Paro e instituciones laborales (II): Dimensión autonómica

En la entrada anterior vimos cómo una parte sustancial de la tasa de paro española puede atribuirse a las instituciones laborales. En esta segunda entrega veremos por qué esto no es incompatible con grandes diferencias de tasas de paro entre comunidades autonómas (CCAA), sino todo lo contrario.

Hay grandes diferencias de tasas de paro entre CCAA. Actualmente la diferencia entre la máxima (Andalucía, 31%) y la mínima (Navarra, 11.7%) es de casi 20  puntos y figura entre las mayores de la OCDE (gráfico 2.2 de este informe). Podríamos pensar que haya habido distintas evoluciones económicas (por cambios exógenos de la oferta o la demanda), pero eso no nos lleva muy lejos, pues las tasas de paro por CCAA están bastante correlacionadas. (Por ejemplo, la media de las 17 correlaciones de cada comunidad con la media nacional en 2005:1-2011:3 es 0.98; las más bajas fueron Asturias, 0.93, y País Vasco, 0.94.) Las diferencias de tasas de paro son muy persistentes.

Afirmar que esta disparidad descarta la importancia de las instituciones laborales implica, para empezar, ignorar que algunas instituciones laborales no son iguales en todas las CCAA. En concreto, las políticas activas de empleo (ayuda a los parados para encontrar trabajo) las gestionan los gobiernos autonómicos. Y estas interaccionan, por ejemplo, con los costes de despido, porque distintos gobiernos autonómicos han aplicado distintos subsidios a la contratación permanente. Pero por aquí tampoco vamos lejos, pues no tenemos evidencia rigurosa de que las políticas activas sean efectivas en ninguna comunidad y sí de que los citados subsidios han sido inútiles (ver este artículo de J. Ignacio García-Pérez y Yolanda Rebollo).

Mucho más importante es que descartar las instituciones implica ignorar que un mismo tratamiento tiene efectos dispares sobre distintos pacientes. Por ejemplo, el salario mínimo tiende a reducir el empleo de los trabajadores menos cualificados cuya productividad sea cercana a ese salario (aunque hay debate al respecto, tras un artículo de David Card y Alan Krueger). Su subida reduce más el empleo en los sectores cuya tecnología haga óptimo tener una mayor proporción de trabajadores poco cualificados. Igualmente, los costes de despido tienen un impacto mayor sobre aquellos sectores que, por tener una demanda menos predecible, necesitan realizar variaciones de plantilla más a menudo. (Esta idea, original de Raghuram Rajan y Luigi Zingales, se explota para esas dos instituciones en un artículo reciente de Andrea Bassanini y otro artículo de John Haltiwanger, Stefano Scarpetta y Helena Schweiger.)

Por la misma razón, una institución laboral nacional afecta a distintas CCAA de forma diferente. Veamos un ejemplo. En España, los convenios colectivos fijan salarios mínimos para cada sector en todo el país. Hay alguna variación por CCAA, menor, en respuesta a la situación económica del sector en cada región, en particular a la productividad del trabajo en él, como se muestra en este artículo de Juan F. Jimeno y mío. La excesiva uniformidad de los salarios por ocupación y sector entre CCAA contribuye a destruir empleo en las CCAA con sectores y/o trabajadores con productividades bajas y a crearlo en las de productividades altas. Los salarios también responden poco a la situación económica de cada comunidad, en particular a su tasa de paro, lo que refuerza la persistencia de las diferencias de tasas de paro entre CCAA. En el trabajo recién citado se usan datos hasta 1994, pero un artículo de Roberto Bande, Melchor Fernández y Víctor Montuenga obtiene resultados muy parecidos para un periodo más reciente.

Además, como mostró un artículo de Juanjo Dolado, Juan F. Jimeno y Florentino Felgueroso, los salarios fijados en los convenios colectivos son más vinculantes cuanto menor sea la cualificación del trabajador y cuanto menor sea el tamaño de la empresa (a mayor cualificación y tamaño más probable es cobrar por encima del convenio). Esto implica que, dada su gran uniformidad por ocupación y sector entre CCAA, los salarios mínimos de convenio son más vinculantes en las CCAA con mayores proporciones de trabajadores poco cualificados y empresas pequeñas.

