A vueltas con el patrón oro -2: ¿Por qué se abandonó el patrón oro?

En la ultima entrada hice un resumen brevísimo de lo fundamental del patrón oro durante el periodo clásico que va desde el siglo 19 hasta la llegada de la Primera Guerra Mundial. En esta segunda describo las razones por las que se abandonó el patrón oro en el periodo de entreguerras y argumento que las razones que llevaron a la disolución de este sistema monetario siguen presentes. Por último argumento que en términos de compromiso con una paridad fija, un mecanismo como el euro es superior al patrón oro. También aclaro un par de cosas que surgieron en los comentarios a la última entrada.

Como ya he dicho, nadie propone, ni siquiera los economistas austriacos cuyo nombre se asocia con estas ideas, la vuelta al patrón oro clásico; por lo general se propone el patrón oro más una reforma del sistema financiero que acabe con el régimen de reserva fraccionaria, propuesta que se asocia al nombre de Hayek. En la tercera, y última entrada, argumento que tal propuesta haría poco por incrementar la estabilidad financiera y servir de freno a la generación de crédito y que en general la asociación entre patrón oro y reserva fraccionaria puede que fuese relevante en los tiempos en los que Hayek articulaba su propuesta pero que no lo es ahora. Los argumentos para rechazar el patrón oro son independientes del marco bancario bajo el que opere.

El oro como medio de intercambio

Antes de comenzar la respuesta a la pregunta que encabeza esta entrada, contesto a un par de comentarios de lectores sobre la conveniencia física del oro como medio de intercambio. No hay duda que el oro es ideal como medio de intercambio al ser ligero y maleable. Pero lo más importante es que el oro tiene limitadas aplicaciones industriales (aunque tiene algunas), atributo fundamental para cualquier medio de intercambio, y por tanto no tiene flujo de caja alguno que haga que el valor del mismo frente a otros bienes fluctúe como consecuencia de las innovaciones que se produzcan en dichos flujos.

Efectivamente, supongamos que utilizamos como medio de intercambio un metal con grandes aplicaciones industriales, como por ejemplo el cobre. Entonces el devenir de las industrias que utilizan el cobre como insumo afectará a su vez a la capacidad de compra de una onza de cobre: La masa monetaria, la cantidad de cobre, por tanto estará sujeta a las innovaciones en industrias utilizadoras del cobre y con ellos el nivel de precios en general de la economía, algo que no parece ideal en un mundo con fricciones e ilusión monetaria. Por ejemplo, si de repente se descubre que el cobre es ingrediente crítico para un producto con gran demanda, el precio de todas las cosas, en cobre, bajará como consecuencia de que ahora el cobre se ha vuelto valiosísimo.

El patrón oro: Un sistema monetario con poca credibilidad

Dos son las cuestiones que están ligadas íntimamente bajo el patrón oro (y cualquier sistema de paridades fijas): La cantidad de dinero, algo que tiene contenido en una economía cerrada, y la paridad de la moneda frente a otras, algo que obviamente sólo tiene contenido en una economía abierta. Si bien estas dos vertientes están ligadas tienen implicaciones distintas y en lo que sigo voy y vengo entre ambas.

El primer, y quizás principal argumento, es que el patrón oro no supone garantía de lo que tanto preocupa a los que proponen su retorno: El uso de la política monetaria con objetivos cortoplacistas. En este aspecto, y desde la perspectiva de un país como el nuestro, el euro es un marco muy superior en términos de compromiso (committment) y credibilidad. La razón no es otra que en el patrón oro la moneda nacional existe; simplemente su “valor” está fijado frente una cantidad en oro. Un país puede abandonar el patrón oro en cualquier momento sin cambiar su moneda: El Reino Unido puede abandonar el patrón oro y al día siguiente los buenos ciudadanos de ese país puede seguir pagando sus cosas con libras esterlinas. Como el abandono del patrón oro no supone reintroducir moneda alguna, tampoco supone un nivel de compromiso con una determinada paridad o cantidad de dinero: Simplemente se cambia la paridad frente al oro y ya está. En este sentido el euro es un paso mucho más dramático que el restablecimiento del patrón oro; supone un aumento exponencial de los costes de abandonar un sistema de paridades fijas porque elimina precisamente lo que es susceptible de devaluación que es la moneda nacional, a diferencia de lo que era por ejemplo el mecanismo europeo durante la década de los ochenta o el patrón oro.

