La Senda de Consolidación Fiscal: una Respuesta a una Pregunta de Tano Santos

El viernes estuve en una reunión del grupo de Economía Monetaria del NBER en el Fed de Nueva York discutiendo un paper de Nobu Kiyotaki y coautores sobre la política monetaria no convencional de la Fed.

Entre los asistentes estaba otro de los editores de NeG, Tano Santos, que me preguntaba si no estaría haciendo demasiado énfasis en la necesidad de cerrar la brecha fiscal que padecemos en España actualmente en el corto plazo.

La pregunta es relevante porque una cuestión clave en la consolidación fiscal es cómo compaginar su implementación con el mantenimiento de la salud de la economía en el medio plazo, en especial dados los signos de estancamiento de la recuperación (por ejemplo, en el índice de Fedea).

A menudo se oye el argumento de que una consolidación fiscal prematura puede hacernos caer en una segunda recesión. Este argumento, sin embargo, corre el riesgo de confundir los efectos de cambios de política fiscal a corto plazo con cambios de política fiscal a largo plazo. Es verdad que, en modelos convencionales de ciclo, una reducción transitoria del gasto público sin cambiar el marco en el largo plazo, tiene un efecto contractivo. Sin embargo, reducciones permanentes asociadas a reducciones equivalentes de impuestos suelen tener un efecto expansivo, como corrobora, en buena medida la evidencia empírica de Alesina y Ardagna (1998) y Alesina y Perotti (1997).

Es más, el efecto de una política fiscal expansiva a corto plazo puede ser mayor si estas medidas vienen acompañadas de un proceso de consolidación fiscal, como ilustran Corsetti, Meier, y Müller (2009) y Corsetti y coautores (2010) en un modelo convencional de ciclo con rigidices nominales (y esto sin necesidad de entrar en temas de credibilidad, que Juan Rubio insiste son de primera magnitud).

Esta es la razón por la que una reforma de las pensiones de la que tanto hemos hablado (aquí) es particularmente atractiva en el momento actual. Por un lado consolida la situación fiscal en el largo plazo de una manera muy importante pero por el otro no supone un shock de demanda negativo ya que, con una transición tan larga como la anunciada, no tiene un efecto en el corto plazo (de hecho, a través de un efecto riqueza en las familias, bien pudiera tener un efecto expansivo, pero en la ausencia de un modelo detallado para evaluar la medida dejamos esto únicamente como una sugerencia).

En resumen: Tano tiene toda la razón del mundo. Un énfasis desproporcionado en un ajuste muy en el corto plazo no es una buena idea. Afortunadamente, un programa bien diseñado de consolidación fiscal, lejos de dificultar la salida de la crisis actual, puede ser un instrumento clave en el sostenimiento de la recuperación.

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