El bachiller de tres años: ¿Un buen plan? (II)

de Begoña Álvarez, Florentino Felgueroso y Sergi Jiménez

Reducir nuestras tasas de abandono escolar y conseguir que no estén ligadas tan estrechamente al ciclo económico  constituye uno de los grandes retos de nuestro sistema educativo.

En la primera parte de esta entrada mostramos que los cambios introducidos por la LOGSE, en especial la supresión de un nivel de formación profesional que se podía iniciar a los 14 años (FPI), supuso un freno en la lucha contra el abandono escolar en edades tempranas. Esta evidencia constituiría a priori un soporte para una reforma educativa que adelantase en un año la separación entre itinerarios de FP y genéricos.

En esta segunda parte discutimos si sería necesario y suficiente adelantar la separación en un año, y en qué condiciones. Analizamos cuáles serían los pros y los contras a la luz de los datos disponibles para España y de la evidencia internacional, y finalizamos con una propuesta alternativa. 

1. Tres cuestiones a considerar en el caso español

¿Adelantar la separación en un año solamente sería suficiente?

Como hemos ilustrado en entradas previas, España destaca por tener la mayor  acumulación de repetidores de Europa en la enseñanza secundaria obligatoria. En consecuencia, la tasa de idoneidad de los alumnos en España a los 15 años es bajísima. Se mantuvo en torno a una media del 60% a lo largo de la última década. En el curso 2009-2010 (último dato disponible), un 24,5% de los alumnos  de 15 años cursaban 3º de ESO, y un 15% cursaba aún 2º de ESO.

Por ello, cabría plantearse si no sería mejor adelantar los itinerarios en más años, en lugar de sólo uno, dado que gran parte de los alumnos que presentan los mayores problemas educativos ya llegan con retrasos acumulados a los 15 años.

¿Cambiar el sistema educativo beneficiaría a todas las CCAA?

Las tasas de idoneidad parecen, por su parte, estar claramente relacionadas con las tasas de abandono escolar temprano. Así lo indicarían los datos regionales que se muestran en el siguiente gráfico. Aquellas CCAA con menores tasas de idoneidad también son las que registran un mayor abandono escolar prematuro.

En realidad, esta misma relación ya se obtiene a los 14 años (ver el mismo gráfico aquí pero con la tasa de idoneidad a esta edad).

Pero éstos gráficos también nos indican que no todas las CCAA parecen padecer ambos problemas en la misma magnitud, lo que nos lleva a preguntarnos si cambiar la ordenación del sistema educativo tendría efectos beneficiosos para todas las CCAA.

El abandono escolar prematuro, la falta de motivación y la acumulación de retrasos

Según los últimos datos de la EPA, entre los jóvenes de18 a24 años que abandonaron el sistema educativo reglado de forma prematura, el 32% lo hicieron sin conseguir el título de la ESO, y, entre los que lo consiguieron, un 42% hizo con 16 o más años (un 23% con 18 o más años).

El siguiente cuadro muestra los motivos esgrimidos por los que han abandonado el sistema prematuramente. Son datos algo antiguos, referidos al año 2001, con una escasa presencia aún de inmigrantes. Como se puede observar más de un 83% de los que abandonaron el sistema sin haberse graduado en ESO lo hicieron por “no querer seguir estudiando”, una parte muy sustancial (casi el 50%) porque estaba cansado de estudiar, porque no le gustaban los estudios que estaba realizando o por los estudios eran difíciles u obtenía malos resultados. Esta cifra seguía siendo relativamente alta entre los que abandonaron el sistema habiendo conseguido graduarse en la ESO: un 23%.

Estos datos parecen mostrar por lo tanto que una parte sustancial de los que abandonan los estudios sin graduarse llegan desmotivados. Los demás, muy probablemente estén ya desenganchados por la no-idoneidad, estando en grupos de alumnos en los que no les correspondería por edad, en el bachillerato o en la FP.

