Los horarios españoles (otra vez)

Por Libertad González y Daniel S. Hamermesh (Royal Holloway University of London and University of Texas at Austin)

Hace un par de semanas, el New York Times dedicó un artículo a hablar de los horarios en España. Se presentaba la situación actual como una de jornadas laborales partidas generalizadas, con una pausa larga al mediodía (de 2 a 4, comida y siesta), trabajo hasta bien entrada la tarde, cena a las 10, y tele hasta la 1.

A continuación se hablaba de propuestas recientes de cambio, incluyendo modificar los horarios de trabajo hacia una jornada continua de 8 o 9 a 5, con una hora o menos para comer, además de adelantar el horario del “prime-time” en la tele, y atrasar los relojes una hora, para alinearlos con Portugal y Reino Unido y acercarlos a la hora solar.

Como ventajas de estos cambios, se mencionaban mejoras potenciales en la productividad, una mejor sincronización en los horarios con el resto de Europa, y beneficios para la vida familiar, en particular para las mujeres trabajadoras.

En este post queríamos, primero, evaluar en qué medida la descripción del NYT se corresponde con la realidad actual en España, y en segundo lugar, pensar sobre los posibles efectos de los cambios sugeridos.

En realidad, se puede separar la discusión en dos temas diferenciados aunque relacionados: la zona horaria, y la distribución de actividades a lo largo del día (los horarios laborales, de comidas y de sueño).

A Dan le interesa especialmente el tema de la zona horaria. Si es cierto que España está considerando cambiar el huso horario al del Reino Unido, Irlanda y Portugal, esto representaría una vuelta a la situación previa a la Guerra Civil. ¿Es una buena idea?

La zona horaria importa. Como Dan demostró en su artículo en el Journal of Labor Economics (2008), los husos horarios proporcionan una forma de reducir los costes de coordinar la actividad. Y afectan al comportamiento de las personas: a cuándo trabajan, cuándo duermen, e incluso cuándo ven la televisión.

El deseo de coordinar es lo que hizo que China combinara cinco zonas horarias en una sola tras la creación de la República Popular; y el deseo de aislar al país podría explicar el que Hugo Chávez impusiera en Venezuela una zona horaria única, con 30 minutos de diferencia respecto a todos sus vecinos. La pregunta para España, entonces, es: ¿con qué países quiere coordinar sus actividades económicas?

Esta es una pregunta difícil de responder, pero la respuesta debería depender tanto de los patrones actuales de comercio y movilidad laboral, como de los patrones futuros deseados. ¿Se ve España a sí misma como en la esfera del Reino Unido y Portugal, o con Francia, Alemania e Italia? No sabemos la respuesta, pero estas son consideraciones que deberían tenerse en cuenta a la hora de tomar la decisión de mantener la zona horaria actual o atrasar los relojes una hora de manera permanente.

A Libertad le interesa más el tema de la distribución de actividades a lo largo del día. Cuando va de visita a su pueblo sevillano, al volver a Barcelona su marido (que no es español) siempre se queja del “jet-lag” acumulado. En casa de los padres de Libertad, se come a las 3:30 y se cena a las 10:30. Y se duerme siesta.

Para poder generalizar, acudimos a los datos. La Encuesta de Empleo del Tiempo de 2009-2010 nos permite describir la distribución media de actividades a lo largo del día en España. La figura 1 muestra el porcentaje de personas que, al principio de cada hora, se encuentra realizando una actividad. El primer panel se refiere a actividades de “cuidado personal”, lo que incluye sueño, comidas, y otros cuidados personales. El segundo se refiere a la actividad laboral (e incluye sólo a personas ocupadas, y días de lunes a jueves).

Figura 1. Porcentaje de personas al comienzo de cada hora cuya actividad principal es:
Primer panel: “Cuidados personales” (sueño, comida y bebida, u otros)
Segundo panel: Trabajo (sólo ocupados; lunes a jueves)
Figuras_Marzo2014
Fuente: INE, Encuesta de Empleo del Tiempo 2009-2010.

