temporales a tiempo parcial) y sin claro vínculo con la formación, como explicamos por ejemplo aquí.

Y el resto de las medidas para jóvenes consisten esencialmente en estímulos a la contratación. En la actual coyuntura, estas bonificaciones pueden servir para aumentar algo la contratación de aquellos jóvenes que cuentan con una buena preparación, pero estas ayudas son caras y lo que falta son medidas que aumenten la empleabilidad de los jóvenes sin cualificación. Hay contratos para la formación y el aprendizaje que se pueden formalizar con personas de hasta 30 años, pero el número de estos contratos es irrisorio.

¿Cómo resolver este problema? Nosotros pensamos que a los ninis jóvenes hay que incentivarlos a que vuelvan al sistema educativo para completar sus estudios. Y para el resto hay que buscar soluciones a medida. En otros países esta tarea recaería en los servicios públicos de empleo, pero en el caso español dudamos de que sea una buena idea. Estos servicios deberían limitarse a identificar a los jóvenes que no disponen de la mínima cualificación necesaria para encontrar empleo, mientras que para su reinserción se podrían utilizar agencias privadas de colocación. Incluso se podrían crear bonos de formación (vouchers en inglés), de forma que los parados puedan elegir tanto el tipo de formación como el proveedor.

Fondos los hay. En los próximos dos años el Estado recibirá hasta 1.800 millones de euros de la Unión Europea para la implantación de la Garantía juvenil. El objetivo es garantizar que cualquier menor de 25 años reciba una oferta de empleo, educación o formación en un plazo máximo de cuatro meses tras abandonar el sistema educativo o entrar en el paro. En vez de utilizar estos fondos para financiar más bonificaciones –la garantía viene con una nueva bonificación de 300 euros por mes y un máximo de 1.800 euros, que es compatible con las bonificaciones existentes– el Gobierno debería diseñar un plan para la reinserción de los ninis menos cualificados. Además, se debería utilizar la opción de aumentar el límite de edad hasta los 29 años.

Somos plenamiente conscientes de las dificultades existentes para activar a los ninis más alejados del mercado de trabajo y para diseñar soluciones que aumenten sus posibilidades de empleo. Pero no nos podemos permitir confiar en que el mercado lo resuelva todo a través de ajustes salariales. Sin un esfuerzo de todos los implicados, es decir el Gobierno, las empresas, los trabajadores, los interlocutores sociales y los propios jóvenes, muchos de ellos sufrirán los efectos negativos de esta crisis durante toda su vida laboral. Que se puede hacer más es evidente; baste un dato: solo el 4.4% de los casi 700.000 ninis se ha registrado para las ayudas de la Garantía juvenil.
Hay 29 comentarios
  • Un artículo escalofriante. Llama la atención lo poco que mejora la tasa de desempleo de los que jóvenes entre 20-24 con estudios superiores, frente a los que solamente completaron hasta la segunda etapa de la secundaria. ¿Puede ser que nos encontremos ante una doble crisis laboral y educativa, al menos en el nivel superior? Otra cosa que llama la atención es el enorme incremento de quienes ni estudian, ni trabajan. Que no trabajen parece que tiene que estar muy relacionado con la crisis y la alta tasa de paro pero, ¿por qué no estudian? No sé cual será la causa.¿Puede que el esfuerzo económico de estudiar sea más alto, dado que los ingresos de muchas familias han mermado mucho sin que becas o préstamos lo hayan podido remediar? ¿Puede que el rendimiento de la inversión en educación haya disminuido por la crisis? ¿Puede que nuestra educación se esté deteriorando, que estemos en una crisis educativa?

    Un cordial saludo.

  • Creo que siempre que se habla de este tema y se muestran datos para ver lo mal que está el empleo juvenil en España nos olvidamos de diferenciar entre los titulados universitarios con carreras técnicas y los que no. Tengo la sensación (es sólo una intuición) que el paro entre los que tienen carreras técnicas (o F.P. 2º Grado) es menor al resto.
    Este me parece un dato bastante relevante ya que nos podría dar las claves de futuro de nuestro sistema educativo, que me parece está anclado en el pasado y quizás habría que rediseñar carreras, itinerarios y número de plazas ofrecidas en cada carrera.

    • Manning, tienes razón, los graduados jóvenes de FP de 2º grado tienen tasas de paro más bajas que los de bachillerato (había un error en el gráfico, ponía 1ª etapa en vez de 2ª etapa, ¡gracias!). No obstante, la mejora es relativa; entre los trabajadores de 20-24 años la tasa es del 44.7% frente al 47.1%. Y entre los trabajadores de 25-29 años la diferencia se invierte, es del 26.8% para FP y del 21.9% para bachillerato, así que parece ser una ganancia transitoria. No sé cuál es la tasa de paro de los universitarios de carreras técnicas, creo que la EPA no da ese dato, aunque quizá haya alguna otra fuente parcial.