2. La separación de alumnos en edad temprana: la evidencia internacional

Si acudimos a la evidencia descriptiva internacional, veremos que algunos de los países que hacen una primera separación de alumnos muy temprana, tales como Alemania  (a los 10 años) o Suiza, Bélgica y Holanda (a los 12 años) obtienen buenos resultados educativos medios y sus resultados en términos de abandono escolar y paro juvenil son desde luego bastante mejores que los registrados en España.  Observamos además que varios de estos países destacan por alcanzar un elevado porcentaje de alumnos con muy buenos rendimientos escolares, teniendo aú asi una menor proporción de alumnos con muy malos rendimientos que el de otros sistemas más inclusivos (si excluimos el caso de Finlandia), (véanse las entradas de Luis Garicano y Antonio Cabrales sobre este tema).

Ahora bien, al margen de esta evidencia meramente descriptiva, la literatura empírica sobre los efectos de la separación temprana no es por lo general tan optimista. Por ejemplo, Brunello y Checchi y Woessmann hacen unas excelentes revisiones de la literatura, llegando a la conclusión de que la separación demasiado temprana genera mayores desigualdades educativas y de oportunidades, que no parecen verse compensadas por un aumento de los rendimientos educativos medios que permitirían las clases más homogéneas.  Es decir, no ven claro que existe un “trade-off” entre equidad y eficiencia derivado de la separación de alumnos. En especial, los estudios existentes en Alemania son por lo general bastante  negativos con la separación a los 10 años. Por ejemplo,  Lüdemann y Schwerdt obtienen que la la separación temprana aumenta aún más las desigualdades entre nativos e inmigrantes.

3. Una propuesta de reforma alternativa

En el caso español, de lo que se trata ante todo es de reducir el abandono escolar. Para ello, seguro que no es necesaria una separación tan temprana como en el caso germánico o belgo-holandés. Ahora bien, una diferenciación de itinerarios antes de los 16 años, podría resultar adecuada para aquellos alumnos desmotivados por la vía educativa exclusivamente genérica. Si con ello se consigue que prolonguen sus estudios, la FP también proporciona, sin ningún tipo de discusión, más formación genérica que la vía del abandono prematuro.

No obstante, surgen serias dudas acerca de que la solución sea el simple adelanto del bachiller (y por lo tanto de la FP) en uno o dos años. Por una parte, podría aportar soluciones a los efectos negativos que pudieran tener los alumnos más retrasados sobre aquellos más aventajados, pero no resolvería el problema de los primeros. Simplemente se acumularían en el último curso de la ESO, sin poder continuar en el sistema reglado hasta que no superasen este nivel, y en este sentido lo más probable es que los efectos sobre el abandono escolar sean bastante reducidos. Por otra parte, algunas CCAA no muestran resultados tan malos con el actual ordenamiento educativo.

Por estos motivos, probablemente no sea necesario generar un nuevo ordenamiento, cambiando la duración de nuestra secundaria inferior (la ESO) y superior (el Bachiller), sino intentar adaptar el existente para que sea más flexible y permeable entre sus distintos niveles, de modo que, en todas las etapas, siempre haya una opción educativa frente al abandono escolar.

Por ejemplo, se podría adelantar la edad mínima de acceso a los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) a los 14 años. Estos programas (introducidos en el curso 2006-2007) están dirigidos a alumnos con riesgo elevado de abandono escolar. Hasta ahora, la edad mínima de acceso eran los 16 años, sin embargo, en la reforma de la FP incluida en la Ley de Economía Sostenible, y que debería entraren vigor en el curso 2012-2013 (si el Gobierno actual no lo modifica antes), la edad de entrada se adelanta a los 15 años. Nuestra propuesta es adelantarla todavía un año más, a lo 14 años.

