Taxonomía de economistas: ¿A quién le importa?

En mi época de estudiante de la licenciatura de Ciencias Económicas (hace ya casi cuarenta años), la docencia de la economía se estructuraba básicamente alrededor del estudio de las ideas de economistas difuntos. Incluso asignaturas fundamentales, como la microeconomía y la macroeconomía, se impartían mediante programas elaborados alrededor de las contribuciones de las distintas “escuelas de pensamiento”.  El análisis de los problemas económicos se abordaba en un segundo plano y siempre a través de la interpretación que los profesores hacían de las enseñanzas de esos economistas. Aunque tuve la suerte de tener magníficos profesores, siempre me quedó la sensación de que la enseñanza del instrumental apropiado para analizar cuestiones económicas, el juicio sobre la relevancia, causas y consecuencias  de cada una de esas cuestiones y el conocimiento acumulado en el pasado sobre ellas no nos llegaba suficientemente entrelazados.

La modernización (o no) de la formación de los economistas, en general...

Aunque dejé mi puesto de profesor de Economía hace unos quince años, me he mantenido informado sobre la situación de los grados y postgrados de Economía en universidades españolas y, a veces, he impartido esporádicamente docencia en algunos de ellos como profesor invitado. Desde mi actual posición de outsider creo que la formación de los economistas en España ha cambiado… pero no tanto.

Ahora hay excelentes programas de grado y de postgrado en universidades y centros académicos españoles orientados, no a enseñar a pensar lo que pensaron economistas difuntos fundadores de escuelas de pensamiento cuyas principales aportaciones están bastante avejentadas, sino a enseñar cómo pensar sobre problemas económicos y a tener criterios propios basados en la aplicación del instrumental analítico adecuado a cada cuestión. En ellos, el estudio de la  Economía no se construye sobre la mera taxonomía de economistas difuntos y de sus herederos, sino que consiste en aprender a comprender y resolver cuestiones económicas.

Sin embargo, también siguen existiendo programas de estudios y asignaturas sobre "Economía adjetivada” (con indicaciones de posicionamientos a favor o en contra de determinadas escuelas de pensamiento) que reproducen las manías de la vieja y superada docencia de la economía por compartimentos estancos y donde se disfrazan creencias como ideas, ideología como conocimiento y, lo peor de todo, proselitismo (frecuentemente con ínfulas de superioridad moral) como enseñanza. Más que de formar economistas, con ellas se trata de configurar mundos mentales cerrados propios de las sectas o círculos de elegidos en los que la independencia personal del estudiante no es precisamente valorada.

y en algún caso particular

Una experiencia reciente también alimenta mi preocupación sobre la formación de economistas en España. Este año he vuelto a formar parte del tribunal de oposición al Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado (ya lo había hecho a finales del siglo pasado). Esta oposición es la principal vía de entrada para los economistas que aspiran a desarrollar su carrera profesional en el seno de las Administraciones Públicas.  El tercer ejercicio de esas oposiciones está diseñado para que los candidatos demuestren sus conocimientos en micro y macroeconomía (incluidas Economía y Finanzas Internacionales) con la exposición de dos temas extraídos de un temario de noventa.

Dos cosas me han sorprendido. Una es que el perfil típico del opositor ha cambiado (muy) poco. Otra es que, tanto tiempo después, buena parte del temario (y, por tanto, de las presentaciones que realizan las opositores) sigue estructurada alrededor de la "doctrina" económica de cada “escuela” de pensamiento, en lugar de estar diseñada para indagar sobre la capacidad de los futuros economistas del estado a la hora de analizar (y asesorar sobre cómo solucionar) problemas económicos. Y que no se me interprete mal. Conozco a muchos TECOs que son magníficos profesionales y excelentes economistas. No tengo dudas de que algunos de los que aprueben la oposición en esta convocatoria también lo serán. Pero a esto no contribuye significativamente la manera en que han de encarar su preparación para superar el examen de entrada en el cuerpo.

Consejos (bienintencionados) para futuros estudiantes

¿Por qué estudiar Economía y para qué debería servir? Desde luego no debería ser para reproducir las ideas de economistas difuntos.  Como se dice (brillantemente) aquí (y lo dice una estudiante que va a iniciar sus estudios de doctorado en breve), debería ser para “coquetear con la lógica del caos glorioso de las transacciones e interacciones humanas” y para “comprender cómo las políticas pueden cambiar el mundo real, con todas sus desigualdades e ineficiencias, y cómo el mundo se configuró de esta manera”, explotando “la habilidad de hacerse preguntas, ni demasiado trascendentes ni demasiado irrelevantes, y que puedan ser respondidas con los datos y los métodos estadísticos y experimentales apropiados”.

