De Miguel Laborda Pemán Una versión más larga (y en inglés) de este texto se puede encontrar aquí. Es de suponer que este verano esté trayendo pocas alegrías al presidente turco Recep Tayyip Erdoğan. Sin embargo, a principios de julio, de los despachos de París saltaba una noticia que quizá pudo aliviar momentáneamente sus quebraderos [leer más ...]