La actividad laboral parece comenzar para la mayoría de las personas entre las 8 y las 9 de la mañana. A las 11, el 70% de ocupados se encuentra trabajando, en un primer pico de actividad. Llama la atención la caída en la actividad (y el pico en “cuidados personales”) a las 2-3 del mediodía, lo que confirma que esta es la hora más común de la comida. Se muestra también claramente la incidencia de la jornada partida, ya que tras la pausa de la comida, un segundo pico de trabajo aparece a las 5 (segundo panel). Un 28% de ocupados aún está trabajando a las 7 de la tarde, y un 18% termina después de las 8.

Por tanto, la percepción de horarios de trabajo largos con descanso de dos horas al mediodía parece corresponderse con la realidad, al menos para una parte de la población. Según la Encuesta de Coyuntura Laboral, en 2012 el 45% de las empresas en España tenía un horario de jornada partida, a la baja comparado con el 56% de 2007, pero aún muy común.

Y al final del día, la gran mayoría se va a dormir pasadas las 11 de la noche (primer panel), con un 25% aún despierto a medianoche, y casi un 10% que se va a la cama pasada la 1 de la madrugada. Según la Encuesta Nacional de Salud de 2011, el adulto medio en España duerme unas 7 horas por noche (del tema de las horas de sueño ya habló Antonio Cabrales aquí).

Es informativo comparar la figura 1 con su equivalente en otros países. La figura 2 se refiere a EEUU (en 2006-2007), con los datos de España en la línea de puntos para facilitar la comparación. La jornada laboral parece comenzar un poco antes en EEUU, donde más de la mitad de la gente empieza a trabajar antes de las 8. El primer pico de actividad se alcanza, igual que en España, sobre las 11 de la mañana, pero en EEUU la pausa del almuerzo es breve y en torno a las 12 del mediodía. El segundo pico de actividad se observa a las 2 (en vez de a las 5). A las 5 de la tarde, aproximadamente el 45% de los ocupados está aún trabajando, en ambos países. Sin embargo, es más común seguir en el trabajo entre las 5 y las 9 en España que en EEUU. Por ejemplo, a las 7 de la tarde el 19.5% de los trabajadores están en su puesto en EEUU, comparando con el 28.1% en España. Es decir, algo sí hay de cierto en la percepción de que la jornada laboral española tiende a ser más larga que en otros países, en parte debido a una pausa más prolongada al mediodía, aunque también debido a que se entra más tarde por la mañana.

Figura 2. Porcentaje de ocupados que se encontraban al comienzo de cada hora, EEUU (España en la línea de puntos)
Fig_2
Fuente: American Time Use Survey 2006-2007 (Encuesta de Empleo del Tiempo 2009-2010 para España).

¿Qué podemos decir sobre los posibles efectos de retrasar los relojes una hora e instaurar la jornada continua? El tema de los efectos potenciales sobre productividad es complicado y merecería un estudio más cuidadoso, nos parece difícil aventurar una predicción. Sí que pronosticaríamos efectos positivos de eficiencia derivados de la mejor sincronización en los horarios con el resto de Europa. Como también parece evidente que una mejor sincronización entre el horario laboral y el escolar tendría efectos positivos sobre el tiempo que los padres y madres trabajadores pasan con sus hijos, y podría favorecer el empleo a tiempo completo de mujeres con hijos, actualmente muy difícil (un tema del que ya habló Libertad aquí).

Terminamos resaltando la importancia de la coordinación temporal para la actividad económica. La sincronización puede ser productiva debido a complementariedades tanto en la producción como en el consumo de bienes y servicios. Las reformas mencionadas podrían afectar a la coordinación de la actividad nacional con la de países vecinos, pero también a la del tiempo de ocio familiar. Ambos efectos son potencialmente importantes, y podrían afectar de manera significativa a las condiciones de vida en España.

Addendum: Gracias a María Inés Berniell por los gráficos siguientes, que comparan el porcentaje de personas trabajando a lo largo del día en España y otros países europeos. Fuente: HETUS (Harmonised European Time Use Surveys).