Para conseguir estas metas, conocer cómo economistas anteriores afrontaron problemas similares es muy útil. La historia del pensamiento económico debe estar presente en la formación de un economista (confieso que yo mismo impartí clases de historia del pensamiento económico en una vida anterior), aunque probablemente no debería ser una asignatura separada del resto impartida por profesores desconectados de la actualidad de la ciencia económica.

Como regla general, cualquier idea que se nos pueda ocurrir sobre cualquier cosa ya se le ha ocurrido antes a alguien más en el pasado. Pero el análisis de cuestiones económicas relevantes no puede limitarse a la repetición de ideas (más o menos brillantes, con mayores o menores sesgos políticos) formuladas en relación con contextos económicos y sociales muy diferentes al actual. Cualquier tiempo pasado fue anterior y los economistas de entonces no dispusieron del instrumental y las evidencias acumuladas de las que se dispone hoy día. Todas las cuestiones  económicas relevantes son contextuales, es decir, dependen del momento y las circunstancias en las que se presentan. Los contextos cambian y también lo hace el instrumental disponible para analizarlos (datos, métodos estadísticos y experimentales, resultados empíricos sobre la importancia de determinadas hipótesis, etc.), y a velocidades vertiginosas tanto unos como otros.

Así pues, si Vd. querido lector está ahora pensando en iniciar estudios de Economía, o de seguir con estudios de postgrado, elija bien. Importan, sobre todo, la exposición a los métodos de análisis (matemáticas, estadística y econometría, computación y, en general, instrumentos cuantitativos) y el compromiso por la actitud científica, mucho más que otras apelaciones basadas en adscripciones (a favor o en contra) a determinadas escuelas de pensamiento (o de doctrinas políticas). No es solo cuanto aprenda o qué investigue, sino cómo lo haga. Y tenga en cuenta también que, a efectos de desarrollo de su futuro profesional como analista economico, no importa lo que piense u opine sobre una determinada cuestión, sino solo lo que sea capaz de demostrar (científicamente).

Dicho todo esto y para finalizar evitando conflictos de intereses, solo me queda confesar a qué escuela de pensamiento creo pertenecer (aunque ya lo he hecho en alguna otra ocasión). A efectos de abordar cuestiones económicas, soy un economista…de la especie “madridista”, en el pasado de la familia “Mourinhista”, luego mutado al “Zidanismo” y ahora con perspectivas de seguir evolucionando.

Hay 36 comentarios
  • Lamento que su formación a nivel Licenciatura hace 40 años haya sido de "colección de figuras del pasado". Mi formación a ese nivel hace 60 años en Argentina fue muy distinta.

    Mis buenos maestros se esforzaban en enseñarnos lo aprendido tanto sobre la historia económica de la humanidad como sobre los desafíos económicos del momento. A lo primero --hacer teoría "científica" sobre la historia económica (no sobre datos estadísticos sino sobre hechos que los historiadores intentan probar con evidencia relevante y fiable)-- siempre quise dedicarme "full-time" pero sólo lo he podido hacer en los últimos 10 años. A lo segundo --hacer ingenieria social-- me terminé dediqué por 40 años, aunque siempre como asesor, nunca en posición ejecutiva.

    Por buena que fue mi formación a nivel licenciatura, la claridad sobre la distinción entre teoría "científica" e ingeniería social la logré en mis estudios de postgrado. Esa distinción y la elección personal de cada economista siempre han estado en tensión --los dedicados a la teoría muestran una disposición a opinar sobre ingeniería, y viceversa-- y desgraciadamente se terminan ignorando las distintas habilidades requeridas para cada una. Esta ignorancia es fácil advertir en los documentos de "investigación" de los economistas académicos hoy día. Los teóricos se desesperan por mostrar que sus trabajos son útiles para ingeniería social, pero en realidad no lo son y en el proceso dejan en evidencia las falencias de su análisis teórico.

    • Enrique,
      Gracias por los comentarios.
      Su primer párrafo deriva de un mala interpretación.

      El último párrafo esto suena a “la política económica es demasiado importante para dejarla en manos de los economistas” y a una reivindicación de la supremacía de experiencias y anécdotas personales sobre el conocimiento científico. Ciertamente, son posiciones viejunas y bastante alejadas de lo que la ciencia económica del siglo XXI puede aportar a la formulación de políticas sociales.
      Saludos,
      JFJ

      • En los muchos comentarios a otros posts de este blog he intentado dejar claro primero lo que sabemos y no sabemos a nivel teórico tomando muy en cuenta lo que hoy sabemos. Y cuando digo hoy me refiero a lo que fue publicado los últimos días, algo que hoy se puede hacer gracias a internet, sin importar el hecho de que yo viva en el fin del mundo.

