Volver a empezar

Hoy publicamos una tercera entrada sobre el Real Real Decreto-­ley 4/2013, de 22 de febrero, de medidas de Apoyo al Emprendedor y de Estímulo del Crecimiento y de la Creación de Empleo. Las primeras dos entradas están disponibles aquí y aquí.

por: Juan J. Dolado y Pablo Gimeno

El Consejo de Ministros aprobó  el viernes 22 de febrero  una serie de medidas de apoyo a los emprendedores y de estimulo a la creación de empleo, dirigidas fundamentalmente a incorporar a los jóvenes menores de 30 años al mercado laboral, bien como autónomos o como asalariados. El real decreto contiene 11 medidas encuadradas en el plan de choque que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social (MEYSS) ha presentado en Bruselas cara a justificar  la obtención de los 918 millones de euros que le corresponderán a España, durante 2013-2016, dentro de la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven puesta en marcha por la Comisión Europea.

Antes de comentar el contenido del decreto conviene, no obstante, aclarar  que el drama del paro juvenil no es un problema específico de nuestro país sino que corresponde al problema general de nuestro mercado de trabajo: la ratio entre las tasas de paro juvenil y paro total en España ha oscilado históricamente entre 2 y 2.5 (55% y 26%, respectivamente en la actualidad), mientras que en otros países (Italia, Reino Unido y Suecia) dicha ratio alcanza valores cercanos o superiores a 4.

Las medidas adoptadas pueden clasificarse  en dos bloques:

I. Aquellas dirigidas a fomentar el emprendimiento y autoempleo de los jóvenes. Incluyen: (i)  una tarifa plana de unos 50 euros, durante los seis primeros meses, para aquellos que inicien una actividad por cuenta propia por primera vez en los últimos cinco años; (ii) capacidad  de compatibilizar la prestación por desempleo, durante  nueve meses,  para aquellos que se den de alta como autónomos;  (iii) posibilidad de capitalizar el 100 por 100 de las prestaciones contributivas con el fin de de realizar aportaciones a sociedades mercantiles en las que tengan un contrato indefinido; (iv) ampliación de dos a cinco años en la duración de una actividad por cuenta propia que permita interrumpir y reanudar el cobro de las prestaciones; y (v) fijación de un tipo reducido (15% hasta 300 mil euros y 20% el resto en el Impuesto de Sociedades) durante dos años, para las empresas de nueva creación, así como una reducción del 20% en los rendimientos netos de los autónomos que inicien actividades económicas durante dicho periodo.

 

II. Aquellas dirigidas a estimular la contratación laboral de los jóvenes. Incluyen: (i) una reducción del 100 por 100 (del 75 por 100) en la cuota empresarial  de las empresas de menos de 250 trabajadores (de mayor tamaño) en la firma de contratos a tiempo parcial con contenido formativo destinados a  jóvenes sin experiencia laboral o que lleven en paro más de un año; (ii) exención  del 100 por 100 de la cuota empresarial por contingencias comunes, durante el primer año, para los autónomos y empresas con menos de 10 trabajadores que  contraten de forma indefinida a jóvenes desempleados; (iii)  reducción del 50 por 100 de dichas cuotas para cualquier empresa que ofrezca contratos de prácticas vinculados a la titulación de aquellos jóvenes que carezcan de experiencia laboral previa; (iv) introducción de un nuevo contrato temporal sin causa (“primer empleo joven”)  para dichos jóvenes con incentivos a su trasformación en contratos indefinidos (500 euros/año durante 3 años, y 700 euros /año en caso de mujeres).

A estas estas medidas se añaden otras dirigidas a fomentar la intermediación laboral, como la creación de un portal único de empleo a nivel estatal y la habilitación de las ETTS para firmar contratos de formación y aprendizaje.

