Colegios Profesionales, Barreras de Entrada (y Taxis).

Está sobre la mesa un anteproyecto de ley nacional sobre colegios profesionales que ha generado bastante controversia. El anteproyecto, según su exposición de motivos

“…busca el equilibrio entre, por una parte, las restricciones precisas para garantizar la confianza indispensable de los destinatarios de los servicios profesionales en la calidad de lo que reciben, así como su protección y seguridad y, por otra, las libertades necesarias par a favorecer el desarrollo de la actividad.”

En particular, entre otras medidas y respecto a la legislación anterior, el anteproyecto limita la obligatoriedad de colegiarse a un número más reducido de profesiones determinadas a nivel nacional, reduce las incompatibilidades de las distintas profesiones, establece cuotas de colegiación máximas y fomenta la existencia de un mercado único nacional. Es decir, el anteproyecto pone el énfasis en reducir las barreras de entrada y fomentar la competencia.

No voy a entrar al detalle del anteproyecto. Ni soy especialista, ni lo conozco a fondo. Seguro que tiene aspectos discutibles o mejorables que desconozco. A nivel general, se ha criticado que el gobierno no haya buscado el consenso en la redacción de la ley (por ejemplo aquí). Y sin embargo, cuando me puse a escribir esta entrada me di cuenta de que hay consenso casi generalizado. Haced la prueba, buscad en vuestro buscador favorito noticias sobre el anteproyecto de ley y entre ellas encontrareis comunicados en las páginas web de buena parte de los colegios profesionales. ¡El consenso es absoluto! los colegios profesionales existentes están unánimemente en contra del anteproyecto.

Mi opinión personal es que esto no es necesariamente una mala señal. Cada colegio profesional tiene características y necesidades distintas. En general, parecería difícil ponerlos unánimemente de acuerdo sobre ningún tema. Prácticamente, el único elemento común a todos ellos es que generan barreras de entrada (sobre colegios profesionales y barreras de entrada ya hablo Gerard, y muy bien, en esta entrada). Si conseguimos el consenso de todos los colegios profesionales, lo más probable es que sea porque el anteproyecto está tocando justamente ese elemento común que son las barreras de entrada.

Mientras tanto, en una galaxia muy cercana, la Comunidad Valenciana, se introdujo en 2002 un reglamento de los colegios profesionales. El reglamento, presentaba algunas innovaciones respecto a la ley nacional. En particular, en su Artículo 3 determina que profesiones son susceptibles de tener un colegio profesional…

“Son profesiones colegiadas, aquellas en las que por concurrir razones de interés público, justifican la creación de un colegio profesional que limite el ejercicio libre de la profesión, y en particular, las que requieren para su ejercicio estar en posesión de estudios universitarios que habiliten para el ejercicio de una concreta profesión, ratificados por el oportuno título, certificado, diploma o licencia.”

…hasta aquí, todo (más o menos) normal. El artículo prosigue…

“También podrán ser profesiones colegiadas aquellas cuya actividad profesional haya sido sometida por el legislador a intervención administrativa y gozan de reserva respecto del ejercicio de determinadas actividades, requiriéndose una capacitación oficial o titulación administrativa expresa para ser ejercidas.”

Esta es una innovación del reglamento Valenciano respecto a las leyes preexistentes. Los colegios profesionales dejan de estar necesariamente asociados a profesiones que requieren titulación universitaria y se extienden la posibilidad de abrirlos a cualquier actividad que precise de una licencia administrativa (que en España van camino de ser todas). Esta innovación, no ha tenido relevancia durante varios años. Sin embargo, hace poco este aspecto del reglamento ha sido utilizado para solicitar la aprobación del colegio profesional del taxi (¡!). En caso de ser aprobado, el colegio profesional del taxi podrá dictar normas con carácter de reglamento de ente coroporativo a sus colegiados. Esto supone más poder que las asociaciones de taxistas existentes. Aunque la colegiación, en principio, no sería obligatoria, tampoco sería muy difícil para el colegio hacerla muy ventajosa.

Así que ya sabéis, la Comunidad Valenciana va camino de entrar en la vanguardia innovadora sobre barreras de entrada. Ya os podéis imaginar la influencia que tendría la aprobación del futuro colegio profesional del taxi sobre la competencia y la adopción de nuevas tecnologías como Uber.