Estos efectos funcionan en buena medida a través de la estructura productiva sectorial por CCAA. Esta tiene mucha inercia, pero no está dada, dependiendo de varios factores y, en particular, también de las instituciones laborales. Por ejemplo, mientras que en 1995 el peso del empleo en la construcción era muy similar en Andalucía y en Navarra (alrededor del 10% en ambas), el boom inversor desatado a partir de entonces amplió la diferencia a más de 3 puntos en 2007. ¿Por qué? Pues, además de otros factores, posiblemente porque la proporción de jóvenes que  abandonaba la ESO en Andalucía en 1995 era del 42%, frente al 19% en Navarra, y porque la tasa de temporalidad andaluza superaba en casi 20 puntos a la navarra. Una gran dotación de trabajo no cualificado y el acceso a la temporalidad facilitaron una especialización productiva diferente entre ambas CCAA.

Por último, una condición necesaria para que persistan grandes diferencias de paro entre CCAA es que los flujos migratorios entre ellas sean bajos, pues de otro modo las diferencias tenderían a reducirse mucho: los parados emigrarían de las CCAA con tasas de paro altas a aquellas con tasas bajas. No se igualarían del todo, porque hay otros aspectos relevantes (salarios, precios de la vivienda, servicios públicos, clima, etc.). Pues bien, en España las migraciones brutas interregionales (medidas) han crecido bastante en la última década, gracias al aumento de la población extranjera, que es más móvil que la autóctona, pero su tasa es aún inferior a la de la mayoría de países de la OCDE (gráfico 2.8 de este informe).

La baja migración tiene muchas causas. Seguramente es importante el mal funcionamiento del mercado de alquileres (ver la propuesta sobre vivienda de Fedea). También afectan las instituciones laborales. Por una parte, la uniformidad salarial reduce los incentivos para emigrar (no se espera ganar mucho más por hacerlo). Por otra parte, el empleo temporal desincentiva la migración –ver este artículo de Pablo Antolín y Olympia Bover–, probablemente porque emigrar para conseguir un empleo temporal en otra comunidad no proporciona casi ninguna estabilidad, mientras que a la vez se renuncia, en buena medida, al apoyo de las redes familiares, que son un mecanismo muy importante de seguro en España, dadas las limitaciones del Estado del Bienestar.

En suma, no es que las grandes diferencias de tasas de paro por comunidades sean incompatibles con un efecto importante de las instituciones laborales, es que estas contribuyen directamente a generar esas diferencias. En una entrada de la semana próxima, Florentino Felgueroso mostrará evidencia adicional sobre estos mecanismos en nuestro país.

Hay 19 comentarios
  • Lo siento Manuel pero sigo sin ver que hay de incorrecto en la frase "las instituciones laborales (comunes) no explican las diferencias inter-CCAA". La misma medicina tiene efectos distintos en distintos pacientes, pero precisamente porque los pacientes ya son diferentes ex-ante. Tu mismo lo admites al hablar del fracaso de la educación en el sur (y pongo el sur porque en la "Comunitat" por ejemplo son también del sur). Para mi eso significa que lo que explica las diferencias en el estado de salud son que los pacientes tienen patologías distintas y lo que hay que hacer es aplicar tratamientos diferenciados y no confiarlo todo a un antibiótico genérico. El problema es que del genérico hablamos mucho y todos estamos de acuerdo en la marca, pero ¿y del especializado?

    • Andrés. Mi argumentación, con ejemplos en el texto, es doble.

      (1) El efecto de una institución común sobre distintas CCAA depende de cómo sea cada una. Con un mejor diseño de la misma institución podríamos tener mejores resultados (por ejemplo, menores tasas de paro) en todas las comunidades y menores diferencias entre ellas.