    • Manning, un error típico post-SGM en todas las democracias constitucionales es suponer que si el programa X ha sido bueno para el grupo Y entonces el programa X se puede extender a una población mayor de varias veces Y. En educación esta idea se ha repetido muchas veces pero por suerte pocas se ha implementado. El cuento de las experiencias piloto va en la misma dirección, primero probamos con unos pocos y después con todos. Pero las experiencias piloto se hacen a un costo altísimo para seleccionar a aquellos que seguramente habrían tenido éxito cualquiera hubiera sido el programa.

      Le aclaro que en algunos países latinoamericanos ese problema ya se conocía y discutía abiertamente hacia 1970. Pero igual se ha insistido en expandir supuestas experiencias exitosas porque son fácil de vender y los políticos no se interesan por sus resultados de largo plazo.

  • En el párrafo final se dice que no nos podemos permitir confiar en que el mercado lo resuelva todo a través de ajustes salariales. Pero ni España ni ninguna democracia constitucional puede confiar en que sus gobiernos resuelvan problemas creados por políticas pasadas que no se quieren cambiar radicalmente. Luego de SGM, las políticas económicas han estado primero dirigidas a proteger el empleo de los adultos imponiendo todo tipo de condiciones a los pocos que se han atrevido a formar empresas (salvo cómplices de políticos que sí han podido formar empresas bajo regímenes especiales), segundo a proteger a esos adultos con promesas de que cuando viejos tendrían una agonía tranquila, y tercero a educar a infantes y jóvenes dentro de moldes que los políticos y sus burócratas (incluyendo todo el sistema formal) decidieron en función de sus propios intereses. Lo más grotesco es que el fracaso de esas políticas fue precipitado por el fracaso total del comunismo y la consiguiente inserción en la economía global de un par de miles de millones de adultos, inserción que todavía no se ha completado.

    Si se quiere más producción y empleo, la solución es eliminar barreras. Si se quiere proteger a todos para que cada uno reciba lo que algunos políticos (con sus ejércitos de cómplices y burócratas) deciden, entonces habrá que reforzar las barreras porque las existentes se están cayendo como en su momento cayó el Muro de Berlín.

  • Aunque el tema de la formación sea clave, lo mismo que otras políticas de carácter estructural, se hecha de menos propugnar políticas de estímulo al crecimiento económico, que al final son la verdadera panacea para acabar con el paro y que no son incompatibles con las anteriores.
    Considerar que sólo abaratando el trabajo se demanda más del mismo, es confundir el mercado de trabajo con el de frutas y verduras-además de cometer un claro error de composición

    • Antonio, necesitamos un crecimiento económico mayor para reducir el paro sustancialmente (el juvenil y el total), sobre eso no tengo ninguna duda. Yo he propugnado políticas de estímulo recientemente, en mi entrada anterior. No quiero ni pensar qué pasará si caemos en una tercera recesión tan seguida.

  • Si un mercado no funciona bien, como es el caso del mercado de trabajo juvenil, hay que analizar a si se debe a factores que afectan a la demanda o factores de achacables a la oferta. En mi opinión, el problema del desempleo juvenil en 2014 es más achacable a factores de oferta. Es decir, la calidad de los nuevos trabajadores que se incorporan al mercado laboral es mala. Las empresas necesitan contratar, y cuanto más buenos, bonitos y baratos sean los empleados, mejor. Es evidente que si están contratando caro (los más cualificados y con mayor experiencia) es porque no creen que baratos sean suficientemente buenos.

    Dejo un post que escribí hace un año:

  • Para cuando un ''Un plan de choque efectivo para el empleo de mayores de 45 años'', porque esto si que es un problema gordo que evitan desde las administraciones. Al menos los jóvenes pueden hacer las maletas y establecerse donde quieran...

    • Luis, en efecto, los mayores de 45 años también deberían ser objeto de políticas activas específicas, pues su reinserción en el mercado de trabajo es desgraciadamente muy difícil.

  • Por cierto, la medida de retrasar el periodo de jubilación, cada vez mas tarde, ¿beneficia a la incorporación de los jóvenes en el mercado laboral? Para mí, es obvio que no, los jóvenes deben ocupar los puestos de los que se jubilen y cuanto antes mejor...es mi opinión

    • Hola Luis,

      No nos olvidemos de los mayores, pero ayer era un día dedicado al paro juvenil. En este blog hemos sido de los primeros en avisar sobre el problema de paro de larga duración y uno de los grupos más castigados son los "mayores" de 45. Es conveniente separar los distintos colectivos con problemas porque lo que funciona por un grupo no tiene porque funcionar para otros grupos.

