Cinco libros sobre la crisis

La literatura sobre la crisis (la Gran Recesión como se la empieza a llamara aquí) empieza a ser enorme tanto en lo académico como en lo periodístico. Para facilitar las cosas me he leído cinco libros para que no lo tengáis que hacer vosotros, que sé que estáis todos ocupadísimos con cosas de gran importancia.

  • “Fool’s gold: How the old Dream of a Small Tribe at JP Morgan was corrupted by Wall Street Greed and Unleashed a Catastrophe” de Gillian Tett. Free Press, 2009.

 

Este es un muy buen libro, al menos la primera parte, donde se relata la historia del grupo dentro de JP Morgan que creó el primer “credit default swap,” el famoso BISTRO. Es interesante porque el relato de cómo ocurre una innovación financiera es en sí fascinante. Una de las preguntas que existe en la literatura, y para la que no hay buena respuesta, es porqué dichas innovaciones ocurren, cuándo ocurren y porqué el ciclo de innovación en muchas ocasiones acaba … pues eso, como “el rosario de la aurora.” La autora, periodista  Financial Times, tiene mucho que decir sobre estas cuestiones. En particular relata como dicha innovación migra de institución a institución y cómo el grupo original contempla estupefacto el crecimiento de un mercado con unos riesgos que ellos, habiendo creado el instrumento original, prefirieron no tomar. La moraleja de la historia es que precisamente el proceso de innovación fuerza al innovador a considerar todos los riesgos del instrumento. No habiendo datos ni experiencia histórica sobre el funcionamiento del instrumento,  el conocimiento del grupo original tiene que ser exhaustivo para así explicarle tanto al regulador como al equipo directivo las bondades del producto. Los seguidores sin embargo pueden simplemente apoyarse en las prácticas de mercado y en la naturaleza standard del producto y su liquidez para tomar toda clase de riesgos. Concluye la autora que es precisamente el hecho de que JP Morgan fue el innovador lo que le libró de los males que luego siguieron.

En la segunda parte se ofrece un resumen rápido de la crisis y los malos usos de los CDSs y aquí la autora pierde completamente el interés en su propio libro, que se vuelve aburrido y repetitivo.

Aún así el libro se lee con mucho provecho y lo recomiendo para un buen fin de semana donde uno tenga el tiempo y quiera algo útil sin tampoco esforzarse mucho (si quiere uno esforzarse pues más recomiendo a Proust, claro.) Requiere algo de concentración.

  • “Too Big to Fail: The Inside Story of how Wall Street and Washington fought to save the financial system and themselves” de  Andrew Ross Sorkin. Penguin, 2009

 

Este libro está escrito por el periodista del New York Times, Andrew Ross Sorkin, quien es sin dudad el periodista mejor informado del país sobre todo lo que pasa en Wall Street estos días, que como os podréis imaginar no es poco. El libro tiene el nivel analítico de una guía telefónica pero como en una guía telefónica está todo ahí. Leyendo el libro el autor nos cuenta de conversaciones telefónicas entre dos personas y nos la cuenta con comillas, con lo cual el autor o bien tiene todos los teléfonos pinchados o se lo contaron las dos personas que tuvieron tal conversación, lo que es lo más probable. Valga una anécdota para mostrar el nivel de información del periodista. En la carrera por salvar a Morgan Stanley, el secretario del tesoro estadounidense, Hank Paulson, llamó al vicepremier Chino Wang Qishang para convencerle de que el fondo soberano de inversión chino (CIC) tomase una posición en Morgan con el fin de estabilizarlo y evitar su colapso. La conversación tuvo lugar entre Paulson y el vicepremier desde el coche de Paulson. La historia es interesante no sólo por comprobar que en este mundo se sabe todo sino también para ver hasta qué grado llegó la intervención pública: La imagen del secretario del tesoro estadounidense llamando al vicepremier ministro Chino en representación básicamente de una banco de inversión privado es simplemente  impactante.