La importancia de los PCPI reside en que ofrecen una salida de la educación exclusivamente genérica a estudiantes desmotivados, pero con una vía opcional de retorno a la misma. Además, la normativa que debería entrar en vigor el próximo curso, abre el acceso directo a la FP media a aquellos alumnos que hayan superado los módulos obligatorios de un PCPI. Con ello se elimina la barrera del título de ESO para entrar en enseñanzas de formación profesional.

Este es un aspecto crucial que debería tener consecuencias positivas en la reducción del abandono escolar. Es por otra parte un sistema bastante parecido al que existía antes de la implantación de la LOGSE, cuando los alumnos que no hubiesen aprobado el Graduado Escolar no veían por ello cerrada su continuidad en el sistema educativo, pudiendo seguir por la vía FPI que daba luego acceso a la FPII. Como hemos visto en la primera parte de esta entrada, este sistema favoreció el  abandono escolar fue menor en aquellas CCAA en las que este itinerario pasó a ser obligatorio durante el período de transición de la LOGSE.

No obstante esta adaptación al sistema ya existente no sería suficiente. Ante todo, parece bastante evidente que se debería reforzar las intervenciones tempranas y también sería conveniente revisar unas reglas de repetición que parecen haber tenido el efecto perverso de reducir las tasas de idoneidad, cuando sobre el papel su objetivo era otro. Adicionalmente, creemos que son necesarios cambios en la formación profesional de la secundaria post-obligatoria, dotándola con una mayor fracción de los recursos educativos y un periodo más amplio de formación práctica en empresas, como una vía de aproximación al modelo dual.

Finalmente, para evitar que el abandono escolar tenga un componente contracíclico tan elevado, convendría también debatir el desarrollo de otras medidas, como el retraso en la edad mínima de permanencia en el sistema educativo reglado, el retorno a los salarios mínimos estatutarios por edades y la introducción de incentivos a los contratos para jóvenes (menores de 18 años) que compaginen el estudio con el trabajo. A este respecto, la última reforma laboral parece ir mal encaminada, al rebajar el contenido formativo mínimo de los contratos de formación y aprendizaje.

Hay 16 comentarios
  • En esto sé que soy muy pesado pero creo que no está mal repetirse muchas veces. El grueso del problema educativo está en Primaria. Si se trabajase con éxito esa etapa quizá todo lo demás sería mucho más fácil. El problema de esta reforma es que comienza por el tejado y así es muy complicado encajar las piezas con mínima garantía de éxito. En mi opinión un Bachillerato de 3 años no es mala idea porque ahora mismo todo está muy condensado y la formación se resiente. La cuestión es que en la Formación Profesional los problemas son otros y el encaje con el resto de las etapas se complica mucho.

  • Ante todo, gracias por la abundante y enriquecedora evidencia empírica que siempre aportáis.

    En mi opinión, identificáis los problemas correctamente, pero la apuesta por la separación (todavía más) temprana me parece poco justificada, y no creo que se derive de la evidencia que presentáis (y sobretodo la desaconseja mucha de la evidencia que referenciais).

    Los problemas para el abandono son, efectivamente, la repetición y la desmotivación. De la repetición desmedida en la ESO que produce el sistema educativo español ya se ha hablado mucho en estas páginas. Es una aberración incalificable. Pero, desde mi punto de vista, la cuestión de la desmotivación no la abordáis en sus justos términos. La separación temprana no resuelve el problema del desenganche, ni siquiera lo aborda en sus orígenes. En un pequeño trabajo que realizamos con una muestra de 1.000 familias con niños de 6 a 10 años (perdón por la auto-referencia) ya identificamos niveles de "desmotivación" y otros problemas no cognitivos en esas etapas, que anticipan bastante bien los niveles abandono posterior (y con ello no descubrimos nada que no diga una abundante literatura internacional). En otras palabras, los problemas que queréis "desactivar" separando alumnos a los 14, se arrastran desde antes, y no desaparecen en un PCPI. ¿Qué os hace pensar que allí se motivarán? (¿o concebís los PCPI como estudios para “desmotivados”?) ¿Qué os hace pensar que algunos estudiantes “desmotivados” aprovecharan las pasarelas de retorno?

