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¿Una moneda para los godos, otra para los romanos?

Como sabéis los más fieles lectores (es decir, los que habéis seguido el blog en agosto), mi impresión es que caminamos hacia los Eurobonos, la emisión de deuda solidaria por todos los países de la eurozona. La lógica desde la perspectiva alemana es sencilla, como detallaba en mi artículo del 17 de agosto: para los alemanes, dejar al Euro hundirse supondría abandonar a su suerte, ante la depreciación del euro, a su floreciente industria. Por otro lado rescatar a (o garantizar toda la deuda de) las economías del sur (incluyendo ya a Italia) con mecanismos fiscales tipo ESFS parece cada vez más difícil, dado el volumen gigante de deuda y  la creciente vulnerabilidad de Francia. El eurobono permite usar la solvencia conjunta de la eurozona, con un nivel de endeudamiento agregado razonable, para proteger toda la deuda. Y esta lógica la ven las organizaciones de exportadores alemanas y los socialdemócratas y verdes, aunque no los liberales ni el partido social cristiano (CSU) de Baviera. Aunque este sigue siendo el escenario que me parece más probable, sería absurdo no reconocer que hay un debate en la calle en Alemania sobre la alternativa—dejar el Euro, y que el debate está adquiriendo un peso importante.

El debate sobre el “super-Euro” comenzó, creo, con un artículo de Anil Kashyap* en Bloomberg el 9 de junio. Según Kashyap, por donde vamos no podemos seguir: los del sur no quieren o pueden hacer el esfuerzo necesario para pagar y para recuperar la competitividad, y Alemania es  reacia a pagar los costes crecientes de los sucesivos rescates. Pero también dice (y yo estoy de acuerdo, como argumenté en un artículo del 11 de febrero del 2010) que la salida del Euro no es concebible para los países del sur, ya que sus sistemas bancarios, teniendo obligaciones en Euros, quebrarían. Y plantea una alternativa: un gran pacto para la creación del super-euro, en el que estarían Alemania, Holanda, Austria y Finlandia. Esto permitiría la devaluación del euro normal (que quedaría para el imperio romano, España, Portugal, Grecia, Italia, Francia, Bélgica…) con la consiguiente recuperación de la competitividad de las economías “romanas.” Sí, reconoce que debería haber una recapitalización de los bancos alemanes, que perderían más del 30% del valor de sus préstamos a los países del sur- pero sería una recapitalización de una vez, en vez de una unión fiscal con trasnferencias del norte al sur de duración indefinida.

Pues bien, este plan aparece, prácticamente igual, en un artículo en el FT del lunes (si os chocáis con la barrera de pago escribid en google news “breakaway currency”) del ex -presidente de la Confederación Alemana de Empresas (BDI), Hans Olaf Henkel. Empieza con fuerza, reconociendo su error (“apoyar el euro fue el mayor error profesional que nunca cometí”), diciendo que todas las promesas en las que se basaba el euro (prohibición de los rescates, deudas máximas del 60% etc.) se rompieron, que Europa está en peligro precisamente por la fricción que crea una moneda única. Tras describir las soluciones adoptadas y mostrar su ineficacia, defiende una propuesta idéntica a la de Kashyap, incluyendo el conjunto de naciones a incluir, y la idea de transferencias iniciales a bancos alemanes y a países del sur.

La propuesta está generando mucha discusión en Alemania, y no está muy lejos de la posición de dos de los economistas más influyentes de Alemania, Hans-Werner Sinn y el execonomista jefe del ECB Otmar Issing que claman con dureza contra los Eurobonos y cualquier redistribución con el temor de que la redistribución y bajada de tipos no hagan más que evitar el ajuste en Italia/Roma.

O sea, que ya hay sobre la mesa una alternativa clara y factible a los Eurobonos, la salida de Alemania del Euro con un grupo de países afines.

Para España, yo sinceramente les doy las gracias pero prefiero que no nos hagan el "favor" de salirse del Euro-- creo que es preferible  el Euro con Alemania y Holanda dentro. Los sistemas financieros están completamente integrados. Además, cuando este plan empezara a ser discutido en serio habría salida masiva de depósitos a la zona goda, con graves consecuencias para el sistema financiero. Pero más allá de los problemas de transición, el salir de la crisis a base de la salida de las economías fuertes del Euro sería pan para hoy y hambre (inflación, tipos de interés altos, gobiernos peronistas) para mucho tiempo. Sin querer ofender a nuestros primos romanos, ¿nos apetece compartir moneda con Grecia, Portugal, Italia y Francia? ¿Nos fiaríamos de esa unión monetaria?

Pero  tampoco es obvia la virtud de la idea, más allá del superficial “dejar de pagar a los vagos del sur,” para Alemania. Los riesgos son enormes. Primero, ser el culpable del hundimiento del proyecto europeo. Segundo, romper el vínculo histórico con Francia, clave de la paz en Europa tras tres guerras en 80 años. Tercero, destrozar la industria exportadora alemana. Cuarto, destrozar la solvencia de la banca alemania, con un coste millonario.

Por otro lado, el hecho de que crear el super-Euro no sea algo bueno para Alemania no quiere decir que no se haga. Si los políticos alemanes siguen maquillando la verdad y camuflando sus intenciones, corren un riesgo  enorme- el riesgo de que, aunque ni al sector privado ni al público alemán le interese salirse del Euro, el público se harte  y surja un movimiento anti-Euro al estilo “tea party” liderado por Henkel o Sinn o cualquier oportunista populista. En Holanda tal movimiento, lilderado por un brutal rubio platino, es el tercer partido en el parlamento (el Partido de la Libertad, una escisión del Partido Liberal). Como los políticos españoles, los políticos alemanes necesitan hacer un esfuerzo mucho mayor por explicar donde está la crisis, y el mucho dinero que les va a costar salir de ella de una manera o de otra.  Como escribimos el jueves pasado, hay que cuidar la legitimidad, porque si no nos quedamos sin invento.

En cualquier caso,  sigo pensando que los Alemanes concluirán que los Eurobonos son preferibles, especialmente si nosotros estamos dispuestos a hacer las reformas estructurales y a dar las garantías de seriedad (como la reforma de la constitución) que nos piden. Pero este es un debate que hay que seguir con atención, porque nos va mucho en él.

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*Por cierto que Anil Kashyap es el mayor experto occidental en la burbuja japonesa y su pinchazo. Recuerdo que se  pasó la década contándonos a sus compañeros del quinto piso en la Booth School de la Universidad de Chicago por activa y por pasiva, en papers, conversaciones en el pasillo, en seminarios, las lecciones de la crisis de Japón, los problemas debidos al exceso de endeudamiento, los bancos zombi etc. Para un resumen reciente excelente y muy claro de su visión de las lecciones de Japón para la crisis bancaria ver este artículo.