Recomendaciones de lectura: El dilema de España

el-dilema-de-espana_9788499422794

Como ya les prometí hace algunas semanas, cuando les hablé de Economía y Pseudociencia, ahora le toca el turno al libro de Luis Garicano: El Dilema de España. En este caso todo el mundo sabe que somos amigos, así que no hace falta declararlo más, y tampoco tengo que enviarles a su blog para que me crean cuando les digo que es un magnifico escritor, porque su blog es éste. O más bien “era”; Luis nos ha pedido una temporada de descanso de su frenética actividad por estas páginas, así que el libro es una suerte de mensaje de despedida temporal. Un mensaje con un tono de urgencia y preocupación que comparto: España tiene que cambiar muchas cosas y hacerlo ya. Y, no, no es verdad como alguna vez se dice desde el gobierno que “ya hemos hecho todo”, o desde otros sectores “ya hemos hecho demasiado, hay que volver al 2008”.

Entre otras cosas, porque no es el 2008 un buen lugar al que volver, claro. Pero además porque el mundo está cambiando muy deprisa y conviene que nos demos cuenta para adaptarnos lo mejor que podamos. Por esto Luis demuestra su buen gusto comenzando el libro con dos capítulos donde se exploran las fuentes del crecimiento, y se hace algo de prospectiva sobre lo que puede pasar en el futuro del mundo.

Siempre he pensado que los cursos de economía deberían comenzar con un capítulo sobre crecimiento económico (y me agrada informar de que el curso que se está diseñando por iniciativa del INET coordinada por mi colega Wendy Carlin, del que se hicieron tanto eco los medios, comienza justamente así).

Porque es importante que nos demos cuenta de lo que ha avanzado la humanidad en tantas dimensiones en el último siglo y medio (el gráfico que les pongo más abajo y que se suele llamar de “palo de hockey” es simplemente impresionante para el que no lo ha visto nunca), pero también porque esto estimula inmediatamente la pregunta sobre cuáles son los determinantes de ese milagro. En primera instancia la respuesta es obvia: la innovación y el crecimiento de la productividad, porque la pura acumulación de factores de producción se enfrentaría rápidamente al problema de rendimientos decrecientes.

hockey stick

La siguiente pregunta es: ¿Por qué unos innovan y crecen más que otros, como se ve en el gráfico? Y el libro nos resume de manera concisa pero muy iluminadora algo que los economistas hemos aprendido en tiempos recientes: los dos factores más importantes de las diferencias tienen que ver con las instituciones y el capital humano. Si estropeamos cualquiera de las dos, nos cargamos el crecimiento y nos hacemos más miserables. El resto del libro se dedica a analizar por qué España lo hace peor de lo debido en estas dimensiones, y qué podemos (debemos) hacer para remediarlo.

Pero los capítulos introductorios no se acaban ahí. Por un lado nos advierte Luis de que es posible que el palo de hockey “se rompa” y no prosiga su tendencia (en parte porque en un mundo físicamente finito es complicado, piensen en el otro “palo de hockey”, el de las temperaturas). Y esto tiene consecuencias importantes: los conflictos distributivos se agudizan en un mundo estancado, como hemos descubierto dramáticamente en España en los últimos años. Si tengo una pequeña crítica al libro es que este asunto de los límites del crecimiento y sus implicaciones, en particular las distributivas, desempeñan un papel limitado en el resto del libro.

El otro capítulo resalta la importancia del capital humano en el mundo que viene: un mundo cada vez con menos fronteras y en el que la tecnología es más importante. La implicación de la apertura es que va a ser muy difícil, corrijo, imposible proteger el nivel de vida de los ciudadanos poniendo barreras a la competencia de otras personas, impidiendo la inmigración o el comercio. Eso quiere decir que la única “protección” de los Estados más desarrollados a los ciudadanos (y de estos a sí mismos) es conseguir niveles de formación que les permitan estar a la altura de la competencia.

Esa preocupación que comparto intensamente con Luis es la que (como quizá recuerden) me hizo irritarme tanto con la reacción complaciente con nuestros últimos resultados en PISA (“pero si casi estamos en la media”). No, la media no es el lugar más adecuado para un país lejano a la frontera de posibilidades tecnológica. Nuestros chicos pueden y deben hacerlo mejor en habilidades matemáticas y científicas, y saber comunicarse bien, precisamente las competencias que PISA mide de manera adecuada (pero también mejorable, por qué no, en eso desde luego que estoy de acuerdo con los críticos).

