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Análisis NeG de Programas Electorales: Competencia y Regulación (II)

En la primera parte de esta entrada he repetido la importancia de tener reguladores y autoridades de competencia independientes y de reformar aquellas regulaciones que beneficiando a unos pocos son contrarias al interés general. El balance de la actual legislatura es en general negativo. Aunque algunas reformas han promovido la competencia, en otros casos se ha conseguido justo lo contrario. Y por supuesto, el daño a la independencia de los reguladores y autoridades de competencia con la creación de la CNMC ha sido gravísimo.

¿Qué deberíamos hacer ahora? La falta de competencia en España es un problema muy importante y es el origen del tan famoso “capitalismo de amiguetes”. Por ello, hay que reformar los mercados en los que la competencia ni está ni se la espera y perseguir comportamientos anticompetitivos. Para ello, necesitamos una autoridad de competencia fuerte e independiente y unos reguladores que no dependan de los cálculos electorales de los políticos.

En muchas cosas la CNMC ha terminado siendo lo que preveíamos algunos. La única noticia positiva es la independencia que algunos consejeros han demostrado y que, sobre todo en la sala de competencia, ha permitido sacar adelante algunos expedientes que de otra manera no habrían sido posibles. Sin embargo, el funcionamiento de una institución no debe basarse en tener “suerte” a la hora de escoger a los consejeros sino en un buen diseño institucional. Este problema, junto con la irrelevancia de la CNMC implica que necesitamos deshacer este lío y volver al sistema habitual en el resto de los países. Este sistema debería partir de los siguientes principios:

(1) Especialización. Mantener unidas la regulación y competencia no tiene sentido y es un cambio que debe revertirse. Veamos los modelos que funcionan y no inventemos la rueda otra vez, por favor.

(2) Independencia. Para ello es necesario:

(3) Competencias. Los reguladores debe tener la última palabra en cuestiones técnicas sobre el funcionamiento del mercado. Esto incluye la mayor parte de las funciones, como fijación de los peajes en las infraestructuras reguladas, tarifas de AENA, etc. Por supuesto, hay muchas competencias que son y deben ser del gobierno. Por ejemplo, es el gobierno el que debe determinar cuánto importa el medio ambiente (y si se debe subsidiar las energías renovables) o qué riesgo nuclear queremos asumir como país. También debe determinar si un mercado debe liberalizarse y establecer el marco de este proceso.

¿Y qué ofrecen los partidos políticos para las elecciones del 20D?

Del PP hay poco que decir. En la parte económica de su programa no hay referencia alguna al tema de la competencia y solo se habla de los mercados regulados de manera tangencial ("Facilitar al consumidor a través de medios electrónicos el consumo energético en tiempo real y herramientas para comparar ofertas del mercado"). Habrán decidido que queda poco por hacer después del daño infringido ya a la reputación y a la independencia de los reguladores en los últimos cuatro años.

El PSOE enfatiza la necesidad de que los reguladores y autoridades de competencia sean independientes y que sean escogidos mediante una “convocatoria pública de las vacantes a cubrir; evaluación de la competencia e idoneidad de los candidatos y candidatas” (página 169). Aunque como siempre el resultado depende de su implementación, estos principios van claramente en la dirección correcta.

En cuanto a la estructura, el PSOE apuesta por el modelo alemán. Éste es un sistema donde existe un regulador único y una autoridad de competencia separadas e independientes del poder político. Sin embargo, el regulador está supeditado a la autoridad de competencia. Esto tiene ventajas en términos de dificultad de captura. Como mencionaba anteriormente una empresa debe capturar a los dos organismos, y siempre es más difícil en el caso de la autoridad de competencia. El mayor inconveniente es que un mismo regulador deba gestionar mercados tan diversos.

Finalmente, el programa dice que “La protección por su interés social de numerosas profesiones y servicios ya no tienen más sentido que el impedir el desarrollo de la competencia y, de esta manera, de la innovación.” Esto es algo que en NeG hemos discutido muchas veces cuando hemos hablado de farmacias, taxis (aquí, aquí o aquí), hoteles, colegios profesionales, comercios, etc.

Ciudadanos parte del principio de que  “el mercado debe estar al servicio de los ciudadanos y de los consumidores. Haremos las reformas necesarias para asegurar la competencia en los mercados, destruiremos los cárteles y acabaremos con el capitalismo de amiguetes” (página 23). [Nota: texto añadido después de la publicación de la entrada. Ver comentario abajo] En la parte de reforma institucional del programa se propone que todos los cargos de organismos independientes se cubran mediante vacantes seleccionadas por una comisión independiente. Se propone que estos organismos puedan contratar a no funcionarios. En el caso de la CNMC se propone dividir regulación y competencia y se habla de separar energía y telecomunicaciones. De manera muy interesante, también se contempla que la autoridad de competencia tenga sus propio servicio legal.

Podemos ignora el tema de la competencia y no menciona el papel de los reguladores o de las autoridades de competencia. Sí propone la creación de una Agencia Estatal para la Protección de los consumidores. Este es un tema relacionado porque su propuesta recuerda a la Office of Fair Trading en el Reino Unido, que en 2013 se fusionó con la autoridad de competencia, la Competition Comission, dando lugar a la Competition and Markets Authority. Valdría la pena evaluar cómo ha funcionado esta reforma y en caso positivo incorporarla en el debate sobre qué hacer con los reguladores.

Por otro lado, Podemos pone especial énfasis en la reforma del mercado eléctrico, proponiendo una auditoría de sus costes, cambiar la retribución de las centrales nucleares e hidroeléctricas, identificar los costes de transición a la competencia e introducir medidas encaminadas a reducir el poder de mercado de las empresas. Asimismo, se habla de reforzar la competencia en los sectores estratégicos a la vez que se propone que el estado recupere las centrales hidroeléctricas.

Como siempre, mejor que cada uno saque sus conclusiones ...