Spain_Italy_Germany
Spain_UK

Hay 45 comentarios
  • Por mi experiencia laboral observo que el problema, más que de retrasar la hora o de no tener jornada continua es de cultura en la organizaciones. Es el "presencialismo", se trata de que todavía en España el que más horas está en el trabajo es el que más trabaja. Los jefes fomentan salir lo más tarde posible aunque no haya carga de trabajo. ¿Cuál es el resultado de todo esto?. Está claro, no hay incentivos a ser productivo. ¿Quién va a dedicar un esfuerzo en hacer más eficiente un proceso o en aprender una aplicación microinformática si no comparte las ganancias de los ahorros de tiempo y se va a tener que seguir quedando hasta las 9 de la noche trabajando?. Además, como la gente sabe que sale tarde, “rasca” horario llegando tarde por la mañana y con largas sobremesas ( gimnasios, etc…)

    • Hola "Escéptico", estoy de acuerdo contigo en que esto de la cultura del "presencialismo" es un problema. Lo que no me queda tan claro es qué se puede hacer para combatirlo, si ya se ha repetido en los medios hasta la saciedad y todos los sabemos. Siempre volvemos a lo difícil que es cambiar la "cultura" o las "normas sociales". Y tampoco es cuestión de que se prohíba por ley trabajar más tarde de las 6.

      • El presencialismo viene potenciado porque la hora de salida es de 18:00 a 19:00 y la de cena empieza a las 21:00, así que no puedes decir "me voy que me espera la parienta y los niños a cenar". Con un horario intensivo, un buen desayuno, un tentenpié a media mañana de media hora, una cena fuerte y familiar a las 18:30 y un tentenpie antes de acostarse para ir con el estómago ligero a la cama tendríamos todo lo bueno junto.

        • Estoy de acuerdo. La cuestión es cómo pasar de un modelo a otro. Yo en mi casa ya lo intento hacer (bueno, cena a las 7:30), pero porque tengo la suerte de tener un trabajo con horario flexible y no tanto (aunque algo) de "presencialismo".

          • Hola.

            El presencialismo, que tiene mucho que ver con un cierto tipo de cultura empresarial llamada afiliativa se puede paliar con medidas como:

            Definición clara de responsabilidades y funciones en cada puesto de trabajo.
            Establecimiento de objetivos concretos y medibles para cada función.

            De esta manera, muy sucintamente descrita, se establece una relación más "objetiva" entre el trabajador y su jefe/empresa y queda menos espacio para la arbitrariedad en la evaluación del trabajo.

            Pero, claro, el tamaño (muy muy pequeño) de la empresa media española dificulta mucho lo anterior. Por eso, la concentración de la empresa (pequeña) española es clave.

            Es un problema de la calidad de nuestro tejido productivo y la poca cultura cooperativa (que favorece la concentración) de nuestras empresas.

            No hace muchos años un conocidísimo periodista, aún en activo y en cadena muy principal, hablando de la política a seguir en la empresa de la que, entonces, era Director General dijo, refiriéndose a la empresa:

            "...porque en MI CASA..."

            Espíritu feudal, ni más, ni menos....

          • Los nuevos gráficos son muy interesantes. Se da la ¿casualidad? de que el país más productivo empieza a trabajar antes y termina antes , el que menos lo contrario...
            Por otro lado, se me ocurra una manera de colaborar para cambiar la cultura del "presencialismo". Juntaros un buen grupo de economistas, haced un buen trabajo científico sobre el tema, sacad las conclusiones que todos esperamos y enviad copias a prensa (nacional y extranjera), a los consejeros del IBEX, a gobiernos estatales y de comunidades autónomas, etc... Si os animáis yo mismo pago las copias!!

        • Hola.

          ¡Hombre! Estás hablando de estilos de vida que afectan a la libertad más íntima de las personas. Y a mí me gustan los horarios que propones.

          Pero jamás diría que son mejores o peores. Más productivos, quizás pero hay gente (mucha) a la que no le importa compensar esa menor productividad con jorndas más largas.

          Mis colegas suecos, cuando venían a España expatriados, se "adaptaban" rápidamente a nuestro "way of life", casi todos pedían el destino definitivo y volvían a Suecia a ver a su madre una vez al año (si acaso).

          Por otra parte, y si me permitís acabar con un comentario "en broma":

          "La paz del hogar, el cuidado de los niños y la vida familiar son inventos femeninos. El hombre lo que quiere es conquistar Albania".

          • ataun, poco de acuerdo contigo en que el presencialismo tenga que ver con el tamaño de la empresa. Trabajo en una multinacional española (más de 100,000 trabajadores por todo el mundo) y lo sufro en primera persona...

            por otro lado, !!¿quién dijo que la conquista de Albania se tenga que hacer en la oficina todos los días hasta las 9 de la noche?¡¡¡

            • No, con la cultura de la empresa. Y en tu caso empresa grande pero española, con cultura afiliativa. Con carencias en procesos, funciones y objetivos claramente definidos y cultura de bajo "empowerment". Decisiones muy centralizadas y poco margen de autonomía.