Piense por un momento el lector en nuestra situación actual e imagínese que hubiéramos estado en el patrón oro, en vez del euro: ¿Hay alguna duda de que habríamos devaluado nuestra moneda frente al oro o simplemente abandonado el patrón y dejar que la moneda flotase libremente frente a otras? Yo personalmente no y menos dadas las continuas llamadas por parte de nuestros lideres al BCE para que intervenga y monetice. Es más, dada la naturaleza de nuestras democracias participativas, mucho me temo que cualquier crisis, por menor que fuese, provocaría otra vez devaluaciones de las monedas nacionales frente al oro, como muestra la corta vida que tuvo el sistema de paridades fijas en Europa en los años 80.

Es importante aclarar que la preocupación de los que proponen el retorno al patrón oro, la utilización cortoplacista de la política monetaria, esta bien fundamentada: Este es problema permanente en la política económica y uno con larga tradición en la literatura macroeconómica. El punto es, primero, que este problema sólo puede ser estudiado en el contexto de un modelo dinámico formal, donde el establecimiento de la reputación y credibilidad de la autoridad monetaria sea el resultado de un equilibrio con expectativas racionales (porque todo en lo que se refiere a política monetaria son las expectativas, como hemos (re)aprendido en esta crisis). Segundo, que estos modelos tienen que tener restricciones de economía política en ellos para establecer los límites de la credibilidad factible. El patrón oro no soluciona estos problemas y la experiencia bajo el mismo en el periodo de entreguerras los ilustra bien.

El fin del patrón oro en el periodo de entreguerras

Una vez finalizada la primera guerra mundial surge la cuestión del retorno al patrón oro, suspendido de facto, que no de iure, durante la Primera Guerra Mundial (el caso inglés es paradójico porque en cierta forma el patrón oro sobrevive a la guerra pero no al armisticio; pero esta historia es un detalle.)

La estabilidad del patrón oro como un sistema de paridades fijas en el periodo que precede a la primera guerra mundial había estimulado los flujos de inversión internacionales y está en el origen del crecimiento de la economía internacional durante esas décadas. La eliminación del riesgo cambiario, la certidumbre de que el rendimiento, pongamos, en libras esterlinas de una inversión en EE.UU. no iba a estar determinado más que por la inversión en si y que no se vería afectado por una devaluación del dólar había estimulado los flujos de inversión directa y había colaborado a la integración de los mercados de capitales. A su vez el funcionamiento del patrón oro implicaba la ejecución de la política financiera y monetaria con el único objetivo de mantener el patrón oro, con independencia de cualquier otra consideración. Esto requería tanto el ajuste de los tipos de interés para evitar la salida de oro en presencia de desajustes de la cuenta corriente como la intervención directa en el mercado financiero mediante prestamos entre bancos centrales, presión a los bancos individuales para evitar crisis de convertibilidad, etc (un ejemplo de esta peculiar forma de operar del patrón oro puede observare durante la crisis del año 1890, con la primera quiebra de Barings, consecuencia a su vez de la crisis de la deuda argentina … no hay nada nuevo bajo el sol.)

En particular en presencia de shocks adversos en la balanza comercial, como por ejemplo el que se produce cuando un país competidor experimenta una ganancia de competitividad, quizás por una innovación tecnológica, el descubrimiento de nuevos recursos naturales, lo que fuese, requería que el país afectado negativamente subiese los tipos para mantener el oro en el país. La lógica, tenue e imperfecta, es que la subida de los tipos induciría la contracción que a su vez se traduciría en una rebaja de los precios bienes e insumos locales con la consiguiente ganancia de competitividad y restablecimiento del equilibrio comercial. Siendo el trabajo el insumo por antonomasia la flexibilidad salarial era un ingrediente necesario para el buen funcionamiento del patrón oro.

El patrón oro: Numero de países en el patrón oro. 1919-1937. Fuente: B. Eichengreen, Golden Fetters, Tabla 7.1.
El patrón oro: Numero de países en el patrón oro. 1919-1937. Fuente: B. Eichengreen, Golden Fetters, Tabla 7.1.

