Algunas reflexiones sobre Eduardo Ley y su legado de investigación

De Mark F.J. Steel. Catedrático de Estadística de la Universidad de Warwick.
eduley
Nota del editor: Eduardo Ley murió el 1 de julio. Un excelente economista y una gran persona, deja muchos amigos en la profesión. Hemos pedido a uno de sus coautores frecuentes que nos cuente algo sobre su investigación a modo de homenaje. Pero debemos recordar también sus muchos servicios a la profesión en España, como su ejemplar trabajo de director de la Spanish Economic Review, en la que defendió el modelo (heredado después en SERIEs) entonces innovador de difusión pública de los datos usados en los artículos empíricos (que también hemos comentado y defendido aquí), además del derecho de los autores a tener respuesta en un período razonable (practicando con el ejemplo, en mi período trabajando en Investigaciones Económicas ningún otro editor asociado se acercaba a su velocidad de evaluación, que además era de excepcional calidad). También escribió una entrada para Nada es Gratis. A los editores nos gustaría mucho que todos los que conocieron a Edu nos dejasen aquí un testimonio de su aprecio por él.

Por si mi traducción traiciona el espíritu del escrito, la versión en inglés está en la página de Mark.

El lunes 1 de julio murió Eduardo, después de una valiente lucha contra una cruel y debilitante enfermedad. Era una persona maravillosa y un querido amigo y le echaremos mucho de menos. Eduardo siempre veía y resaltaba el lado divertido de las cosas con claridad y su presencia (incluso un mero contacto por correo electrónico) invariablemente levantaba nuestro estado de ánimo. Después del período en que coincidimos en Madrid, a principios de los años noventa, no nos vimos con tanta frecuencia, pero con los años tuve la suerte de compartir con él una cerveza de vez en cuando y discusiones agradables sobre una amplia gama de temas, cuando nos reuníamos en Washington DC y (más frecuentemente) en Madrid. Llegó incluso a asistir a mi boda en Mallorca en 2009. La última vez que nos vimos fue el 18 de junio de 2011 frente al Hotel Palace de Madrid: una tarde encantadora pasada charlando con un buen amigo. Yo no sabía entonces que sería la última. A pesar de la falta de frecuencia del contacto personal, me deja tantos buenos recuerdos... Además de ser una verdadera inspiración, una persona cálida y cariñosa con un gran sentido del humor, también era un gran investigador y en lo que sigue voy a comentar brevemente (parte de) la investigación académica de Eduardo.

Conocí a Eduardo cuando éramos colegas en la Universidad Carlos III de Madrid, en el período 1991-93. Teníamos los dos doctorados relativamente recientes en aquel momento (el de Eduardo ligeramente más reciente que el mío) y de inmediato me impresionó por su amplitud de intereses, desde temas de economía pública hasta la estadística. Pronto empezamos a colaborar en la intersección de nuestras áreas de interés. De hecho, sus conocimientos abarcaban una gama tan amplia de asuntos que espero que se me perdone por centrarme principalmente en su contribución en el trabajo académico conjunto conmigo, un estadístico (antes económetra). Otros estarán mucho más cualificados para evaluar sus contribuciones en otras áreas y para poner de relieve sus logros profesionales en las áreas de desarrollo económico y políticas públicas.

Lo primero que escribimos fue un capítulo sobre econometría bayesiana para un libro llamado Economic and Financial Modelling with Mathematica, y quedé inmediatamente impresionado por su aguda comprensión de los métodos estadísticos, combinada con conocimientos de informática muy sólidos y una gran atención al detalle. Posteriormente aplicamos modelos lineales dinámicos al área de la gestión de equipos, dando lugar a un artículo que apareció en Managerial and Decision Economics. Este trabajo ya pone de manifiesto que un hilo común en la obra de Eduardo fue la combinación imaginativa de conceptos e ideas con orígenes muy variados. Esto fue seguido por un artículo en el Journal of Econometrics (1997) que contiene un análisis formal bayesiano de los modelos de series temporales con memoria larga, lo que lleva a una inferencia robusta de las funciones de respuesta al impulso promedio entre modelos.