        Segundo, y aprovechando una larga experiencia, que lo importante en la toma de decisiones individuales y colectivas es conocer bien las circunstancias que condicionan a quienes deben tomarlas. La teoría puede ayuda al conocimiento de estas circunstancias, pero lo fundamental es la capacidad individual para observar y juzgar detalles, en particular aquellos relacionados con las conductas de otras personas en distintos contextos. Esta capacidad se adquiere fuera de la universidad, entre otras razones por el alto grado de especialización de las unidades académicas. Hoy --en otros países, no en España-- existen unidades académicas interdisciplinarias con participación de economistas pero que hasta ahora han tenido poco éxito (por más de 30 años he estado relacionado con programas de Economía y Derecho, Políticas Públicas, Estudios Globales en universidades de EEUU).

        Quedo a su disposición para consultas sobre avances recientes en teoría científica de la historia económica (ver comentario a último post de Beltrán Prieto) y en ingeniería social.

        • Gracias por su disposición. Experiencia sobre cómo se toman (realmente) las decisiones de política económica y el papel que juegan los economistas asesores en tal actividad también tenemos a este lado del Atlántico.

  • Muchas gracias por la entrada. Me surgen más preguntas que aportaciones, me temo, por no haber estudiado Económicas (ni ninguna carrera similar). Si puede contestar a alguna, se lo agradezco de antemano.

    ¿Podría poner algún ejemplo de "economía adjetivada”? Seguro que es obvio para economistas, pero un profano como yo anda perdido. ¿Se refiera a adjetivos como "marxista" o "keynesiano"?

    Desde mi perspectiva, hay un problema adicional relacionado con esto de la economía "por escuelas": cuando aparece un "economista" en un medio de comunicación, resulta difícil saber a priori qué parte de su opinión se apoya en datos, y qué parte en ideología. Para casi cualquier pregunta económica puede uno encontrar quien apoye una respuesta y quien defienda la contraria. ¿Cree que una generación de economistas menos ideologizados más presentes en los medios de comunicación podría ayudar a mejorar la calidad de nuestro debate político?

    Por otro lado, sobre la oposiciones a TECO, se han defendido en este blog (Fernández-Villaverde e Ibáñez Colomo, al menos) posturas más rupturistas: sustituir todo el proceso de oposiciones por un método diferente de selección y formación de personal, parecido a la ENA francesa. ¿Tiene alguna opinión al respecto?

    Finalmente, con respecto a su escuela de pensamiento económico, con la que me siento parcialmente identificado, mucho me temo que vaya a verse afectada al perder recientemente a dos de sus principales académicos... 😉

    Muchas gracias.

    • Eldar,

      Muchas gracias por los comentarios y las preguntas. Estas son mis respuestas:

      1. ¿Podría poner algún ejemplo de "economía adjetivada”? Seguro que es obvio para economistas, pero un profano como yo anda perdido. ¿Se refiera a adjetivos como "marxista" o "keynesiano"?

      La respuesta obvia es obvia. Se explica entre paréntesis en el párrafo en cuestión: Todo aquel tipo de enfoque a la economía que otorgue primacía a la base ideológica sobre la analítica. Se puede enseñar Economía marxista o keynesiana sin caer en este pecado. Pero tengo serias dudas de que se haga así.

      2. ¿Cree que una generación de economistas menos ideologizados más presentes en los medios de comunicación podría ayudar a mejorar la calidad de nuestro debate político

      Sin ninguna duda. Pero los incentivos a que eso ocurra son escasos, tanto por el lado de la demanda como por el lado de la oferta.

      3. Por otro lado, sobre la oposiciones a TECO, se han defendido en este blog (Fernández-Villaverde e Ibáñez Colomo, al menos) posturas más rupturistas: sustituir todo el proceso de oposiciones por un método diferente de selección y formación de personal, parecido a la ENA francesa. ¿Tiene alguna opinión al respecto?

      Sin ser tan radical como JFV (ni pretenderlo), sí creo que el sistema de selección de funcionarios de cuerpos superiores de las Administraciones Públicas en España es manifiestamente mejorable.

      4. Finalmente, con respecto a su escuela de pensamiento económico, con la que me siento parcialmente identificado, mucho me temo que vaya a verse afectada al perder recientemente a dos de sus principales académicos.