El mantenimiento del patrón oro iba encaminado al mantenimiento de los flujos internacionales de capital y la profundización del comercio internacional que hacía del mundo en la víspera de la Gran Guerra un mercado global . En la inolvidable imagen de Keynes en el capítulo II de “Las Consecuencias Económicas de la Paz:”

“The inhabitant of London could order by telephone, sipping his morning tea in bed, the various products of the whole earth, in such a quantity as he might see fit, and reasonably expect their early delivery upon his doorstep; he could at the same moment and by the same means adventure his wealth in the natural resources and new enterprises of any quarter of the world, and share, without exertion or even trouble, in their prospective fruits and advantages.”

El beneficiario del mantenimiento del patrón oro era precisamente el inversor global que podía contar con la estabilidad cambiaria para distribuir su capital por el mundo de la forma que considerase más conveniente, en la seguridad que cualquier shock que afectase a la cuenta corriente no resultaría en titubeo alguno con el mantenimiento del patrón oro; el ajuste necesario sería a costa de un depresión de la demanda interna que, probablemente, no afectase en mucho su fortuna.

Por insistir: En un sistema de paridades fijas cualquier shock, en cualquier país miembro del patrón oro, se trasmite de forma inmediatamente a través de todos los países en el sistema que tienen que ajustar sus políticas al coste que sea para el mantenimiento de la paridad. Y la naturaleza de estos shocks no tiene que ser productiva sino que puede ser fiscal, un error de política monetaria, cualquier cosa. No es sorprendente por tanto la naturaleza global de la Gran Depresión: el patrón oro era el mecanismo de transmisión perfecto para cualquier shock o error de política monetaria en cualquiera de los miembros centrales del sistema.

Es por todo esto que el patrón oro sólo fue sostenible en un determinado momento muy breve: Los costes de su mantenimiento estaba distribuidos de forma desigual y el advenimiento de la democracia de masas después de la primera guerra mundial sólo podía minar la credibilidad de dicho mantenimiento.

Pero tal era la reputación que tenía el patrón oro que la restauración después de la Primera Guerra Mundial era considerada por todos los miembros de las clases dirigentes como un ingrediente necesario (y casi suficiente) para el retorno a la prosperidad prebélica. El gráfico que acompaña esta entrada muestra el número de países bajo alguna versión u otra del patrón oro (con o sin convertibilidad, que es una paridad fija pero donde el tenedor de la moneda no tiene derecho al intercambio en oro, sistemas basados en la plata, … ) durante los años de entreguerras en una muestra de 54 países. Sólo tres países, España, la Unión Soviética y Turquía, no estuvieron en ningún momento en el patrón oro de la postguerra, muy distinto, eso sí, del anterior a la Primera Guerra Mundial.

En el Reino Unido la restauración del patrón oro en 1925, una vez que expiraba la Ley que suspendía la convertibilidad y que se pasó después del armisticio por motivos que no vienen al caso, era considerada por todos como inevitable, aunque produjo notables desavenencias. El motivo era algo que nos tiene que resultar familiar: La inflación en ese país no sólo había sido alta en términos absolutos sino también de forma relativa, sobre todo con EE.UU. Una vuelta al patrón oro a la paridad prexistente sólo podía resultar, como previno Keynes, en una fuerte deflación de los bienes locales (los “non tradables”) si había de producirse un reequilibrio de la posición externa del país e Inglaterra iba a volver a recuperar su posición como nexo central en el sistema financiero internacional. Y así se hizo. El desastre que aquello fue no hace falta volver a contarlo: Inglaterra apenas duró seis años en el patrón oro y siguieron después EE.UU., Alemania, Francia. El tiempo del patrón oro había pasado.

Conclusión

Es porque esta realidad social es la que impera hoy, como debe ser, que los motivos por los que el patrón oro se abandonó siguen presentes hoy. El patrón oro, como un sistema de paridades fijas, es políticamente muy difícil de mantener. Como decía Juan de Mercado, aquellos que lo defienden han de considerar estos argumentos. Es difícil ver cómo puede una sociedad adaptarse al sistema financiera; más bien al contrario es el sistema monetario el que es un producto de la realidad institucional de un país. Estos argumentos nada tienen que ver con la naturaleza del sector bancario pero en la última entrada trataré el tema de la estabilidad financiera bajo distintos sistemas monetarios y argumentaré que el razonamiento de Hayek es, si bien correcto, obsoleto dada la realidad financiera y económica bajo la que opera nuestra sociedad.

