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La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) es una fundación estatal que evalúa, certifica y acredita enseñanzas, profesorado e instituciones de educación superior. Pienso que su creación en 2002 fue una excelente idea y que esta institución lleva a cabo una labor muy valiosa. No obstante, algunos de sus criterios de evaluación constituyen, a mi juicio, buena muestra de los problemas de gobernanza de la Universidad que señalaba Jesús Fernández-Villaverde en su entrada del otro día.

La ANECA tiene un Protocolo de evaluación de los títulos universitarios oficiales de grado y máster. Según este protocolo cada propuesta de título debe incluir un sistema de garantía de calidad que asegure el control, la revisión y mejora continua del mismo (pág. 24). Las propuestas deben especificar también el órgano responsable del sistema de garantía de calidad del plan de estudios, detallando cómo se articula la participación en dicho órgano del profesorado, estudiantes, responsables académicos, personal de apoyo y otros agentes externos. Creo que ni los estudiantes ni el personal de apoyo tienen una cualificación profesional adecuada para formar parte del órgano encargado de evaluar la calidad de los programas universitarios.

Hay 17 comentarios
  • Evidente. En alguna ocasión he tenido la oportunidad de presenciar cómo estudiantes de doctorado y secretarias tenían (y ejercían) voz y voto a la hora de determinar a quién se adjudicaba una plaza de professeur ordinaire. El departamento en cuestión cayó con los años en la más absoluta de las irrelevancias. De cajón.

  • Respecto al criterio de valoración de los profesores, creo que es arbitrario y que deberia ser público y muy concreto, para que cada candidato a acreditarse sepa que debe hacer con certidumbre.

  • Hola Samuel,

    No estoy de acuerdo y creo que no es el mismo caso que la elección arector que comentaba Jesús. El personal de apoyo es parte integrante de esa calidad, y en este caso el alumno es el cliente fundamental del servicio universitario.

    Creo que ambos colectivos deben estar representados en un órgano en el que se evalúe la calidad, y que si no faltarían voces importantes con puntos de vista relevantes sobre los programas. De hecho, y con la etapa universitaria fresca como alumno, hay un tema sobre el que ya se ha expresado preocupación en el foro y que me viene a la cabeza en el que la representación del alumnado me parece fundamental: la calidad de la docencia. Para la investigación, de acuerdo que les queda más lejos evauar la calidad, pero en docencia su voz es fundamental.

    ¿En todo caso, cuál sería la alternativa que plantearías?

    Saludos

    • Ramiro,

      Mi propuesta alternativa es que el comité de calidad de un programa universitario evalúe la calidad investigadora de los profesores en función de sus publicaciones científicas y la calidad docente en función de variables objetivas y subjetivas. Las objetivas tendrían que ver, por ejemplo, con los resultados profesionales de los alumnos una vez se gradúan, en comparación con el resto de programas similares en España (y en el resto del mundo). Las subjetivas, por ejemplo, con la opinión de los estudiantes en encuestas administradas y analizadas de forma sistemática. Más allá, puedes ver la variables de autonomía y de competencia utilizadas en un trabajo de Philippe Aghion, Mathias Dewatripont, Caroline Hoxby, Andreu Mas-Colell y André Sapir, que menciona Antonio Cabrales en otra entrada:

      https://nadaesgratis.es/?p=8712

  • Estoy de acuerdo en que "ni los estudiantes ni el personal de apoyo tienen una cualificación profesional adecuada para formar parte del órgano encargado de evaluar la calidad de los programas universitarios" pero en buena medida tampoco el personal docente e investigador. Como mucho, el PDI es capaz de determinar la calidad "académica" del programa, pero no el grado de adecuación del mismo a las necesidades sociales.
    Con la EEES han entrado asignaturas en los curricula muy 'sesudas' pero prácticamente inútiles para los futuros profesionales que saldrán de la universidad. Otras muchas, ni eso...
    De hecho, la mayor parte de los programas universitarios solo tratan de dar un acomodo a las áreas que interesan a los profesores de cada uno de los departamentos implicados en la docencia. ¿Alguien ha oído jamás de algún área de conocimiento que, consciente de que sus enseñanzas han perdido relevancia, decide por voluntad propia recortar su presencia en los programas y acometer un proceso de reciclaje de su plantilla hacia áreas de mayor proyección? ...yo tampoco.

    • Fede,

      En principio los órganos supervisores internos de la universidad deberían servir para disciplinar a los responsables de cada programa. Para eso también sería muy útil cambiar la gobernanza en la línea de autonomía y competencia que explica Antonio Cabrales en la entrada a la que me acabo de referir en la respuesta anterior. Por otra parte, los criterios de la ANECA también incorporan la posibilidad de recurrir a agentes externos en la comisión de calidad. Si estos externos fueran elegidos por su alta reputación profesional en el área, también podrían colaborar a este fin (aunque no me hago ilusiones).