    La evidencia (que muy honestamente incluís en la entrada) sobre los efectos del "early tracking" sobre la desigualdad educativa es devastadora (frente a una evidencia poco concluyente sobre efectos positivos sobre eficiencia). Imposible de corregir razonablemente con pasarelas de retorno. Creo que es más que suficiente buscar la solución al abandono temprano (como apuntáis) en reforzar las intervenciones tempranas y revisar las reglas de repetición perversas (amén de las intervenciones para corregir la calidad de la docencia a través los mecanismos de evaluación, que propugna habitualmente Antonio Cabrales en esta página), evitando experimentos con las más que conocidas "consecuencias no queridas" del early tracking.

    • PMK,
      Gracias a ti por tus siempre interesantes comentarios (por favor, si tienes publicado el trabajo al que te refieres, podrías proporcionarnos el enlace, es este un tema crucial). Creo que la respuesta de Begoña, la compartimos los tres autores de esta entrada. El tracking, deberia considerarse cómo medida de acompañamiento y utilizado en última instancia. Lo ideal sería que se pusieran en marcha todas las medidas para que no fuese necesario, teniendo en cuenta sus posibles efectos perversos sobre la desigualdad educativa. Ahora bien, creo que no hay mayor desigualdad educativa que el propio abandono escolar temprano y de lo que se trata es de remediarlo. Si la clave es la atención temprana, entre otras medidas, pongamonos manos a la obra y busquemos recursos de dónde podamos, pero mientras no nos podemos permitir otra década de drop-out, con una proporción tan alta de jóvenes con un bagage de formación génerica tan raquito y sin formación profesional .
      Comprendo tus dudas de que el tracking con los PCPI no garanticen un cambio en la motivación de los alumnos hacia el estudio. Pero permiteme que duda yo aún más que, si como bien indicas, la desmotivación se inicia desde edades muy tempranas, y se ha ido acumulando durante 6-8 años en el mismo itinerario, puedas conseguir revertir la situación en los últimos años de la ESO.

      • En el capítulo final podeis encontrar algunos indicadores descriptivos que apuntan a elevados niveles de "desenganche" en la etapa 6-10, y se discute (limitadamente) la literatura internacional sobre el tema:

        http://obrasocial.lacaixa.es/StaticFiles/StaticFiles/7af433edaa007210VgnVCM1000000e8cf10aRCRD/es/vol30_es.pdf

        Estoy muy de acuerdo que en los últimos años de la ESO es imposible revertir ninguna situación. Es muy posible que, como decís, con un PCPI formemos algo más a chicos predispuestos al fracaso (habría que evaluarlo rigurosamente). La medida de llevarlo a los 15 años (y con pasarelas de retorno) me parece acertada. Situar la separación en los 14 años me ofrece muchas dudas, porque me parece muy improbable que estudiantes con alto riesgo de fracaso (y como ya indiqué arrastran problemas "no cognitivos" profundos) vayan a encontrar en los módulos del PCPI la motivación para seguir estudiando en FP más allá de los 16 años(e incidir así en indicadores de abandono prematuro). A cambio, el riesgo de aumentar el gradiente socioeconómico es alto, como nos demuestra el contraste entre estados con separación más temprana y más tardia en Alemania (Woessmann).

        La eficiencia de una política de early tracking es discutible. Hay que recordar que, junto a los casos de éxito, Hungria, Chequia, Eslovaquia, Turquía, Italia también lo practican, con resultados modestos. Y el peligro de inequidad elevado.

        Las políticas de intervención temprana evitan todos estos problemas. No sólo porque son políticas eficientes. Sino también porque son equitativas. Ganamos todos, pero ganan más los que parten en situación de desventaja.