La impresión generalizada de estas medidas es que, en su mayoría,  suponen más de lo mismo. La excepción podría estar en el apoyo al emprendimiento entre los jóvenes (en la actualidad hay 430 mil autónomos  de menos de 30 años y 1, 8 millones de parados en ese tramo de edad) donde la tarifa plana de 50 euros mensuales para los nuevos autónomos, frente a los 256 euros actuales (para una base mínima de 858,6 euros/mes que es la más  frecuente en este colectivo), podría favorecer un aumento de este colectivo. Eso sí,  siempre y cuando se ponga en marcha (y funcione) el plan de financiación de Pymes, dotado con 45 mil millones de euros, y se acabe con la pesadilla burocrática de crear una empresa en España. Entre los aspectos menos positivos cabe apuntar  el hecho de que dicha tarifa plana, al estar restringida a nuevos autónomos (sin haber estado registrados como tales durante el último quinquenio) excluye segundas oportunidades para aquellos que no hubiesen acertado a la primera, cuestión relevante ya que las tasas de fracaso en la primera aventura empresarial suelen ser elevadas.

Por el contrario, en lo referente al empleo por cuenta ajena, se repite el archiconocido esquema en nuestro país de bonificar a mansalva sin atajar el problema de fondo (la dualidad contractual y el diferencial de costes de despido). España gasta un 0.9% del PIB (alrededor de 10 mil millones de euros) en políticas activas de empleo, frente a un 3.1% en políticas pasivas. Entre las primeras, casi la mitad del gasto (46%) va destinado a incentivos a la contratación y apoyo a la creación de empleo, mientras que la formación solo se lleva el 23%. El resto va destinado a la creación de empleo temporal en el sector público (11%) y a la gestión de los servicios públicos de empleo (20%).

La evidencia empírica disponible aquí resalta la escasa efectividad de los programas de bonificaciones transitorias que han tenido lugar en el pasado. Las empresas las utilizan durante el periodo requerido para el cobro de la bonificación para, posteriormente, despedir al trabajador y entrar de nuevo en el circuito de la subvención. Además, hay fuertes efectos sustitución de trabajadores no bonificados frente a bonificados. Sucedió con los contratos de fomento de empleo estable (con indemnizaciones de 33 días en vez de 45 días) introducidos en la reforma laboral de 1997 para determinados colectivos similares a los contemplados en el presente decreto ( ampliados sucesivamente en las reformas posteriores) y, probablemente, esté  detrás del escaso éxito del nuevo contrato indefinido de emprendedores (con un periodo de prueba de un año) que se introdujo en la reforma de 2012 y que apenas ha alcanzado un 8% de la contratación total en su primer año de funcionamiento.

Todavía más sorprendente es la vuelta atrás que supone reintroducir una versión para jóvenes del contrato temporal no causal de fomento del empleo, que vio la luz en la reforma de 1984 y fue posteriormente abolido en la reforma de 1994 por sus efectos nocivos sobre la rotación laboral, la formación de los trabajadores y el crecimiento inusitado de la tasa de temporalidad en nuestro país. Volvemos a empezar con los mismos errores que dieron lugar a los males actuales. Respecto a la intermediación, parece incomprensible que, a día de hoy, siga sin existir un portal único que integre los existentes a nivel de CC.AA y que la colaboración público-privada en la formación y aprendizaje no esté ya en marcha cuando se anunciaba en el Decreto Ley de febrero de 2012.

La pregunta obvia es por qué se repiten estos errores, en vez de aprovechar la oportunidad para apuntalar los aspectos positivos de la reforma de 2012 (especialmente en la negociación colectiva) con la simplificación de la maraña contractual a través de la introducción de un contrato único de igualdad de oportunidades. Caben tres explicaciones: (a) que la voluntad del Gobierno siga sometida a los intereses de los interlocutores sociales, los cuales obtienen sustanciosas rentas económicas y cuotas de poder derivadas del statu quo; (b) que el uso de la contratación temporal, como vía de abaratamiento de los costes laborales, siga tan imbricado en la mente de nuestros empresarios que no sean capaces de utilizar otras posibilidades de contratación más estables contempladas en la actual regulación laboral; y (c) que las autoridades del MEYSS (un acrónimo más  apropiado seria MESS) no gocen de la competencia profesional necesaria para atajar de una vez por todas la sangría que nos afecta.

