Diversidad cultural y diversidad étnica. ¿Cómo afectan al desarrollo y a los conflictos civiles?

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Por Klaus Desmet, Ignacio Ortuño-Ortín, Romain Wacziarg

Se suele opinar que las divisiones étnicas están asociadas con profundas diferencias en preferencias, valores y actitudes. En los países en desarrollo las divisiones étnicas suelen verse como una de las razones de la falta de consenso en los objetivos fundamentales de la sociedad y las naciones con gran diversidad étnica suelen presentar más conflictos civiles. En los países en desarrollo hay una creciente percepción que la inmigración y el multiculturalismo pueden afectar muchos consensos sociales.

Muchas de estas preocupaciones sobre la diversidad étnica están basadas en el supuesto implícito que las personas pertenecientes a un mismo grupo étnico comparten valores y normas sociales mientras que personas de distintos grupos étnicos difieren en dichos valores y normas. La relación entre la diversidad étnica y diferentes variables económicas como el crecimiento, la provisión de bienes públicos, niveles de redistribución o conflictos civiles, ha sido ampliamente estudiada (ver por ejemplo  Easterly y Levine (1997), Alesina et al. (1999), Fearon y Laitin (2003) y Alesina et al. (2003)). Pero se sabe mucho menos sobre cuáles pueden ser los mecanismos que expliquen esa relación. ¿Tiene la diversidad étnica per se un impacto sobre esas variables socioeconómicas? ¿Quizás solo cuando los grupos étnicos son culturalmente distintos es cuando se observa un impacto negativo? Para avanzar en estas preguntas en nuestro trabajo publicado en el AER (véase aquí) llevamos a cabo una investigación sistemática de la relación entre etnicidad y cultura (otro resumen aquí )

Nosotros entendemos “cultura” como una serie de normas, valores, actitudes y preferencias Para medir la cultura empíricamente usamos las encuestas del World Values Survey. En estas encuestas se pregunta a personas de muchos países un conjunto de cuestiones sobre valores, normas y actitudes. Las encuestas también proveen información sobre el grupo étnico y la lengua de los encuestados.  Esto nos permite analizar hasta qué punto la cultura y la identidad etnolingüística coinciden.

En nuestro trabajo argumentamos que pueden existir tres diferentes canales de creación de antagonismo social relacionados con la cultura y la etnicidad: 1) cultura; 2) etnicidad, y 3) solapamiento de etnicidad y cultura. Un simple ejemplo ayudará a clarificar nuestro enfoque.  Consideremos una sociedad con dos grupos étnicos, A y B, y un atributo cultural, por ejemplo, qué obedientes deben ser los niños.

Si suponemos el primer tipo de canal, el antagonismo surge de las diferencias culturales y la etnicidad no juega ningún papel. A los individuos no les importa la lengua, el color o la etnia de los otros. Solo sienten antagonismo hacia otros individuos de distintas preferencias. En nuestro ejemplo, a nadie le importa si eres del grupo A o del grupo B, pero sí cómo educas a tus hijos. En este caso medimos el malestar social como la probabilidad que dos individuos escogidos aleatoriamente no estén de acuerdo en lo obediente que un niño debería ser. Esta medida la denominamos fraccionalización o diversidad cultural.

El segundo canal considera que el malestar social surge por diferencias étnicas. A las personas no les interesa cómo piensan los otros, lo que les importa es sin son o no de la misma raza o hablan el mismo idioma. Esto podría deberse a pura animosidad racial, o a una falta de confianza entre grupos. En nuestro ejemplo, a nadie le importa tus preferencias sobre qué obedientes deberían de ser los niños, pero sí les importa si eres del grupo A o del grupo B. Aquí medimos el malestar social como la probabilidad de que dos individuos escogidos aleatoriamente sean de grupos étnicos diferentes. Esto es lo que llamamos fraccionalización o diversidad étnica.

En el tercer caso (solapamiento de cultura y etnicidad) los individuos sienten antagonismo hacia otros grupos étnicos, pero solo si esos grupos son culturalmente distintos de su propio grupo. En nuestro ejemplo, solo sientes antagonismo hacia personas del otro grupo étnico si en ese grupo tienen una visión distinta de cómo educar a los niños.

Una manera intuitiva de medir ese solapamiento entre cultura y etnicidad es mediante el índice de fijación FST, un índice tradicionalmente utilizado en Genética de Poblaciones. En nuestro caso, dicho índice nos indica la parte de la variación cultural total que se debe a diferencias entre grupos étnicos. Si el índice FST es alto, entonces el conocer el grupo étnico de una persona nos aporta mucha información sobre su cultura. Si, por el contrario, FST es bajo la etnicidad de una persona dice poco sobre su cultura. En nuestro sencillo ejemplo si, digamos, 2/3 de las personas en el grupo A piensan que los niños deben ser muy obedientes y 1/3 piensan que no, y lo mismo ocurre en el grupo B, entonces el conocer el grupo étnico de una persona no revela nada sobre su cultura (y FST sería cero). Si, por el contrario, todos los individuos en el grupo A piensan que los niños deben ser obedientes y nadie en el grupo B piensa esto, entonces si sabemos el grupo étinico de una persona también conocemos sus valores culturales (FST valdría 1).