  • Estoy totalmente de acuerdo contigo y con Emilio en que las actuaciones primeras y principales para reducir el riesgo de abandono escolar prematuro deben centrarse en la identificación temprana de necesidades educativas específicas y en programas de refuerzo para atenderlas (seguramente deberíamos haberlas citado en primer lugar). En este blog se han ofrecido discusiones y evidencias muy significativas sobre la importancia e impacto de estas intervenciones.

    Nuestra idea es que estas intervenciones deben convivir, además, con medidas que, a partir de los 14 años (edad en la que ya se observan tasas de repetición preocupantes) puedan optar por una salida de la educación genérica hacia la formación profesional, pero sin cerrar la vuelta a la finalización de la ESO. Los PCPI son esa herramienta. Y, sí, efectivamente están pensados para estudiantes desmotivados con la educación genérica, es decir, estudiantes con malos resultados en los cursos de la ESO y a quienes el centro educativo valora como estudiantes con elevado riesgo de abandono escolar.

    Hasta ahora, los estudiantes que cursaban un PCPI podían salir directamente al mercado laboral con un certificado profesional de nivel básico tras completar los módulos obligatorios de estos programas y, además, obtener el título de ESO cursando unos módulos voluntarios. A partir del próximo curso, los estudiantes que aprueben los módulos obligatorios podrán, también, acceder directamente a la FP media, eludiendo de ese modo el requisito de cursar la ESO. Este es un cambio sustancial ¿Por qué creemos que quienes entran en un PCPI pueden reengancharse? Porque la desmotivación de gran parte de estos estudiantes es con la educación genérica, pero no necesariamente con la formación profesional en la que pueden tener habilidades que hasta ese momento no han podido demostrar.

  • Buenas noches.

    Estoy muy a favor de la formación profesional. Cada día más. Y con adelantar esto todo lo posible. La FP puede y debe ser una excelente vía de acceso (también) a la universidad. En las generaciones audiovisuales de hoy se aprende más y mejor "haciendo" que de ninguna otra forma.

    Pero también quisiera hacer una observación sobre contenidos de FP.

    ¿Qué estudiarían? ¿Qué aprenderían a hacer? y, sobre todo, ¿Dónde usarían su conocimiento productivamente?

    Si resulta que todo el manufacturing industrial (que es donde se concentran los aprendizajes con contenido motivador y con un futuro) no forma parte de nuestro paisaje porque la vigente división internacional del trabajo dice que aquí "no toca" ( me horroriza decir estas cosas tan marxistas y tan viejas a mi edad, pero no se puede evitar, es lo que hay), ¿qué se les va a enseñar a los chicos?
    ¿Manipulador de alimentos para despachar en el Super? ¿Reparador de virus en sistemas Windows? ¿Sustituir conjuntos altamente integrados en Vehículos de motor? ¿Fragmentador de cangrejo de Alaska?

    Si se rasca un poco y olvidamos el ladrillo, veremos que no hay. Que es un desierto y que para que haya, algo ha de cambiar radicalmente o nos seguiremos engañando y sin tener, en una ciudad como Madrid o Barcelona ( o París, da igual), a nadie que sepa hacer un par de zapatos y viva de ello. Nadie. ¿Cómo es posible?

    El sistema educativo, en muy buena medida, produce titulados a mansalva para un mundo inexistente. En ambos itinerarios. Por eso se van o no hacen nada muchos chicos.

    Es terrible pero todo apunta al mismo punto. ¿Para hacer... qué?