      (2) Cómo son las comunidades no es independiente de cómo son las instituciones.

  • Muchas gracias Samuel, muy buena explicación. Mi única duda está cuando dices esto:
    "¿Por qué? Pues, además de otros factores, posiblemente porque la proporción de jóvenes que abandonaba la ESO en Andalucía en 1995 era del 42%, frente al 19% en Navarra, y porque la tasa de temporalidad andaluza superaba en casi 20 puntos a la navarra. "

    La tasa de abandono escolar y la gran temporalidad podrían ser más efecto que causa.

    • Carlos Jerez. Ciertamente, la tasa de abandono escolar y la temporalidad no son exógenas, sino que tienen sus propias causas. Pero me parece que no entiendo el argumento: efecto, ¿de qué en concreto? Lo que quiero decir es que no podían ser el resultado de la importancia de la construcción, porque en ese año era prácticamente igual entre ambas CCAA. Pero en fin, era solo un ejemplo para ilustrar la idea de la endogeneidad de la estructura productiva, que está formalizada, en relación con los costes de despido, en este trabajo de Gilles Saint-Paul:
      http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0014292197000172

  • La movilidad es posible en caso que salga a cuenta. En un país con salarios casi tercermundistas como es España, con alquileres abusivos en sus principales ciudades y con diferencias abismales en cuanto al coste de la vida, lo más lógico es que la gente se quede en casa.
    Creo que parte del problema reside en el paro agrícola. Andalucía primordialmente es agrícola, antes de profundizar en el tema habría que valorar el coeficiente que depende de la agricultura.
    Asturias es la única comunidad sin crecimiento demográfico durante la etapa de la que hablas. De Euskadi no tengo ni idea, pero creo que debería estudiarse este fenómeno, aparte de la política asturiana de ayudas para las empresas y de la política de ayudas a la minería, que no deja de ser una burbuja de empleo.

    • Pau. No creo que el problema del paro en Andalucía sea la agricultura, pues el peso de este sector en el empleo es el 6%.

  • Muy interesante

    Samuel, otro de los factores que frenan la movilidad, tal y como recogen muchas encuestas, es el ascenso de fenómenos "identitarios", en particular, por ejemplo, a la "inmersión" lo cual puede ser un obstáculo para quien no tenga un proyecto de larga duración en esa CCAA

    Incluyo unas conclusiones de una encuesta del año 2008 al respecto:
    http://db.tt/B5BdZqx9
    Aparecen, como obstáculos destacados, el "idioma" y la "educación de los hijos" que, pienso, están relacionados
    Por otro lado está, como no podía ser menos, nuestra "gran losa" la vivienda en propiedad, pues emigrar implica pagar una vivienda (probablemente muy costosa) y seguir pagando el "hipotecón" de por vida

    Por todo ello, pienso que muchos jóvenes, a la hora de emigrar están eligiendo el extranjero, pues sobran incentivos para ello, como puede verse en este gráfico:
    http://db.tt/kGVP01Po

  • Samuel, gracias por la respuesta. La tasa de abandono escolar y la temporalidad creo que podrían ser también un efecto del mayor peso de la construcción en Andalucía. Si, por ejemplo, por otras razones como el clima, la construcción tiene un impulso mayor en el sur, la posibilidades de encontrar trabajo más o menos bien remunerado sin tener formación serían más altas y por tanto explicaría un mayor abandono escolar, a su vez, una mayor tasa de empleo en la construcción puede llevar a una mayor temporalidad.

    Dices que la importancia de la construcción ese año era igual en ambas regiones, había entendido en tu texto que eso eran los datos del 95 y que después, cuando se amplía la diferencia en más de 3 puntos, es cuando encontramos esos datos tan diferentes en temporalidad y abandono escolar. Si no es así y los datos de las dos últimas variables se refieren también al 95, disculpa mi error. ¿No podrían ser efecto del mayor peso en la construcción si fueran del 2007 como pensaba?.