La segunda parte del libro nos describe de manera muy cruda la situación actual en España. Y en parte es el relato de un viaje que muchos de los que escribimos aquí hemos hecho durante estos años. Comenzamos pensando que una serie de reformas técnicas en éste o aquél sector resolvería la mayor parte de los problemas, pero nos hemos dado cuenta de que hay un problema institucional de fondo que hay que resolver. Y no será fácil porque mucha gente todavía no lo entiende: véase si no la encendida discusión que hubo en este mismo blog cuando afirmamos que nos parecía intolerable que un familiar cercano a un ministro (con independencia de lo competentes y honestas que fueran estas personas) fuera miembro de un organismo cuya misión principal es fiscalizar al gobierno. Y como dice Luis muy bien, no hay nada que nos impida hacer las reformas institucionales correspondientes, no hay un determinismo histórico: el éxito del carné por puntos en reducir la mortalidad es un ejemplo paradigmático.

O como decía el grupo Jarcha en aquella famosa canción (Libertad sin ira) que dio la melodía no oficial al referéndum de la ley para la reforma política: “dicen los viejos que este país necesita palo largo y mano dura para evitar lo peor”. A saber, todas las malas instituciones del franquismo para evitar otra guerra civil. Y sin embargo hemos construido una democracia que, con todos los fallos que se quiera, permite la convivencia pacífica. Ahora solo falta que además permita un crecimiento ordenado y sostenible, y llegar al máximo de nuestras posibilidades.

Y esto es lo que propone la tercera parte del libro. No les estropeo la lectura diseccionando estas propuestas, pero les anticipo algunas de ellas: una mayor competencia entre empresas, realmente separadas del gobierno y reguladas de manera verdaderamente independiente; menos reglas absurdas y mayor cumplimiento de las que existen; un sistema educativo que lleve a cada alumno a su máxima capacidad de rendimiento; o un sistema político que permita premiar a los buenos y castigar a los malos (para que al final todos sean buenos).

El último capítulo es, quizá, mi favorito. Nos propone dos posibles visiones para la España del 2034: podemos acabar siendo como Venezuela o como Dinamarca. Y nos señala un camino, plausible a día de hoy, para llegar a cada uno de estos puntos finales del trayecto. La elección es nuestra: a trabajar. Ah, y "tengan cuidado ahí fuera".

Hay 35 comentarios
  • http://www.foreignaffairs.com/articles/49684/paul-krugman/competitiveness-a-dangerous-obsession

    En este artículo de Krugman de 1994 (¿obsoleto?), que he descubierto gracias a vuestro magnífico blog, se concluye que “for the European Community (...) the growth rate of living standards essentially equals the growth rate of domestic productivity, not productivity relative to competitors”.

    Mejorar nuestro capital humano, mejores instituciones, “ser más productivos para vivir mejor”... 100% de acuerdo en que debemos esforzarnos por conseguirlo, ¿pero hasta que punto podemos esperar un empeoramiento en términos absolutos de nuestros “living standards” si fracasamos?

    • Podemos esperarlo porque la producción hoy es muy móvil en el mundo, con algunas excepciones de bienes no comerciables. Y si no somo más productivos los bienes más intensivos en tecnología se deslocalizarán. Siempre queda el turismo, claro, pero dado el avance del cambio climático yo no tendría todas conmigo ni para eso.

      • cree que el cambio climático puede acabar perjudicando seriamente al turismo?
        mi percepción es que tal vez hay otros países que tienen también atractivos, aún inexplotados, y que a medio plazo, pueden acabar rivalizando con España

    • Lorenzo,

      si observas la gráfica con detenimiento verás la reducción de "living standards" de China entre el 1000 y el 1100 o desde el 1500 hasta 1980. Lo mismo te sucederá con la India y con Italia entre el 1400 y el 1800 (aunque no tengo muy claro que era "Italia" hasta el s XIX)

      Al menos, desde luego, la pérdida de "living standards" no sería una "novedad" histórica

  • Me gustaría compartir un par de reflexiones en relación con el gráfico de palo de hockey (sobre el libro me supongo será tan interesante y bien escrito como nos tiene acostumbrados Luis Garicano, si bien, para los seguidores de este blog, no creo presente grandes novedades, aunque nunca está de más incidir en los factores estructurales responsables del crecimiento de los países, que, precisamente por eso, son tan difíciles de explicar por los economistas desde A. Smith hasta Acemoglu).