  • Los órganos supervisores internos de la universidad en la práctica no sirven para disciplinar a los responsables de los programas.
    Si en un programa de grado se introducen por motivos espurios un porcentaje de asignaturas poco útiles, pero que no llegan a afectar a su aceptación global por el alumnado, no existen incentivos para la intervención de los órganos supervisores.
    ...y esto es fácil. Los alumnos a la hora de matricularse tienen sólo una idea muy general de la titulación y -como tu mismo señalabas muy acertadamente- son incapaces de evaluar la idoneidad de las asignaturas incorporadas.
    Los que realmente podrían manifestar la utilidad de los conocimientos impartidos no sería el PDI, demasiado interesado en preservar sus parcelas de poder, sino los egresados y los empleadores, tanto empresarios como sector público.

  • Ramiro:

    Imaginate que vas en un vuelo de Thai, Japan, Emirates o alguna de estas aerolíneas de lujo. Que se incendia un motor en vuelo, al tiempo consiguen arreglarlo y llegas a destino sin inconveniente. ¿Cuando debes evaluar el vuelo, una vez en tierra, o durante el incendio del motor? Abogas por comites que son juez y parte, luego no son imparciales y no producirán buenos resultados.

    Un saludo.

  • Samuel, me parece razonable teóricamente la propuesta que haces y su apoyo en el trabajo que me enlazas, porque incluiría la opinión de los alumnos en todo caso (ampliaría el tema de la evaluación subjetiva al personal administrativo), está fundamentada y creo que los incentivos de los agentes podrían ser más adecuados (en la línea de lo que me comenta Fer). Pero en la práctica y entrando ya en matices, creo que la forma actual en la que se hacen las encuestas no es la más adecuada o por lo menos no tiene las repercusiones que debería tener. Me he encontrado con profesores no ya subjetivamente malos docentes, sino directamente irresponsables (no acuden a las clases, no cumplen con sus obligaciones de tutoría...) que siguen año si y año también encargándose de las asignaturas. ¿será porque los alumnos no reflejan en las encuestas lo que es evidente, por aml diseño del timig o de las preguntas o porque las encuestas no son tomadas o encauzadas con la rigurosidad debida?. Este tema creo que merece un estudio serio.
    Enlazando con lo que me dice Fer ¿ puede ser un problema de que en el sistema actual los profesores son también juez y parte?

    • Ramiro,

      Creo que las encuestas que se hacen a los alumnos probablemente reflejen bien la calidad de los profesores (al menos en mi centro de trabajo creo que lo hacen). Pero no tienen impacto porque las universidades y los departamentos no cuentan con mecanismos para tomar medidas con respecto a profesores de los que se sabe que son incumplidores o malos docentes. Por eso es tan importante cambiar la función objetivo de las universidades y la gobernanza universitaria.

  • Lo que dice Samuel Bentolila es correcto, las encuestas reflejan muy bien lo que opinan los alumnos, y es más, todo el mundo lo sabe. Pero no tiene ninguna trascendencia. Eso sí, a la hora de llamar a profesores para conferencias o para colaborar en publicaciones donde si es importante la calidad se sabe perfectamente quien es "solvente" o "fiable". El problema no es tener los datos, sino utilizarlos. Y no hay ningún incentivo para utilizarlos en una dirección correcta, más bien los incentivos son para dejar las cosas como están.
    Sobre la ANECA y su funcionamiento, Patronato, organización, etc, también habria mucho que hablar. Si le echan un vistazo a la composición de su Patronato y Consejo asesor en su web se van a explicar muchas cosas. En todo caso y para ser optimistas, hay tanto margen de mejora en este tema que con un poco de voluntad política se podrían hacer maravillas.

  • Quizás las TICs abran nuevas vías de evaluación y control.
    Hasta ahora los sistema de evaluación de la docencia existentes tienen un carácter marcadamente institucional: las propias universidades o agencias de acreditación creadas al efecto. Esto tiene algunos aspectos positivos, como la profesionalidad, pero también negativos, como la endogamia, la defensa de intereses de determinados colectivos, etc.
    Es posible que en breve plazo nos encontremos con que las redes sociales establecen ratings de los profesores, las asignaturas y los propios centros de enseñanza, de forma análoga a como ahora podemos obtener una comparativa entre dos cámaras de fotos en base a la experiencia y conocimientos de los usuarios. El poder de estas redes es difícilmente conmensurable y su capacidad de escrutinio casi infinita. Aquel comentario inadecuado o aquella lección mal preparada puede acompañarte de por vida, no como ahora, que es posible excluir del curriculum los aspectos menos atractivos.
    Para que surja algo así no hacen falta grandes recursos, basta con un emprendedor, una asociación de alumnos o unos bloggers como vosotros ;-), que utilicen algunas de las herramientas de software libre que permiten crear una plataforma de este tipo...
    La época de la evaluación 'entre pares' puede empezar a tener sus días contados en favor de un sistema más libre, pero también más imprevisible.
    El poder político se está dando cuenta, en gran parte a su pesar, de estos cambios probablemente pronto también la academia.