Y la adopción de un sistema monetario para cambiar una sociedad es un sinsentido sobre todo, como he argumentado, el sistema carece de los mecanismos que lo doten de credibilidad. El euro se pensó precisamente con estos problemas y objetivos “in mente.” Como ejemplo una cita, que utilizamos Jesús Luis y yo en un artículo reciente, del antiguo gobernador del banco central griego y primer ministro Lucas Papademos:

“After entry into the euro area, the Bank of Greece will be implementing the single
monetary policy decided by the Governing Council of the European Central Bank and it will certainly be impossible to improve the economy’s international competitiveness by changing the exchange rate of our new currency, the euro. The objectives of higher employment and output growth will therefore have to be pursued through structural reforms and fiscal measures aimed at enhancing international competitiveness by increasing productivity, improving the quality of Greek goods and services and securing price stability.”

¿Qué tal funcionó?

Hay 23 comentarios
  • Gracias Tano por tan ilustrativo, y necesario, post.
    Algunas cuestiones que me surgen:
    "el euro es un paso mucho más dramático que el restablecimiento del patrón oro; supone un aumento exponencial de los costes de abandonar un sistema de paridades fijas porque elimina precisamente lo que es susceptible de devaluación que es la monedanacional" Esto es cierto entre los países miembros, pero no entre la UEM y el resto del mundo. A nivel nacional también hay asimetrías. El comportamiento del euro no se aleja demasiado del que hubiera seguido el marco. Desde este punto de vista, podría decirse que los que incurrimos en mayores costes somos los países del 'Sur'. Las semejanzas del euro con el oro no son por tanto absolutas sino que dependen de los paises.
    ¿Modelos de equilibrio con expectativas racionales? Las deficiencias conceptuales de estos modelos está bastante demostrada. Es cierto que las alternativas son todavía poco operativas y deben desarrollarse, pero apostar el futuro de nuestra sociedad a esquemas que se han mostrado no solo erróneos sino desastrosos me parece una irresponsabilidad. Un interesante paper al respecto recién salido del horno http://www.parisschoolofeconomics.eu/IMG/pdf/stabilityofgetrevised3.pdf
    Krugman, como siempre interesante, ha publicado un artículo sobre la bitcoin (y el oro) http://economia.elpais.com/economia/2013/04/18/actualidad/1366310784_208220.html
    Sin embargo, algunos aspectos parecen contradictorios. Por ejemplo, achaca al bitcoin que es una moneda que se basa su valor únicamente en la creencia de que otras personas lo aceptaran como pago sin tener ningún tipo de respaldo ni material ni gubernamental y, a la vez, de que no es una construcción social...

  • Pero entonces, si entiendo bien y tu tesis es que el sistema monetario no puede aspirar a cambiar una sociedad, la conclusión lógica es: o España hace (más) reformas estructurales o no le va a quedar otra que salirse del euro... ¿me equivoco o esa es la tesis subyacente?

    • Tres son las alternativas dentro del euro. La primera es, como hemos dicho por activa y por pasiva en NeG, una reforma de la economia espanhola que la haga mas competitiva desde el punto de vista agregado, que la haga parecerse mas a ese sector exportador del que tanto se habla. Espanha tiene que resolver sus problema tradicional de crecimiento de la productividad. La segunda posibilidad es un proceso de deflacion salarial continuado, un emnprobrecimiento del pais que permita recupar la competitividad de esta forma. La tercera sea una combinacion de las dos, que es probablemente donde vamos. Se nos refinancia los pasivos a traves del Eurosistema mientras tanto y poco a poco nos vamos ajustando. El problema de esta dos posibilidades es que son procesos lentos que son socialmente muy duros, como estamos comprobando.

      • Una breve reflexión. Los ajustes lentos son mortales. Si hay que hacer deflación, debe ser rápida. En una situación donde las expectativas futuras de salarios y precios son decrecientes (o incluso perder el empleo) nadie compra y la economía se para. Y eso es lo que está pasando. Así, el caso menos malo de devaluación interna fue Letonia por esa razón, porque fue un ajuste muy rápido. (Y lo mismo con el precio de la vivienda, si tiene que bajar, que lo haga de golpe).