Para entonces ya había comenzado a trabajar en el promediado bayesiano de modelos (BMA) para hacer frente a la incertidumbre acerca del modelo, una línea de investigación en la que colaboramos hasta el final. Este fue un programa de investigación sustantivo, que combinaba partes de la literatura estadística y econométrica con ideas de estadística computacional (por ejemplo, el uso innovador de algoritmos Monte Carlo de cadenas de Markov) y aplicaciones complicadas en diversos campos científicos. La idea básica era utilizar métodos estadísticos formales para reflejar con precisión el hecho de que no estamos seguros sobre cuál es el modelo que se debe utilizar para hacer inferencia. El entorno particular en el que trabajamos fue el modelo de regresión lineal, donde a menudo tenemos muchas posibles variables independientes y poca orientación clara sobre cuáles se deben utilizar en el modelo empírico. Este es un problema muy corriente en muchos contextos aplicados. En muchas aplicaciones el número de posibles variables independientes puede ser del mismo orden de magnitud que el número de observaciones. El espacio de modelos es a menudo enorme (2 elevado a p, donde p es el número de variables independientes, que puede ser de 100 o más en las aplicaciones económicas), por lo que la exploración del espacio de modelos es un problema computacionalmente difícil. Además, opciones iniciales de modelización que parecen inocuas pueden ser muy influyentes para los resultados, lo que hace al problema muy interesante desde un punto de vista metodológico. Nuestros primeros tres trabajos en esta área fueron realizados con Carmen Fernández.

Un primer artículo establece el marco estadístico del BMA y, en particular, propone estructuras a priori útiles. Este artículo fue publicado en el Journal of Econometrics (2001) y ha sido ampliamente citado en estadística y econometría como un artículo fundamental en este campo. Un segundo documento de esta línea de investigación aplicaba estos métodos BMA a la incertidumbre en la selección de variables en las regresiones de crecimiento económico lineales (Journal of Applied Econometrics, 2001), y de inmediato se convirtió en un artículo fundamental y ampliamente citado que introdujo a los economistas a vías formalizadas de hacer frente a la incertidumbre sobre el modelo, especialmente en el contexto de problemas con un gran número de modelos posibles. Un tercer artículo de los mismos tres autores apareció en el Journal of the Royal Statistical Society, C, en 2002 y se ocupó de la aplicación de estos métodos (con algunos ajustes para hacer frente a observaciones nulas y variables categóricas) al análisis de las capturas en la pesca.

Eduardo y yo seguimos trabajando en este campo, orientándolo principalmente hacia las regresiones macroeconómicas y de crecimiento económico. En particular, investigamos el tema de la dependencia entre regresores mediante la introducción de medidas de conjución ("jointness") (Journal of Macroeconomics, 2007) y analizamos la influencia crucial de las opciones de modelización a priori, en un artículo publicado en el Journal of Applied Econometrics (2009), que ahora está empezando a tener impacto tanto en la literatura estadística como en la económica. En este artículo propusimos estructuras a priori más robustas. En nuestro último trabajo conjunto, que apareció en el Journal of Econometrics en 2012, exploramos un desarrollo adicional en esa dirección y nuevamente unimos problemas de estadística teórica con aplicaciones prácticas relevantes para los economistas. El artículo mejora nuestra comprensión de los efectos de determinadas estructuras e hipótesis a priori sobre los resultados (en particular, en las probabilidades del modelo a posteriori) y ofrece recomendaciones para el análisis aplicado. Este documento está disponible aquí. Las habilidades informáticas de Eduardo llevaron a un código eficiente que se puso a disposición de todos los investigadores, como un servicio a la profesión. Además, Eduardo era muy generoso con su tiempo y siempre daba consejos constructivos y motivadores a muchos investigadores y usuarios de los métodos BMA.

Me temo que sólo he esbozado una parte de los logros de la investigación de Eduardo. Hay que tener en cuenta que la investigación académica no era parte de su trabajo durante los últimos quince años, más o menos, ya que se pasaba casi todo el tiempo volando por todo el mundo para hacer frente a problemas importantes de la vida real en desarrollo económico y políticas públicas. Esto hace que sus contribuciones sean aún más notables.

Me considero muy afortunado por haber conocido a Eduardo y por haber disfrutado de su inspiradora compañía, de su maravilloso sentido del humor y de su cálida amistad durante todos estos años. Era una persona de la máxima integridad y siempre se podía contar con él, en cualquier situación. Su fallecimiento es una gran pérdida para muchos y será recordado por muchas cosas: con seguridad por sus logros académicos y los relacionados con las políticas públicas, pero tal vez de manera más importante aún como un maravilloso ser humano por todos los que tuvimos el privilegio de conocerle.