Por cierto que sobre Uber, Jesús ya dejo por aquí “una nota breve” que creo que daba en el clavo. Solo un apunte personal. En Londres, el sector del Taxi hace tiempo que esta desregulado, o mejor dicho, adecuadamente regulado. Los famosos black cabs, son los únicos autorizados a captar clientes directamente en la calle. Sin embargo, en las reservas telefónicas y por internet, comparten negocio con grandes empresas privadas como Addison Lee o Green Tomato Cars y con pequeños operadores (los también famosos minicabs). Todos ellos pagan impuestos, están correctamente identificados y suministran información sobre cada uno de sus viajes a la administración. La competencia es intensa, y no solo en precios, sino también en calidad. Por ejemplo, todos los Addison Lee son monovolúmenes amplios y nuevos y los Green Tomato ya eran todos híbridos cuando aún era una rareza verlos.

Partiendo de un sector donde la competencia ya era razonable, la entrada de Uber solo ha mejorado las cosas. Las grandes empresas han tenido que ponerse las pilas porque su baza más importante, la reputación y la calidad del servicio, también la tienen ahora los pequeños operadores por la vía de las recomendaciones y las reseñas. Los black cabs lanzaron su propia plataforma Hailo para no quedarse atrás y ahora la están exportando al resto del mundo (incluyendo Barcelona). Por supuesto que la entrada de Uber no será neutral. Los consumidores están encantados y los pequeños operadores que den un servicio de más calidad se verán beneficiados. Sin embargo, tener la casa en orden ha facilitado mucho la transición y todos los operadores se han adaptado rápidamente al nuevo entorno competitivo. No ha habido grandes protestas (salvo una en Junio sobre un detalle legal respecto a la tarificación de Uber) y la vida sigue.

Hay 8 comentarios
  • Coincido con la visión del artículo. Está claro que el mayor problema en la reforma de los colegios profesionales es el de las barreras a la entrada. En un país con un 24,47% de paro no nos podemos permitir excesivas barreras a la entrada. A una generación entera ya nos ha perjudicado mucho, no podemos seguir así. ¿La entrada de más profesionales debe suponer un excesivo perjuicio para los que ya están dentro? Podría suponer una reducción de precios y el reparto de la demanda, pero podría aumentar el empleo en España sin grandes reducciones de la productividad, lo que incrementaría la demanda de todo tipo de servicios. Y, por otro lado, ¿existe algún colegio profesional que no tenga alguna reivindicación histórica de lo que considera injusto hacia su profesión, y en muchos casos ineficiente? En algunos casos tienen razón. La fosilización de la regulación de los colegios sólo conduce a injusticias, el problema es que muchas veces al resolver una injusticia hacia un colegio se acaba con el privilegio de otro que se revolverá contra la medida. Sería buena medida afrontar todas las reformas a la vez para satisfacer a cada uno en lo que tenga razón. Y una cuestión muy importante es que Uber, en el ámbito de una actividad para la que se exige licencia, nos ha recordado que existen tanto el extranjero como las nuevas tecnologías. La adaptación de los colegios a esas dos realidades es una tarea esencial.

    Un cordial saludo.

  • No sé si se ha comentado o se comenta en algunos de los enlaces, pero los Colegios Profesionales acarrean bastantes problemas.

    Por un lado, son una garantía, evitan la devaluación de tarifas y bla bla bla.

    Pero por otro lado, se trata de una actividad privada que monopoliza el resultado profesional de unas capacitaciones que son estatales y que acaban conviertiéndose en asociaciones que no hace sino premiar a aquellos bien asentados en el Colegio, y con poder dentro de él. Todo ello en detrimento de los nuevos profesionales que quieren acceder al mercado. Sólo aquellos con una buena cartera de clientes (herencias o muchos años de profesión) se benefician. Para el resto, aunque estés colegiado, son todo barreras.

  • Como opinión personal de un profesional colegiado de una carrera técnica (aunque nunca he utilizado sus servicios al no necesitarlo para mi trabajo) e hijo de otro (en otro colegio diferente aunque con servicios acotados al ámbito provincial, necesitando colegiarse en cada una de las provincias en las que se tuviera actividad) considero que no son necesarios (entiendo lo paradójico que puede resultar el que esté colegiado).
    La colegiación tenía sentido en profesiones técnicas (arquitectos o ingenieros que son el caso que conozco) cuando fijaban honorarios por ejecución de proyectos. Una vez que se liberalizo el hecho de un visado técnico (de facto solo comprobar que el proyecto contiene los epígrafes más importantes) que es la fuente principal de ingresos junto con las cuotas da igual que te lo dé el colegio profesional correspondiente o cualquier otra entidad que puede que cobre menos o la autocertificación por el profesional amparado por su título.
    Todo esto además completado por el hecho de títulos con competencias parciales o solapadas. O el pobre trabajo de defensa de los intereses del titulado colegiado que en numerosas ocasiones se realiza (o en mi caso que percibo).
    En cuanto a la creación del colegio profesional de taxistas me parece normal ya que en este país han venido teniendo más tacto (en comparación con los colegiados) por la pereza de la Hacienda Pública al cobrar bien y pronto los impuestos por esa actividad, en lugar de ir haciendo una transición a otro modelo más liberalizado.