  • Nótese que el patrón-oro de entreguerras es muy distinto del que existió antes de la WWI. Solo dos monedas podian ser convertidas. Esto provocó que Inglaterra y EEUU pudiesen comprar bienes y servicios en el exterior a la vez que su sistema financiero expandia internamente pues los dolares o libras con que se pagaban esos bienes y servicios se quedaban depositados en Londres y NY. Los demás creaban moneda local contra reservas en dólares o libras. En Inglaterra, los precios duplicaron entre 1914-1925 pero Londres mantuvo la paridad anterior a la guerra. Esto fue posible mientras duró la expansión del credito, colapsando en 1931. Este es el problema del patrón-oro. No se puede volver a él por decreto, menos si se quiere mantener la capacidad de intervir monetariamente. La gran virtud del patrón-oro es que impide transferir grandes cuantidades de riqueza hacia el Estado. El estado declara la inconvertilidad cuando quiebra o quiebran los bancos por acumular deuda, no porque si. Quienes crean que el estado tiene el derecho o el deber de poder transferir la riqueza de sus ciudadanos no puede apoyar el patrón-oro, pero quienes crean lo contrario apoyan la libertad monetaria, que, durante el XIX, se manifestó en la adopción del oro como dinero. Los logros del nacionalismo monetario son la transferencia de riqueza, el proteccionismo y la inflacción que, inexorablemente se impone cuando la expansión de promesas de pago pierde credibilidad porque, en realidad, fue el ahorro y el capital lo que se consumió.

    • Ricardo Dias de Sousa, Gracias por tu comentario y efectivamente como creo que decir en el texto, el patron oro de entreguerras no es el patron oro clasico (el Reino Unido estaba en lo que se denomina el Gold Bullion Standard (donde no hay monedas de oro en circulacion) y EE.UU. en lo que Eichengreen denomina el gold coin standard. Estoy menos seguro de lo segundo pues nos e si te entiendo bien y tengo que pensarlo. Pero lo que si es cierto es que en la vispera de la Gran Depresion las reservas de oro de EE.UU. no eran una restriccion en una posible expansion monetaria. En la ultima frase no puedo estar mas de acuerdo.

  • El final me descoloca. Se afirma y comparto: "Y la adopción de un sistema monetario para cambiar una sociedad es un sinsentido", para después criticar la entrada de Grecia en el Euro. Pero, a día de hoy, mantener la integridad de la política monetaria del BCE continúa siendo una prioridad superior a cualquier otro principio, incluso en algunos momentos a la legitimidad democrática de nuestros sistemas políticos. Por lo tanto, ¿para cambiar una sociedad no será prioritario hacer las reformas políticas necesarias para tener más transparencia y democracia y, luego, determinar la política monetaria?. El problema es cómo combinar esto cuando se creó el BCE y construímos europa alejada de cualquier mecanismo democrático para evitar las "interferencias" en la productividad de nuestras economías. España se enfrenta a tres escenarios:
    a) el establishment mantiene sus privilegios sin hacer nada en espera que Merkel gane y le dé a la máquina de hacer billetes. Esto rebajara la presión sobre nuestra economía y todo se solucionará. España continuará teniendo registradores de la propiedad y Rajoy será feliz. (Esta es su actual estrategia).
    b) El establishment aplica las reformas liberalizadoras de FEDEA y la UE. Esto sólo pasará con un tecnócrata de libre designación.
    c) El establishmen se sale del euro y de la UE para defender/mantener sus privilegios. (Peor opción, me temo).
    e) La sociedad civil es capaz de "remover" al establishment. Luego, en un debate abierto, vemos si continuamos en el euro y en qué condiciones. (opción democracia).

