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Evaluando el efecto de los subsidios a la innovación

En varias ocasiones he criticado la política industrial habitual en España (y en muchos otros países) que consiste en utilizar recursos públicos para seleccionar ganadores a los que hace falta apoyar en detrimento del resto de empresas y sectores de la economía. Sin embargo, si que puede haber lugar para lo que Maurici Lucena llama la política industrial horizontal, destinada a solucionar fallos de mercado, tal y como he discutido en una entrada anterior. Así, la intervención pública podría ser una manera de proporcionar los incentivos adecuados a las empresas cuando el mercado no lo hace. El problema, por supuesto, es que una mala intervención puede generar fallos mayores de los que pretende solucionar. Además, aún en el caso en que estas ayudas puedan tener efectos positivos sobre el bienestar, hace falta contestar varias preguntas antes de abogar por su uso. ¿Se están dando las ayudas a las empresas correctas? ¿Cuál es la mejor manera de dar estas ayudas?

En esta entrada me concentraré en uno de los tipos de ayuda más extendidos, los subsidios a la innovación. Para ello, me basaré en los resultados de un interesante (y muy reciente) estudio de Elena Huergo y Lourdes Moreno que analiza los efectos de programas de ayuda, otorgados por diferentes instituciones, sobre la inversión en I+D y en medidas de output de las empresas como las patentes que solicitan. El estudio es además especialmente pertinente para este blog dado que utiliza datos de empresas españolas.

Partiendo de una muestra de algo más de 2000 empresas durante el periodo 2002 a 2005 el artículo analiza la participación en tres tipos de programas: créditos del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), subsidios nacionales y subsidios de origen europeo. La siguiente tabla muestra la distribución entre empresas de estos tres programas. Como se puede observar, los créditos de la CDTI y los subsidios a nivel nacional son sin duda las ayudas más prevalentes.

tabla1

 Con estos datos el artículo analiza tres aspectos de la relación entre las ayudas y la innovación. Primero, estudia los determinantes de la participación en estos tres esquemas. Como era de esperar, las ayudas son más habituales entre empresas que ya llevan a cabo I+D. Sin embargo, hay diferencias entre los distintos esquemas. Así, la tabla siguiente (se puede hacer click en ella para verla a un tamaño más razonable) las ayudas europeas valoran más los acuerdos que las empresas tengan con otras empresas (y universidades) y menos a las nuevas empresas (start-ups). Los créditos de la CDTI dan importancia a los éxitos anteriores, medidos por las solicitudes de patentes o a la actividad exportadora de las empresas. Por último, las ayudas nacionales parecen valorar negativamente la presencia de capital extranjero y positivamente la colaboración, en especial con centros universitarios. Los datos también constatan la correlación positiva entre obtener financiación a nivel nacional y financiación europea.

tabla3

 La segunda parte del análisis estudia el efecto de estos programas sobre la I+D que realizan las empresas. Como podemos observar en la siguiente tabla, las ayudas nacionales y los créditos aumentan la probabilidad de llevar a cabo I+D (columnas (1) y (3)) tanto interno (recursos propios de la empresa) como total (incluyendo las ayudas). Este efecto, sin embargo, no se observa para las ayudas europeas. La probabilidad también aumenta en empresas con más trabajadores cualificados, que tienen acuerdos de cooperación tecnológica, que son exportadores activos o tienen capital extranjero. La intensidad del I+D tiene determinantes parecidos, pero destaca el efecto negativo del tamaño de la empresa y la propiedad pública.

tabla4

Finalmente, el artículo relaciona la participación de las empresas con medidas de output del I+D. En la siguiente tabla se estudia el efecto de estos programas sobre las innovaciones de producto y proceso. Comparando las columnas (1) y (2) y (3) y (4), se observa que el efecto de estos programas es positivo pero esencialmente por el incremento el la intensidad de I+D que generan y no por un efecto directo, que solo es importante en el caso de los créditos de la CDTI y para las innovaciones de productos.

tabla5

Curiosamente, el efecto directo de estos programas en las solicitudes de patentes si es significativo. Sin embargo, se observa que mientras que los créditos de la CDTI y los programas europeos aumentan el número de solicitudes, el efecto de los programas nacionales es justo el contrario, independientemente de si controlamos por la intensidad de I+D de las empresas.

tabla6

De este estudio podemos sacar varias conclusiones. Primero, los diferentes programas parece que tienen objetivos distintos y por tanto son substitutos muy imperfectos. Hemos visto, por ejemplo, que las ayudas nacionales dan más importancia a las empresas de capital español, mientras que los créditos de la CDTI dan especial importancia al éxito técnico de la actividad de innovación anterior, algo por otro lado no muy sorprendente dado que el repago del crédito depende en parte de ello. Las ayudas europeas parecen más orientadas a la colaboración entre empresas y con otros organismos.

Segundo, las ayudas aunque claramente aumentan el gasto en I+D de las empresas tienen un efecto muy heterogéneo sobre el output de las mismas. De nuevo, parece que los créditos de la CDTI son más efectivos que las ayudas nacionales, en especial, para la innovación encaminada a nuevos productos.

Por último, el efecto sobre las solicitudes de patentes puede dar lugar a diversas interpretaciones. Por un lado, podríamos pensar que los diferentes tipos de ayuda condicionan el tipo de investigación que se lleva a cabo, hacia innovaciones más fáciles de patentar en el caso de las ayudas europeas y créditos de la CDTI o en dirección contraria para las subvenciones nacionales. Por otro lado, el resultado podría deberse simplemente a una diferente valoración de las solicitudes de patentes en los requerimientos de cada programa.

En conjunto estos resultados indican que el tipo de empresas y el tipo de investigación que cada uno de estos programas financia puede ser substancialmente diferente. Valdría la pena explorar con más detalle estos efectos a la hora de entender el valor que aportan estos incentivos a la investigación tanto a las empresas como a la sociedad en general.