Hay 30 comentarios
  • Sería muy difícil exagerar alabando la bonhomía de Eduardo. Sólo puedo decir que como estudiante de doctorado en la Universidad Carlos III Eduardo me parecía el más accesible y amable de los jóvenes investigadores del departamento. Después nuestros caminos se separaron y no volvimos a vernos pero de vez en cuando, con una excusa u otra, casi siempre porque yo le pedía un favor, intercambiábamos algunos mensajes y comprobaba que seguía siendo el mismo de siempre.

    Me encantaba su curiosidad por temas que parecía marginales pero que en sus manos se convertían en joyitas que a mi me encantaba leer, como su nota sobre la provisión de bienes públicos en presencia de altruismo (aquí en pdf). Su disposición a enseñar queda reflejada en notas que andas por ahí en la nube. Desde una introducción a la econometría para principiantes hasta una diatriba contra la malinterpretación del análisis coste-beneficio en organismos públicos que yo después he padecido en organismos similares.

    De su sentido de humor queda como muestra su página web, que dejó tal cual, incluyendo las desopilantes 100 maneras de ser irritante. Estoy seguro de que se está deternillando ahora mismo.

  • Los afortunados que le conocimos podemos dar fe de su extraordinaria empatía y su generosidad compartiendo su valioso tiempo. Hasta siempre.

  • Eduardo era un ser irrepetible. Con un conocimiento enciclopédico en temas de lo mas diverso (Economía Publica, Crecimiento y Desarrollo, Estadística, Econometría, etc.) siempre dispuesto a aportar nuevas ideas, a ayudar a dignificar la profesión de economista, presto a colaborar con el mantenimiento de la excelencia investigadora en nuestro país, a mejorar el funcionamiento de los países en vías de desarrollo a través de su labor en el Banco Mundial, pero sobre todo con su bonhomía y sentido del humor.

    Los que tuvimos el placer de conocerte y gozar de tu amistad, nunca te olvidaremos. Su marcha, junto con la de gente en plenitud de sus vidas --como Mª Angeles de Frutos, Ramon Maria Dolores, Paco Mármol, Nico Porteiro, etc.-- será muy difícil de compensar.

  • Era siempre una alegría coincidir con él. Gran persona, divertido, cariñoso, profundo sin parecerlo. Qué enorme pérdida.

  • Eduardo era una persona especial que ha dejado huella en todas las facetas de la profesión en las que ha participado, que han sido muchas, con amplios intereses en otras muchas actividades y una gran curiosidad. He disfrutado de su profesionalidad e infinita generosidad para con la revistas españolas. Y envidio su capacidad y su visión original y fiel del mundo (podéis ver sus fotografías en Picassa).

  • Cuando hablaba con él, Eduardo me parecía “El hombre tranquilo”, siempre relajado y sonriente, tanto en conversaciones a dos por la calle como en reuniones tomando decisiones. Y cuando la ocasión te llevaba a hablar de viajes, de política, de economía, o de la vida, esa tranquilidad se reflejaba en opiniones muy meditadas, claras y convincentes. Pero, al mismo tiempo, su generosidad le jugaba malas pasadas. No podía evitar contestar a vuelta de correo cualquier consulta o duda. En Investigaciones Económicas y SERIEs, donde colaboramos durante bastantes años, sus evaluaciones eran tan rápidas y buenas que las dejábamos fuera de las estadísticas, porque Eduardo era claramente un “outlier” de la distribución (¡o para que los demás no nos sintiésemos avergonzados!). Se ha ido un excelente profesional, un colaborador generoso hasta lo inimaginable, y una persona irrepetible.

  • El fallecimiento de Eduardo Ley es una noticia que encoge el corazón. Edu era muy inteligente pero sin pizca de arrogancia. Hablar con él era siempre un placer por su amplitud de conocimientos y por su divertido ingenio, que te levantaba el ánimo, por ejemplo cuando te contaba noticias inverosímiles pero reales. Sus recomendaciones de libros, algunos de los cuales casi nadie recuerda ya, eran excelentes. Edu dedicó sus mejores esfuerzos a mejorar la situación de los países en desarrollo a través de su trabajo en el Banco Mundial pero, pese a llevar muchos años viviendo fuera de España, siempre contribuyó a elevar el nivel de la investigación económica en nuestro país. Era el evaluador ideal para cualquier director de revista, al que recurrías cuando necesitabas un informe solvente y rápido, que indefectiblemente recibías unas pocas horas después de enviarle la petición. También dirigió con insuperable eficiencia la Spanish Economic Review, modernizando su acceso electrónico con una facilidad que a los demás nos parecía mágica. Por último, su entereza durante el último año de lucha contra la enfermedad es un ejemplo que nunca olvidaré. Le echaré mucho de menos.