Cuando los economistas utilizan la diversidad étnica como una “proxy” de la diversidad cultural es porque están asumiendo esta última situación, y entonces la diversidad étnica es indistinguible de la diversidad cultural. Si se encuentra que, por ejemplo, la diversidad étnica causa conflicto civil no sabremos si esto es debido a la existencia de antagonismo étnico o a la existencia de antagonismo cultural. Pero esta equivalencia entre diversidad cultural y diversidad étnica es un supuesto que no se ha probado.

¿Qué nos enseñan los datos?

Encontramos países como, por ejemplo, Paquistán y Egipto con altos niveles de fraccionalización etnolingüística y muy baja fraccionalización cultural. En el otro extremo encontramos países como Alemania y Corea del Sur, con un bajo nivel de fraccionalización etnolingüística, pero con un alto nivel de diversidad cultural. Cuando consideramos los 76 países de nuestro estudio hallamos que la correlación entre fraccionalización cultural y fraccionalización etnolingüística es cero.

Esa nula correlación sugiere que debe de existir poco solapamiento entre identidad cultural e identidad étnica. En efecto, el valor medio del índice FST para los países analizados es de 0,012. Esto indica que solo un 1,2% de la variación cultural total es debido a diferencias entre grupos, por lo que el 98,8% de la variación tienen lugar dentro de los grupos. Aun así, es importante resaltar que existen variaciones en el valor de FST entre países:

Variación en FST:

Etnicidad y conflicto civil.

También intentamos entender qué canal explica la relación entre diversidad y conflicto civil. ¿Es la diversidad cultural? ¿Es la diversidad étnica per se? ¿Es sólo si los grupos étnicos difieren culturalmente cuando se produce una relación entre diversidad y conflicto civil? Nosotros encontramos evidencia a favor de esta última posibilidad. Así, y en contra de la visión más generalizada entre los economistas, hallamos que la diversidad étnica per se no tiene efecto sobre los conflictos civiles. Es sólo cuando las diferencias en cultura coinciden con diferencias étnicas que el conflicto civil se hace más probable. Por otro lado, la diversidad cultural si tiene un efecto es en todo caso reductor del conflicto.

En el caso de los bienes públicos y el desarrollo también encontramos que la diversidad étnica per se no tiene un efecto significativo, pero sí lo tiene un alto solapamiento entre cultura y etnicidad.

En resumen, encontramos que:

1) La diversidad étnica no se puede ver como una “proxy” de la diversidad cultural.

2) las diferencias entre grupos étnicos solo explican un 1,2% de la heterogeneidad cultural total.

3) Existe una variación relevante en el grado en que la etnicidad predice los valores culturales: en países desarrollados y en Latinoamérica, la asociación entre cultura e identidad étnica (FST) prácticamente ha desaparecido, mientras que en Asia del Sur y África Sub-Sahariana es mayor.

4) Aunque en general FST es pequeño, las variaciones que se observan son importantes predictores del conflicto civil, de bienes públicos y del desarrollo.

Nuestra investigación sugiere que, si la modernización conlleva que los valores culturales se desvinculen más de la identidad étnica, entonces los efectos negativos del antagonismo étnico irán desapareciendo conforme los países se hacen más ricos y democráticos.



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Hay 10 comentarios
  • Me ha parecido interesante el artículo. Pero a efectos prácticos. Aunque no soy uno de los responsables del mismo, soy colaborador en la redacción de un Plan sobre la Diversidad Cultural en una comunidad autónoma. Y mi sensación es que el punto de partida es que dicha diversidad es que está asociada a la diversidad étnica. Según el mapa que habéis publicado, el Fst en España sería moderadamente bajo, por lo tanto ese punto de partida no sería del todo adecuado. ¿Dónde puedo encontrar bibliografía sobre estos aspectos en nuestro país? Quizá la podría buscar yo, pero ya tengo mucho con lo que es mi propio trabajo, así que si podéis facilitar una guía sería estupendo. Muchas gracias. Por todo.

    • Gracias Carlos por tus comentarios. Nuestro trabajo está centrado en la diversidad cultural entre grupos que llevan tiempo en un país. No incluimos inmigrantes recientes. Puede muy bien ocurrir que las diferencias culturales entre, por ejemplo, la población española y los inmigrantes sea en bastantes casos muy acentuada. En los datos que nosotros usamos del World Values Survey/European Values Survey y debido a su tamaño muestral hay poca información sobre los inmigrantes recientes en España. ( Mira también la Encuesta Social Europea)

    • Para complementar el comentario de Ignacio, las diferencias culturales entre países son bastante más grandes que las diferencias culturales entre grupos étnicos de un mismo país. Si los inmigrantes llevan poco tiempo en España, es probable que la distancia cultural sea bastante mayor.