    • Carlos Jerez. Sí, lo que digo en el texto es "la proporción de jóvenes que abandonaba la ESO en Andalucía en 1995 era del 42%, frente al 19% en Navarra, y porque la tasa de temporalidad andaluza superaba en casi 20 puntos a la navarra". Son datos iniciales, antes del boom. Yo el efecto del clima lo descontaría como un efecto determinístico: Texas tiene mucho mejor clima que Michigan y esto puede hacer que la primera tenga mayor peso de la construcción pero no implica que tenga una tasa de paro más alta (de hecho ahora son 8.5% y 11.1% respectivamente). Esto es una broma, obviamente he elegido los estados a propósito, lo que quiero decir es que no podemos adjudicarle una importancia determinante a un solo factor, como el clima o cualquier otro. De hecho, podría ser al revés, la industria del turismo podría ser una ventaja comparativa para Andalucía que hiciera que su paro fuera más bajo que el del resto de España (aunque probablemente más procíclico).

  • Samuel, en la entrada proporcionas un conjunto de argumentos sólidos sobre la posible incidencia de las instituciones laborales en el paro. Lo que no me queda nada claro es cuál es su importancia CUANTITATIVA a la hora de explicar las discrepancias de las tasas de paro regionales.

    Me surgen 3 preguntas:
    1 ¿Son las instituciones laborales el principal factor explicativo de las discrepancias de paro entre CCAA? ¿Cuánto explican?
    2 ¿Qué parte de estas diferencias se pueden explicar por la diferente estructura productiva de cada autonomía?
    3 ¿Y que parte por discrepancias en la cualificación de los trabajadores?

    • Penny. Mi objetivo era contestar al supuesto argumento lógico e incontestable de que las instituciones laborales no pueden ser responsables del alto nivel de la tasa de paro en España (media nacional) si hay diferencias tan grandes de tasas de paro entre CCAA. En el texto doy dos tipos de argumentos que creo que revelan que no es un argumento lógico e incontestable. Tu pregunta pide algo muy distinto: cuantificar el efecto de las instituciones sobre las diferencias de tasas de paro entre regiones. En mi trabajo citado en la entrada miramos al efecto de una de las instituciones (negociación colectiva) sobre la persistencia de las diferencias de tasas de paro regionales, algo relacionado pero distinto. Necesitaría volver sobre el papel para ver si se puede calcular (o bien con el de Bande et al.). Lo haré cuando tenga tiempo.

      Las preguntas 2 y 3 no estarían bien planteadas porque yo creo que tanto la diferente estructura productiva como la cualificación de los trabajadores son endógenas (las empresas se van o se mueren y se crean otras en otros sectores; los trabajadores pueden emigrar a otras regiones, cada año lo hace más del 1% en términos brutos). Si se las toma como dadas se podría hacer algún cálculo, no sé si estará hecho.

  • Coincido con Carlos Jerez en cuanto a que la tasa de abandono escolar y la temporalidad son más bien efecto que causa. Si eres un joven de algún pueblo de la zona no costera de Andalucía tienes bastantes incentivos para ir a la costa a trabajar en la construcción o en la hostelería.

    La demanda de trabajadores para ambas cosas era muy alta en la costa, y con mayor remuneración que muchos de los licenciados. Otra cosa importante era que el comienzo de la demanda de la vivienda costera procedía de extranjeros que querían comprar una casa como segunda residencia. Marbella es un caso paradigmático del llamado turismo residencial, recuerdo que comenzó antes que en el resto de España y en 2003 ya había llegado a su fin. Sin embargo en 2006 ibas a Málaga capital y es cuando estaban en plena euforia constructora, pero eso sí, de parte de compradores nacionales. Actualmente hay factores externos como la depreciación de la libra que influyen especialmente en la economía de la costa. Todo esto lo cuento porque lo conozco de cerca.

    Esto no contradice lo que quiere defender el artículo, más bien al contrario. Decir que las instituciones laborales influyen en la tasa de empleo del país no quiere decir que no haya otros factores que expliquen las diferencias entre comunidades autónomas, provincias o municipios.