No me puedo imaginar mejor relato de lo que pasó pero el autor no tiene nada, pero nada de nada, que decir sobre las causas de la crisis; ni siquiera tiene mucho que decir sobre porqué Bear o Lehman caen pero no Morgan Stanley. Mr. Ross Sorkin es literalmente un escriba.  Como periodista le impresionan las anécdotas y, en aplicación inmisericorde de la ley de los pequeños números, deriva de vez en cuando conclusiones amplísimas de los episodios más nimios pero que por implicar a quien implica tienen un alto componente dramático.

El libro lo recomiendo muchísimo para vuelos largos o incluso para el metro; se puede coger y dejar y tal es el torbellino de las cosas que pasan en el libro que  uno se siente como en esas telenovelas baratas que tienen miles de episodios. Uno puede perderse unos cuantos episodios sin a su vez perderse nada. Los capítulos sobre ese Septiembre de 2008 son de todas formas absorbentes y de lectura entretenidísima. No requiere mucha concentración.

  • “In Fed we Trust: Ben Bernanke’s War on the Great Panic,” de David Wessel. Random House, 2009

 

Otro libro que recomiendo es este que está escrito por el editor económico del Wall Street Journal y que por tanto (1) está muy bien informado y (2) es más analítico y profundo (aunque tampoco como para tirar cohetes) que el anterior. Cuenta la crisis desde la perspectiva de la Reserva Federal y eso es en sí ya interesante porque se centra en todo los que se refiere a la política económica. Este es un libro incluso para recomendar a los estudiantes de uno interesados en cuestiones de política monetaria y se puede leer a la vez que muchos de los artículos que Bernanke escribió sobre la Gran Depresión.

Pero el libro se centra exclusivamente en el periodo de crisis. Nada tiene que decir sobre el papel de la Reserva Federal en el origen de la crisis en sí. Y esto es una pena porque está por escribirse el libro sobre la política monetaria en los últimos nueva años, desde la crisis del 2001 que tanto está en el origen de todo lo que hemos vivido durante estos dos últimos dos años. El autor ha tenido acceso a muchos de los gobernadores de la Reserva Federal y, claro, es la primera oportunidad que muchos de ellos tienen de sesgar la visión que el público informado tiene sobre la gestión de la crisis.

Este es otro libro para fin de semana (se lee en una tarde concentrada) o para un par de viajes de avión cortitos. No requiere mucha concentración.

  • “Financial Shock: Global Panic and Government Bailouts – How we got here and what must be done to fix it” de Mark Zandi. Pearson, 2009.

 

Este es un libro espléndido escrito por una de las personas que mejor vio la evolución de la crisis desde el principio. Su influencia ha sido enorme y leyendo el libro uno ve inmediatamente el porqué: El libro es lúcido, directo, lleno de gráficos y de información útil sin ser pesado. Está escrito para el estudiante serio de economía y es de los más recomendable para los estudiantes tanto de economía como de finanzas.

Este libro requiere concentración y atención. No es para el metro ni para el avión y recomiendo una mañana tranquila (el libro es cortito), de café y disfrutar el libro.

  • “Animal Spirits: How Human Psychology Drives the Economy and Why it Matters for Global Capitalism,” de George Akerloff y Robert Shiller. Princeton University Press, 2009.

 

He dejado este libro para el final porque de todos es el que está escrito por dos economistas académicos de grandísima reputación. Akerloff es un investigador originalísimo y autor de uno de los grandes artículos de economía que se haya escrito jamás. Shiller es un investigador peculiar; a mi gusto tiene uno de los mejores olfatos de la profesión (como lo demuestra aquella serie de artículos sobre los “volatility bounds” de principios de los ochenta.) Ha sido una de las personas que desde hace tiempo alertó de la existencia de la burbuja inmobiliaria como antes los hizo sobre la tecnológica. Ha estado en el centro de esa curiosa intersección entre economía y periodismo que hemos vivido durante estos últimos años. Pero lo interesante de Shiller es que nunca ha conseguido contar una historia coherente de lo que hay detrás de estos fenómenos burbujeantes sobre los que muestra tanta capacidad de diagnosis. Shiller ha sido sin duda alguna uno de los grandes “gurus” de la economía de estos últimos años, pero nunca se ha esforzado por proveer el armazón científico que nos permita entender lo peculiar de nuestra historia económica reciente (Zandi tiene mucho más que decir que Akerloff y Shiller sobre esto.) Se ha hecho multimillonario con su famoso índice inmobiliario y bien que se lo merece porque llevaba trabajando en él casi dos décadas, prueba una vez más de su instinto tremendo.

