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Políticas de Oferta y Tipo de Interés Nominales Iguales a Cero

El viernes pasado, Jesús y yo escribimos un post en Vox sobre políticas de oferta y tipo de interés nominales iguales a cero. El post esta basado en un nuevo articulo que hemos escrito con Pablo Guerrón-Quintana.

El argumento vas, más o menos, así. Los EE.UU. y la Eurozona están atrapados en una situación en la que las tasas de interés nominales a corto plazo no pueden caer, ya sea porque son cero (los EE.UU.) o estén lo suficientemente cerca de cero para que la autoridad monetaria se niegue a bajarlos aun más (en la zona euro). Cuando esta situación se combina con rigideces nominales de precios y salarios, la tasa de interés no puede asignar consumo e inversión de manera eficiente. Los hogares quieren ahorrar demasiado y la economía puede quedar atrapada en lo que muchos han llamado “agujero negro” de la recesión (Krugman, 2002).

La respuesta tradicionales a este problema ha sido recomendar el uso de la política monetaria y fiscal. La política monetaria, ya sea a través de un compromiso temporal con una tasa de inflación superior (Krugman 1998, Eggertsson y Woodford, 2003) o por medio de transferencias de efectivo (Auberbach y Obstfeld 2005), puede generar un aumento de precios que reduzca la tasa de interés real, incluso si la tasa de interés nominal no puede moverse. Del mismo modo, Correia et al (2010) muestran como la política fiscal puede neutralizar los efectos de una tasa de interés nominal fija mediante el uso de impuestos que repliquen la trayectoria óptima de los precios. Nosotros planteamos una tercera vía: las políticas de oferta.

El argumento es sencillo - una política de oferta que aumente la productividad futura genera un efecto riqueza que aumenta el deseo de consumir hoy y disminuye el ahorro excesivo. El argumento los ilustramos usando un modelo simple de dos períodos. Los precios están fijos durante el primer período, pero se puede cambiar, con un coste, en el segundo. La familia representativa consume, trabaja, posee dinero y ahorra. Cuando la tasa de interés nominal es positiva, la familia solo tiene dinero para disminuir los costos de transacción y ahorra usando bonos nominales. Cuando la tasa de interés nominal es cero, la familia esta indiferente entre el dinero o los bonos. Debido a la rigidez de los precios, los precios no pueden ajustarse tan rápido como deberían, y la tasa de interés real no es lo suficientemente baja como para inducir a un nivel de consumo alto en el primer período.

Pero si de repente aumenta la productividad en el segundo período, el consumo en el segundo periodo aumentará. Dada la ecuación de Euler, un mayor consumo futuro es acompañado por un aumento de las tasas de interés y / o un mayor consumo hoy. Este efecto riqueza se traduce en un mayor consumo y más horas trabajadas hoy.

La posibilidad de utilizar las políticas de oferta para curar los males de tipos nominales iguales a cero no debe interpretarse como un argumento para no actuar a lo largo de otros frentes. Nuestra posición es que las políticas de oferta no deben olvidarse.

Ante este argumento, dos preguntas surgen de manera natural. En primer lugar, ¿por qué hacemos hincapié en la importancia de los aumentos de productividad ahora que nos hemos quedado sin política monetaria? ¿No debería un gobierno querer aumentar la productividad, independientemente de si tenemos o no tipos de interés igual a cero? Sí, debería, si aumentarla resultara gratuito. Sin embargo, no es gratis, ya sea en términos puramente económicos o políticos, siempre hay costes. Pero en la situación en la que nos encontramos, estas políticas tienen una tasa de retorno superior a la normal. No sólo se obtiene un mayor consumo futuro, también se pueden solucionar los problemas de la demanda actual. Cuando los tipos de interés no son cero, el aumento de productividad en el futuro se ve compensado por un aumento en la tasa de interés de equilibrio del mercado. Cuando los tipos de interés son cero, ese efecto desaparece y por lo tanto, el consumo de hoy se eleva también.

En segundo lugar, ¿es el efecto riqueza lo suficientemente importante? Desafortunadamente, no tenemos una respuesta definitiva a esta pregunta. La razón es simple: no hemos tenido experiencias con ese tipo de políticas en las últimas décadas. Nuestro intuición nos dice que, en países como España, el efecto riqueza puede ser sustancial. Solo hace falta pensar en las deficiencias de nuestro mercado de trabajo o en las regulaciones surrealista de muchos sectores de nuestra economía.

En resumen, tener los tipos de interés nominales iguales a cero es un serio desafío para la política económica. Las políticas de oferta puede, y deben, ser una herramienta adicional que debemos tener en cuenta.

El articulo ha tenido bastante atención en los medios estos últimos días. Véanse las entradas a los blogs de Marginal Revolution, Krugman y Mankiw.

Jesús comentara sobre estas entradas en su post de mañana miércoles. Jesús lo hará cuando tenga un rato: esta semana anda liado.....