              Lo del tamaño, igual que lo de Albania, va por otro lado.

              Pero me he debido explicar fatal para que tu me entiendas tan mal.

            • Lo que digo es que la empresa pequeña, más aún la muy pequeña, dificulta una adecuada organización interna.

              No digo nada más. Tú haces una inferencia lógica falsa, a partir de mi planteamiento.

              Tu lógica,

              Si A implica X
              No A implica no X

              es falsa.

  • Hola Libertad, me alegro de que incidas en este tema - creo que es importante. Pero además creo que es importante que diferenciemos las dos medidas, tienen cierta relación pero creo que no se pueden mezclar como si fueran un "pack", que o se implementan juntas o no se implementan.
    La primera medida, la de la sincronización de horarios, puede modificar nuestras relaciones económicas con el exterior. En este sentido, dado que el 70% de nuestras exportaciones se dirigen a Francia y Alemania parece que tiene más sentido que estemos sincronizados con estos países que con Portugal y el Reino Unido.
    La segunda medida tiene mucho más que ver con la reorganización de nuestra vida dentro del país, y por supuesto, y como creo que todo el mundo sabe, creo que la jornada partida es un esquema laboral totalmente caduco, que pudo tener sentido hace décadas, pero que no tiene cabida en ninguna sociedad moderna.

    Pero insisto, no metamos ambas medidas en un pack, creo que cometeríamos un error.

    • Hola Sara, estoy de acuerdo contigo en que son dos temas diferentes. En el artículo del NYT los metían en el mismo saco, implícitamente sugiriendo que el cambio del huso horario podría afectar a la reorganización de los horarios, aunque yo no lo veo tan claro.

    • La mitad de mi jornada la empleo trabajando (llamadas, web meetings, correos en tiempo real....) con mis colegas extranjeros (USA, Perú, UK y Francia sobre todo) y el resto es trabajo de back office que puedo hacer cuando quiera.

      La coordinación de horarios no suele implicar toda la jornada, 8 horas sobre 8 horas. No hay más que avisar de tu disponibilidad y organizarse.

      Otra cosa es que tu jefe o cliente de X pais quiera hablar contigo cuando a él le pete. Pero eso es, simplemente, espíritu feudal. Muy extendido, también en los paises "avanzados".

  • No sería más lógico comparar con paises europeos (o bien GB y POR por un lado, o FRA-ITA-ALE por otro), en vez de con EEUU? Esclarecería más y engarzaría mejor las dos cuestiones del artículo…

    • Hola JM, sí, tienes razón. La razón de comparar con EEUU es simplemente porque son los datos que conocemos y con los que hemos trabajado. No conozco las encuestas de uso del tiempo en otros países europeos.

      • Hola JM, a raíz de tu comentario, María Inés Berniell (CEMFI) me envía los gráficos equivalentes a mi figura 2, comparando con varios países europeos (¡gracias!). Voy a intentar colgarlo al final de la entrada original.

  • No deja de ser curioso que el "retraso" de los horarios en España hace que prácticamente estemos entrando al trabajo, comiendo, acostándonos, etc a la hora "correcta" según la hora solar. Supongo que cuando se la sincronizó con el huso horario centroeuropeo la gente seguía guiándose más por el sol que por el reloj y no modificó su costumbre de comer poco después del mediodía solar.

    • Sí, este es el argumento del artículo del NYT. Aunque esto no explica la pausa más larga al mediodía.

      • Cierto, supongo que eso tiene que ver con el clima: en verano al aire libre tiene su sentido parar de trabajar a las horas centrales del día. De todas formas me da la impresión que hay una tendencia clara a acortar esa pausa, sobre todo en las grandes ciudades.

  • Lo otro destacable de España es que el pico de trabajo de la tarde es mucho mas bajo que el de la mañana. Supongo que será debido a que funcionarios y empleados de banca trabajan de 8h a 15h, generalmente.

    No se si esto empuja los horarios de comida mas tarde, y por temas de sincronización afectan al resto de la población.