Un primer punto del libro es que los economistas nos hemos olvidado de que los “animal spirits,” esa energía primitiva que nos domina a todos y que tiene un efecto tremendo sobre los mercados, sesgando precios y a su vez la distribución de los recursos con grandes efectos de eficiencia que la política económica hará bien en tener en cuenta. Como cuentan Akerloff y Shiller en lo mejor del libro, nos hemos olvidado de Keynes que hizo de estos “animal spirits” parte central de su pensamiento (Keynes no está entre nosotros para decir si sí o si no.) El mercado como sistema de distribución de recursos es una máquina admirable pero dejada a sus propios recursos el mercado tiende al exceso y la especulación, las manías, a las que inevitablemente sigue el pánico y la depresión económica. Como ellos dicen (esto no me lo he inventado yo) “ … the current economic crisis has been astutely explained by George W. Bush: “Wall Street got drunk.”” A partir de esta premisa, tan originalmente expresada por el nunca justamente ponderado Mr. Bush,  se construye una teoría de todos los fenómenos que asociamos con el proceso de fluctuaciones económicas. Esto, dicho así, es por supuesto como para volver loco a cualquiera.

Vaya por delante que lo mejor del libro son las breves páginas que los autores dedican al porqué la profesión olvido elemento tan importante en el pensamiento de Keynes y los motivos detrás de ello. El objetivo de los autores es sin embargo más ambicioso: Rescatar esta parte dormida del pensamiento del gran economista inglés y mostrar el enorme poder que tiene para hacernos entender una gran variedad de fenómenos. Y en esto el libro es simplemente una insoportable decepción. Y la cosa es que el libro empieza bien, estableciendo una lista de categorías que hay que incorporar a nuestros modelos y que tienen un gran potencial a la hora de explicar la variación de magnitudes: Confianza, equidad, corrupción, ilusión monetaria e “historias,” esto es narrativas que los agentes utilizan como guía para tomar decisiones.

Esto es coherente con el objetivo de Akerloof y Shiller: “[t]his book, which draws on an emerging field called behavioral economics, describes how the economy really works.” (Por cierto que casi casi se sigue que los demás no perseguían la descripción de cómo funciona la economía realmente sino que estaban detrás de una visión idealizada, más en busca de una satisfacción estética que de la construcción de modelos que puedan servir de guía cuantitativa de lo que vemos en el comportamiento de los agregados. Al parecer este libro se distribuye ahora en el Purgatorio para todos aquellos economistas con doctorados de Chicago, Minnesota, y demás sitios de mal vivir.) Y que una vez más la idea de estudiar los efectos que desviaciones del paradigma de racionalidad tienen sobre la economía agregada me parece una agenda de importancia capital. Pero lo que desanima del libro es que, simplemente, Akerloff y Shiller no parecen tener interés alguno en un tratamiento científico del tema que proponen. No se define el concepto de “animal spirits” de una forma que sea medible, ni siquiera se propone una taxonomía de fenómenos que nos permita averiguar su presencia. Los casos con los que se nos pretende mostrar la “operacionalidad” del concepto es un conjunto de ideas inconexas con pretensiones de profundidad. Lo peor es que Akerloof y Shiller no tienen nada que decir sobre cuando estos “animal spirits” afectan a la actividad agregada o no, por qué aparecen en un momento y no en otro, qué es lo que está en su origen. Nada hay en él que nos permita fijar las ideas y pensar en desarrollar la correspondiente agenda de investigación sobre todo en lo que se refiere a la relación de estos “animal spirits” con la crisis presente. Y aún más importante, no tienen prescripción alguna en términos de política económica sobre cómo gestionar dichos spiritus animalis.

