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La deuda de Grecia y la de España: El Riesgo es Político, no Económico

¿Cómo de  preocupante es el reciente informe de S&P sobre la casi segura bajada de calificación de la deuda española? No tan preocupante como la subida del precio de asegurar la deuda, con los CDS rondando los 100 puntos básicos. Mi excolega Luigi Zingales de la Universidad de Chicago piensa que los 100 puntos  básicos son un umbral casi mágico a la hora de valorar el riesgo de default: de acuerdo los cálculos de Zingales, usando el haber cruzado 100 como criterio uno puede predecir con bastante seguridad, las instituciones que han caído en la crisis y las que no. Es decir, entramos en la zona de riesgo serio.

La situación en estas tres semanas pasadas me recuerda  Mayo-Agosto del 2007, donde los que estábamos siguiendo los mercados al día veíamos señales muy preocupantes, pero con cuentagotas-- todo iba a cámara lenta. La sensación primero de observar el desastre de Dubai World, y Dubai por extensión, y luego la bajada de calificación de Grecia es que empezamos una nueva fase de la crisis: la fase en la que el exceso de apalancamiento que preocupa a los mercados es el público, no el privado. Los gobiernos se han endeudado en esta fase de la misma alegre manera que los bancos y constructoras (con esos argumentos que no argumentan nada del tipo de “cómo va a ver una caída simultánea de todo el mercado inmobiliario, imposible, hombre”) en la fase anterior. Ahora se dice “imposible que haya crisis soberanas en el Reino Unido o el Reino de España.” Pues bien, no solo no es imposible, sino que empieza a parecer probable. El riesgo es político: ¿puede nuestro sistema político tomar las medidas necesarias? Me explico.

Leyendo con cuidado el informe de Fitch sobre Grecia, y el de S&P sobre España, y comparando con los similares del Reino Unido,  la palabra clave es credibilidad. Fitch no se cree, para nada, que los  sindicatos griegos, los políticos griegos y la sociedad griega, estén dispuestos a instaurar la austeridad necesaria para pagar y las reformas necesarias para crecer:

“Given the poor historical track record of public finance management, Fitch is not convinced that the substantive pension reform and other measures necessary to contain public spending pressures and broaden the tax base will be sufficiently strong to materially reduce debt over the medium- to long-term and hence Greece’s vulnerability to future adverse shocks.

Y S&P no se cree que España pueda hacer las reformas necesarias para pagar y crecer. Explican que la bajada a negativo se debe a

 “la caída del crecimiento y la ausencia de esfuerzos agresivos para controlar los déficits (...) [y de la falta de] enfoque de las políticas en incrementar las perspectivas de crecimiento a medio plazo.”

La situación es gravísima. Cierto, el stock de deuda pública en España es aún reducido. Pero la senda de crecimiento del gasto y de los ingresos crean una situación completamente insostenible. No es posible seguir por este camino sin terminar en una crisis a la Argentina, donde los que reciben del Estado ahogan a los segmentos productivos, y nos convertimos en una economía en declive estructural. El declive empieza una vez que los agentes que reciben subsidios tengan el poder  para hacer que los subsidios crezcan independientemente de su efecto sobre el crecimiento y la capacidad de pago. Ahí el país entra en un ciclo de destrucción de la capacidad productiva a medida que los impuestos y las transferencias suben y el desempleo se alarga.   ¿Alguien puede dudar que cuando se acerquen las próximas elecciones la duración del seguro de desempleo será alargada por el gobierno, independientemente del coste económico y financiero que esto tenga?

Tano Santos viene argumentando desde hace tiempo que, más allá del crecimiento económico que contribuirán a generar,  una de las razones por las que las reformas estructurales son absolutamente cruciales es por cimentar la credibilidad del pais con los inversores extranjeros. Nadie se cree ahora mismo que España (o Grecia) sea capaz de hacer los ajustes necesarios, porque los actores políticos y sindicales han mostrado una incapacidad absoluta para el compromiso (los costes salariales, para empezar, y comenzando por el sector público, tienen que caer, y mucho). Esta incapacidad tiene un coste directo, real, en términos de prima de riesgo en nuestra deuda, de miles de millones de Euros. Hacer una reforma del mercado de trabajo no sólo mejoraría la productividad de la economía española y aumentaría las perspectivas de generar empleo de calidad. Al demostrar que España SI PUEDE, bajaría la prima de riesgo de nuestro país que va a ir en aumento a medida que los mercados comprueben que somos incapaces de hacer absolutamente nada que implique tocar el sistema de protección social.

Un ejemplo: Irlanda. Ha pesar de su alto déficit y sus muy serios problemas económicos, Irlanda ha conseguido recuperar la credibilidad en los mercados, al demostrar que si es capaz de hacer serios recortes en el gasto. Los salarios en el sector público han caído entre el 5- y el 15%, y el del primer ministro el 20%. Los beneficios sociales también han caído, particularmente las ayudas por hijo.

Es hora de actuar. En estas crisis, el tiempo se acaba de repente , no poco a poco. Lehman paso en semanas de ser un banco perfectamente viable a desaparecer.  Es una cuestión de confianza. Lo que parece imposible un mes, es inevitable el siguiente. Y, sinceramente, fuera de España, la confianza en la economía española, y en nuestro gobierno, está desapareciendo muy deprisa.