Fresh start: actividad emprendedora e innovación (I)

Como he tenido ocasión de recordar en distintas ocasiones (normalmente con Fernando Gómez), la legislación concursal española es una de las menos generosas con los deudores en situación de insolvencia. Iniciativas legislativa recientes (como la Ley de Emprendedores) han introducido algún margen de liberación de deuda aun que su utilidad nos ha parecido limitada. Pero la liberación del deudor concursado del pasivo pendiente sigue sin entrar con fuerza en el debate político. En otra ocasión Fernando y yo hemos destacado que una reforma del concurso personal probablemente resolvería mejor el problema del sobreendeudamiento de los deudores hipotecarios que una moratoria a las ejecuciones hipotecarias o la exoneración del pasivo pendiente para los deudores hipotecarios ejecutados. Pero entre las posibles virtudes de la liberación del pasivo pendiente en el concurso personal no está tan solo la resolución de los problemas ligados al sobreendeudamiento de los deudores hipotecarios. Es muy posible que fomente también la actividad emprendedora. Un trabajo muy reciente analiza esta cuestión y presenta evidencia a favor de esta posibilidad.

El trabajo al que hago referencia, de Frank Fossen de la Freie Universität Berlin será publicado próximamente en la American Law and Economics Review (aquí el documento de trabajo) y se propone estudiar los efectos sobre la actividad emprendedora de la introducción de un fresh start.

La primera reacción que se puede tener es la de pensar que, al hacer menos duro el fracaso, el fresh start proporciona un seguro para la actividad emprendedora y por lo tanto tiene que incentivarla. Pero, como casi nada es gratis, introducir el fresh start no hace desaparecer el riesgo, sino que lo traslada en parte a los prestamistas y esto presumiblemente incrementa los intereses para compensar la asunción de riesgo. La suma de los dos efectos, el de seguro y el del tipo de interés, bien podría ser negativa en términos de la iniciativa emprendedora.

Varios trabajos han intentado determinar el signo de esta suma de efectos, aprovechando las diferentes exenciones previstas por distintos Estados de EE.UU. en el concurso personal o las diferencias en la generosidad del fresh start en distintos países y en distintos momentos.

El trabajo en cuestión se centra en los efectos de la introducción del fresh start en la legislación concursal alemana en 1999 y se propone determinar su efecto sobre la actividad emprendedora (medida en términos de probabilidad de transición al autoempleo). Para ello intenta determinar los efectos diferenciales en función de unas estimaciones del patrimonio del hogar obtenidas a partir de datos de un panel de hogares alemanes (el German Socio-Economic Panel, SOEP).

La idea en realidad es sencilla y los resultados también lo son.

La legislación introducida en 1999 por primera vez limitaba a 7 años el periodo en el que los ingresos de una persona física concursada podían ser embargados por encima de unos ingresos mínimos, alrededor de unos 990 euros para una persona sin dependientes (en 2001 el limite se rebajó a 6 años). Como es fácil imaginar, es posible que este fresh start suponga menos cambios para un individuo que, al tener un patrimonio mayor traslada menos riesgo a los acreedores en el concurso y tiene mayor colateral con el que le resulta más fácil obtener financiación con intereses bajos.

No voy a entrar en el detalle de cómo se estima el patrimonio de cada individuo, o de cómo se mide la propensión al autoempleo (si en términos de probabilidad de trabajar por cuenta propia o en términos de la probabilidad de transición al autoempleo). Me voy a limitar a señalar que se analiza el impacto de la introducción del fresh start midiendo la diferencia entre los 6 años anteriores a la entrada en vigor de la ley y los 6 años sucesivos en función del patrimonio del hogar (con termino de interacción entre el patrimonio y la dummy que individua el periodo). El trabajo encuentra evidencia a favor de que el efecto positivo del patrimonio sobre la actividad emprendedora se reduce después de la introducción del fresh start.

Esto quiere decir que, en termino de actividad emprendedora y para aquellos para los que al tener patrimonio bajo el fresh start puede tener un impacto, el efecto positivo del seguro domina al efecto negativo determinado por un incremento en el tipo de interés. Esto quiere decir además que ya que el efecto es mayor para los individuos con un patrimonio menor, el fresh start reduce las diferencias entre individuos con patrimonios distintos, hasta el punto que la estima del efecto del patrimonio sobre la probabilidad de transición al autoempleo se convierte en no significativa después de la introducción del fresh start.

¿Que quiere decir todo lo anterior?

Como siempre es aconsejable ser prudentes a la hora de interpretar estos resultados. Pero, dentro de esta prudencia, creo que merece la pena reflexionar sobre las implicaciones que este trabajo puede tener para el debate sobre la reforma del concurso personal en España.

Se me ocurren dos observaciones.

La primera es que no hay razones para pensar que el signo de los efectos de una reforma tenga que ser globar. Con esto me refiero a que es posible que los efectos de una reforma favorable al deudor concursado sean positivos o negativos dependiendo del punto de partida y del contexto. Con lo que se refiere al punto de partida el ejercicio realizado en el trabajo es probablemente de gran interés para España porque el punto de partida de Alemania en 1999 no era tan distinto al de España en la actualidad, dada la virtual ausencia de cualquier mecanismo de liberación de las deudas residuales en el concurso individual. Desde el punto de vista del contexto es posible que una reforma de este calado tenga en España un efecto multiplicativo, ya que es probable que el fresh start en el concurso personal sirva también para arreglar las disfunciones que hacen el concurso empresarial español una opción aparentemente mucho menos atractiva que en Alemania.

