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¿Por qué hay tan pocas mujeres en carreras técnicas? ¿Diferencias en Capacidad o en Preferencias?

Existe amplia evidencia internacional sobre la existencia de importantes diferencias de género en cuanto a las áreas de conocimiento escogidas por los estudiantes universitarios. La base de datos REFLEX (Flexible Professional in the Knowledge Society) recoge información muy detallada sobre el tipo de estudios universitarios escogido por los estudiantes de 14 países europeos, entre los cuales se encuentra España. De esta base de datos se ha extraído el siguiente gráfico que refleja las diferencias medias en la proporción de mujeres según áreas de conocimiento para estudiantes graduados en el año 2000 de los 14 países incluidos en el proyecto REFLEX:

El gráfico refleja una contundente mayoría de mujeres en áreas como Educación, Salud y Humanidades  (alrededor del 80% de los estudiantes en dichas áreas son mujeres). También son mayoría, pero no tan aplastante, las mujeres en áreas de Ciencias Sociales y Servicios Sociales, mientras que son minoritarias en Ciencias y Matemáticas y especialmente en Ingeniería y Arquitectura – donde las mujeres no alcanzan ni el 30% de todos los estudiantes graduados. Una descripción detallada de estas y otras diferencias para nuestro país está disponible en “Libro Blanco. Situación de las Mujeres en la Ciencia Española

La importancia del área de conocimiento escogida radica fundamentalmente en la estrecha relación existente entre la misma y el acceso a diferentes ocupaciones, dado que el tipo de habilidades que se adquieren en las diferentes áreas son de muy diversa naturaleza. Si el acceso a diferentes ocupaciones se asocia con el desarrollo de habilidades (en parte genéticas, en parte aprehendidas) así como con las oportunidades profesionales, entonces el área de conocimiento escogido puede ser determinante en el acceso a determinadas ocupaciones. De hecho, el siguiente gráfico muestra la proporción de mujeres en diferentes ocupaciones (en su primer trabajo tras la graduación) dentro del gran grupo ocupacional denominado “Profesionales y Técnicos”, que ocupa al 80% de los estudiantes universitarios de los 14 países integrantes del proyecto REFLEX:

Este gráfico es la consecuencia clara de las diferencias por género observadas anteriormente en las áreas de conocimiento: La gran mayoría de mujeres universitarias encuentra su primer trabajo en ocupaciones relacionadas con la enseñanza, la salud o las ciencias de la vida, y menos del 30% trabaja en ocupaciones relacionadas con ocupaciones más técnicas, como Físicas, Matemáticas e Ingeniería. Esta evidencia es, además,  bastante persistente a lo largo de la vida laboral de los individuos.

¿Es esto debido a que las mujeres están menos dotadas para materias más técnicas y más dotadas en materias más “sociales” o “humanas”, o simplemente que las preferencias de hombres y mujeres por las diferentes áreas difieren por motivos diversos?

¿Cuál es la consecuencia en términos laborales de estas diferencias en la elección de área de conocimiento?

Estas son precisamente dos preguntas que Giovanni Peri y Massimo Anelli tratan de responder en los capítulos 4 y 5 del informe que adjuntamos en formato borrador [aquí]. Gracias a la financiación por parte de la  Fundación Rodolfo DeBenedetti, estos autores han sido capaces de hacerse con  una única base de datos para Italia que permite dar respuesta a las dos preguntas formuladas.

Vayamos en primer lugar con los excelentes datos que han podido recoger estos autores: Disponen de información sobre todos los estudiantes que terminaron su bachiller en las 13 escuelas públicas (Liceo Clásico y Liceo Científico) de Milán entre 1985 y 2005 – estos individuos tienen hoy por tanto entre 25 y 45 años. Son alrededor de 30.000 estudiantes, y se dispone de información sobre el tipo de escuela, la nota del equivalente a Selectividad en España y el tipo de bachiller escogido. Además, se conoce el tipo de carrera escogida por los individuos que han optado por la universidad, los años transcurridos en finalizar los estudios,  así como la nota media final de los estudios universitarios. Para unos 14.000 de estos individuos,  se conoce además la renta total que tienen en 2005, y para una sub-muestra representativa (del 10%) de los mismos, se obtiene información sobre la ocupación, localización geográfica así como otras variables familiares en 2011.

Esta excelente base de datos permite obtener una radiografía muy precisa sobre la distribución de este colectivo de chicos y chicas en las diferentes carreras universitarias  en función de variables como el tipo de bachiller escogido, sus notas de selectividad, etc.  Revela, en consonancia con el resto de evidencia internacional, que las mujeres son mayoritarias tanto en los tipos de bachiller bio-sanitarios o sociales-humanidades (Liceo Clásico), como en las carreras universitarias más afines a estos temas, y sin embargo son claramente minoritarias en el bachiller tecnológico (Liceo Científico), así como en los estudios superiores en Ingeniería y Matemáticas. Los resultados derivados de la explotación de esta base de datos son numerosos, pero me centraré en aquellos que ayudan a responder a las dos preguntas mencionadas anteriormente, que recordemos son las siguientes:

1.       ¿Son las diferencias de género que se observan en la elección de los estudios universitarios debidas a diferencias en habilidades o a diferencias en preferencias?  

Las diferencias observadas en la elección de estudios universitarios NO puede deberse a que las mujeres están menos dotadas para habilidades más técnicas, ya que:

  1. Las mujeres, independientemente de si acuden al Liceo Clásico o al Científico, obtienen  unas notas medias de “Selectividad”  claramente superiores a los hombres.
  2. Al comparar hombres y mujeres con la misma nota media en “Selectividad” (y por tanto, con habilidades parecidas), las mujeres obtienen un mejor resultado en la universidad en tres indicadores diferentes: (i) en  la probabilidad de graduación, (ii) en el tiempo que les lleva graduarse, y (iii) en la nota media final de los estudios universitarios.
  3. Este mejor comportamiento de las mujeres en estos tres indicadores también  se cumple  para cada una de las áreas de conocimiento. Y es especialmente evidente en las aéreas de conocimiento de Ingeniería y Matemáticas.

Los autores concluyen que la elección de área de conocimiento por parte de las mujeres de  su muestra viene claramente dictada por diferencias en preferencias y no en habilidades. Las diferencias en preferencias pueden provenir de simples diferencias en “gustos” por las materias  que se imparten en los diferentes estudios, y/o por la consideración de aspectos profesionales que pueden relacionarse con el tipo de trabajo posterior más allá de los salarios – ya que los mayores salarios se obtienen en las profesiones relacionadas con la Ingeniería y las Matemáticas.

2.       ¿Cuál es la consecuencia en términos de renta  de estas diferencias en la elección del tipo de estudios universitarios?

Los autores estiman la renta total (en 2005) de los individuos de su muestra. Estos individuos tienen en su mayoría entre 30 y 45 años y aunque la renta no sólo se compone de su salario, para la mayoría de ellos el salario es el componente más importante de la renta total. La brecha salarial de género media para su muestra de individuos es del 37% a favor de los hombres, lo cual está dentro del rango estimado para el colectivo de individuos con estudios superiores en Italia con otros datos disponibles. La diferencia en la elección de estudios universitarios es la responsable de 1/3 de esta diferencia salarial observada, o dicho de otra forma, si no existieran diferencias de género en el tipo de estudios universitarios escogidos, la brecha de género media de este colectivo descendería hasta el 25%, lo cual no deja de ser una magnitud considerable, aunque no la única. Este resultado se mantiene cuando se incluyen otro tipo de controles, como variables familiares o de localización geográfica.