Curando nuestra enfermedad holandesa

Floren y yo hemos escrito este artículo para EL PAIS de hoy analizando la distribución por niveles educativos del desempleo a la que nos hemos referido esta semana, pero con el rediseño no hay forma de encontrarlo online, así que aquí va el link para el que tenga interés, o para los que quieran comentarlo abajo; pongo el texto completo para añadir los enlaces. [Post data del 22/3/2012. Buscando el link de este artículo en el blog, me encuentro con un excelente artículo de Antonio Cabrales que anticipa el argumento de Floren y mío y que es muy recomendable leer. Añado la cita ahora, con disculpas a Antonio por no añadirla antes.]

Curando nuestra enfermedad holandesa

(Florentino Felgueroso y Luis Garicano, EL PAIS,  5/02/2012)

En 1959, Holanda descubrió enormes yacimientos de gas natural en el mar del Norte. Este descubrimiento, que incrementó mucho la riqueza del país, produjo un influjo de capitales y una revaluación del florín que llevaron a la destrucción del sector manufacturero del país. Este síndrome, que hubiera resultado muy familiar a los españoles del Siglo de Oro, es conocido desde entonces como la enfermedad holandesa,y la sufren países que descubren de repente un recurso natural muy valioso. A medida que entra riqueza del extranjero, parte de los ingresos se gastan en bienes nacionales no comerciables. Si el tipo de cambio del país es fijo en vez de flexible, el incremento de la demanda interna hace subir los precios internos. Esto debilita la competitividad de las exportaciones del país. Además, el capital y trabajo nacionales se reorientan hacia la demanda interna.

En los últimos 15 años, España no encontró petróleo. Pero el sol y el ladrillo, y su (supuesta) demanda por parte de los extranjeros, fue nuestro petróleo. Como en el Siglo de Oro, la demanda interna se incrementó al subir nuestra exportación de sol, los precios internos subieron, la competitividad se deterioró y la economía se reorientó hacia los bienes y servicios no comerciables.

Pero nuestra variante de la enfermedad holandesa tiene una peculiaridad novedosa con respecto a la experiencia previa y muy dañina a largo plazo: las ocupaciones hacia las que se orientaba la demanda -caricaturizando, poner ladrillos o poner cafés- requerían un nivel educativo muy bajo. El salario de los menos educados creció, durante este periodo, más rápidamente que el de los más educados. El resultado fue un incremento del abandono escolar y la parada brusca de la convergencia educativa con nuestros vecinos del Norte.

El peligro de esta peculiaridad es su impacto en el crecimiento económico: las investigaciones más recientes de Erik Hanushek muestran que el 73% de la variación de la tasa de crecimiento económico entre países puede explicarse simplemente con dos variables: nivel inicial de ingresos y nivel intelectual de la población. La magnitud del impacto que encuentran es gigante: una mejora en los test de PISA en una desviación estándar se asocia con un incremento de la tasa de crecimiento promedio anual del PIBper capita de un país de ¡dos puntos porcentuales! En definitiva, sin educación no hay vuelta el crecimiento.

En ese sentido, más allá de la caída de la demanda, el desempleo al que se enfrenta España tiene un componente fuertemente estructural: está relacionado con el mal encaje del nivel educativo y la experiencia de la población con las necesidades actuales de la economía y que se ha adaptado mucho más a las necesidades de nuestra economía del boom, durante el que la educación fue una mala inversión.

Esto se pone de manifiesto claramente en la distribución de la caída del empleo desde el inicio de esta crisis. La economía española ha perdido 2,7 millones de personas empleadas. Pues bien, el 80% de esta caída se concentró en personas con un bajo nivel educativo (enseñanza secundaria obligatoria o menos). Por el contrario, el empleo de las personas con estudios superiores (formación profesional de grado superior y titulados universitarios) ha sido más resistente a la crisis, aumentando incluso en unas 107.000. El resultado es que, por primera vez en nuestra historia, desde el último trimestre de 2011, el número de ocupados con estudios superiores supera al de ocupados con estudios de nivel bajo. (El número de parados con educación superior también ha aumentado: se ha multiplicado por dos desde el inicio de la crisis, debido al creciendo del número de activos con este nivel educativo). Esto ha sucedido por igual en todas las comunidades autónomas.