    • Es cierto. Sería interesante saber la proporción de trabajadores con horario de 8 a 15 respecto al total. Al escribir esta entrada, me ha sorprendido lo difícil que es encontrar datos fiables y representativos sobre horarios de trabajo para la población. Las fuentes de datos más frecuentes sobre mercado de trabajo en España (Encuesta de Población Activa, Encuesta de Estructura Salarial) no contienen información sobre tipo de jornada. Lo mejor que encontré fue lo que menciono de la Encuesta de Coyuntura Laboral, pero ni siquiera me queda clara la definición de jornada continua y partida.

  • Lo que me sorprende mas es que nadie habla de las pocas personas que trabajan después de la "siesta". La gráfica utiliza datos para todos los trabajadores o solo los que dicen que hacen jornada completa? En los EEUU un gran porcentaje trabaja algunas horas por la mañana Y por la tarde. En España, menos que la mitad trabaja por la tarde, la diferencia entre las curvas de los EEUU y España a partir de las 13 horas me parece enorme y importante.

    • Los datos para ambos países se supone que incluyen a todos los ocupados, es decir, incluyendo los de jornada parcial. Tu apreciación es correcta.

      • A mí me ha llamado la atención este detalle. La consecuencia es que el área bajo la curva de ambos gráficos (la integral) es muy superior en EEUU respecto a España; el exceso de españoles trabajando después de las 18:00 no compensa los porcentajes muy inferiores a hora más tempranas. Si lo interpreto correctamente, esto indica que, en promedio, en EEUU las personas ocupadas están varias horas más al día trabajando que en España.

        • En principio tu interpretación es correcta. A mi también me llamó la atención, el hecho de que incluso a las 11 de la mañana, en España sólo el 70% de los ocupados esté trabajando, de media. Otra posible razón para esta diferencia, además de la que tú apuntas, es que la tasa de "absenteeism" sea más alta en España, es decir, que entre los que tienen trabajo, una mayor proporción en España de hecho no fueron a trabajar algún día de los registrados en la encuesta.

          • El pico de las 11h no es tan diferente del de USA (70% frente a 78%). Lo que es mucho más acusado es el descenso del mediodía (menos de 20 puntos en USA frente a ~37 en España) y, sobre todo, el enorme bajón en la recuperación después de la comida, como ya se ha mencionado (USA pierde un 5%, España pierde un ¡25%! entre picos).

            Ahí tiene que haber varios factores: trabajo a tiempo parcial, jornada continua, ya sea anual (muchos funcionarios) o solo en verano (la encuesta se hizo durante un año entero, luego algo de verano supongo que entró) , etc. Y, por supuesto, personas que no vuelven a trabajar después de comer. Mirando los datos, la pérdida en la ocupación de "trabajo" de las 17h respecto a las 11h se pasa sobre todo a "Trayectos y otros", "Medios de comunicación" y "Cuidados personales".

            Por cierto, hay algunos datos sobre varios países europeos en https://www.h2.scb.se/tus/tus/AreaGraphCID.html , pero no son directamente comparables con estas gráficas porque son de población total, no de personas ocupadas.

            • He añadido una figura al final de mi entrada con la comparación entre países europeos.

            • Gracias, intersante. Esas son figuras sobre el total de población, no sobre ocupados ¿no? Ahí sí que resultan bastante más parecidas las curvas que en la España vs USA.

              Aunque curiosamente sí que se pueden apreciar distinciones entre países "virtuosos" (ahem) y países meridionales:
              * UK y DE tienen tienen el pico de trabajo (media mañana) algo menor que ES, IT
              * Después de comer, sin embargo, UK y DE recuperan casi toda la actividad, mientras que ES&IT bajan mucho (las pausas de comida son muy parecidas todas aunque a distinta hora)
              * Asimismo, ES e IT prolongan la jornada más rato por la tarde, aunque a bajas revoluciones

              Si correlamos con las productividades por países, la conclusión acientífica es que parece más productivo mantener actividad media-alta durante menos tiempo pero de forma más sostenida que tener un pico alto y una cola mucho más alargada pero muy atenuada. Eso apoyaría la propuesta del cambio de horario (más bien cambio de mentalidad).

              Pero claro, mucha conclusión es esa para extraerla a ojo de un par de gráficas 🙂

  • Otro comentario sobre la jornada laboral:

    Algo que se olvida es la salud alimenticia, por ejemplo (en Madrid es habitual) el hábito de comer fuera a medio día es muy dañino por que los comedores y restaurantes tienden a hacernos vagos y elegir mal las comidas, además de que es más caro que hacer la comida equivalente en casa.