  • Estoy de acuerdo con todo lo que dice, aunque hace algunas trampillas. Los problemas de Grecia no pueden ser atribuidos al sistema monetario (al menos no de forma exclusiva, y en mi modesta opinión de ninguna forma), y las decisiones económicas de los paises europeos de entreguerras no son un buen ejemplo de nada, porque todos sabemos como acabó ("entreguerras" es un nombre que lo dice todo).
    Como bien indica usted, creo que el patrón oro no es más que un intento de limitar la discrecionalidad en la política monetaria, y hay maneras mucho más efectivas (el euro o limitaciones recogidas en las constituciones, por ejemplo)

    • Alfonso Guerrero, Gracias por tu comentario. Nadie ha dicho que los problemas de Grecia sean debidos al sistema monetario que tiene, mas bien al contrario, uno de los objetivos de la adopcion del euro era precisamente el dar incentivos a la resolucion de problemas que estaban ya presentes antes de la union monetaria. Por ultimo yo no hago trampillas; si estas en desacuerdo con algo de lo que escribo o hay simplemente un error en los datos en los que me apoyo o en la logica se dice y si me convences lo corrijo y ya esta. Pero hay que saber leer. Una vez mas, gracias por tu comentario.

  • Es un argumento magico dar como solucion milagrosa de salida de la crisis a unas medidas liberalizadoras.

    Realmente las restricciones economicas existentes a mi no me parecen tantas ni tan trascendentes, y de hecho se van quitando en la accion actual del gobierno.

    Probablemente una de las restricciones mas criticas y faciles de arreglar es la mejora de los procedimientos de Autorizaciones Ambientales que demoran inversiones durante años. La reforma legislativa propuesta deberia mejorar este punto.

    Los tecnocratas no suelen solucionar nada, y menos todavia si deben mantener la cohesion social con una crisis dramatica como tenemos.

    La permanencia en el Euro puede ser buena o mala, a mi me parece mala, pero no entiendo que tiene que ver con el "establishment", suponiendo que eso se refiera a la casta politica. Supongo no incluye a los directivos de Cajas de Ahorros triturados por la crisis, y que hubieran sobrevivido placidamente fuera del Euro, sin necesidad de rescates Bancarios de Europa, al monetizar la salida de la crisis bancaria como en el 1993.

    La salida de la crisis dentro del Euro requiere tiempo. En mi opinion solo se vera con claridad cuando superemos el 2~3% de superavit por c.c., lo que posiblemente ocurra en 2014 o 2015.

    Entonces en el Euro o fuera de el, desaparecera la prima de riesgo, se normalizaran los flujos de capitales y volvera la confianza inversora y luego el consumo.

    Las medidas liberalizadoras y reformas pueden acelerar algo el proceso, pero no son magicas. La principal en el mercado de trabajo esta funcionando.

  • Gracias, Tano, por la entrada y su faceta divulgativa dada la complejidad del tema.
    Quizás sí que se podría sacar alguna conclusión positiva del patrón oro, como que fue el estímulo de la inversión exterior y terminar con el mercantilismo imperante desde siglos atrás. ¿O se podría argumentar que el proceso de apertura e internacionalización hubiera sido lógico y sin necesidad de un sistema tan rígido?

  • La razón más importante de la muerte del GS en sus diferentes versiones fue, en mi modesta opinión, política en último análisis.

    El GS limitaba las opciones a corto de los gobiernos de forma tal que las re-elecciones se hacían imposibles por la rapidez de los ajustes hacia abajo en precios de factores derivadas de la reducción de reservas en situaciones desequilibrios de balanzas.
    Algunos tratadistas nos recuerdan que el oro era, al tiempo, una norma y una creencia, un world view compartido por los gobiernos. Una vez que el voto universal es el factor crítico, la suerte del GS estaba echada.

    Hoy Merkel, a falta de creencias compartidas, hace la misma función: Imponer un World View.
    Pero lo hace en un mundo cuya "Visión" es que el Estado es divino y que, "si quiere, todo lo puede" incluyendo la creación de riqueza.
    En estas circunstancias, el "no querer" es letal electoralmente especialmente ante poblaciones muy dependientes "educadas" en grados altos de populismo.

    Lo estamos viendo a diario donde "Agentes" que han causado esto deliberadamente fomentan el debate como si la fuga de la realidad fuese una opción política eterna.
    El déficit estructural de origen político, no lo olvidemos, agrava la situación.

    De ahí el terror a la deflación: Ésta expone de modo inmediato las realidades y especialmente si la necesidad de crédito es importante y no hay factores compensatorios.

    Pero, claro, la realidad es muy poderosa. ¿Quién explica esto a los votantes?