  • Por favor, Samuel. Si es posible, te agradecería que editaras mi anterior post y corrigieras el "habrán". Debí cometer un error tipográfico y luego darle el OK al corrector ortográfico. Duele verlo ... 🙁
    Gracias

  • "La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) es una fundación estatal que evalúa, certifica y acredita enseñanzas, profesorado e instituciones de educación superior. Pienso que su creación en 2002 fue una excelente idea y que esta institución lleva a cabo una labor muy valiosa. "

    Donde empezar? Si, de acuerdo, la idea de una institucion de este tipo es una excelente idea. Su aplicacion practica uno de los muchos factores que limitan la productividad de la universidad espanola. En que otro pais desarrollado los docentes se ven obligados a coleccionar estampitas de sus meritos academicos? Que investigador que se precie y que no sea espanol tiene un curriculum certificado? Asi vamos a atraer a gente de talento? Realmente es necesario que el Estado se gaste un paston teniendo funcionarios que repasen los certificados de las decenas de "papers" que he presentado a lo largo de mi carrera academica? En que otro pais pasa esto? La hiperburocracia de la universidad espanola es uno de sus mayores problemas y este es un aspecto en el que la ANECA es una parte intrinseca del problema.

    En cuanto a la evaluacion que hacen de las titulaciones el funcionamiento practico de la institucion tambien ha dejado bastante que desear y no tanto por los criterios explicitos, de la letra de la ley a su aplicacion siempre media un trecho. En mi campo de investigacion, y durante el transito a los grados, en la fase inicial vi echar para atras numerosas propuestas de una altisima calidad propuestos por una de nuestras mejores universidades, para que al ano despues se colaran todo tipo de propuestas no ya mediocres sino realmente malas ofrecidas por organismos que francamente no se como van a apanarselas para ofrecer esas titulaciones (dada la ausencia de personal especializado).

  • Efectivamente, la ANECA es un desastre. Y conociendo el funcionamiento de la Administración española creo que nunca fue una buena idea. Creo recordar que hace años, cuando andaban mal de evaluadores, no costaba nada (si eras funcionario al menos) que te adjudicasen evaluaciones de lo que fuera, que no estaban mal pagadas, aunque no fueras muy especialista, bastaba con que conocieras a alguien o que alguien te conociese, es decir, que fueras de confianza.
    En fin, sobre el papel de las familias en los departamentos españoles (aquí muchos puestos se heredan, o mejor dicho, no hace falta que se mueran los titulares para que los departamentos se llenen de familiares) os paso este link:

    http://www.elconfidencial.com/elconfidente/2011/candidato-rector-enchufa-hijo-departamento-20110311-7103.htm

  • En mi Escuela hace cinco años, la delegada de alumnos le echó un par y exigió a los profesores que solicitaban el complemento de calidad de la docencia que publicaran sus encuestas. Los hicieron 5 o 6 de 28, si mi memoria no me falla. No les éxigió que tuvieran buena nota, sólo que la hicieran pública, como requisito para dar su VºBº. Ni por esas. ¿Así las cosas, para qué hacer encuestas?

  • A veces olvidamos cosas que sabemos y nos dejamos llevar por la credulidad y las buenas intenciones que, como dice el refranero, son los adoquines de la ruta hacia el infierno.

    A medida que nuestra economía y nuestra sociedad se llena de instituciones, controles, leyes y más leyes, certificados previos, condiciones de acceso, etc. el conjunto se hace más y más ineficaz hasta que llega un momento en el cual lo que producimos es menos de lo que costamos y por eso tenemos que endeudarnos. Esto es un proceso inexorable de una ley central de la Cibernética que nos empeñamos en ignorar: El coste de los controles aumenta exponencialmente con respecto a la complejidad.

    En occidente los procesos de estándares de calidad y las certificaciones fueron un intento (USA inicialmente y luego todos) de competir con lo que parecía imbatible. Los procesos fabriles japoneses capaces del Just in Time y del Zero Defect Manufacturing (esta última cultura, por cierto predicada en Japón por un americano).

    Pero se nos fue la mano y se quedó en otra barrera para la eficiencia y un control más que oponer a las importaciones. Un mecanismo de defensa con resabios de eutanasia estructural.

    Nadie es capaz de imaginar los empleos de rendimientos crecientes que hemos perdido y el talento que hemos expulsado a base de certificados burocráticos de calidad.

    Lo mejor de Kant se produjo cuando daba clase y cobraba por alumno asistente.

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