    Primero que, según se muestra, el crecimiento económico es cosa bastante reciente. Todo el mundo parece estar de acuerdo con esto, pero ¿cómo se calcula- o se estima- el PIB per cápita desde el año 1000, especialmente para países tan distintos como la India o Italia?.

    Segundo ¿Qué os parece las últimas declaraciones de Larry Sumers en el sentido de que las economías capitalistas- supongo está pensando en los EEUU- sufren de estancamiento secular, del cual sólo salen vía estímulos extraordinarios como son las burbujas tecnológicas, financieras o inmobiliarias, dado que el tipo de interés “natural”(cualquier cosa que signifique eso) es negativo?. El gráfico no parece darle la razón.

    Saludos

    • Yo no soy un gran experto, pero la persona quizá más conocida por el proyecto de estimar el PIB en períodos históricos lejanos es Angus Maddison
      http://www.ggdc.net/maddison/maddison-project/home.htm
      Pero otra mucha gente se ha preocupado, algunos de los mejores son españoles, Leandro Prados, Albert Carreras y seguro que muchos otros más que espero excusen mi ignorancia. Lo que dice Summers puede ser cierto, en el gráfico es difícil de ver porque con tanto crecimiento los últimos años casi ni se apreciarían aunque haya una "meseta".

      • Muchas gracias por el enlace. Por ponernos en perspectiva, con estos datos el PIB de España en 1900 representaba el 55% del indicador 12W Europe, mientras en 2010 subimos al 77% (en 1990 71%; pero en 2000 78%, es decir, estamos ya empezando a alejarnos, aunque sea muy levemente). Ojalá que muchos ciudadanos se lean el libro, que decidan expulsar del sistema a nuestras elites extractivas para volver nuestras instituciones, políticas y también económicas, realmente inclusivas y que el resultado de esto sea que en 2020 pasemos la frontera del 80%.

  • De acuerdo, hay que mejorar el capital humano para mejorar la productividad y mejorar (mantener) nuestros niveles de vida. Pero, ¿cómo vamos a conseguirlo si nuestros jóvenes, después de formarse en España (con un coste importante para el erario público) se van luego fuera? Incluso Vds. se van (no es crítica)

    • Quizás algo que no se tiene tan en cuenta es el efecto de esta fuga de cerebros en el ya defectuoso sistema de pensiones que tenemos. Si la tasa de dependencia será cada vez más alta y los cotizantes serán parte de las partes menos sofisticadas de las cadenas de valor, ¿cómo podremos pagar las pensiones en 15 años?

  • Nos conformamos con cambiar las instituciones? Si? En serio? No olvidemos que no son algo abstracto, están formadas por ciudadanos, y a estos, sobretodo los que "están tan preocupados" les veo más defendiendo con uñas y dientes el caciquismo y el favoritismo actuales que en modernizarlas. Lástima q Dinamarca este tan lejos física y culturalmente

  • Muy bonito lo de ser más productivos, pero me voy a permitir hacer una observación absolutamente perogrullesca. Si aumentamos la productividad y la demanda sigue siendo la misma, porque no suben los salarios, lo único que conseguiremos, como es evidente, es que el paro aumente todavía más.

    La causa de la decadencia de las clases populares occidentales no es la caída de su productividad, sino el enorme aumento de la productividad de China, India, etc., que no ha venido acompañado de un aumento similar de los salarios en esos países. Como consecuencia, falta demanda en el sistema global y sobran trabajadores, lo que expulsa a los más caros (los occidentales) del sistema. La única solución eficaz es subir los salarios en aquellos países y, si no es posible, aislarnos comercialmente de ellos. O sea, la desglobalización.

      • Gracias, Luis, por la información.

        Sin embargo, como sabes, si subimos los salarios sólo conseguiremos ser menos competitivos, con lo que el trabajo se irá todavía más deprisa a los países de bajos salarios.

        Estamos, por tanto, obligados a elegir entre lo malo (precarización) y lo peor (paro galopante). Y la precarización no arregla nada, como es evidente. A la larga, sólo sirve para generar más paro. ¿Habrá una tercera alternativa?

        La hay, aunque los economistas de la "corriente principal" no pueden (o no quieren) verla. La alternativa es impedir la entrada de productos fabricados en países cuya ventaja competitiva reside en la exigüidad de sus salarios. O sea, el proteccionismo.