      En el caso de los mayores hay que intentar utilizar su experiencia laboral previa para recolocarlos en actividades similares. Aquí se está haciendo muy poco al respecto.

      Al contrario, en mi país de origen (Holanda), los servicios públicos tejieron una red de oficinas de movilidad por todo el país para ayudar a los mayores cuyas empresas tenían dificultades. En cada oficina había representantes de las empresas locales, los servicios públicos, agencias de colocación y centros de formación. Suena como ciencia ficción? No. Solo requiere una administración pro-activa y no tan pasiva como la española.

      Además Holanda también introdujo la garantía juvenil en 2009!

    • Luis, en eso no estoy de acuerdo. Pensar que la jubilación de los mayores facilita la entrada en el mercado de los jóvenes es un error. Los economistas llamamos a eso la "falacia de la cantidad fija de trabajo", puedes ver una explicación detallada aquí. Las políticas de jubilación anticipada con ese fin se probaron en los años 80 del siglo pasado y no consiguieron nada, son una receta fracasada.

        • José Pablo, esto no me extraña. Las propuestas económicas de Podemos no revelan un gran conocimiento de economía y su puesta en práctica sería a mi juicio muy negativa.

      • Depende por donde se mire, yo no voy por donde predica PODEMOS, pero yo trabajo en una multinacional de la industria química que, cuando se jubila un trabajador, ahora mismo a los 65 años, unos meses antes de que eso ocurra ya se contrata generalmente a jóvenes para ocupar la plaza que dejará el trabajador jubilado.
        Tanto como decir que es una falacia, a veces será que sí pero otras será que no. Desde luego las políticas de prejubilaciones a los 50 y poco en banca y grandes corporaciones no es que fuera un fracaso, es que fue una estafa consentida al directamente, parte de esto lo pagábamos entre todos.
        Lo grave es que gente con 30 o mas años solo han hecho trabajos esporádicos y vivan de ''papa''.
        Otra cosa será si lo que nos pagamos llegará o no a cubrir las pensiones, pero creo que lo primero se trata de que la gente pueda trabajar y poder comer todos los días.

  • Pocas personas hay en España con mejor conocimiento del mercado de trabajo que el profesor Bentolila así que, salvo felicitarle por el artículo, no voy a criticar sus propuestas con las que, "ceteris-paribus", estoy de acuerdo.

    Lo que si quiero decir es que el problema lo tenemos en el ceteris-paribus. Con este "ceteris-paribus" no hay forma de crear más empleo real porque ya estamos a reventar de empleo improductivo y ficticio.
    Lo que se echa en falta es un "ceteris-paribus" diferente.
    Uno que cuestione las decisiones políticas que han expulsado el trabajo de verdad de España hasta traernos aquí.
    Uno que explicase que hay trabajos que crean riqueza y otros que la destruyen y que si financiamos los segundos a base de globos financieros terminamos expulsando a los primeros.

    Habría que ser conscientes de que en España --y en casi ningún país de Occidente salvo los pocos grandes Exportadores-- se puede poner una fábrica de nada porque te la vas a comer con patatas en cuanto te firmen el siguiente tratado de libre comercio o metan otra Ucrania low-cost. Por eso no se ponen.

    En estas condiciones tendrás que poner otra peluquería, otra franquicia global, otra asesoría en amistades presupuestarias o estudiar en serio en qué Zona Económica Especial del Mundo te conviene invertir. Aquí está claro que, salvo para pelotazos, no se debe .

    Además la España Autonómica --con sus cien mil páginas de reglamentación y fragmentación-- ha matado el mercado interior para los pequeños con aspiraciones.
    Si el "ceteris paribus" es inamovible, emigren. Movilidad tenemos.

    Saludos

  • Samuel,

    una pregunta metodológica ¿Qué significa la tasa de paro para jóvenes entre 19 y 24 años con formación superior?. Las personas con formación superior ¿no se están formando entre los 19 y los 24 años?.

    Respecto a las políticas para limitar el paro juvenil, ¿no es el crecimiento de la economía la única receta viable a largo plazo?. Parece claro que en una economía con poco crecimiento y con significativa protección de los trabajadores ya empleados son los "nuevos" quienes quedarán al margen.

    En ese sentido, las políticas más efectivas no serían diferentes de las necesarias para crecer (si es que los economistas macro son capaces de llegar a un consenso razonable sobre cuales son).