    Peeeero ... por otro lado está el hecho de que si la comida principal la haces fuera, por la mañana te caes de la cama al coche haciendo una parada técnica por la cocina de 3 minutos y haces cenas de aquí te pillo aquí te mato. Eso debe ser malo... pero a quién le apetece estar 2 horas al día cocinando (desayuno y cena, más fuertes y preparar un tupper ligero para medio día).

    En definitiva, no estoy tan seguro de que tengamos un horario que no hayamos decidido y, más aún, creo que si quisieramos realmente cambiarlo estaría bastante más en nuestra mano de lo que pensamos.

  • España debe estar encajada en el mundo global, en el que debe estar orientado a . Se trata de un país potencia turística y también considerado referencia en el mundo de calidad de vida. Eso exige diversos aspectos con la cuestión horaria... adelanto horario, es decir, horario de verano y no de invierno, con luz natural, amplias aperturas de los comercios inclusive domingos, y sin descansos para dormir la siesta. Querer convertir a España en país industrial puede ser un error. España debe orientarse a sus principales recursos, que son de naturaleza, costa, históricos, turísticos, tradiciones y gastronomía. Esos recursos bien gestionados aportan más que el petróleo del país con mayores reservas, Arabia Saudí. Algún día deberíamos empezar a explotarlo. Con cierres de comercios por la siesta, cierres de fines de semana, malos servicios, falta de simpatía, que empezamos a perder ya en los años 80... sólo vamos a seguir en la inadaptación.

  • Me pregunto si los horarios españoles no son también un producto (como tantos aspectos de la vida laboral) del alto índice de paro que sufrimos. No nos engañemos: el trabajador prefiere la jornada intensiva, pero la empresa, que tiene la sartén por el mango, prefiere la partida. Con esta última, consigue que el trabajador pase más tiempo en el trabajo y, por consiguiente, a igualdad de los demás factores, que trabaje más. Las horas extras informales, no pagadas (“y si no te gusta, ya sabes dónde está la puerta; tengo 500 como tú haciendo cola”), son muchísimo más factibles si se trabaja por las tardes, ya que por la mañana sería demasiado fuerte decirle al trabajador que se quede sin comer. Además, a ninguna empresa le interesa tener sus instalaciones vacías 130 horas a la semana. En un mercado laboral bastante liberalizado, como el nuestro, los horarios reflejan esta realidad.

    Por otra parte, en mi opinión la evolución hacia una jornada intensiva generalizada requeriría volver al horario solar. El actual obliga a levantarse durante buena parte del año cuando el sol todavía no ha salido, lo que es completamente contra natura y, para los niños, nefasto.

    • Hola Jaime, pues no sé, porque como comento en el post, la tendencia es a la inversa (aunque habría que mirarlo con más detalle, desde luego): en 2007, con un 8% de paro, el 56% de los trabajadores tenían jornada partida, mientras que en 2012, con un 25% de paro, la jornada partida ha caído al 45%.

  • Libertad,
    Gracias por la entrada.
    Una pregunta, sabes si como se suelen calcular las horas que se trabaja por año (ver aquí por ejemplo: https://stats.oecd.org/Index.aspx?DataSetCode=ANHRS) es usando estas encuestas?
    Miré por curiosidad y los números para España y US (los años que usas en la figura 2) son 1674 y 1798 respectivamente. A simple vista, mirando la Figura 2 parece que tengan que ser muchas más...
    Es sólo por curiosidad :)..

    • Hola Joan, gracias por tu comentario. No creo que se usen las encuestas de uso del tiempo para este tipo de cálculos de horas anuales. Supongo que se usa alguna de las encuestas más específicas de mercado de trabajo, donde se preguntan explícitamente las horas anuales, bien a los trabajadores, como en la Encuesta de Población Activa, o bien a las empresas, como en la Encuesta de Estructura Salarial.