En lo referente a (a), existe una amplia evidencia sobre que patronal y sindicatos no están interesados en desmontar la segmentación existente que les proporciona euros y votos (aquí). Por lo que se refiere a (b),  a modo de anécdota, resulta chocante que algunas de nuestras grandes empresas apoyen planes de ayuda  a pymes y autónomos  para fomentar el empleo juvenil cuando la vía más frecuente que utilizan para contratar jóvenes con titulación   universitaria, e incluso  másters o doctorados, es la de contratos de formación de corta duración; ello supone un claro fraude ley pues se les obliga a matricularse (y pagar) en masters on line ya que dichos contratos solo pueden utilizarse para trabajadores con menores cualificaciones. En lo concerniente a (c), basta con escuchar/leer  las escasas intervenciones de la ministra del ramo o las sonrojantes comparecencias de sus altos cargos cada vez que sale la EPA o el paro registrado. Verde y con asas.

Hay 24 comentarios
  • ¿A que puede ser debida tanta incompetencia? ¿A falta de conocimientos/preparación de los dirigentes? ¿A falta de interés, puesto que sólo preocupa conservar las prebendas? ¿Intereses corporativos de las castas, como la casta política, la casta ibex35, la casta mediática, la casta funcionarial, la casta financiera?
    O quizás un poco de todo, pero sobre todo incompetencia.

    RAMON

    • Hombre, traer a colación, ahora que hablamos de mercado laboral, a la "casta" funcionarial, está un poco fuera de lugar, ¿no cree?

      Yo hablaría, más bien, de la "casta" laboral indefinida, con salarios muy por encima de la mediana, cualificación profesional estancada y fuerte presencia en las organizaciones sindicales.

      Y para lo suyo con los funcionarios, una tila con doble carga y un largo paseo, no vaya a ser que termine acusándolos del incendio de Chicago.

      Que le sea leve.

    • A veces pienso que es un tema de prisas y urgencias, y no disponer de tiempo suficiente ni recursos competentes para hacer las cosas bien...como pasa en muchas empresas aquello de que lo bueno es enemigo de lo mejor...y asi salen las cosas como salen

      • Lo de prisas y urgencias podría valer al principio de la crisis, pero ahora ya no. Los problemas en el mercado de trabajo de jóvenes están sobre-diagnosticados (por un buen ejemplo vea el último reforme anual sobre la economía española de la OCDE, publicado en noviembre del año pasado), y el partido en el gobierno dispuso de cuatro largos años en la oposición para preparar sus medidas. Lo que sí hay es un problema de recursos económicos, pero esperamos que los fondos europeos aliviarán esta situación que Europa exiga medidas más eficaces.

  • "existe una amplia evidencia sobre que patronal y sindicatos no están interesados en desmontar la segmentación existente que les proporciona euros y votos".
    La evidencia seria en todo caso de escaso interes, pero no de oposicion. De hecho, ni patronal ni sindicatos ganan nada con la dualidad. Con mas trabajadores fijos los sindicatos ganarian afiliacion. Y si los costes medios de despido no suben (depende de como se escalen), tampoco pierde la patronal. Asi, recientemente CEOE ha declarado (por primera vez)estar a favor del contrat unico.
    El problema parece estar en el Ministerio, que nunca (ni con este gobierno ni con los anteriores) lo ha propuesto.