  • Gracias, Samuel, por la respuesta

    A lo mejor no era el mejor post para hacer la pregunta, pero lo que realmente me interesa (y supongo que también a muchos más españoles) es saber en cuantos puntos porcentuales se podría reducir la tasa de paro si se llevase a cabo una reforma de las instituciones del mercado de trabajo español. Y no he visto ninguna estimación al respecto, aunque seguro que tiene que existir. Si conoces alguna, te agradecería que me facilitases la referencia

    Totalmente de acuerdo en que la estructura productiva y la cualificación son endógenas aunque, dado que varían poco de un año a otro año, creo que tendría sentido disponer de estimaciones tomándolas como dadas. Si se puede hacer algo más preciso, mejor que mejor

    Saludos

    PD No tengo ninguna duda de que, con esa argumentación, Martínez-Noval no podría aprobar un examen de lógica

    • Penny. Como contesté en la entrada anterior, no puedo citar un papel que lo haga, imagino que existirá. Si pasas mi cálculo de flujos a stocks (algo arriesgado, que yo no haría), tendríamos que

      Se descompone el aumento del paro entre 1970-1974 y 1995-1999, que fue del 13.9%, en el aumento debido a perturbaciones (si hubiéramos tenido unas instituciones iguales a las de la media de la OCDE), que se estima igual al 6.7%, y el aumento debido a tener instituciones laborales menos favorables para el empleo que la media de la OCDE, estimado en un 7.2%.

      la respuesta a tu pregunta sería una bajada del 52% (actualmente sería una tasa del 10.4%). Esto aún nos dejaría por encima de la media de la UE, que es del 9.3% (2º trimestre).

      PD. Totalmente de acuerdo con tu PD.

  • Uff, Samuel, me temo que, por diversos motivos, es un cálculo demasiado, demasiado back-of-the-envelope

    ¿Hay algún lector que conozca alguna estimación al respecto?

  • Samuel,
    ¿existe algún análisis sobre las dificultades que la "dispersión lingüística" supone para la movilidad geográfica?. Algo en la línea de la diferencia capacidad tractora de una región como Madrid versus País Vasco o Cataluña (o si fuera el caso Galicia) a la hora de "atraer" desempleo de otras regiones castellano-parlantes.

    Esperaría que ese efecto existiera, pero conviene no fiarse de las apariencias "anecdóticas" (que abundan, por cierto, en el mercado de directivos muy reticentes a mover a sus familias con hijos en edad escolar a Barcelona).

    Gracias por la claridad y la pedagogía.

    • José Pablo. Es muy probable que las barreras lingüísticas reduzcan la movilidad geográfica, pero no conozco estimaciones al respecto (hace muchos años que no trabajo en el área de las migraciones). El único trabajo que me viene a la mente es este de Silvio Rendón:

      http://docubib.uc3m.es/WORKINGPAPERS/WE/we033410.pdf

      Using census data for 1991 and 1996, I estimate a significant positive Catalan premium: the probability of being employed increases between 3 and 5 percentage points if individuals know how to read and speak Catalan; it increases between 2 and 6 percentage points for writing Catalan.

      De ser correcta la estimación, este tipo de prima en la probabilidad de estar empleado por conocer el catalán, que es normal que exista, debería reducir la migración de catalanoparlantes al resto de España y probablemente de no catalanoparlantes a Cataluña (todo lo demás constante). No tengo idea de la magnitud de este efecto sobre las migraciones.

  • No está directamente relacionado con la entrada, pero quiero informar de una novedad legislativa importante que puede tener consecuencias imprevisibles (¿y nefastas?): ayer se publicó en el BOE el Real Decreto 1620/2011, de 14 de noviembre, por el que se regula la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar. Creo que puede dar para una (o más) entradas.

    • JuanAVzqz. Gracias por el aviso. Creo que es difícil de predecir su efecto y si se cumplirá.

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