      Sí, es una pena. Pero en la academia, si se hacen bien las cosas, siempre surge sangre nueva que mejora a la de los maestros.

      Saludos,
      JFJ

  • Muy interesante este "post" de hoy.

    Como economista de formación y profesor universitario desde hace 30 años me he dedicado más a temas de empresa y no de lo que en su momento llamábamos "economía general".

    Mi gran duda es si se puede hablar de "economía" a secas o si realmente lo que siempre acabaremos debatiendo socialmente es más bien "economía política".

    Por cierto muy interesante el gráfico adjunto. Hace cuarenta años hubiera sido un buen "business" venderlo aunque fuera a un precio simbólico a los esforzados estudiantes de "Historia del pensamiento económico". En mi facultad de la UB esta asignatura ya está RIP desde no sé cuando en el grado de Economía.

  • Un post muy interesante. Dos cuestiones:

    1 ) Qué piensas de la historia económica (no la historia del pensamiento económico)? Creo que intuyo una respuesta posible: la historia económica la puedes aprender en tu casa leyendo libros. Los “métodos de análisis” avanzados tiene que enseñártelos alguien. Estoy de acuerdo, pero también se me ocurre que la docencia en historia económica es importante porque para algunos economistas (según mi experiencia) no es nada “natural” leer historia económica en casa. La docencia en la disciplina podría servir sobre todo para inculcar el “gusto” por este “método de análisis” no cuantitativo pero obviamente importante. Cuando sale este debate siempre recuerdo cuando Cristina Romer contaba que para enfrentarse a la crisis de 2008 le fue mucho más útil la experiencia japonesa de los 90 que la teoría disponible.

    2) He abierto el link de tu presentación “La Ciencia Económica en el s. XXI” (sale Keen! 😉 En general la presentación me parece estupenda, y me hubiera encantado escuchar cómo explicabas la slide sobre el concepto de equilibrio. Pero creo que hay una afirmación controvertida sobre el predominio de la economía respecto a otras disciplinas que analizan “grupos sociales”. En mi humilde opinión, un concepto como “identidad”, esencial para analizar “grupos sociales”, ha sido mucho más desarrollado por otras disciplinas (la sociología desde Durkheim a finales XIX, por ejemplo) que por la economía (excepto Akerloff).

    • Daría,
      Gracias por los comentarios y por las cuestiones.
      1) La historia económica me parece fundamental para la formación del economista porque sin ella difícilmente se puede “comprender cómo el mundo se configuró de esta manera" y también porque proporciona muchos episodios útiles para contrastar teorías económicas, incluso con datos y metodología cuantitativa.
      2) Por supuesto que hay "conceptos sociales" que han sido (más y, probablemente, mejor) desarrollados por otras ciencias sociales. Lo único que defiendo en esa transparencia es que la Economía, como ciencia social, parece más versátil que otras "porque utiliza conceptos universales a toda actividad humana (costes, beneficios, preferencias, oportunidades, elecciones,...)"
      Saludos,
      JFJ

      • Gracias por la respuesta. En tu transparencia dices:

        “Hay solo una ciencia social (análisis de grupos sociales y comportamientos de los seres humanos en sociedad). La economía parece predominar porque utiliza conceptos universales a toda actividad humana (costes, beneficios, preferencias, oportunidades, elecciones,…)”

        Por especular un poco (se vale, no?), creo que la clave está en los conceptos “grupo social” y “actividad/comportamiento”. Qué hacen las ciencias sociales? Analizar las actividades humanas? O los grupos sociales? O las actividades de los grupos sociales? Creo que las dos últimas preguntas son más finas, porque incluyen el concepto de grupo, esencial en las ciencias “sociales”. Y creo que es más intuitivo analizar los grupos desde el “constructivismo social” que desde el utilitarismo o el biologicismo. En último término, los grupos sólo existen porque los individuos creen que existen, “se sienten parte” de esos grupos. Se identifican. Entonces, la identidad no es “un concepto más”, sino EL concepto. Si las ciencias sociales estudian “actividades de grupos”/“comportamientos en sociedad”, necesitan fundacionalmente un concepto más o menos claro de identidad.