        • Hombre, Dinamarca (como todos los países nórdicos) no ve necesaria esa "alternativa" proteccionista, está más abierta al comercio internacional y su desigualdad es menor que la nuestra, y sus salarios mayores. Porque tienen mejor capital humano y mejores instituciones. Ese es el dilema de España, no ir por las soluciones fáciles que nos llevan más rápido aún al subdesarrollo.

          • Pues vaya, resulta que en rendimiento educativo medido en PISA estamos muy próximos a Dinamarca.

  • Antonio:

    La idea de que toda solución reside en mejorar el capital humano (o sea, la formación y la organización) equivale, en el fondo, a decir que los chinos y los indios son tontos y nosotros siempre podremos compensar la pérdida de competitividad en ciertos sectores desarrollando otros que requieren menos trabajo poco cualificado y más inteligencia. Se trata, como sin duda aceptarás, de un planteamiento falaz.

    Podemos hablar de Dinamarca, como podemos hablar de Luxembugo o Suiza. Está claro que hay países mejores y peores, y el nuestro tiene vicios estructurales, específicos, que no se pueden negar. Pero el problema cardinal de España, en lo esencial, se da por igual en todo el mundo desarrollado occidental: languidecimiento de la clase media, hundimiento del factor trabajo, paro estructural y destrucción del estado del bienestar.

    Y no podemos salir de ahí jugando todos a lo mismo: ser más listos, más productivos y más austeros que el vecino. El mito de la competitividad es una aporía matemática, porque P=D, o sea, la producción SÓLO puede aumentar si lo hace la demanda.

    • Que no Berwick.

      La globalización no permite una ósmosis interesada y menos para un país que recibe 60 millones de turistas, tiene comprometido más de un 60% de su PIB con el exterior y sus grandes empresas lo son porque su mercado es mundial.

      El quijotismo aislacionista es síntoma de no entender ni asumir lo que ocurre.

      El estado del bienestar fue producto de una situación excepcional para Europa. Países bloqueados cuyas productividades se hallaban cautivas tras regímenes totalitarios, ausencia de desarrollo tecnológico, materias primas baratas o, directamente, saqueadas, proteccionismo interno, etc. El resultado para Europa: una ducht disease de libro, sostenida después por recurso constante a la deuda cuando declinó, a partir de los 70, con los acuerdos de la OMC, con la crisis del petróleo, la devaluación del Yen tras los acuerdos del Plaza y finalmente con la caída del Muro.

      La globalización actual, es decir, la caída de las fronteras comerciales y financieras tras la revolución tecnológica, supone un reequilibrio natural en el desarrollo del capitalismo. Centenares de millones de personas prosperan gracias al aumento sostenido de la riqueza global. Un par de miles de millones más esperan. El PIB mundial crece (3,2% previsto para 2014 por el BM). Mientras, los occidentales buscamos mantener el antiguo privilegio aunque, como los datos USA demuestran (siempre por delante), no podrá ser sin sacrificios salariales, esfuerzos educativos e inversiones en capital humano.

      Mejor aceptarlo, no engañarse buscando falsos culpables y reformar, como hicieron fineses, suecos, canadienses o alemanes y como sugiere el libro de LG.

      • Por el amor de Dios (PAD) Themroc, vale lo de materias primas barato-saqueadas, pero eso de "Países bloqueados cuyas productividades se hallaban cautivas tras regímenes totalitarios, ausencia de desarrollo tecnológico" ¿es lo que sacas en limpio de Europa 1945-1975? Está claro que cada día es más difícil predecir el pasado.
        Pero también parece claro que, si ese fuera nuestro pasado, la globalización es un soplo de aire fresco para la democracia. Un aire fresco que viene del Este, donde como todo el mundo sabe, la democracia está viviendo su apogeo //Modo irónico OFF.

  • Themroc:

    Creo que en el fondo me estás dando la razón. Date cuenta de una cosa: los defensores del libre mercado a ultranza siempre habías afirmado que éste proporciona un juego de suma positiva, en el que todos salen ganando. Jamás os oí decir que, en un contexto librecambista, el progreso de los países emergentes deba ser a costa de los que antes eran prósperos.

    Ahora, como los hechos siguen su curso y no pueden ser negados, resulta que había algo mal en los manuales, que el libre mercado, en ocasiones, sí conduce a situaciones en las que, para que unos ganen, otros deben perder... Reconocerás que si el viejo Ricardo levantara la cabeza y oyera eso, le daría un soponcio.