    Saludos

    • Buenos días Manu,
      Creo que en parte tienes razón. Sólo ahora, después de una larga década de juerga, hacemos balance y muchos empleos han ido desapareciendo con la globalización, empleos para los que no nos hubiese costoso tanto reciclar a nuestros "drop-out" que abandonaron el sistema con los cantos de sirena de la construcción (en un post anterior, comentaba por ejemplo, que el número de ebanistas se había reducido a la mitad desde mediados de los años 90). Habrá que formar a todos nuestros jóvenes para emplearlos en las nuevas ocupaciones que mencionas e intentar desarrollar actividad en los sectores en los que aún somos muy deficitarios. Y estos sectores necesitan de capital humano, de técnicos y profesionales cualificados, pero también de personas quizás con menos educación, pero algo más que antes. Es el nuevo mundo que nos ha tocado vivir en este lado del planeta. En cualquier caso, creo fundamentalmente en dos reglas: formación profesional para el empleo sin pensar que será eternamente útil y más capital humano genérico para ser más versátiles.

  • Los PCPI permiten mantener escolarizados a un grupo de alumnos que de otra forma habrían abandonado el sistema educativo y esto es esencial ya que pese al cúmulo de problemas (personales, familiares, etc) que suele acumular este colectivo, el estar dentro del sistema les va a ayudar a integrarse socialmente y progresar, primero adquiriendo una cualificación profesional básica enfocada al mercado de trabajo, después obteniendo si se esfuerzan (dadas sus carencias de base) el título de la ESO sin el cual tienen muchas puertas cerradas y finalmente continuando estudios de FP de grado medio ...

    En cuanto al 4º curso de la ESO (o 1º de bachillerato que se propone), dado el carácter orientador que debe de tener, creo que es fundamental que no se olvide que el porcentaje de alumnos que eligen realizar el bachillerato de Ciencias Sociales (que incluye Economía y Economía de la Empresa) es el más elevado de entre todas las modalidades de bachillerato (más que el de humanidades o cualquiera de los de ciencias, -ahí están las estadísticas-) y digo esto porque se suele olvidar con demasiada frecuencia como por ejemplo en la última reforma que aprobó el ministro Gabilondo (ya derogada por Wert) en la que se contemplaba un 4º de ESO con asignaturas optativas de 3 modalidades orientadas hacia las ciencias, las letras o la Formación Profesional) o como el 4º de ESO actual que tampoco tiene ninguna asignatura que permita orientarse a los alumnos hacia esta rama de conocimientos que los alumnos eligen mayoritariamente en bachillerato.

  • Gracias por el post. Estoy de acuerdo en que la clave es la educación temprana pero mientras tenemos que tratar el problema inmediato de las cohortes de desmotivados.

    En este sentido, la propuesta de ampliar los PCPIs a los 14 años me parece acertada y merece un estudio mas detallado.

    Por cierto, tanto el Reino Unido como en EEUU (propuesta de Obama en el su discurso del Estado de la Unión de 2012) existen propuestas para extender la educación obligatoria hasta los 18. ¿Algún commentario al respecto?

    • ¿Algún comentario?
      Pues sí.
      Este: "como son incapaces de producir empleo de verdad van a tener que añadir otro par de años de jardín escolar. Lo mismo que ya ha pasado antes si comparamos un bachiller de hoy con los que tomaban el examen de estado. Tendrán que convencer a los chinitos de que nos presten los suficientes yuanes para que sigamos estudiando toda la vida. Para trabajar en la otra"

  • Hola Filisteo,

    Gracias por tu comentario.

    Es una opción a considerar seriamente. Por nuestra parte hemos pensado y discutido ampliamente sobre ello aunque no estamos seguros de su conveniencia. Algunos países con tracking temprano y que tienen buenos resultados educativos como Alemania, Holanda y Bélgica ya tienen educación obligatoria hasta los 18. La alternativa sería la de no permitir (o restringir seriamente) la participación laboral hasta los 18 si una mínima cualificación educativa.

    Sergi

  • La propuesta es perfectamente razonable. Y mirada de cerca es, simplemente volver al sistema preLOGSE: un bachillerato o una FPI desde los 14 años. Lo que algunos vienen y venimos deciendo desde que se aprobó la LOGSE.

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