  • Que yo sepa los horarios se deciden de forma descentralizada y no veo ningún impedimiento para que una empresa individualmente adopte los horarios que más le convengan. Quizás la pregunta es por qué la mayoría de empresas escogen estos horarios. Para mi el debate no son tanto los horarios como las horas de trabajo. La jornada laboral de 8 horas, que en realidad son muchas más si tenemos en cuenta los desplazamientos, es más propia la época en que los trabajadores vivían en condiciones de semi-esclavitud. Actualmente, el progreso tecnológico debería permitir trabajar mucho menos de lo que trabajamos. Keynes predijo que a finales del siglo XX las horas de trabajo se habrían reducido a 15 horas semanales. ¿Qué estamos haciendo extraordinariamente mal para que esto no suceda?

    • Buena pregunta, Ernest.

      De hecho, la capacidad de producción global excede la capacidad de consumo, lo que se traduce en millones de parados. Este desequilibrio puede deberse a rigideces en el sistema que impiden la casación oferta-demanda, es decir, que ambas alcancen su potencial (por ejemplo: coacciones que impiden que aumenten los salarios, o sea la demanda). Esta será la explicación de los liberales ortodoxos, según los cuales, tan pronto como liberalicemos por completo los mercados, desaparecerá el paro. El problema es que el paro es claramente una coacción que impide que aumenten los salarios, con lo que el círculo vicioso está servido: la demanda no crece porque hay paro y hay paro porque no decrece la demanda. El capital está satisfecho con esta situación, puesto que, si bien el freno a la demanda dificulta el proceso de valorización, consigue tener una fuerza de trabajo sometida y una inflación moderada (curva de Phillips).

      El desequilibrio entre capacidad de producción y capacidad de consumo también puede deberse al simple hecho de que la ley de Say no es cierta: si bien la producción podría crecer indefinidamente (mientras no se agoten los recursos naturales) gracias a los avances técnicos, en cambio la capacidad de consumo está sujeta a unos límites físicos, que son, entre otros, los límites fisiológicos del ser humano (por ejemplo: por mucho que me gusten los zapatos, no tengo más que dos pies).

      (continúa)

    • (continuación)

      Parece sensato pensar que el paro es debido no a una sola, sino a la combinación de las dos causas mencionadas: rigideces coyunturales (coacciones varias) y estructurales (invalidez general de la ley de Say), con el potente efecto realimentador mencionado.

      Obsérvese, por otra parte, que la coacción que representa el paro respecto de los salarios opera igualmente sobre los horarios. La empresas prefieren emplear a una persona ocho horas antes que a dos cuatro, ya que los costes de formación (entre otros) serían dobles en el segundo caso, para una misma producción. Esto responde a tu pregunta.

  • Una reflexión. Si nuestro uso horario se adaptara a nuestro uso solar real, es decir, cogiéramos el uso horario de Gran Bretaña, sin cambiar la hora solar de entrada al trabajo, en vez de entrar a las 9:00 entraríamos a las 8:00 sin cambiar la hora real de entrada.
    Quiero decir que cuando entramos a las 9:00 al trabajo, en realidad son las 8:00 de Gran Bretaña, que debiera ser nuestra hora real, y cuando comemos ahora a las 14:00, en realidad estamos comiendo a las 13:00, y cuando cenamos a las 21:00 con el telediario, en realidad son las 20:00, lo cual quiere decir que nuestro ritmo vital no difiere tanto del de otros países como creemos y creen los extranjeros.

  • Llevo residiendo en EE UU durante 20 años y me maravilla este artículo. No cuestiono la parte que se refiere a la posibilidad de que el huso horario de Portugal y el Reino Unido sea más apropiado para la productividad laboral española; lo que realmente me llama la atención es que un medio de EE UU critique la falta de sueño española o el efecto que pueda tener en la familia. El concepto de que el sueño es opcional y el que menos duerme es el más "machote" es tan estadounidense como la Coca Cola. Es una de las cosas que más me sorprendió cuando llegué aquí. La opiniñn han cambiado un poco en 20 años, pero ahora que tengo hijas adolescentes todavía pertenezco a la minoría que insiste en que tienen que dormir. Las clases comienzan a las 7:40 a.m., y durante la temporada de natación, los entrenamientos terminan a las 10:30 p.m. Mi suegro, muy chapado a la antigua, todavía lleva muy mal que mi marido (que va a viene del trabajo en bicicleta), necesite 8 horas de sueño y se levante más tarde que yo. Eso se opone a su visión del marido "proveedor", que duerme menos y trabajar más que la mujer. Y qué decir de Nueva York (donde residí un año), la ciudad que nunca duerme. Allí la gente se jacta de trabajar 14 horas (padres y madres, y los niños las pasan con la niñera), y salir a cenar y de copas a las 10 p.m.

