- Nada es Gratis - https://nadaesgratis.es -

España: Demasiado Grande Para Caer

La intervención de la Unión Europea en la crisis de deuda que estaba a punto de hacer desaparecer el Euro tiene dos componentes: un fondo de 750 mil millones de euros para rescatar a las economías en apuros (incluyendo 440,000m millones de préstamos, 60,000m de la UE y 250,000m del  FMI); y la decisión del BCE de “intervenir en los mercados de deuda pública y privada para asegurar que hay suficiente liquidez  en los segmentos disfuncionales de estos mercados.”

Con algunas peculiaridades, la intervención se parece a las decisiones tomadas a partir del otoño del 2008 por el gobierno de EEUU junto con la Fed de usar “lo que haga falta” para garantizar el funcionamiento de  los mercados financieros de EEUU. Se trata de tratar de parar el pánico antes de que destruyera al Euro.

¿Funcionará el plan? A corto plazo, sin duda. Si el BCE decide comprar deuda pública, todos los inversores (o “especuladores”)  del mundo juntos no podrán con él, dado que al final, la deuda se denomina en Euros y el Banco puede emitirlos libremente (el valor del Euro, eso sí, puede sufrir)

El problema a medio plazo puede ser otro. Para pensar en él hay que comenzar comenzar por el principio de la crisis en la Eurozona: Grecia. El problema de Grecia no es un problema de liquidez, sino de solvencia: literalmente, no es posible que Grecia, en la senda de crecimiento actual, haga frente a su deuda. Incluso con el gigantesco paquete de ayuda concedido a Grecia hace 10 días, la ratio de deuda sobre el PIB continuará creciendo, y será más alto (y más insostenible) al final del período que al principio de este. Y esto contando con que la sociedad griega acepte un plan de ajuste inaceptable, que hace recaer todo el peso del ajusto sobre el que imprudentemente pidió prestado, y nada en el que, más imprudentemente, prestó. Por tanto los mercados tenían toda la razón del mundo en desconfiar del “salvamento”. El plan no es creíble, y los mercados no se lo creen.

Con este punto de partida, existen por tanto tres dificultades muy relacionadas para el éxito del plan:

1.  ¿Solvencia o Liquidez?. Si los problemas son de solvencia, y no de liquidez, el problema no se resuelve con una inyección de liquidez a Grecia y un continuado aumento de su deuda pública. Grecia necesita primero disminuir sustancialmente su endeudamiento, y los bancos deben pagar el coste de los préstamos mal dados,  de la misma manera que, como el CEO del BBVA ha reconocido en España, los Bancos deben cargar con los costes del ladrillo español. Mientras esto no se reconozca, Grecia no podrá crecer, y no le será posible conseguir un acceso a los mercados privados, con lo que las líneas de crédito a corto plazo de “liquidez” se convertirán en préstamos a muy largo.

2. Riesgo moral: ¿el fin de las reformas Estructurales? Como todos los rescates, este rescate aumenta el riesgo moral: los acreedores de los países recipientes saben que cuentan con una garantía Europea que les quita el miedo en el cuerpo y los incentivos para disciplinar a los gobiernos, con lo que prestarán demasiado, y demasiado barato. Y de la misma manera que los bancos que saben que los contribuyentes los rescatarán usaron su dinero alegremente para prestar al mercado inmobiliario, ahora no se preocuparán de cómo de sostenible es la posición de un Estado. En esta tesitura, ¿dónde quedan los incentivos para que un gobierno como el español lleve a cabo las reformas necesarias?  Es el dilema habitual entre riesgo moral y seguro: si te doy la seguridad de que te voy a rescatar, ¿para qué vas a poner en marcha reformas políticamente costosas en el mercado de trabajo o en el sector financiero? En el mejor caso (en el que parece creer el gobierno de España) con un poco de suerte salimos de esta sin tomar medidas; en el peor caso, nos sacan los Alemanes. El riesgo moral es gigantesco, ya que se eliminan los incentivos para la acción. Imaginen a un miembro del gobierno que quiere reformas y medidas duras- a esa persona, hoy, se le ha acabado la munición—el Presidente le habrá dicho: “no ves como no tiene nada que ver con España? Es un ataque de los especuladores contra el Euro, y ya está resuelto. Vamos a seguir sin hacer nada, que es lo más cómodo, ya pasará la crisis. “

3. Conflicto Político: Esta caída de incentivos para aquellos países potencialmente en apuros (Portugal, España, Irlanda, Italia, Bélgica)  crea un conflicto de intereses entre estas y sus prestamistas –el contribuyente Alemán, Danés, Holandés.  Mientras que hasta ahora si el gobierno Español no hacía nada, era nuestro problema, a partir de ahora este es el problema, también, de Alemania. El Sr. Zapatero va a encontrar las cumbres comunitarias mucho menos agradables- se le van a exigir cuentas, porque todos saben que si España no sale del hoyo, terminarán pagando los demás. Esto va a ser una fuente de conflictos enorme, dado que  no existe ningún mecanismo que permita a la Sra. Merkel a obligar a las Cortes españolas a “portarse bien”, hasta que no llegue una crisis. Si, cuando venga, si viene, la crisis, pueden imponer condiciones duras, pero mientras tanto… La tensión vendrá de que los otros países querrán intervenir, mientras que las Cortes y Gobierno soberano español, que sabe que si se confunde viene el rescate, no tiene el mayor interés en permitirlo.

4. El futuro del Euro. Negro. El conflicto apuntado más arriba contiene las semillas de la destrucción del Euro. Por un lado, el votante de economías “en apuros” estará frustrado y cabreado con las medidas que haya que tomar; mientras que el contribuyente alemán observará incrédulo como estas medidas no son suficientes, en absoluto, para asegurar que sus ahorros no se destinan a subsidiar el alocado sector público de algunos de estos países. El resultado sería, con el tiempo, la salida de Alemania del Euro. Para evitarlo, no hay más que un camino: incrementar la interferencia económica de Europa en la política económica de los países potencialmente con problemas, antes de que estos vengan. Por ejemplo, se puede establecer que los países que no cumplan los planes prometidos o cuyos planes no sean aprobados serán públicamente excluidos del acceso a estos fondos.