    ¿No será que ciertas clases de libre mercado son beneficiosas y otras no lo son? ¿No habrá que revisar las teorías ortodoxas sobre el comercio internacional, pues el mundo de hoy no es el de Ricardo, como no es el de 1929 o el de los años 70? Esto es lo que necesitamos y no una obstinada defensa de ideas que los hechos han denunciado somo caducas, por mucho que esas ideas gusten en la London School of Economics.

  • Garicano a dado una charla en la fundación del pino. Yo no lo se pero se me antoja ironico; el Rafael ese tiene una pinta de parajo capitalista castizo de pata negra. Estoy abierto a desmentidos.

  • Bueno, los aspectos sociológicos de la profesión economista han sido bastante estudiados. Me consta que muchos economistas de la llamada “corriente principal”, por su inteligencia y preparación, se dan ya perfecta cuenta de que están defendiendo ideas que en su momento pudieron tener vigencia, pero hoy están muertas. La depresión de 2007-2008 marca un antes y un después.
    Lo que pasa es que querer vivir bien es humano. Hoy por hoy, no hay alternativa. Para un economista académico, los puestos bien pagados en instituciones de prestigio, las oportunidades de publicar libros, hablar desde tribunas con gran proyección mediática, colaborar con fundaciones generosamente dotadas, etc., están en la corriente principal. Y si trabaja en la empresa privada, entonces ya no te digo nada.

  • Luis Garicano en una reciente entrevista: " los economistas españoles [...] hemos pasado de pensar que bastaban unas reformas técnicas para salir adelante a reconocer que había un problema de fondo muy profundo"
    Pues si los que empezamos a comentar aquí hace unos años ya advertimos que tenemos unos problemas mas profundos en España...
    la Crisis de infraestructura (de los mercados financieros ) + la Crisis de estructura (de la economia real-la productiva-) + la Crisis de superestructura (instituciones estatales vs supranacionales) vs Economia del conocimiento

    La dureza de la crisis económica actual se explica , básicamente , por la inadaptación de nuestro tejido productivo a las nuevas fuentes del crecimiento económico mundial , fundamentadas, sobre todo , por la globalización de los flujos de conocimiento .
    La inadaptación de muchas economías en la economía global del conocimiento redunda en la interacción de tres crisis en una . La primera crisis es una crisis de infraestructuras , la crisis de los mercados financieros .La segunda crisis es de estructura , la crisis de la economía real . La tercera crisis , la menos mencionada , es la crisis de superestructura . Es la crisis de las instituciones y su desencaje con el ámbito de actuación económica . El marco regulador, institucional y político de los países es totalmente insuficiente para ordenar los mercados globales .

    La Economía del Conocimiento pretende estudiar este nuevo patrón de comportamiento de la economía mundial , así como sus causas y principales manifestaciones , que sitúan al conocimiento en el epicentro de la generación de valor y los resultados económicos agregados a la mayoría de economías más desarrolladas

  • Ramon:

    Que la economía ha cambiado a raíz de las nuevas formas de conocimiento y comunicación disponibles es algo innegable. Sin embargo, se presenta una paradoja que debe ser analizada: a pesar de que esos nuevos medios deberían aumentar el bienestar en todas partes, en la práctica no parece ser así.

    Por ello, considero que la idea de que “gracias a la formación y al conocimiento saldremos de esta”, defendida por Garicano y muchos otros, es una idea ingenua, que no atiende a la raíz de las cosas. “Hagamos de toda España un Silicon Valley”. Muy bien.

    El propósito de la economía práctica es reducir la pobreza. Bajemos de la estratosfera y fijémonos, pues, en qué necesitan los pobres, es decir, en el porqué de su pobreza. Lo que a los pobres les hace falta no son bienes sofisticados, de tecnología punta (o cuya producción requiera tecnología punta). Lo que les hacen falta son las cosas normales, obvias: en primer lugar comida, ropa, vivienda, educación y asistencia sanitaria. Después, ciertos bienes y servicios de recreo y ocio. Por tanto, las medidas políticas que hay que adoptar no son en el sentido de promover una producción vanguardista e hipertecnificada, sino más bien la producción de toda la vida.

  • Y termino.

    La idea de salir adelante a través del hiperconocimiento es una idea competitiva y no cooperativa. Es decir, que puede funcionar, pero sólo a condición de que los demás no hagan lo mismo, puesto que la cuota de lo tecnológicamente avanzado en la producción total necesaria es limitada. “Hagamos de toda España un Silicon Valley”. Muy bien.