En definitiva, casi tres millones de nuestros parados tienen un nivel educativo bajo (ESO o menos), y solo algo más de la mitad de estos alcanza el título de ESO. Esta es la realidad a la que nos tenemos que enfrentar. Mientras los hombres con educación superior entre 35 y 54 años de edad y nacidos en España trabajan prácticamente todos (el 95%), solo el 60% de los que tienen solo primaria en ese grupo de edad de edad trabajan hoy.

¿Qué hacer? Los poderes públicos deben hacer lo posible por formar a los que, equivocadamente, abandonaron las escuelas siguiendo la dirección que parecía marcar el mercado laboral en el boom. Y deben hacer reformas educativas conducentes a reducir drásticamente el abandono escolar. Es difícil pensar en una prioridad más importante de la labor de gobierno. Por su parte, los que abandonaron su educación deben hacer lo posible por formarse. La formación no es una garantía, pero los datos muestran que supone una diferencia importante. Si es posible, hay que volver al colegio o instituto.

Y si eso ya no es posible por la razón que sea, Internet ofrece un mundo de posibilidades. Nunca en la historia de la humanidad ha habido tanto conocimiento literalmente al alcance de la mano. Materiales educativos de las mejores universidades del mundo (Harvard, Stanford, MIT) con vídeos de clases, diapositivas, etcétera, se pueden ver gratuitamente, en parte traducidos al español por Universia (ver los enlaces en Nadaesgratis.es); Deutsche Welle, la radio pública alemana, ofrece cursos gratuitos, con vídeos, de alemán; hay también muchos cursos de francés gratis; existen cursos de programación, de contabilidad, de valoración de empresas... en fin, uno puede aprender, desde su casa, lo que quiera.

Lo importante, tanto para el país como para nuestros parados, es reconocer cuanto antes que la situación anterior, con una demanda desproporcionadamente elevada de empleos que no requieren más que saber leer y escribir, no va a volver nunca. Durante los últimos 40 años, en cada crisis el número de empleos que no requieren un nivel educativo avanzado cae, y no se recupera nunca. Sin invertir todo lo posible en formación, no hay futuro, ni para España ni para nuestros parados.

Hay 7 comentarios
  • Por si alguien quiere profundizar en la enfermedad holandesa en la España del Siglo de Oro que apuntan Floren y Luis, el profesor Mauricio Drelichman, de la Universidad de British Columbia, en Vancouver (actualmente visitando la Universitat Pompeu Fabra) tiene toda una serie de recientes artículos publicados en las mejores revistas de historia económica, comenzando por éste: "The Curse of Moctezuma: American Silver and the Dutch Disease." Explorations in Economic History 42 (3): 349-380. July 2005. Su sitio web: http://mauricio.econ.ubc.ca/vita.html

  • Insisto en lo que ya dije en un post similar escrito esta semana en este blog : los recusos que propusistéis son excelentes, pero no adecuados para un parado que no tiene estudios elementales (una proporción importante de nuestros desempleados), por diferentes razones.
    En internet encuentras de todo, claro, pero hace falta capacidad de seleccionar, y de aprender por tu propia cuenta, y eso es complicado para una persona que no ha pisado un aula desde hace años, y cuyas experiencias en ese ámbito fuerons frustrantes. La red ofrece muchas oportunidades, pero la capacidad de escogerlas y aprovecharlas se debe adquirir, no es todo cuestión de voluntad
    Dicho lo cual, creo que es crucial apostar por la formación. Yo creo que en 2007 en lugar de hacer el gasto en el plan E, se tendría que haber reforzado la formación. ahora estaríamos un poco mejor, seguro

  • Dos puntos.

    1. El problema es común a todas las economías avanzadas porque se origina en dos fuerzas que todavía son importantes y que seguirán siendo importantes. Una, la extraordinaria expansión de la economía mundial de mercado por la integración de China, India y varios otros países (esta economía mundial por lo menos se ha duplicado en población respecto a 1985). La otra, el cambio tecnológico en la producción de bienes y que ahora tendrá un gran impacto en la producción de energía a pesar de las políticas estúpidas de EEUU y varios países europeos.

    2. Ya se pueden leer notas sobre la emigración de españoles calificados, con buena educación, pero nada de los españoles no-calificados que seguramente se quedarán en España pretendiendo seguir protegidos por un Estado que jamás podrá volver a generar los recursos necesarios para mantener el nivel de vida de los adultos anterior a 2008.