    • Marta:

      Esa mentalidad hiperlaboriosa podía tener su sentido entre los pioneros del Oeste o entre nuestros bisabuelos ibéricos, cuando la vida había que ganársela duramente. La alternativa era la inanición. En la actualidad, cuando la producción es facílisima y el gran problema de las empresas es vender, se trata de una actitud dañina e insolidaria, pues obstaculiza la demanda (consumimos sobre todo en nuestro tiempo libre) y contribuye al desempleo. Pero claro, estamos dotados de las cualidades y los rasgos de carácter que nos permitieron llegar hasta aquí, que no son los que nos convendría tener ahora. El razonamiento y la cultura pueden ayudar, no obstante.

      No nos cabe duda de que muchos estadounidenses (los que son listos y además se lo pueden permitir) se han emancipado felizmente de ese paletismo del «work ethics» y se pasan la mayor parte del año tomando el sol en Bahamas o pescando en Martha´s Vineyard. Eso sí, les viene fenomenal que miles de infelices se maten a trabajar en sus empresas y encima mantengan (a través del paro) bajos los salarios.

      Decididamente, el trabajo es un castigo (y no lo digo yo, lo dice un libro muy importante). Ojalá un día la humanidad se viera libre de él.

      Me gusta terminar recordando una frase de Marx, un estadounidense inteligente (me refiero a Groucho, claro): “no merece la pena hacer nada que no se pueda hacer en la cama“.

  • Esto a su vez creo que puede contemplarse como un problema de teoría de juegos, o económico cuya denominación no recuerdo. Es una de esas situaciones en las que un cambio colectivo mejoraría la situación individual de cada uno pero que no sucede porque nadie da el primer paso ya que actuar individualmente perjudica al que lo hace, si nadie más lo hace también en la misma dirección.

    Es decir, querer cambiar los horarios te puede convertir en un marginado si nadie más lo hace, ya que se lleva un ritmo diferente al del resto. Aunque si cambiásemos todos a la vez nos beneficiaríamos todos. A mí por ejemplo me da una pena tremenda ver cómo mis hijas se despiertan a las 8:00 el fin de semana y aunque haga un día espléndido llega a ser contraproducente sacarlas a la calle pronto, ya que no hay nadie hasta por lo menos las 11:00. Las opciones son pasar 3 horas en casa sintiendo cómo desperdicio el tiempo viendo el sol por la ventana, y bajar cuando hay más niños, o bajar antes pero en ese caso, cuando ellas se han cansado y se quieren subir a casa es cuando empiezan a aparecer el resto de niños. Aún recuerdo cómo un vecino me dijo "¡Qué madrugadores!" al vernos en los columpios, del parque vacío, a las 11:00. Si estar jugando en la calle a esa hora es madrugar me temo que no encajo en mi entorno.

  • Gracias por la entrada
    Totalmente a favor de la jornada continua, no en cuanto a adelantar el horario. En Baleares donde vivimos básicamente del turismo y no conseguimos desestacionalizar la temporada turística seguramente nos ayudaría a conseguirlo lo contrario, retrasar una hora el reloj en invierno (dejarlo como en verano) y así durante los meses con menos turismo se podría disfrutar de una hora mas de luz solar para practicar golf, ciclismo, senderismo, náutica y otros muchas actividades turísticas muy atractivas en las islas y seguramente impulsaría el turismo de otoño e invierno. Total no ahorramos nada con abrir las fábricas con luz solar, en Baleares la industria que no sea turística es casi testimonial
    Además tendríamos un slogan gratis y con mucha difusión en radio y tv que promocionaría las islas Baleares durante todo el otoño e invierno: "Un hora menos en Canarias y una hora más en Baleares"
    Saludos

  • Es llamativo que en 44 comentarios solo una persona mencione la cocina.
    Dos horas son necesarias para comer si comes en casa, lo que a su vez compensa si la distancia es corta y si hay alguien con quien compartir la comida.
    Con las dificultades actuales para encontrar trabajo las personas han de buscarlo más lejos que antes de 2007. Esto motiva que prefieran negociar una jornada laboral, intensiva, que les compense la distancia.

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