  • Gracias por tan tierno artículo. LAS PERSONAS GRANDES, son las más modestas, nada de arrogantes, las que siempre están ahí al lado de cada uno, con sus conocimientos y sus simpatías. El Grato Recuerdo de Ellas es el mayor tesoro que pueda tener los demás sobre esas personas tan geniales.

    La música unida al recuerdo...

    http://www.youtube.com/watch?v=9ugr28hn-UM

    Es un privilegio conocer a personas así , personas difíciles de olvidar.

  • El 26 de diciembre del 2012 recibí un correo de Eduardo contándome que le habían diagnosticado una “condición neuro-degenerativa con una prognosis algo mala”. En su mensaje recordaba cómo nos conocimos. En mi contestación, le decía lo siguiente: “Te recuerdo con un destornillador arreglando los ordenadores de la Charlie (y despotricando por ello), luego durante la época heroica de Investigaciones (tus perfectos referees al cabo de 5 minutos) y más tarde en DC (casi nunca en Madrid). Recuerdo tus comentarios cariñosos sobre mi inutilidad para la informática (en esto no he mejorado), tus consejos sobre qué parques visitar en la costa oeste de USA (magnífico Crater Lake), tus fotos de Senegal (no se por qué me acuerdo de ellas), tu alta estima por mi amigo Raghu, el WorldPank, y sobre todo los ribs en Georgetown.” Asimismo, le decía que esperaba verle pronto en DC, lo que finalmente no fue posible. Edu era un tipo maravilloso. Le voy a echar mucho de menos.

  • Eduardo era una persona excepcional. Los meses que compartimos como colegas en FEDEA a principios de los noventa fueron para mi especialmente gratificantes y reveladores. Siempre tenia una opinion sobre cualquier tema, y siempre era suficientemente profunda e inteligente como para hacerte pensar un buen rato sobre ella. Solo tenia un defecto: jugaba al squash, pero lo hacia tan bien que era imposible compartir el ocio deportivo con el. En alguna ocasion hicimos planes para correr el maraton de Nueva York juntos. El lo hizo, yo no. Si alguna vez lo hago, sentire su recuerdo a mi lado y seguro que escuchare su voz diciendome "pero merluzo, ¿que estas haciendo?"

  • Desde que recibi el email, estoy sonriendo al viento.
    Eduardo fue alumno de mi padre, y desde que le conocí personalmente en Perugia pasó a ser maestro, consejero y amigo, a distancia y en DC.
    Excelente y muy sensato economista, gran amante del hiking. Siempre que piense en Grand Canyon, pensaré en ti...

  • Eduardo era una de las personas con más energía que nunca he conocido. Siempre tenía mil cosas por hacer y aún así, siempre que le pregunté alguna duda (sobre todo acerca de BMA) me dedicó todo el tiempo necesario para resolverla (que a veces no era poco…). Sus papeles con Carmen Fernández y Mark Steel se pueden considerar seminales sobre el uso de BMA (promediado bayesiano de modelos) en aplicaciones económicas.
    Eduardo veía la econometría con una claridad difícil de igualar, siempre tenía un punto de vista original y sorprendente sobre cualquier tema, y lo que es más importante, era una buena persona. Él me enseñó cómo valorar (e incluso comer) un buen “steak”, siendo editor de SER me pidió mi primer “referee report”, y el verano pasado le vi por última vez en su despacho mientras sonaba música clásica. Ese día me dijo que cuando creyera tener listo un papel para “submitir”, lo volviera a leer otra vez con ojos muy críticos, que después lo dejara reposar unos días y lo volviera a leer otra vez, y después, me aconsejó que repitiera este proceso n veces… En el futuro seguiré su consejo. Gracias -e.

  • Magnifico economista, gran colega y compañero en el Banco Mundial. Siempre franco en sus opiniones, certero en sus criticas, pero siempre con una gran dosis de humor y de cariño. Se enfrento a su enfermedad con enorme coraje y dignidad. Eduardo, siempre te recordare en los pasillos del BM con la raqueta de squash en la mano y un comentario ironico en los labios. Hasta siempre.

