No he venido a hablar de mi libro (o quizá sí)

 

jf1He sido un ávido lector de NeG desde sus inicios y escrito ocasionalmente algunas entradas sobre distintos temas y con varios formatos (las más recientes: aquí,  aquí, y aquí). Por ello, agradezco a sus editores que hayan insistido en la invitación a que participara como colaborador habitual en este foro y que, finalmente, me hayan convencido. Dado que no puedo mostrar esta primera entrada de esta nueva etapa como una presentación, a la manera en que lo hacen otros colaboradores en su estreno, la utilizaré como justificación: por qué y para qué alguien como yo escribe en un blog como éste.

Los economistas académicos escriben en este tipo de medios sobre todo porque les ayuda a difundir los resultados de su investigación, tanto entre la comunidad científica como entre una audiencia interesada más amplia. También los utilizan para entablar debates y discusiones enriquecedoras sobre las que basar futuros avances en su trabajo, en sintonía con la petición de Antonio Machado: “Ayudadme a comprender lo que os digo y os  lo explicaré mejor”.

Por otra parte, cada vez son más las instituciones con responsabilidades de política económica que utilizan blogs para comunicar de forma más flexible, transparente y rápida sus posiciones sobre determinados temas y las razones que inspiran sus decisiones (por ejemplo, IMF Blog-Direct, Bank Underground, y  los blogs de la Comisión Europea).

Hay economistas que se desenvuelven entre ambos mundos, manteniendo pretensiones de contribuir a la investigación económica y trabajando para dichas instituciones con intenciones de que las decisiones de política económica se basen en el conocimiento y la evidencia disponibles. Esta categoría, a la que creo (todavía) pertenecer, puede aportar, a pesar de las limitaciones propias de su cargo, otra perspectiva desde la que ayudar a la tarea de divulgación de los fundamentos de las políticas económicas, cuya eficacia depende, al fin y al cabo, de su comprensión por el público.

A este respecto, una de mis (muchas) obsesiones es que en España los procesos de formulación y de comunicación de las políticas económicas son “manifiestamente mejorables.” De hecho, esta es la principal motivación que me ha llevado a escribir “Crecimiento y empleo: una relación turbulenta e incomprendida” que, a pesar de que su título evoque reminiscencias de novela romántica, va, entre otros temas, de las causas del elevado desempleo en España y de las deficiencias de las políticas que han tratado de reducirlo durante los últimos 40 años y del futuro del trabajo.  En su introducción, de una parte de la cual se puede obtener una muestra gratuita, he explicado con más detalles tal motivación.

La economía española se enfrenta a retos importantes. Cuestiones como la consolidación fiscal y la reducción de la deuda externa, las razones del bajo crecimiento de la productividad, las consecuencias del estancamiento demográfico y de las disfuncionalidades de los mercados de bienes y de trabajo han sido temas recurrentes en este blog (y también aparecen en “mi libro” en forma de relato accesible para todos los públicos). Seguirán requiriendo cada vez más atención en un contexto donde proliferan las propuestas populistas, de uno u otro signo. La precaria situación de la macroeconomía no es una base suficiente para resolver eficaz y definitivamente estos problemas, pero es mucho mejor que la de los que los afrontan desde la ignorancia, el dogmatismo y una concepción de la economía como un campo de batalla en el que dirimir “guerras de religión”.

Con este enfoque y desde la perspectiva descrita, a pesar de las limitaciones asociadas a ella, espero desde NeG contribuir a un debate informado sobre las causas y soluciones de estos graves problemas económicos. Para empezar, mi próxima entrada versará sobre las reformas del mercado de trabajo iniciadas a partir de 2010 y la conveniencia (o inconveniencia) de revertirlas en… Grecia (utilizando un informe en cuya elaboración he participado por encargo del Gobierno de ese país y de las instituciones internacionales que componen lo que antes se llamaba la “troika”).

Hay 11 comentarios
  • Buenos días. Un cordial saludo. Excelente tu propuesta de acercar el análisis económico al conjunto de la sociedad. Soy un fiel seguidor de Bank Underground y, en general, de lo que hace el Banco de Inglaterra. Me da mucha envidia, y echo de menos que nuestro BdE copie o emule algunas de sus ideas e iniciativas. En el blog de la LSE también se ha abierto un debate sobre el papel de los académicos en el siglo XXI. Creo que son asuntos y cuestiones que se echan de menos por aquí. Un saludo a todos los responsables de este blog, con cuyos contenidos se podrá estar o no de acuerdo, pero que ayuda a reflexionar y evitar análisis cargados de prejuicios. Aunque, eso sí, ni siquiera los algoritmos estén libres de ellos...