    • Estimado PatxiSan,
      Me temo que eres demasiado optimista. Los sindicatos rechazan cualquier reforma que afecta a los contratos indefinidos y la patronal lo acepta en cambio de máxima flexibilidad en el uso de los contratos temporales. ¿El apoyo de Rosell al contrato único? Habría que ver en que tipo de contrato está pensando. No me cabe la menor duda que es otro contrato de crisis, una especie de mini job en linea con la propuesta del contrato único de la Comisión Europea, es decir sin derecho a la seguridad social y con una protección mínima.

      El día que ambas organizaciones entrán en razón y son capaces de pactar un paquete de buenas medidas con el gobierno sería el día más feliz para muchos de nosotros. ¿Mi sugerencia? Moderación salarial y contrato único en cambio de formación.

      • Ni los sindicatos están en contra de cualquier reforma que afecte a los contratos indefinidos, ni la Patronal lo está tampoco. De hecho la Patronal ya lo ha propuesto varias veces:

        http://economia.elpais.com/economia/2011/06/20/actualidad/1308555180_850215.html

        Por lo que ni los sindicatos ni la patronal se oponen al contrato único, se opondrán a su propuesta. Los primeros se opondrán a una rebaja en las indemnizaciónes y los segundos a subidas de las mismas. Déjense de "evidencias" por las cuales malvadas organización tienen oscuros fines para dominar el mundo, que no cuela. La Patronal aceptaría un contrato único sin indemnización mientras que los sindicatos aceptarían otro con readmisión o alta indemnización.

        • Nunca hablaría de "malvadas organizaciones". El papel de los interlocutores sociales es crucial, o por lo menos lo puede ser sí lo intentan. Simplemente me refiero al hecho de que los interlocutores sociales no hayan sabido pactar ninguna reforma de importancia durante la crisis (que podría ayudar a reducir la dualidad laboral). Se pusieron de acuerdo sobre la moderación salarial cuando percibieron el riesgo real de una reforma de la reglas de la negocación colectiva en 2012, pero es el único aspecto en que podamos hablar de un acuerdo de relevancia. Y lo siento, pero el contrato único de la patronal a que hace referencia el enlace tiene poco en común con lo que se suele denominar el contrato único.

          También es cierto que la culpa no es solo de los interlocutores. La política también ha jugado un papel importante. El anterior gobierno pecó vinculando cualquir reforma a la necesidad de un pacto previo entre los interlocutores, dando así un derecho de veto que benefició sobretodo a los sindicatos. Al contrario, este gobierno ni siquiera se ha reunido con los interlocutores sociales antes de decretar su reforma de 2012 y desde entonces solo parece escuchar a la patronal. Hay que volver a la concertación y el gobierno tiene que intentar pactar un paquete de medidas amplias con un algunos beneficios por cada uno de los firmantes. Este acuerdo debería ofecer medidas de alcance para los jóvenes que incluye compromisos de formación por parte de la patronal. En cambio los sindicatos tienen que aceptar avanzar en la moderación salarial.

          • En primer lugar gracias por la respuesta. El contrato único en la práctica no existe, por lo que nada se le puede parecer. Pero la Patronal no está en contra y los sindicatos tampoco lo están. La discrepancia está en las condiciones.

            Mientras tanto es interesante su exposición, pero quizá se le pueda dar la vuelta al calcetín. Dos no discuten ni se ponen de acuerdo si uno de ellos nos quieren. Parece que desde aquí se le atribuye esa oposición a los sindicatos. Y a lo mejor es al revés, siendo la Patronal quien no ha tenido la más mínima intención de llegar a ningún acuerdo. De hecho la descripción de la situación que hace nos lo demuestra. La Patronal sabe que ante la ausencia de acuerdo la acción gubernamental va a favorecerles en 9 de cada 10 decisiones.

            De todos modos es imposible llegar a un acuerdo con beneficios para las partes porque nunca ocurriría algo algo así. Será un pacto que siempre favorecerá a la Patronal. Un masivo abaratamiento del despido y una rebaja salarial a cambio de dar cursillos es algo que los trabajadores nunca aceptarán y con razones. Porque tanto sus propuestas o las de la Patronal no tendrán la aceptación de los trabajadores y de sus representantes porque bajo el "buenrollismo" de salvar a los jóvenes lo que hay es un abaratamiento del despido. Claro que un 26% de paro siempre saldrán más amigos aunque la propuesta sea manifiestamente deshonesta.