Y todo esto es una verdadera pena porque una vez más Shiller está detrás de algo realmente importante, que hay cosas que el modelo de racionalidad habitual parece no capturar, que la burbuja tecnológica de finales del siglo pasado y esta inmobiliaria nos muestra un mercado desbocado e ineficiente, y que nuestros modelos no parecen los adecuados para  entender estos fenómenos tremendos. Shiller nos anima a pensar, y esto es una maravilla, pero si se quiere un atisbo de respuesta, una brizna de inspiración que nos permita guiar nuestros pasos y reencontrar a Keynes en este aspecto, Akerloff y Shiller es un laberinto confuso y banal más que un trabajo de ciencia. Se lee con interés y frustración a la vez, quizás como todos los buenos libros, pero se acaba aburrido de perseguir sombras.

El libro requiere atención y paciencia en igual medida. Léase en varios días sin abusar.

Hay 3 comentarios
  • ¡Gracias Tano! Excelente post. Referente a Akerloff-Shiller: yo soy un absoluto ignorante en estos temas, ¿me puede explicar alguien la diferencia entre "animal spirits" y "sunspots"? Recuerdo cuando era joven ver utilizar "sunspots" para coordinar expectativas en una u otra dirección y generar fluctuaciones en algunos trabajos de finales de los ochenta - principios de los noventa. Al final, me da la impresión que no aprendimos mucho de aquello pues por construcción no explicaban de donde salen los sunspots ni se podían derivar prescripciones de política. ¿Qué nos llevaría a pensar que esta vez tendremos más éxito? Que conste que coincido con Tano en que me parece muy interesante documentar que factores como confianza u optimismo tienen un papel crucial en la economía (si nadie confía, volvemos a autarquía, con rima y todo). Simplemente no me sorprende que Akerloff-Shiller decepcionen: dudo que los intentos de incorporar dichos elementos en el análisis vayan a aportar grandes avances en nuestra forma de entender las cosas. Ojalá me equivoque y aprendamos muchas cosas que no sabemos, pues seguro que hay mucha genta inteligente pensando en ello.

  • Tano. Gracias por tu excelente resumen. De todos, me quedo con el libro de Gillian.

    Solo comentar que mi texto favorito (so far), quizas algo tecnico, es el compendio elaborado por NYU-Stern:
    Acharya, V. and M. Richardson (eds). Restoring Financial Stability: How to Repair a Failed System, Wiley, March 2009.
    http://whitepapers.stern.nyu.edu/home.html

    Respecto a los 'animal spirits'. Mi antidoto es recomendar:
    'Inefficient Markets' de Andrei Shleifer.
    http://www.oup.com/us/catalog/general/subject/Economics/Business/?view=usa&ci=9780198292272

    Por supuesto, para entender la crisis no vendria mal re-leer el capitulo sobre la Gran Depresion contenido en el libro de Friedman-Schwartz:
    http://press.princeton.edu/titles/746.html

    Cheers!

  • Hola:
    Totalmente de acuerdo con la evaluación de Tano del libro de Animal Spirits. Cuando lo leí ya hace unos meses más que decepcionarme, me irritó. Y no porque yo sea dogmático de la racionalidad, ya que creo que de todos los Minesotos del mundo soy probablemente el que tiene más simpatía hacia ideas de racionalidad limitada y sesgos de comportamiento, sino porque el libro no explica nada. ¿Tenemos un boom? Animal Spirits. ¿Tenemos una recesión? Animal Spirits. ¿Nos quedamos en las mismas? Animal Spirits. No hay disciplina ni teórica ni cuantitativa. En especial esta última: los modelos son muy tozudos y por mucho que uno le ponga algo que parece bonito, a menudo las cosas no salen. El mejor ejemplo que conozco es el del paper de Kiyotaki-Moore de ciclos de apalancamiento: un modelo precioso, convincente, pero cuando lo pones en el ordenador no te saca nada que se parezca a los datos.

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