  • Eduardo fue un gran economista, si cabe, mejor persona. Trabajamos juntos en FEDEA y compartimos partidos de squash y mucha economía. Guardaré con gran cariño el libro de Dilbert que me dedicó cuando volvió a Washington, un claro ejemplo de su forma de ver la vida y la economía.

  • Leyendo los artículos citados por el editor se ve un hombre inteligente y una buena persona. Lo mejor que se puede ser.
    Un sincero pésame para su familia.

  • Recuerdo sobre todo a Eduardo en congresos y reuniones científicas. Que era un gran economista ya queda claro en sus contribuciones, por además era el compañero ideal a quien buscar después de los seminarios. Una de las personas más interesantes que he conocido en la profesión. Le echaremos de menos.

  • Me gustaria adoptar este párrafo de Javier literalmente. Inolvidable el congreso de la EEA en Budapest. Inolvidable Eduardo. Una de las personas con las siempre apetecia encontrarse, pura chispa intelectual y de simpatia. No te olvidaremos, eso seguro.

  • Hace ya unos dias que esta noticia me dejo en estado de shock. Mi contacto con edu siempre fue productivo y agradable. Editor exigente y evaluador desmedido. Como Floren y Javier, lo recuerdo especialmente en las reuniones científicas, especialmente las conversaciones de economía en los baños y piscinas gellert. Tranquilo edu, te tenemos en la mochila.

    Sergi

  • Orgulloso de haber sido su amigo (y, por supuesto, su merluzo cuando me lo merecía). Una persona inigualable en lo profesional y en lo personal, y uno de los seres más generosos que he conocido.

  • Hace 3 años un sacerdote amigo mío me pidió dar una charla en su parroquia sobre cristianismo, economía y ética. Yo estaba tan perdido que se me ocurrió llamar a Edu para pedirle consejo. En solo un dia me mandó tanta información, documentos tan divertidos y cosas tan llamativas que tuve un éxito arrollador....tanto... que ahora termino una charla parroquial y me invitan a otra. Edu, la primera charla fue gracias a ti. La próxima será dedicada a ti.

    Por último, no se me olvidará la frase que me mandaste cuando me dijiste que estabas enfermo: "Normality is underrated" . Cada dia que me levanto y veo que todo está normal, me da un alegrón y me acuerdo de ti.

  • La verdad es que no tengo mucho que añadir a los comentarios anteriores que comparto plenamente. Mi relación directa con Eduardo se remonta a hace unos 15 años cuando nos conocimos en FEDEA y trabajamos en un par de proyecto juntos. Desde el primer momento, me maravilló la claridad de sus ideas y la generosidad con la que las compartía. También su gran curiosidad y su falta de prejuicios. Para alguien como yo que empezaba su vida laboral en aquellos años fue una gran suerte conocerle.
    Nuestra relación posterior ha sido muy esporádica pero a pesar de eso siempre era un placer coincidir con el en cualquier sitio, recibir un correo suyo o simplemente que algún conocido te contara que lo había visto recientemente.

  • Yo no lo conocí durante mi paso por la Carlos III, pero sí en Washington DC cuando coincidimos en el FMI, y he sido afortunada de mantener su amistad y la de Fomi hasta el último momento. No perdió nada durante su enfermedad, ni su ironia ni su buen humor, ni ninguna de sus capacidades intelectuales, como nos demostraba en sus emails. Pude disfrutar de su compañia y de su idéntico sentido del humor el pasado Enero durante una cena, aunque ya sufria algunos efectos de la enfermedad. Solo se quejaba de que le habian robado los 50's y los 60's...

  • Quisiera reproducir aquí un par de párrafos de la nota que emitió la Asociación Española de Economía con motivo del fallecimiento de Eduardo:

    "Eduardo era una persona poseedora de una cultura enciclopédica, con intereses vitales muy diversos que se extendían mucho más allá del ámbito de la Economía. Los que tuvimos la suerte de compartir momentos con él, pudimos disfrutar de conversaciones increíblemente enriquecedoras sobre los temas más variados. Era imposible relacionarse con él sin aprender algo nuevo e insospechado. [...]
    Todos recordamos su permanente jovialidad y su sentido del humor agudo e inteligente. A pesar del compromiso innegable con su profesión de economista y de su investigación de carácter técnico en temas estadísticos, Eduardo era sobre todo un gran humanista que entendía la naturaleza humana y las grandes fuerzas que movían el mundo."