            • Sigue usted empeñado en defender que la patronal y los sindicatos apoyan el contrato único. Se equivoca. Ahí están las hemerotecas. Claro podría ser la patronal apoya el "employment at will" americano y los sindicatos un contrato único con costes de despido estratosféricos, aunque lo dudo, pero esto no es una aportación útil al debate. De los que se trata es diseñar un contrato con un nivel de protección de empleo adecuado que siempre es mayor que en los contratos temporales y que alcanzaría un nivel similar al que existe en los países más avanzado tras un período de varios años. Además, el contrato único solo sería para las nuevas contrataciones: así que no tiene porque implicar una reducción de los costes de despido (depende de su diseño) ni es una medida retro-activa. Los jóvenes tendrían más estabilidad de empleo en sus primeros años en el trabajo en cambio de algo más de flexibilidad en el resto de su carera, pero tendrían todo el tiempo para adaptarse a estos cambios.

              Segundo, si lee bien mis respuestas puede ver que hago una distinción entre la legislatura anterior y la actual. En la anterior legislatura eran los sindicatos los que bloqueaban acuerdos por sentirse apoyado por el gobierno, y ahora han cambiado los papeles y tenemos al patronal que se siente apoyado por el gobierno y que no muestra voluntad de llegar a acuerdos. Pero este cortoplacismo es un error. Al final el gobierno, patronal y los sindicatos tienen los mismos objetivos: crear empleo y bienestar.

              Discrepo que no hay posibilidad de llegar a acuerdos. Se pueden diseñar paquetes amplios de medidas que ofrecen beneficios a todos los partes. Además su respuesta demuestra en que medida los españoles se han acostumbrado a la falta de seriedad en materia laboral. No estoy hablando de cursillos. Estoy hablando de políticas activas serias en base de itinerarios personalizados, diseñados preferiblemente en colaboraciones entre el Sistema Público de Empleo e intermediarios privados especializados, y debidamente evaluadas para mejorar su eficiencia. Pero otra vez estamos en lo mismo. La patronal se centra demasiado en los beneficios de la reducción de los costes laborales e infravalora la importancia de la formación - que se occupen otros... Los sindicatos al contrario no quieren oír hablar de una seria reforma del antiguo INEM o de la co-operación pública.privada en la intermediación laboral y sin estas reformas las políticas activas y la formación si tomarían la forma de cursillos inutiles.

            • La hemeroteca suele decir lo que uno quiere proyectar y entra en juego estrategias de comunicación. Hay hemeroteca donde sindicatos y empresarios proponen contrato único y hemeroteca al contrario. No dudo de que la patronal no tiene inconveniente en adoptar un "modelo americano", otra cosa es decirlo o ir a la mesa a proponerlo. No habría cierres patronales si ocurre. Casi nadie se opone al contrato único, porque no es más que eso. De sus condiciones nace el apoyo u oposición.

              Unicornios aparte, esos "españoles" a los que convencer sí se ven perjudicados por la propuesta, sean de un lado u otro. Un ejemplo del juego de manos es hablar de "estabilidad" para jóvenes y de "flexibilidad" para los menos jóvenes. Eufemismo para decir "menos estabilidad". Independiente de lo bueno o no de la propuesta, el "español con falta de seriedad en materia laboral" echa sus cuentas. Se levanta por las mañanas deseando cobrar y no ser despido, no quiere apuntarse a FP. A los sindicatos no les importaría una reforma del INEM, sino que entren privados a hacer la función. Y también hay dinero.