        • De acuerdo sobre la importancia del concepto de "identidad".
          Sobre análisis del comportamiento de grupos sociales en política económica y en otros ámbitos económicos teniendo en cuenta la "identidad", permíteme remitirte a dos entradas que han aparecido aquí:
          https://nadaesgratis.es/mercado/y-la-ignorancia-obstinada-es-ideologia
          https://nadaesgratis.es/juan-francisco-jimeno/homo-sapiens-credulus
          Estoy seguro de que no es todo lo que reclamas, pero al menos sugieren que los economistas también han pensado sobre ese concepto (reconociendo que Akerloff es quien más y mejor lo ha hecho)

          • Muchas gracias por las entradas! Seguro que me las miro. En mi opinión, la economía predomina porque esos conceptos que mencionas son más fáciles de operacionalizar empíricamente (la econometría supera con mucho las aproximaciones cuantitativas en otras ciencias sociales, creo) y modelizar matemáticamente. Una explicación alternativa perfectamente posible es que los economistas se lo han currado más.

            Siguiendo con la especulación vespertina sobre “grupo” y “actividad”, creo que un término que captura matices de ambos es “interacción”. Según el hiperconstructivismo social desde Mead, todas nuestras actividades/comportamientos son interacciones, incluso el pensamiento, porque al pensar constantemente interactuamos con una “sociedad interiorizada”. Randall Collins es un sociólogo contemporáneo extremadamente interesante que ha cruzado este “determinismo interaccionista” con las emociones individuales (es un poco largo de explicar) y que hace el “claim” de que es capaz de proporcionar una “teoría total” para las ciencias sociales. En el capítulo 4 de “Interaction Ritual Chains” (se puede conseguir el pdf googleando en 5 sec) “demuestra” porqué su teoría es superior a la elección racional. Más allá de lo ambicioso de la cosa, como digo creo que es muy interesante.

  • A raíz de este post, ¿qué universidades españolas recomendaría para el estudio de postgrados en economía?

  • Me pareció genial el artículo, yo creo que la economía depende de muchas otras disciplinas, me gusta mucho estos comentarios por esa razón. ¡Saludos!

  • Muy interesante entrada, don Francisco, le felicito porque estimula el pensamiento y lleva a la reflexión (también los comentarios de los demás).

    Lo primero: soy un outsider y la Economía no es mi campo de estudio ni especialización. Soy jurista, me dedico a las leyes. Pero su "territorio" me apasiona profundamente como disciplina, por los temas que trata y la manera de ver el mundo que tiene.

    Estoy convencido, por cierto, de que un buen libro de Econ 101 que enseñe al novicio el "economic way of thinking", i.e., cómo funcionan los precios, el papel del ahorro y el dinero, la formación del capital, por qué existen las empresas, qué es la ventaja comparativa, cómo se genera la inflación, qué es una externalidad y cómo operan los impuestos, and so on, es muchísimo más importante para la inmensa mayoría de la población (incluida la universitaria) que enseñar econometría, cálculo diferencial o estadística.

    Pienso, aunque hay muchos buenos manuales, en libros como el "Basic Economics" de Thomas Sowell, o en este https://www.peter-boettke.com/research/authored-books/the-economic-way-of-thinking/

    Dicho eso, yo entiendo que Ud. se está refiriendo a aquellos que son o pretenden ser economistas, y que sí o sí tienen que afrontar un temario y una disciplina "científica" que supone e implica estudiar lo que hay que estudiar, discutiendo aquí cómo ha de hacerse.

    Y por ahí van mis preguntas/comentarios:

    • Alberto,
      Muchas gracias por sus comentarios y sus preguntas. Ciertamente, mi entrada se refería a la formación de los economistas que han de desarrollar su labor en la academia y centros de análisis económico público y privado. Estoy de acuerdo que otra labor muy importante es la divulgación de los conceptos económicos entre la población que no se dedica a la economía. Sobre eso, hemos recomendado libros en nuestra sección de Recomendaciones de lectura y hay libros de texto de introducción a la Economía que deberían ser estudiados en Bachillerato (en lugar de lo que ahora se enseña allí).
      Respondo a sus preguntas a continuación de cada una de ellas.
      Saludos,
      JFJ

      • Leído todo, don Francisco.

        Muchas gracias por contestar y aclararme qué opina de las inquietudes que me surgieron a raíz de la lectura de su post, siempre es bueno conocer criterios con fundamento.

        Un saludo cordial.

  • Y por ahí van mis preguntas/comentarios:

    1. Su propuesta reivindica la Economía como el estudio de un instrumental analítico que sea para plantear preguntas y resolver problemas económicos, evitando la taxonomía de los antepasados. Detecto ahí una pretensión de neutralidad o asepsia (“esto es la Economía”, “esto son las mates”, “esto la econometría”, “a estudiar y ya”).