  • Muchas gracias por el post, me parece muy interesante.

    Sobretodo, el que los autores pongan de relieve que las diferencias culturales no vienen determinadas exclusivamente por las diferencias étnicas.
    Les dejos una referencia sobre esta área de investigación que también me parece muy interesante:

    https://ac.els-cdn.com/S0899825613001681/1-s2.0-S0899825613001681-main.pdf?_tid=4a4626bef78b11e7a73d00000aacb362&acdnat=1515756508_db79960fe4bc39ce9a003587f5d77898

    • Adrià, gracias por la referencia. Un artículo reciente con ideas parecidas es
      Multilingualism and public goods provision: An experiment in two
      languages in Uganda
      Paul Clist *, Arjan Verschoor, Journal of Development Economics, 2017

  • Agradezco el post porque la investigación referida apunta a la esencia de lo que debería preocupar a las ciencias sociales, incluyendo economía: cómo cambia la conducta humana en respuesta a cambios “estructurales”, esto es, en los legados biológico y cultural transmitidos a las nuevas generaciones. Por vueltas que le demos, sólo tenemos dos anclas para entender cómo nuestras conductas han cambiado, o quizás una sola sino tenemos la habilidad suficiente para distinguir entre lo biológico y lo cultural. La transmisión a nuevas generaciones es el elemento crítico para entender lo que en un momento se consideró legado para formar nuevos adultos individualmente. Esta formación genera la personalidad de cada individuo, pero los psicólogos todavía nos deben un buen catálogo de personalidades, sea para entenderlas como el output de esa formación, sea para entenderlas como base estructural de las conductas de los adultos. Sí, hemos avanzado algo, pero lejos de lo que sería suficiente para siquiera tener teorías sobre la evolución de las conductas de distintas sociedades, aunque debe reconocerse que hemos avanzado bastante en entender los límites de la racionalidad en nuestras decisiones y conductas. (Nota: uso el término sociedad para referirme a cualquier grupo de varios humanos —por lo menos cien— en que se observan una variedad de interacciones).

    • La investigación referida en el post opta por una estrategia popular entre académicos, esto es, buscar proxies de los conceptos básicos aunque de relevancia cuestionable, luego mediciones aunque sean poco fiables, y por últimos relaciones entre esas mediciones por métodos aceptados por sus peers. Si ese fuera el primer paso de una investigación nada podría objetarse, pero si se pretende algo más, entonces se estaría errando. Los preparativos para ir más allá de un primer paso están lejos de haberse completado. Guste o no, el output de nuestros esfuerzos para apreciar el legado biológico-cultural y para construir un catálogo de personalidades está lejos de nuestras ilusiones.

      Mientras tanto se escuchan tambores de guerra (o quizás sólo sean lamentos de frustrados). Los cuestionamientos a conceptos básicos para describir la composición de la población de una sociedad están en aumento. Aunque algunos se justifican porque las dimensiones y los grados de intensidad de cada dimensión que usamos para construir esos conceptos son difíciles de identificar y sintetizar, hoy también enfrentamos a quienes cuestionan otros conceptos básicos: la edad (¿cuándo se es adulto? y especialmente el sexo (¿cuándo no se es ni mujer ni hombre?).

      • Enrique, gracias por tus comentarios. Entender el proceso de "La transmisión a nuevas generaciones" que mencionas en tu primer comentario es obviamente una cuestión esencial en ciencias sociales. Unos de nosotros (Romain) ha realizado una serie de trabajos en los que la transmisión de valores (de padres a hijos) ayuda a entender los distintos niveles de desarrollo entre países. Yo estoy también muy interesado en la actualidad en estos temas de transmisión cultural (y biológica) y su efecto en la movilidad social.

  • "Encontramos países como, por ejemplo, Paquistán y Egipto con altos niveles de fraccionalización etnolingüística y muy baja fraccionalización cultural. En el otro extremo encontramos países como Alemania y Corea del Sur, con un bajo nivel de fraccionalización etnolingüística, pero con un alto nivel de diversidad cultural."

    Meh...

    ¿Qué rasgos culturales habéis medido?

    • Medimos la cultura mediante las respuestas a un amplio conjunto de preguntas sobre valores en el World Values Survey (y Lationobarómetro y Afrobarometer). En general la diversidad cultural no está relacionada con la diversidad ethnolingüistica, pero si encontramos (lo que no es una sorpresa) que los países musulmanes muestran un bajo nivel de diversidad cultural mientras que el ser un país rico y democrático aumenta la diversidad.

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