    Por otro lado, parece imposible hacer suficiente hincapié en la necesidad de formarse. Debería haber campañas públicas dejando claro que si no pasas de la enseñanza primaria tus posibilidades de estar en paro duplican las que tendrías completando una enseñanza superior (por no hablar de la "granularidad" entre enseñanzas superiores, por ejemplo si eres doctor en Ciencias Políticas es posible que tu único empleo viable sea presidente del gobierno)

    • Jose-Pablo,

      No podría estar más de acuerdo. Tanto la necesidad de intensificar nuestros esfuerzos para reducir el abandono escolar temprano (¡24% en España y 12% de media en la EU-28!) como la necesidad de políticas que fomentan el crecimiento, tanto en España como en Europa, son puntos claves en mi presentación durante la conferencia.

      La garantía juvenil no va a crear (mucho) empleo neto. Además, sabemos que las bonificaciones no suelen mejorar la empleabilidad de los trabajadores. Por esta razón pensamos que la mayor parte de los fondos deberían ir a políticas que sí pueden mejorar la empleabilidad de los jóvenes y en particular de aquellos que no tienen educación secundaria post-obligatoria. Y para el futuro hacen falta políticas preventivas para reducir el abandono escolar temprano. De hecho, yo soy partidario de aumentar la educación escolar gradualmente hasta los 18, como hicieron recientemente el Reino Unido y Holanda, pero antes habrá que aumentar la diversidad de la oferta educativa para los adolescentes.

      • Marcel,

        no sé si es aumentar o es modificar la diversidad de la oferta educativa. Un debate interesante (y espinoso) es si el papel de la educación (sobre todo superior) es "formar espíritus libres" o "formar para el mercado de trabajo".

        No sé si conoces estadísticas pero, de evidencia anecdótica, parece que hay formaciones que son mucho más "escuela de parados" que otras. Pero no parece que sea esa capacidad de dotar de empleabilidad a los jóvenes el factor que define la oferta relativa de las formaciones.

        ¿En qué medida tenemos jóvenes con enseñanza superior parados porque les formamos en enseñanzas superiores de las que el mercado de trabajo tiene necesidades muy limitadas?

    • José Pablo, como verás en el primer gráfico de la entrada, en el grupo de edad de 16 a 19 no hay columna azul, porque a esa edad no es factible haber acabado la educación terciaria. Un crecimiento alto es imprescindible para reducir el paro juvenil actual, no cabe duda; pero como puedes ver en la presentación enlazada en la entrada (que está aquí), en el sexto gráfico, incluso con crecimientos económicos muy altos entre 1996 y 2007 la tasa de paro juvenil osciló entre el 40% y el 20%. Hay un componente estructural muy alto, que no se arregla solo con tasas de crecimiento elevadas.

      • Samuel,

        lo que me sorprendía es que sí hubiera columna roja en la columna de la derecha de educación superior. Si la columna roja es el paro de jóvenes de 19-24 años con enseñanza superior ¿no se adquiere la formación superior justo en esos años? ¿me he perdido algo?

        • José Pablo, no, la columna roja es la tasa de paro de jóvenes de 20 a 24 años con enseñanza superior. Dado que se puede terminar un grado con 21 años, hay 4 años en que se puede estar parado.

          • Eso es quizás, Samuel, un insight interesante sobre la salida laboral que proporciona una formación de grado de 3 años.

            • También me llama la atención que la segunda etapa de formación secundaria profesional no proporcione en el segmento de 20 a 24 años más empleabilidad que la formación secundaria general.

              ¿No se supone la formación secundaria profesional orientada, precisamente, al mercado de trabajo? (vs la general orientada a la formación superior, y, por tanto, "poco empleable" sin esta última). Es un tema agradecido "darle" a nuestro diseño de formación profesional pero los datos parecen invitar a eso ...

  • Cuando se mira la tasa de paro juvenil con respecto a la tasa de paro del conjunto de la población es aproximadamente del doble, tanto cuando hay expansión como cuando hay crisis, tanto en España como en países con situaciones económicas y políticas de empleo muy diferentes. Por tanto, parece que las políticas q abordan el tema juvenil no son muy exitosas, y q lo mejor es luchar simplemente contra bajar el paro en su conjunto, ¿no le parece?

    • José, en efecto, ese cociente de tasas es bastante estable, aunque ha ido subiendo tendencialmente desde 2.0 en 2000 a 2.3 en 2013 (lo muestro en la 7ª diapositiva de la presentación enlazada). Luego el objetivo de primer orden es bajar la tasa de paro media. Sin embargo, pienso que el nivel también importa. Cuando más de la mitad de los jóvenes activos están parados se pueden desencadenar unos efectos permanentes sobre una fracción muy alta de los jóvenes a lo largo de toda su vida laboral (se suelen llamar 'efectos de cicatriz', porque no se borran nunca), por desvinculación del mercado en un periodo crucial. Esto podría llevar a elevar nuestra tasa media de paro estructural. Por eso pienso que llevar a cabo algunas políticas activas específicas para jóvenes puede ser importante, complementado con otras políticas más generales.

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