    Pero, en el fondo, me parece que ningún instrumento analítico puede ser “neutral” porque todos parten de presunciones implícitas (y discutibles) sobre cómo ha de operarse a la hora de estudiar un problema, o cómo ha de estudiarse ese problema, obviando (i) otros enfoques o (ii) incluso si el mismo ha de “resolverse” in the first place!. El que un instrumental matemático, estadístico o computacional sea más o menos ortodoxo no cambia este hecho, simplemente indica cuál es el paradigma mayoritario. Un ejemplo sencillo: no se puede obviar la historia intelectual del PIB si uno pretende entender por qué surgió, cómo se ha refinado, cuáles pueden ser sus límites, etc.

    ¿Centrarse sólo en lo cuantitativo y medible acaso no es empobrecedor y cuenta tan sólo una parte de toda la historia?

    • Quizá por exceso de concreción, me haya expresado mal. No reivindico que el estudio de la economía sea exclusivamente el del instrumental cuantitativo. En otra entrada (https://nadaesgratis.es/juan-francisco-jimeno/econopatias), he catalogado el uso indiscriminado de técnicas cuantitativas sin tener en cuenta su utilidad y adecuación para el problema económico en cuestión como una deficiencia grave de buena parte del análisis económico moderno. Y tiene razón, la forma de concebir un problema no es "neutral", independientemente de si se aborda cuantitativamente o no.
      En cualquier caso, la ciencia económica es, sobre todo, empírica. Pretender "hacer economía" sin mediciones y análisis cuantitativos es como pretender hacer medicina con el instrumental del siglo XV.

      • El error grave es pretender hacer economía como científico o como ingeniero sin haber siquiera sin conocer historia económica y no haber preocupado por entenderla.

        Los pioneros del estudio de estadística y econometría hace 60 años atrás siempre valoraron el uso de datos y por eso dedicaron mucho tiempo a que se dispusiera de datos relevantes y fiables, pero no por eso rechazaron la historia cuya explicación es el objetivo de la ciencia social. Los datos --como las momias para otros científicos-- son auxiliares al estudio de la historia.

        • No sé en qué párrafo de la entrada ha encontrado fundamento para decir que en ella se rechaza la historia económica. Más bien, lo que se dice es lo contrario.

          • Y para aclarar mi posición sobre lo que debe ser la formación de un economista, suscribo las palabras de J.M. Keynes sobre ello (que estoy seguro de que muchos lectores de NeG conocerán):
            "Tiene que llegar a mucho en diversas direcciones y debe combinar facultades naturales que no siempre se encuentran reunidas en un mismo individuo. Debe ser matemático, historiador, estadista y filósofo (en cierto grado). Debe comprender los símbolos y hablar con palabras corrientes. Debe contemplar lo particular en términos de lo general y tocar lo abstracto y lo concreto con el mismo vuelo del pensamiento. Debe estudiar el presente a la luz del pasado y con vista al futuro. Ninguna parte de la naturaleza del hombre o de sus instituciones debe quedar por completo fuera de su consideración. Debe ser simultáneamente desinteresado y utilitario; tan fuera de la realidad y tan incorruptible como un artista y, sin embargo, en algunas ocasiones, tan cerca de la tierra como el político."
            Keynes no puso pesos relativos a cada uno de esos atributos. Si se me quiere acusar de algo es de poner (quizá) más peso que él en lo de "matemático", pero es que el signo de los tiempos lo justifica.

  • 2. Somos como somos: necesitamos relatos, marcos conceptuales y una manera de comprender e interpretar ese “caos glorioso” que es la realidad. Unos se seducirán por la lucha de clases, otros por el orden espontáneo, habrá los que amen los sesgos cognitivos, etc. Pero todos necesitamos nuestras gafas, sean “buenas” o “malas”.

    Por eso la Historia del Pensamiento Económico es, en principio, tan atractiva, también para muchos desilusionados con la manera tradicional de enseñanza de la Economía, cuando se afirma que lo que se enseña tiene escasa relación con la realidad, que se ha obviado la dimensión humana del hombre o que la ingeniería social-matemática que se pretende enseñar es estéril (por lo menos para muchos).

    No digo que Ud. no tenga su parte de razón, o que no reivindique sus herramientas por lo que valgan, pero ese malestar y esa sensación existen, y no es simplemente ignorancia o sectarismo de heterodoxos ignorantes.

    ¿Qué les diría a quienes así piensan y se revuelven contra la “única manera de hacer las cosas”? Es más, ¿puede radicar el problema en que se quiere imponer una única concepción de qué significa ser “economista”, cuando en realidad muchos no tienen por qué identificarse con “esa” visión?