    • Hasta que no se vuelva al equilibrio....porque creo que la Creación de riqueza es lo primero que hay que crear via emprendedores, empresarios, y no primero montar una estructura financiera tan compleja direccionado a intereses geopoliticos.geoeconomicos y geoestrategicos...creando el actual divorcio entre industria financiera e industria productiva, la segunda muy regulada y la primera, con grandes misterios , quien controla la banca en la sombra, quien controla los ETF's ?

    • Ya estamos con la dichosa "realidad"...

      Manu Oquendo, no hay nada en "la realidad" que diga que la unidad monetaria debe estar ligada al oro o a cualquier otro ídolo. Como bien dices es una creencia, y podría decirse más, una invención.

      Es una creencia que, como todas, es beneficiosa para unos (la minoría que tiene el dinero) y perjudicial para otros (la mayoría que sólo tienen su fuerza de trabajo). Por eso, y ahí tienes toda la razón, el patron oro o cualquier otra forma de culto a la unidad monetaria es incompatible con la democracia.

      La devaluación es tan compatible con la realidad como la deflación. Pero tienen diferentes repercusiones sociales. Elegir entre ambas es una opción política, y depende de a quién se debe el Gobierno, si a sus votantes o a sus acreedores.

  • No veo claro que un desajuste de la cuenta corriente requiera una intervención del banco central para evitar una salida de oro. Cuando se produce un déficit comercial, necesariamente hay una salida de oro. (Si no, no entiendo nada.) Probablemente, lo que ocurre es que el banco central quiere impedir una salida de oro, por razones desconocidas. Entonces el banco central hace una política monetaria contractiva, con el objetivo de reducir los precios, y evitar un déficit comercial y la consiguiente salida de oro. Según el modelo de flujos de oro y precios de Hume se habría llegado al mismo resultado sin necesidad de ninguna intervención por parte banco central.

    • Ernest, efectivamente en el modelo de Hume, donde todos los precios son flexibles, no hay necesidad alguna de un banco central ya que no hay necesidad de una politica monetaria. En general en un modelo de competencia perfecta, sin fricciones algunas, nada de esto es relevante. No asi en un modelo con rigideces nominales; en este caso el mantenimiento de la paridad frente al oro puede llevar al banco central a las acciones que indicas; como esta crisis ha demostrado los desajustes comerciales pueden ser sostenidos. Dos son las elecciones que tiene un pais en esta situacion, deflacion o devaluacion. El patron oro te fuerza a adoptar la primera. En el modelo de Hume esta eleccion no surge porque es un modelo de precios flexibles. En la situacion de Inglaterra en el periodo de entreguerras, como reconocieron los propios economistas de ese periodo, si. Es precisamente por esto que fueron muchos los economistas ingleses que propusieron el regreso al patron oro pero a una paridad distinta precisamente para evitar el proceso deflacionario, y las rebajas salariales que ello implicaba; era una forma obvia de evitar la eleccion entre deflacion o patron oro. La segunda razon por la que los bancos centrales actuan es precisamente para contrarestar las acciones de politica monetaria de otros bancos centrales. Esta es tambien la historia de la Gran Depresion: En el anho 1928, los EE.UU. (o mejor dicho la Reserva Federal) con grandes reservas de oro y sin problemas de salida de oro, decide aplicar un politica monetaria contractiva para atajar el proceso especulativo que estaba viviendo los mercados de renta variable en ese pais y esto obliga a todos los paises en el patron oro, en particular Inglaterra, a adoptar un politica similar para evitar la salida del oro, forzando a su vez una contraccion economica en Inglaterra. Esto era lo que no era posible en la sociedad de Inglaterra en ese periodo. Montagu Norman, gobernador del Banco de Inglaterra en ese period, creia que el impacto era mas psicologico que real. Este fue el error: Supeditar la economia nacional al mantenimiento de la paridad. Eso era posible en 1890 pero no en 1931. Gracias por tu comentario.

      • Gracias por la explicación. Según Eichengreen en "La globalización del capital", los precios eran relativamente flexibles en el siglo XIX, y por otra parte en EEUU hubo un período largo de deflación y crecimiento. Es por eso que me cuesta entender la aparente preocupación de los bancos centrales por las salidas de oro. Supongo que es necesario un conocimiento profundo del sistema institucional y de las repercusiones de los movimientos de oro para entenderlo.