    Eduardo fue mi sucesor en la dirección de la SER. Yo lo conocía de antes ya que coincidimos en el Consejo Editorial de Investigaciones Económicas y nos escribíamos de vez en cuanto para hablar de nuestras tonterías: una cosa absurda sobre calamares gigantes, otra sobre el contraste entre las políticas liberales que el World Bank y el IMF preconizaban y como estas se traducían en la asignación de las plazas del parking de estas instituciones (utilizaban un mecanismo totalmente ajeno a los principios del mercado), .... y, por supuesto, ... el Atlelti.

    Aun me rio cuando recuerdo que, cuando le nombraron "lead economist" del Banco Mundial, me dijo: "ya ves, Jordi, soy un economista plomo".

    Inolvidable Eduardo.

  • Desde Sydney y en la conferencia mundial de la International Health Economics que presido me entero de la muerte de Eduardo Vaya p'erdida Recuerdo su trabajo pionero en eficiencia frontera de producci'on Su primera incursi'on en el tema ya nos lo dej'o a algunos como referente Y as'i m'as cosas que obvio con tristeza por la p'erdida

  • Conoci a Edu en Washington DC, trabajamos juntos en el IMF. Edu era un ciudadano ejemplar. Una de esas personas excepcionales que gusta de dejar siempre las cosas mejor que como se las encuentra. Su labor en el IMF y WB fue explendida. Siempre generoso difundiendo sus conocimientos tanto entre el personal de estas instituciones como cuando andaba de "mision" entre ministerios y bancos centrales de medio mundo. Como amigo y en lo personal Eduardo ha sido una fuente inagotable de buenos consejos desde que nos conocimos -- verano del 98 jugando un partidillo de futbol en Bretton Woods... hasta el mes pasado. Quien me va a llamar merluzo ahora?

  • Estudié con Eduardo Económicas en Somosaguas, hace casi 35 años...
    Fuimos amigos, compartimos ideales, y luchamos por un mundo mejor.
    Eduardo era una persona excepcional, inteligente, incisiva y precisa.
    Guardo un gran recuerdo de él, y sin duda ha dejado una huella imborrable en todos.
    Nunca olvidaré tu afición al pan con helado, una de tus genialidades.
    Hasta siempre maestro.
    Un abrazo a tu familia

  • Queda poco que decir. Gran pérdida en el el aspecto profesional y enorme en el personal. Siempre de buen humor y siempre dispuesto a hacerte de guía por Washington. Suscribo lo que decía Javier Andrés: "Una de las personas más interesantes que he conocido en la profesión". Y añado: y en mi vida.

  • Tuve el privilegio de tener a Eduardo como alumno de especialidad en su licenciatura en la Complutense. Fue un alumno brillante en una promoción buenísima. Al cabo de los años nos puso en la pista de una nueva línea de investigación en la que el estaba trabajando: análisis económico en la gestión de los residuos sólidos urbanos. De ahí salió un tesis doctoral que generó muy buenas publicaciones. Me lo encontré en el CEMFI hace tres o cuatro años, me dio mucha alegría y estuvo amabilísimo conmigo, hablamos de nuestros intereses en investigación y a los dos días me mandó tres excelentes artículos sobre temas que me interesaban. Siento su pérdida y expreso mi admiración hacia Eduardo.

  • No coincidí con Eduardo muchas veces, pero las suficientes para reconecer su ejemplo de cómo se puede trabajar al mismo tiempo con una enorme profesionalidad y con una enorme sonrisa y calor humano. Si se tiene una visión pesimista sobre el mundo, uno puede imaginar qué pasaría si unos de esos shocks aleatorios que tanto nos gustan a los economistas hiciese aumentar el porcentaje de personas como Eduardo... Puede ser difícil que esto ocurra pero, al menos, el recuerdo de Eduardo nos hará un poco mejores a todos.

  • Acabo de saber del fallecimiento de Eduardo y estoy consternado. Mi contacto con él fue breve pero muy benéfico, igual que una estrella fugaz o un ángel que pasara. En un momento crucial de mi vida en que estaba perdido con la investigación de mi tesis doctoral, me recibió con toda amabilidad y me puso en una pista que me permitió llegar a buen puerto, además de abrirme muchos caminos que pude ir explorando en los años siguientes de mi carrera académica. Posteriormente, sólo tuve con él intercambios breves por correo, a los que siempre respondió de modo amable y muy profesional. Al interesarme por su perfil profesional suscitó en mí una gran admiración que se unió al enorme agradecimiento que siento por ayudarme de modo desinteresado cuando más lo necesitaba.

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