    Muchas gracias, un saludo cordial.

    • Estoy de acuerdo en que la economía es una colección de narrativas. Pero en mi entrada no verá ningún párrafo en el que se diga que la historia del pensamiento económico no es útil para la construcción de esas narrativas (más bien, lo contrario). Lo que sí se dice es que si se pretende construir narrativas sobre el mundo actual no basta con lo que vieron economistas difuntos que vivieron en otras épocas.
      Sobre que la ciencia económica actual guarda poca relación con la realidad, le recomiendo que mire lo que preocupa a los economistas actualmente y lo que realmente hacen (una pequeña muestra: https://www.aeaweb.org/issues/508) No cometa el mismo error que los economistas heterodoxos ignorantes.
      Y no, no hay una única manera de hacer las cosas. Otra cosa que verá a poco que mire entre lo que hacen los economistas actualmente es que hay muchos enfoques y controversias, incluso dentro del campo que algunos llaman "ortodoxo".

  • Aunque estoy de acuerdo con algunas cosas del post, varias objeciones:

    Te felicitas a ti mismo por no pertenecer a ninguna escuela de pensamiento. Sin embargo, sí que perteneces a un grupo de economistas que puede tener un componente sectario y dogmático, y es el de los economistas que equiparan la econometría a la economía, y que ven todo ejercicio teórico que se aleje de los métodos cuantitativos como fútil, y no como complementario, independientemente de su validez teórica. Es obvio que estos métodos son muy útiles para la ciencia, pero también lo es la capacidad de teorizar lógica a través del lenguaje natural. Y por supuesto que es útil conocer los viejos debates de la historia del pensamiento enfrentando las posiciones de los diversos autores con sus propios textos, y por supuesto, complementarlo con una perspectiva moderna y haciendo uso también de herramientas cuantitativas.

    Establecer los métodos cuantitativos como único método de una ciencia social como la economía –creo que lo que se olvida muchas veces en este debate es este carácter social de la ciencia–, cuando sabemos de todos los sesgos y todas las debilidades que puede tener la medición en este campo me parece una barbaridad. Además de que, como he dicho, sí creo que tenga valor la capacidad de encadenar razonamientos lógicos a través del lenguaje natural.Debemos de ser imparciales a la hora discriminar los aportes que se realicen a la ciencia, pero imparcial de verdad, no como se pretende hacer en el post.

    • Horus,
      Gracias por el comentario, que me parece un poco injusto. En ninguna parte de la entrada se equipara econometría y economía ni se dice que la historia del pensamiento económico sea una tarea inútil.
      Lo que sí se trasluce de ella es que que el lenguaje matemático es más util para representar pensamientos abstractos que lo que tú llamas lenguaje natural y que si queremos entender la realidad necesitamos datos. Por eso, el énfasis en métodos cuantitativos para la economía. Me parece entender que en estas dos afirmaciones no estamos en desacuerdo.

  • 2/2

    Para ello tenemos que determinar si cada uno de esos aportes tiene la capacidad de ser científicamente coherente. Obvio que las herramientas matemáticas tienen mucho valor para ello, ahora, por supuesto que también tiene valor la lógica reflejada en el lenguaje.

    Por otra parte, el tema de la ideología. La ideología por supuesto que influye en la economía, pero es que debe ser así. La ideología es simplemente un conjunto de ideas. Cuestión diferente es si el sesgo ideológico influye en la investigación económica, es decir, el dogmatismo. Lo negativo es anteponer nuestras ideas y conocimientos de base ante un razonamiento científico correcto o evidencia empírica plausible. Es decir, lo malo es no tener la capacidad de reconocer la realidad por la influencia de ideas preconcebidas. Pero si nuestro conjunto de ideas está fundamentado, razonado, evidenciado empíricamente, claro que tiene que influir a la hora de hacer economía. Incluso en el plano moral. Por ejemplo, dependiendo de si creemos que el derecho de propiedad es moralmente aceptable o no, recomendaremos un tipo de políticas públicas u otras. ¿Esto es ideología?¿es economía? Sí y sí. Por lo que estar a favor de ciertos postulados de una escuela determinada –aunque al final es una etiqueta un tanto inútil– no tiene por qué ser dañino.

    Un saludo

    • La economía debe ser una ciencia social y, por tanto, estoy de acuerdo en que se necesitan juicios de valor para analizar políticas alternativas. Lo que ocurre es que en demasiadas esferas los juicios de valor se convierten en un fin en sí mismo. Es esto lo que yo critico como contrario a un enfoque científico.
      Algo más sobre el componente social de la ciencia económica, sobre su carácter fundamentalmente empírico y sobre el riesgo de confundir el desarrollo y la aplicación indiscriminada de métodos cuantitativos como la razón de ser de la economía, aparece aquí:
      https://nadaesgratis.es/juan-francisco-jimeno/econopatias
      Saludos.