  • Muchas gracias por su artículo. Me parece muy interesante la reflexión sobre la futilidad del patrón oro, sabiendo que cualquier gobierno futuro lo puede quitar.

  • Hola, Carles: aunque no comparto todo de tu post me ha parecido un excelente comentario que engloba el embrión argumental de los problemas fundamentales.

    El post de Ricardo Dias de Sousa tiene otra frase que terminará por convertirse en la cuestión central de esta crisis social: "Quienes crean que el estado tiene el derecho o el deber de poder transferir la riqueza de sus ciudadanos".
    Por ahí van los tiros: Por cómo evoluciona de modo determinista un estado con las reglas de juego de los estados occidentales actuales.
    Si me apuras esto no es un problema económico. Es el objeto de Teoría de Juegos, Sistemas Complejos y un cierto tipo de agente: El ser humano en su actual estadio evolutivo.
    Estas tres disciplinas explican perfectamente no sólo la faceta económica de la crisis sino las restantes así como las causas (Reglas y Capacidades de los Agentes).
    Y si no se tocan esos factores --desde la filosofía y el derecho político vigentes-- no se resolverá nada que valga la pena resolver desde muchas antropologías.
    La motivación para ello está en el cero absoluto en cientos de millones de seres humanos. Se dicen cada día:"para este juego, paso y que se den la toña porque, así, ya no interesa".

    Dentro de un año estaremos hablando a fondo de esto porque está en todas las mentes y, en mi opinión, incluso entre líneas del texto de Tano.

    Saludos.

  • “Quienes crean que el estado tiene el derecho o el deber de poder transferir la riqueza de sus ciudadanos”

    Es una frase muy reveladora de la falsa concepción que está detrás de la adoración del patrón oro. El error es pensar que el Estado (o quien lo gobierne) puede decidir si transfiere la riqueza de sus ciudadanos o no. No hay tal elección: el Estado transfiere riqueza de unos ciudadanos a otros, como resultado de sus decisiones. Puede transferir de los ricos a los pobres (Robin Hood) o de los pobres a los ricos (Sheriff de Nottingham). El patrón oro es optar radicalmente por lo segundo.

  • Soy un neófito en Economía. He seguido, aunque no exhaustivamente, su blog en los últimos tiempos. Su posición reformista me parece intachable; su espíritu, honesto y su búsqueda de la objetividad, algo muy necesario en España. Me interesaría por eso conocer su posición sobre la consistencia de la siguiente secuencia de hechos (es decir: si es una secuencia real y no artificial) y su relevancia en la actual crisis: la ruptura de la convertibilidad del dólar en oro en 1973, la liberalización de los mercados financieros a partir de 1986, la importancia de la globalización financiera -la llamada financiarización- en la sostenibilidad económica, social y medioambiental de los países (es decir: cómo los flujos de capital en busca de la maximización de la rentabilidad afectan negativamente a la inversión a largo plazo y al empleo), la ausencia de regulación efectiva de mercados financieros tras la crisis, y cómo ese estado de cosas estructural es o no es en sí pernicioso para un desarrollo sano de las economías, con independencia de las necesarias reformas que hay que realizar en economías disfuncionales como la española y de los deficientes criterios de gobernanza económica de la UE.
    Gracias y saludos cordiales.

    • Alberto, Gracias por tu comentario. De esto me ocupo en la tercera entrada.

  • Hola Tano,

    Después de leer tus 2 primeras entradas sobre el tema, creo que la parte más interesante vendrá en la siguiente. Para mi, lo más atractivo de un sistema que tratara de imitar lo bueno del patrón oro (sobre todo a la vista de lo ocurrido en los años en que se gestó la actual crisis, con el euro ya instaurado, de forma similar a otras crisis anteriores) sería su capacidad para limitar el crecimiento incontrolado (más allá de la voluntad política y de la capacidad de un planificador central, sea bancario o del tipo que sea) de la masa monetaria y el crédito -con lo que esto conlleva-, aunque tal control no sería posible sólo por medio de un patrón monetario, sino que requiere también un determinado diseño del sistema financiero. Espero por tanto con interés tu próxima entrada.

    Gracias y enhorabuena por todo vuestro trabajo.

    Un saludo,

    Manuel Sarachaga

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