  • Bienvenido a bordo Juanfran!!!!

    La verdad que he tenido el privilegio de leer este libro antes de que saliera en las librerías, y creo que es una pequeña perla para aquellos que nos gusta la economía. El esfuerzo divulgador que has hecho para que parezca fácil lo que es complicado es asombroso. Recomiendo sinceramente el capítulo 2 (Una falacia fija) y el capítulo 5 (¿un futuro insospechado?) que son simplemente magistrales.

    Enhorabuena por el libro!!!

  • Bienvenido! Solo por lo bien que lo he pasado leyendo "La precaria situación de la macroeconomía" tiene mi respeto incondicional.

  • La verdad es que me he quedado decepcionado: Me he comprado el libro por Amazon, (muy barato en versión electrónica, gracias) y directamente he ido al capítulo 2 sobre las falacias a ver si encontraba algo nuevo sobre la falacia del reparto del trabajo. Lo que me he encontrado es un tratamiento completament superficial y sin ningún tipo de fundamento basado en estereotipos del siglo pasado. Además de obviar la caída constante de las hora trabajadas (tantas como que en la media de la OCDE se han perdido en el periodo 2000-2015, 74 horas anuales, el equivalente a medio mes de jornada anual ), despacha de manera demasiado soberbia el impacto de la reducción de la jornada laboral en Francia o el tratamiento torticero del impacto de la jornada a tiempo parcial. Para justificar que la falacia existe se pone una nota (la 4) que a su vez remite a la bibliografía en donde no hay ni una referencia a la jornada de 35 horas en Francia (bueno, sí, hay una a justamente cuando Sarkozy desfiscalizó las horas extras, y justamente dice que no tuvo ningún efecto, al contrario de su tesis) y el caso de Alemania se refiere a un artículo de 1999. Alemania ha reducido su jornada laboral en 81 horas anuales en el 2000-15.
    Lo siento.

    • Lluis,
      Muchas gracias por leer el capítulo 2 y por comentarlo. Lamento que te haya decepcionado. El objetivo del capítulo es transmitir la idea de que expulsando trabajadores del mercado de trabajo, reduciendo de manera forzada las horas de trabajo o restringiendo la participación laboral de determinados grupos de la población, no se crea permanentemente más empleo para el resto. El que las horas de trabajo hayan disminuido en las últimas décadas puede deberse a las decisiones de oferta de trabajo de cada grupo de población y, en cualquier caso, no parece que esa reducción haya causado una mejoría de las tasas de empleo. Puede que en el libro las referencias a trabajos que hayan estudiado estas políticas sean escasas (aunque hay más en el anexo). En cualquier casom, si conoces alguna donde se demuestre que las políticas dirigidas a la reducción de la oferta de trabajo aumentan la tasa de empleo, te agradecería me lo comunicaras.
      Saludos,
      JFJ

  • En los próximos años veremos abrirse una sima entre las corrientes tradicionales de la economía, todas ellas basada en el mito del crecimiento perpetuo (o sea, la cantidad infinita de demanda potencial), y corrientes nuevas que agarrarán por los cuernos el toro la realidad y serán capaces de comprender las circunstancias sobrevenidas en las últimas décadas.

    Huelga decir que en este foro, de momento, sólo vemos representadas las corrientes tradicionales. No podemos olvidar que el mito mencionado, a pesar de su carácter evidentemente extremado, ha valido como una excelente aproximación durante casi dos siglos de desarrollo de la economía neoclásica, dado que la humanidad iba accediendo al bienestar desde niveles de miseria que hoy nos parecen inimaginables.

    En la segunda década del siglo XXI, hace falta estar ciego para no darse cuenta de que el paro (incluyendo el enorme paro encubierto de países que presumen de no tenerlo) no es una anomalía causada por un funcionamiento subóptimo del mercado.

    No es ya sólo la automatización y el acceso acelerado de países emergentes a formas modernas de prodicción masiva. Es que, sin ir más lejos, la economía colaborativa va a ser una revolución, aumentando las eficiencias y eliminando los intermediarios en el sector servicios, que se supone era nuestra tabla de salvación para seguir aspirando al pleno empleo.

    No hay peor ciego que el que no quiere ver.

    • Jaime,
      Gracias por el comentario. Sobre los efectos de los cambios tecnológicos, la robotización y las nuevas formas de organizar la economía en el empleo, algo se dice en el capítulo 5. Puede que te resulte interesante leerlo.
      Saludos,
      JFJ

    • Guillem,
      Gracias. El libro está en venta en las librerías y se puede obtener vía on line en las páginas web usuales. Si haces una búsqueda con el título del libro y el nombre del autor encontrarás unas cuantas.
      Saludos,
      JFJ

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