  • Barreras de entrada? A quién y donde? El hecho de estar colegiado siendo sólo un número no garantiza el acceso a nada, ni a tu defensa, más aún cuando ciertas instituciones colegiales representan precisamente esas prácticas ya conocidas de nutrirse de privilegios en cuanto a servir a la Administración se trata. Me refiero al tema de las incompatibilidades. Parece ser que si los colegios tomaran la iniciativa en desmontar ciertas corruptelas, entonces sí estarían causando falso favor al colectivo, porque? Por destaparse ellos mismos? Por miedo a retratarse como instituciones inútiles? Prefieren que nos liemos a tortazos entre los colegiados antes de actuar sobre las manzanas podridas. Asi mas vale què sigan manteniendo su estatus, de lo contrario están condenados a desaparecer.

  • Como presidente de la comisión gestora del colegio profesional de taxistas, os aseguro, que el único interés que nos mueve, es poder realizar aquellas funciones donde la administración ya no llega. Cayendo incluso en Prevaricacion por dejación de funciones.
    Inspección, sanción, visado de autorizaciones, trabajar con un código deontologico del que carece la profesión. Profesión declarada legalmente de interés público.
    Acabar con la competencia desleal propia del sector y sobretodo, dotar de un sistema efectivo al usuario para ejercer su derecho a reclamar...
    Por supuesto que evitaremos la entrada de servicios como el que pretende Uber.
    Pero esté usted tranquilo, pues la capacidad o facultad de imponer las tarifas, ni las solicitamos ni las hemos tenido jamás. Las tarifas dependen entre otras instituciones, de la aprobación del consejo valenciano de consumidores.
    De quien depende las tarifas de uber?
    Su salud, la escuela de sus hijos y la creación y mantenimiento de infraestructuras, entre otras cosas, dependen de los impuestos que todos pagamos religiosamente a hacienda.
    Que impuestos paga uber?
    Por el beneficio de los dirigentes, no se preocupe, cargos gratuitos y artículo bloqueado.
    Y en referencia a las asociaciones, son grandes especialistas en defender intereses propios, pero olvidarse de los intereses del sector.

  • Este tema se viene sacando desde hace mucho tiempo, pero al final nunca se hace nada. En el último informe sobre España del Banco Central Europeo y la Comisión Europea de la misión de vigilancia a España se queja del retraso de la Ley de Servicios Profesionales, que ni siquiera ha sido enviada al Parlamento:

    http://www.ecb.europa.eu/press/pr/date/2014/html/pr141013_1.en.html

    Progress on structural reforms

    The implementation of structural reforms has progressed further over the last six months, although unevenly across policy areas. Recently adopted new initiatives include a revision of the corporate insolvency framework to facilitate corporate debt restructuring and the easing of licencing requirements in retail. [...]. At the same time, there are no further reforms in the pipeline to address the high degree of labour market duality. A draft tax reform is currently in Parliament. The reform, which is centred on cuts in personal and corporate income taxes, is a first step towards a comprehensive simplification of the tax system but it may complicate the achievement of the budgetary targets going ahead. The independent fiscal institution, AIReF, has started operation, albeit belatedly. Other flagship measures have suffered delays, such as the parliamentary approval of the de-indexation law and, most prominently, the law on professional services and associations, which so far has not even been submitted to Parliament.

  • Coincido en que cada profesión es un mundo, por lo que los colegios se desenvuelven entre realidades diferentes. Podéis encontrar alguna similitud entre el colegio de decoradores y el de habilitados estatales de administración local. Los primeros suelen desarrollar su profesión en el ámbito privado, los segundos son funcionarios. Difícil cuestión la de unificar la legislación, excepto que sea muy genérica y delegue la potestad reglamentaria en los colegios.

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