    Pensar que esa salida sólo se nos va a ocurrir a nosotros, o que los chinos y los indios son culturalmente incapaces de hacer tecnología punta, es de una ingenuidad palmaria. Como lo es pensar que, con una varita mágica (porque las medidas que se proponen son de una vaguedad notable), nuestro país va a dar un salto en el vacío y se va a poner al nivel de otros que nos llevan gran ventaja y han conseguido ocupar nichos de producción tecnológica en los que, evidentemente, no va a haber sitio para todos.

  • Jaime:
    Si nos faltan "las cosas del dia a dia" pero dudo de aqui las podamos producir, porque los salarios hace mas de un par de décadas que se deciden donde están dichas fabricas, primero de China, después en Vietnam y quizás en un futuro en Africa.
    El conocimiento no tiene porque ser solo una idea competitiva, hay muchas empresas que por via de la colaboración avanzan de forma muy sobresaliente, puedes encontrar mas información en P2P Foundation .

  • Es curioso los objetos de reflexión que tienen Uds., y más curioso resulta ver que uno de los actores más importantes, el Estado, no aparece en escena nunca, salvo con eso que denominan instituciones, que no acabo de entender qué quieren decir con ello. El Estado, esa maquina técnico burocrática, de la cual los partidos políticos son uno de sus órganos, que modula la economía mediante su legislación, sus reglas, su normativa, que se merienda más del 50% de la riqueza nacional, que actúa discrecionalmente favoreciendo por aquí y perjudicando por allá, que configura una oligarquía determinada, que genera un capitalismo de Estado, que nos endeuda hasta las cejas, etc., etc., para Uds. parece no tener existencia. Yo no creo que hoy día se pueda hablar de economía sin hablar del Estado como problema.

  • Si pudiera darle a 'Me Gusta' al comentario de Tamuda, lo haría. Este país necesita una profunda regeneración y una refundación, todos los ciudadanos de a pie nos damos cuenta. Es difícil que crezca realmente la economía con los problemas que tenemos. En España muchos ciudadanos se pierden en luchas mediáticas como religión/ciudadanía, capitalismo/comunismo, y un largo etc. que son las que proponen los políticos para distraernos de la verdadera discusión: leyes reguladores estables, comparables a las internacionales y aplicables a todos sin excepciones; sistemas donde el mérito y la capacidad sustituyan a los contactos como camino para el progreso individual; instituciones construidas de abajo hacia arriba y no desde las élites jerárquicamente hacia las bases; desfanatización y respeto por las ideas de los demás, porque este país es de siglas, de fanáticos y de envidias. Como no hagamos esto, difícilmente vamos a poder recuperarnos alguna vez de los efectos de la burbuja de crecimiento anterior. Quien no vea que en cualquier caso aún nos esperan muchos años de empobrecimiento brutal a nivel microeconómico, es que está ciego. La redistribución de la riqueza hacia los países emergentes se vale no sólo de un efecto natural redistributivo de vasos comunicantes sino especialmente de nuestra propia incompetencia para ser eficientes; si el primer factor explicara la mayor parte de la varianza económica, veríamos muchos/muchísimos más efectos en las grandes economías. Bravo por el libro de Garicano, y cómo me duele España.

  • “La redistribución de la riqueza hacia los países emergentes se vale (…) de un efecto natural redistributivo de vasos comunicantes.”

    Daniel: supongo que eres consciente de que esta frase contradice el principio fundamental de la economía: la riqueza SE CREA. Es decir, no se limita a pasar de unas manos a otras. Si lo que mejoran unos es a costa de lo que otros empeoren, es que algo va MUY mal en las dinámicas del mercado, y desde luego ese algo no tiene nada de “natural”.

    A la vista de un error conceptual tan grave, me temo que el resto de tu argumentación queda bastante debilitado.

  • Todos los que creen que la educación es la Gran Solución para España deberían tener en cuenta que este es el país líder europeo en sobrecualificación (ya en 2008).

    Por otro lado, hay que recordar que la globalización (al menos tal y como se está llevando a cabo) es pura política, es decir, que de ninguna de las maneras es algo natural o inevitable.

    Por último, la propuesta de Garicano de "reducir el tamaño del Estado sustancialmente", así dicha, es contraproducente. Una amplia intervención del Estado es esencial para asegurar tanto una oferta productiva como una demanda sostenible.

Los comentarios están cerrados.