    Una sugerencia para académicos. El gran desafío es el problema inter-generacional en las economías avanzadas. Los menores de 30 solo pueden aspirar al subsidio de una educación formal grotesca que no califica para ganar más de mil euros mensuales en la economía mundial de mercado (por lo menos la mitad de estos jóvenes no podrán siquiera aprovechar esa educación porque están criados en hogares que poco o nada aportan a una buena disposición para aprovechar cualquier habilidad biológica). Los mayores de 70 solo pueden esperar lo que puedan sacar al resto de la sociedad, en un enfrentamiento cada vez más costoso --en otras palabras, el costo social de la redistribución de ingresos hacia los viejos ya es alto y el costo marginal sigue creciendo. El resto --entre 30 y 70 años-- tendrá que adaptarse a re-ubicarse dentro de la economía mundial de mercado o vivir por mucho tiempo con menos de mil euros mensuales, ingreso sujeto a impuestos crecientes (por supuesto, siempre habrá un porcentaje importante pero inferior a 50% que luego de los 40 ganará más de mil euros por mes porque supieron aprovechar habilidades biológicas o adquirir conocimientos útiles).

  • Me parece muy adecuado el enfoque de enfermedad holandesa para los efectos en España de la entrada de capital (público y privado) europeo los últimos 25 años. El efecto primario de esa enfermedad es la reducción “excesiva” en producción industrial y en España durante ese periodo ha caído más que en ningún sitio. No tengo claro, sin embargo, que la solución radique en la educación, así en general. Siendo necesaria, me parece al menos tan urgente repensar la desventaja en la que la producción local está frente a la extracomunitaria como resultado del marco comercial, fiscal y legal en general, que impone a los países periféricos comunitarios los costes de los ricos de dentro para competir con los pobres de fuera. No me quiero alargar, pero ese marco simplista genera tres soluciones: la utópica (ser tan productivos como los ricos), la desagradable (desmontar toda la protección que existe aquí en una carrera hacia el fondo que además no podemos ganar) y la que creo más realista, que no es el viejo proteccionismo, pero sí mejorar las garantías sobre el cumplimiento de la producción importada de ciertas normativas locales. La solución debería cobinar un poco de las tres, pero de ésta última casi nunca se habla y me gustaría conocer vuestra opinión.

  • Está muy bien que se diga lo que se tiene que hacer de ahora en más. Es lo que se debió hacer desde hace unos veinte años hasta aquí, no dejar que la gente se deje guiar con lo que de alguna manera tenía fecha de caducidad. El problema es ahora y real, millones de personas sin trabajo, sin ayudas, sin seguro por desempleo. ¿y ahora qué? ¿y hoy qué?
    Mientras tanto, como yo y otros muchos, recomiendo vivir de tarjetas que es una forma cómoda de financiarse y por sobre todo accesible.

  • "El resultado (de nuestra variante de la enfermedad holandesa) fue un incremento del abandono escolar y la parada brusca de la convergencia educativa con nuestros vecinos del Norte".

    No, el incremento del abandono escolar se debió a una caída en las tasas de titulación debida a una reforma educativa particularmente inepta. El resultado de esa enfermedad holandesa fue que lo que estaba ocurriendo (la mayor caída en las tasas de titulación posobligatoria de nuestra historia y de todo el mundo desarrollado) no le importase a nadie.

  • Leo que en España el 95% de los titulados están empleados...supongo que será un dato contrastado, pero me parece que habría que estudiarlo más a fondo ya que me resulta un tanto difícil de asimilar. Yo soy licenciado, tengo trabajo en un puesto que no necesita cualificación y como yo conozco a muchos. ¿qué porcentaje de estos 95 ocupan puestos acordes con su titulación?¿puede ser que estos titulados por su formación sean más capaces que los no titulados a conseguir cualquier trabajo y que este "intrusismo" sea, entre otros factores, el causante de la diferencia de porcentajes de ocupación?
    si, como yo creo, el porcentaje de titulados ocupados en puestos de "menor categoría" es muy elevado, un punto a resolver tanto o más importante como educar a los no titulados es conseguir que estas titulaciones sirvan para algo, con salidas laborales acordes y no sean solo un bonito adorno en la pared del salón.

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