La segunda es que conviene recordar que el trabajo mide la actividad emprendedora en términos de propensión al autoempleo y no en términos de los rasgos más atractivos de la actividad emprendedora, como la innovación o el valor añadido.  (Actualización: En El País de hoy se destaca la diferencia entre autoempleo y una actividad emprendedora propiamente dicha.) Desde este punto de vista el interés del trabajo podría ser limitado y parece importante preguntarse el efecto del fresh start sobre la innovación. De esto hablaré en la próxima entrega.

Hay 5 comentarios
  • Realmente muy interesante y necesario para el contexto actual de España en el que por una parte, sin estar seguro de que se deba a un cambio de mentalidad, está creciendo el emprendimiento o por lo menos el autoempleo, y por otra parte se constata un 'credit crunch' y ya sabemos que la accesibilidad al crédito o su sustitución por el patrimonio (personal o familiar) es un factor diferencial para las oportunidades empresariales.
    Evidentemente, para favorecer un contexto más favorable para el emprendimiento una normativa de 'fresh start' debe ser parte de un amplio programa de reformas que incluyera fundamentalmente la eliminación de cargas burocráticas: ampliar la aplicación del régimen de "declaraciones responsables", eliminación de trámites notariales y colegiales, simplificación de trámites registrales, racionalización del sistema tributario y de seguridad social, y todo ello tanto para la creación como, lo más importante, para el desarrollo empresarial (lo importante no es crear PYMEs, que en España adolecen de ser fundamentalmente micro, sino que éstas crezcan -o por lo menos no tengan desincentivos para ello-).

  • Marco, coincido contigo en el interés sobre el impacto económico del fresh start y, particularmente, en el estímulo del espíritu emprendedor y en el coste crediticio y que traté aquí http://www.indret.com/es/?ed=48 Me parece sumamente interesante el trabajo que citas que no he leído en su totalidad, aunque sí lo he hecho con otros que citas y que aparecen recogidos en mi trabajo.
    El aumento del coste crediticio que puede bloquear el incentivo al emprendimiento que objetivamente tiene el fresh start, tiene que ser valorado en función de variables más complejas, como el problema de la información crediticia que tú también has tratado aquí https://nadaesgratis.es/?p=15392 .
    En USA es claro que para el deudor que recientemente se ha beneficiado de un fresh start tiene un aumento del coste crediticio “para él” en un sistema como el americano donde fluye la información financiera en los Credit Bureau y hay adecuación del coste a la prima de riesgo. El impacto del coste es para el deudor que ha sido insolvente, pero no para el resto de personas que decidan iniciar una actividad empresarial precisamente porque si fracasan no serán condenados a la exclusión social. Creo que ésta es la variable que hay que valorar: el estímulo a la actividad emprendedora general por más que, llegado el fracaso, la reintegración del deudor al mercado de crédito sea a un mayor coste para él.

  • Como sabes, en España el sistema crediticio es distinto por obra de una legislación de protección de datos muy restrictiva. Lo mismo pasa en Alemania (aunque menos que España) y el fresh start puede, efectivamente, suponer un aumento de coste crediticio para todos porque aquí no hay adecuación del coste a la prima de riesgo. De ahí que esta situación bloquee el natural estímulo a la actividad empresarial que objetivamente presenta, a mi juicio, el fresh start.

  • Hay un dato que en los años 70 se explicaba en el "Exec" del Harvard B.S: De cada 10 empresas que arrancan, nueve no pasan de los tres años. Y de cada diez que superan los tres años, nueve no llegan a los 10.
    A mi grupo se lo contó un profesor japonés-americano hiperactivo cuyo nombre no recuerdo.
    De hecho una ojeada al Dow --empresas ya asentadas-- nos descubre una sorprendente mortalidad y una preocupante tendencia, a cada vez, más "empresas burbuja" y con poca chicha sólida detrás. Desde la gaita esta de las redes sociales a la cola de la burbuja dot-com, no se me ocurre nada sostenible por méritos propios.

    Esto es importante porque en algún momento la gente que quiere tener una actividad empresarial se pregunta ¿qué sé hacer que pueda se vender con algo de margen?
    Más vale que se lo pregunten antes de ir a pedir prestado.

    Por otra parte me temo que poca gente sabe el coste real de financiar un start-up que siempre es mayor que el margen que se puede obtener, --no del pelotazo del IPO que es el objetivo real--, del crecimiento orgánico y del trabajo constante.

    Antes o después habremos de preguntarnos ¿hacer... qué? ¿para venderlo a qué precio y durante cuanto tiempo?
    La respuesta a estas dos preguntas es suficiente para rezar por los "morituri". A estos, más que un fresh start, habría que ofrecer un mausoleo bien merecido. De Carrara.

    Saludos

  • En estos temas de emprendedores, por culpa de los riesgos asumidos y los no asumidos , la competencia desleal, la obsolescencia , el "corte" del crédito , hay que ser cautos,la teoría academia muchas veces no es suficiente , a no ser que el académico cuente con una experiencia de empezar una empresa desde cero. Casos de empresas bien gestionadas, casos de proyectos con un buen plan de empresa, que no han pasado de cinco años por culpa de factores externos, podríamos citar muchos.

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