              Mientras tanto ya sabemos quien abría el curso en Rodiezmo, pero también hoy tenemos una ministra que habla de la inconstitucionalidad del contrato único. Lo que también sabemos es quién le ha beneficiado la falta de acuerdo y a favor de quien se ha legislado.

              Por último los sindicatos y la patronal no tienen por objetivo crear empleo y bienestar, sino defender los intereses de sus asociados.

  • Alguna matización a los tres aspectos de la, por otra parte, excelente exposición.

    a) La instauración del contrato único sería neutral. No podría tener carácter retroactivo y eliminaría la temporalidad, dos aspectos favorables a los sindicatos. Clarificaría la maraña normativa, eliminando costes (incumplimientos, asesoramientos, etc.) además de limitar la litigiosidad laboral si el contrato incluye el libre desistimiento bilateral con indemnización pactada.
    b) La mayor beneficiaria de la temporalidad es la Seguridad Social. Los contratos eventuales (a los que os referís) tienen sobrecoste en su cotización. Son fraudulentos el 99%, por acausales, como determinada una larga jurisprudencia. Sólo los empresarios pequeños y algunos medianos los utilizan y ello porque la mayoría de trabajadores no demanda.
    c) La incapacidad de los gobernantes, además de obvia, responde a otra razón más profunda. Entienden que un cambio en la naturaleza de la relación laboral afecta a uno de los aspectos esenciales incrustados en el tuétano mental de la sociedad española (y de otras Europeas): la certidumbre, y variarlo lo consideran desestabilizador. El prejuicio paternalista y los intereses electorales (de todo el espectro político) les hacen preferir la temporalidad para vestir la necesidad, al igual que pervivir la economía sumergida a legislar sobre minijobs.

    Adecuar a la globalización las pautas culturales de los países del sur de Europa, Francia incluida, se está convirtiendo en todo un reto histórico. Las resistencias sociales, ideológicas y políticas de todo orden, a admitir la insoslayable nueva realidad global, sólo retrasará la inevitable adecuación, aunque a mayor coste y en mayor tiempo.

  • Causa fatiga ver el patético esfuerzo de los gobiernos por "diseñar" el futuro.

    No puede provocar más cansancio ver que como siempre:
    - La medida se juzgará por sus "intenciones" y no por sus "resultados" (ciertamente un privilegio del gobierno del que no gozan otros agentes).
    - La discusión será extensa en el lanzamiento de las medidas (o sea, sin ningún dato sobre su efecto real), pero, después nadie realizará un seguimiento de nada
    - La relación causa-efecto entre estas medidas y la mejora de las variables objetivo elegidas, será extraordinariamente dificil (si no imposible) de establecer y, en cualquier caso, técnicamente inasequible para nuestros políticos (y sus electores).
    - Como siempre no se dirá de donde sale el dinero que cuestan estas medidas. El decir "una serie de medidas de apoyo a los emprendedores y de estimulo a la creación de empleo" equivale a decir: "una sería de medidas que obligarán a subir la recaudación impositiva o, alternativamente, " ... a reducir las subvenciones a los sectores X o Y" ... ¿para cuando el llamar a las medidas por sus dos nombres: que apoyo y que "puteo"?.
    - Como siempre no se mencionará que se trata de "una seria de medidas destinadas a aumentar el coste de la administración". Gestionar engendros más complejos requiere más administración y que las personas/empresas dediquen más recursos a "cumplir requisitos de información" y menos a producir

    Lo dicho ... por que no se limitarán a NO HACER ... serían tan útil!!!

  • depresivo articulo....
    ¿hace falta que las cosas vayan peor para que se busque la formula del contrato unico?

    • Aparentamente. Yo sigo pensando que la idea del contrato único se acabará imponiendo, aunque sea solo porque desde los organismos europeos se más esfuerzos para reducir la dualidad.