      • La economía en cuanto ciencia social implica hacer teoría sobre la historia de la humanidad. La economía en cuanto ingeniería social implica buscar soluciones a problemas sociales. Mientras no se distingan claramente esos dos propósitos, no se pueden clarificar otras cuestiones. Por ejemplo, la cuestión de los valores . Una teoría de la historia económica no puede ignorar la moralidad como motivación de los humanos, cualquiera sea esa moralidad. Por el contrario, la ingeniería puede proponer cambiar la moralidad de algunos humanos, algo muy común entre revolucionarios.

        • No comparto su división de la Economía en ciencia social, por una parte, y en ingeniería social, por otra. Lo que Vd. describe como ingeniería social, a mí me suena a acción política. Y Economía es mucho más que explicar el pasado.

      • Gracias por la respuesta
        En cuanto a las Econopatías, vuelvo a estar de acuerdo a grandes rasgos, pero al profundizar discrepo en muchas cosas:

        "Ahora se trata de encontrar relaciones económicas reconociendo que el contexto importa (los mercados funcionan en determinadas situaciones, pero no en otras; el Estado puede mejorar la asignación de recursos, resolver imperfecciones de mercado y mejorar la distribución de la renta y de la riqueza a veces, pero no siempre; etc)".

        Me parece equivocado este punto. Por ejemplo, no solo importa si el mercado o el Estado funcionan, sino si son moralmente aceptables en un ámbito concreto, algo que también tiene que entrar en la evaluación y recomendación de política económica. Esto no es en absoluto un excesivo recurso de planteamientos morales. De hecho, en mi opinión al pensar esto pecarías de "1’. La despreocupación por las cuestiones morales". Obvio que quien diga que el Estado no funciona en cierto ámbito sin nigún fundamento es un dogmático; pero también es dogmático obviar la existencia de una fundamentación únicamente por útilizar una metodología diferente a la cuantitativa o por tener una ideología determinada (la ideología no tiene por qué tener un componente sectario).

      • "Y la interpretación de los datos requiere de una lógica y una disciplina que solo los instrumentos cuantitativos pueden garantizar. Los que desprecian los datos y no se someten a la disciplina de estos métodos representan lo mismo que los homeópatas en la medicina."

        La única lógica valida a la hora de analizar asuntos económicos no es la cuantitativa. Por ejemplo, podríamos describir teóricamente un teorema físico que se ha modelizado. Resultaria, dependiendo del modelo en cuestión, tremendamente complejo entenderlo, pero sí sería posible teorizar mediante el lenguaje natural, y no se perdería el carácter científico solo por utilizar el lenguaje natural. ¿Por qué es preferible el modelaje matemático en física y en economía podemos complementar ambos? Porque es una ciencia social, tenemos muchas variables que pueden influenciar en el objeto de estudio que no podemos controlar y que no tenemos certeza que no vayan a influenciar, no como en, por ejemplo, la física. Por ello la utilización del lenguaje natural sí es válida. En ocasiones conviene renunciar a la formalización matemática para evitar no creer que relaciones matemáticas implican relaciones económicas en la misma dirección.
        Que sí, que se pueden realizar modelos matemáticos y econométricos muy buenos y muy fiables, pero no siempre. Y esos espacios que no puede llenar la metodología cuantitativa los puede llenar, con total carácter científico, el lenguaje natural.

        Saludos

        • Creo que discrepamos solo en un matiz.
          Yo me siento más cómodo utilizando el lenguaje matemático para entender proposiciones abstractas y datos para comprender fenómenos económicos y sociales.
          Entiendo que el economista ha de encontrar ecuaciones que expliquen palabras (no palabras que expliquen ecuaciones, que, al igual, que a tí, me parece un ejercicio sutil) y palabras que expliquen los datos (no datos que expliquen palabras, algo a lo que los que priman el enfoque ideológico sobre el científico suelen dedicarse).

  • El diálogo entre JFJ y Horus me parece apasionante. Una de las claves puede ser esta frase de JFJ: "el lenguaje matemático es más util para representar pensamientos abstractos que lo que tú llamas lenguaje natural". Útil en qué sentido? En el de la acumulación de conocimiento, me respondo a mí misma. Creo que esto puede ser un punto importante.

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