  • una cuestión que yo no he entendido jamás es porquè el servicio público de empleo no intermedia la grna mayoría de contratación. a fins de cuentas, para las empresas es gratuito.
    otra cuestión es que si hay ocupaciones (pocas, lo sé) para las que las empresas no encuentran porfesionales, porqué no se ofrece formación a los parados para cubrir esos puestos
    por último, y en perspectiva, no habría sido mejor dedicar el dienro del plan E e a formación de parados, ante el problemón de falta de preparación de muchos parados que se avecinaba?

  • Sobre lo de la "pesadilla burocrática" de crear una empresa en España, siempre me ha llamado la atención de que en España resulta que hay más empresas constituidas por habitante que en la mayoría de los demás países. ¡Tan difícil no será crear una, digo yo! A lo mejor lo que pasa es que es difícil crear una para producir algo, mientras que crearla para esconder algo es más fácil y/o rentable.

    • Ahí están los rankings de organismos como Doing Business que miden el coste en tiempo, dinero y número de tramites. Crear una empresa no es tan caro en España. Es en la puesta en práctica de la empresa donde España impone muchos tramites, aunque hay autonomías como Madrid que están haciendo un esfuerzo para simplificar los procedimientos.

  • “Existe una amplia (…) euros y votos”. He leído (con no poco esfuerzo, porque mi inglés debe andar por la media española o peor) el artículo que enlazáis y no he encontrado esa amplia evidencia que decís que existe. En él se hace referencia a los pocos incentivos que tienen los trabajadores para afiliarse a los sindicatos debido a la eficacia general de los convenios; y, a los ingresos que reciben del sector público, dando la cifra que un día ofreció un diario en el cual se dan cita todas las “virtudes” de la prensa española. También presentáis datos sobre la relación entre la dualidad y el modelo de negociación colectiva. No he encontrado en el artículo la evidente vinculación entre la segmentación laboral española y los euros de los sindicatos.

    Podemos discutir sobre las subvenciones, si están justificadas o no y si se ha de ser más transparente (Toxo se ha comprometido a publicar las cuentas de CCOO en la web http://www.ccoo.es/csccoo/menu.do?Informacion:Noticias:483296 y CCOO de Cataluña hace años que las entrega a la Sindicatura de Comptes); podemos discutir de todo esto y más. Pero decir que los sindicatos están interesados en la segmentación y la quieren mantener porque les proporciona ingresos me parece una acusación que requeriría de evidencia contundente que no he encontrado en el artículo. Todo lo contrario: se dice que las dos principales razones que explican la dualidad son la regulación de la contratación y la eficacia general de los convenios. Ni rastro de los euros.

  • Estimado JuanAV,

    Muchas gracias por tu comentario. Lo que tenia in mente al hablar de segmentacion laboral y euros era el hecho de que el votante mediano de las elecciones sindicales es un trabajador con contrato indefinido, ya que los temporales tienen bajas tasas de afiliacion o directamente no pueden votar. Puedes leer este articulo (en castellano): http://www.uam.es/personal_pdi/economicas/mjansen/investigacion_archivos/wpfedea.pdf
    Por ello,los representantes sindicales suelen pactar tarifas salariales en funcion de los intereses de los indefinidos con la expectativa de que, en caso de que resulten injustificadas y haya despidos, estos recaigan sobre los temporales. En un conocido articulo con Sam Bentolila en Economic Policy (1994), se documentan estas practicas en la recesion de la primera mitad de los noventa. La victoria en las elecciones sindicales conlleva fuertes subvenciones publicas y una elevada participacion en los programas de formacion ocupacional y de desempleados (con efectividad muy dudosa, tipo FORCEM). Ademas, como se pone de manifiesto en https://nadaesgratis.es/?p=12516 , los sindicatos han venido obteniendo una importante fuente de rentas en los EREs.

  • Marcel, puede ser que el link a la evidencia empírica sobre los programas de bonificaciones transitorias sea incorrecto? Me dirige a la página web de Nacho García sin especificar el paper en cuestión.

Los comentarios están cerrados.