Instituciones, desigualdad y desarrollo económico en el (muy) largo plazo: Edición española

La importancia de las instituciones en el desarrollo económico es algo que prácticamente ya no se pone en duda en economía (aquí). Douglas C. North, uno de los autores que más ha contribuido a desarrollar este campo de investigación, definía las instituciones como las reglas de juego de una sociedad, las que estructuran tanto los incentivos como las limitaciones que guían nuestra conducta (NeG homenajeó a este premio nobel con dos entradas que nos daban una visión de sus contribuciones: aquí y aquí). Las instituciones pueden ser reglas formales (como las leyes o los derechos de propiedad) o informales (como las tradiciones, las costumbres o los tabúes). Ejemplos de instituciones históricas que han tenido un impacto negativo en el potencial económico de las sociedades en las que estaban insertas incluyen el tráfico de esclavos en África, la mita en Peru o la desigualdad en el acceso a la tierra, entre otras muchas. Aunque la literatura sobre la calidad de las instituciones no está exenta de problemas (un muy buen resumen en esta serie de entradas), es justo decir que muchas de las críticas se refieren a la propia definición del término institución y al cómo se aísla su efecto empíricamente (aquí o aquí).

El papel de las instituciones a la hora de explicar el atraso económico histórico de España ya ha sido discutido otras veces en NeG. Este animado debate (aquí, aquí y aquí) confrontaba, por ejemplo, el impacto negativo del absolutismo frente al de la excesiva fragmentación de los mercados (derivada de la fragmentación política territorial). Siguiendo la estela de la literatura sobre instituciones inclusivas y extractivas, dos trabajos recién publicados por Daniel Oto-Peralías y Diego Romero-Ávila ponen el énfasis en la excesiva concentración del poder que las élites económicas y políticas disfrutaban en ciertas regiones de nuestra geografía.

Para ello analizan cómo los efectos de las instituciones heredadas de la Reconquista y la repoblación posterior, un proceso que se extendió durante casi ocho siglos (722-1492) y que finalizó hace ya más de quinientos años, todavía contribuyen a explicar parte de las diferencias regionales en los niveles de desarrollo económico dentro de la Península Ibérica. Estos autores argumentan que, bajo una economía de frontera, el ritmo de la expansión territorial, junto al nivel de inseguridad de la propia frontera, influyeron en el grado de concentración del poder económico y político, con el consiguiente impacto en la estructura de propiedad de la tierra. Al excluir a gran parte de la población del acceso a oportunidades económicas, estas instituciones extractivas acabarían frenando el desarrollo de estas sociedades en el largo plazo.

En el primero de estos estudios, estos autores documentan que en aquellas etapas en las que la Reconquista y la posterior colonización del territorio avanzó con mayor rapidez, los niveles provinciales de renta per cápita en la actualidad son menores. El ritmo de la Reconquista está calculado dividiendo el área conquistada en cada etapa entre el tiempo que duró esa expansión (en años). La figura 1 muestra cómo esta variable refleja bastante bien las etapas de la Reconquista que la historiografía ha identificado.

Fig. 1. La ReconquistaFigure 1 joeg

El siguiente gráfico muestra la relación básica que hay detrás de este trabajo: el vínculo negativo entre la velocidad de la Reconquista y el nivel de desarrollo económico regional (medido por la renta per cápita en 2005). Esta relación no se explica por el hecho de que la mitad sur peninsular tenga unas características geográficas y climáticas propias (el gráfico ya muestra la relación entre esas dos variables después de haber controlado por una serie de factores que podrían estar afectando al análisis). Este resultado se mantiene también con distintas especificaciones del modelo o cuando, en lugar de provincias, se utilizan municipios como unidad de análisis.

Fig. 2. Ritmo de la Reconquista y PIB per cápita en 2005Figure 2 joeg

El artículo argumenta que la velocidad de la Reconquista influyó en la concentración del poder económico y político en las distintas regiones. Así, en contraste con procesos de repoblación más graduales, auspiciados por la propia Corona y protagonizados por colonos individuales, que desembocaron en distribuciones más equitativas de la tierra, la conquista y colonización de grandes porciones de territorio estuvieron dominadas por la nobleza y las órdenes militares. La extrema desigualdad resultante en la estructura de la propiedad persistió a través de los siglos e impidió que amplios segmentos de la sociedad aprovechasen las oportunidades que se abrieron con la llegada de la industrialización. El ejercicio econométrico de hecho confirma que el efecto negativo del ritmo de la Reconquista en los niveles de desarrollo (medido esta vez a través del grado de urbanización) se hace más fuerte a partir de 1860. La desigual distribución de la propiedad también pudo limitar los niveles educativos, un mecanismo que Julio Martínez-Galarraga y yo mismo hemos documentado y del que hablamos más extensamente en esta otra entrada.

El segundo de sus trabajos centra el foco en cómo una mayor peligrosidad de la frontera favorecía un equilibrio político en el que las élites militares disfrutaban de un peso muy importante, lo que generaba una sociedad muy desigual. Para lograr su objetivo, estos autores explotan las diferencias a ambos lados de la frontera que separaba la Corona de Castilla del Reino de Granada, una frontera que se mantuvo relativamente estable durante dos siglos y medio. En este sentido, la amenaza militar obligaba a la Corona a depender de la nobleza y las órdenes militares para defender el territorio a cambio de generosas concesiones políticas y económicas. Por contra, una vez que Castilla conquistó el Reino de Granada (lo que tuvo lugar en relativamente poco tiempo: de 1481 a 1492), las áreas que había que reorganizar ya no estaban sujetas a la amenaza de la frontera lo que modificaba completamente el equilibrio político resultante y, por tanto, la distribución del poder económico y político.

Fig. 3. La frontera de Granada y el porcentaje de jornaleros sin tierra en 1787Figure 2 jeea

Como se ve en el mapa anterior, los municipios que están del lado cristiano tenían, a finales del siglo XVIII, un mayor porcentaje de trabajadores sin tierra (el artículo también evidencia que estos municipios sufrían una mayor concentración de la riqueza y un mayor grado de derechos jurisdiccionales en manos de las clases privilegiadas). Al comparar zonas que de otra manera son muy similares (el artículo analiza concretamente los municipios que caen dentro de una distancia de 25 kilómetros de la frontera), esta estrategia permite aislar convincentemente el efecto diferencial de estas instituciones. Los autores controlan además por una batería de variables geográficas y climáticas para capturar posibles diferencias en los municipios existentes a los dos lados de la frontera. Y el efecto de la frontera no sólo es visible a finales del siglo XVIII sino que persiste todavía hoy en día: tanto en indicadores de desigualdad en el acceso a la tierra como de desarrollo económico, lo que vuelve a subrayar el negativo efecto de la excesiva concentración del poder en manos de unos pocos en la trayectoria a largo plazo de la sociedad.

Aunque no hay que olvidar, como mencionamos al inicio, las limitaciones de este tipo de estudios, es muy buena noticia que la historia de la Península Ibérica esté en el centro del debate internacional sobre la influencia de las instituciones en el crecimiento económico. Así, este otro trabajo que está a punto de ser publicado de Eric Chaney y Richard Hornbeck estudia los efectos de la expulsión de los moriscos del Reino de Valencia en 1609 (más de 130.000, lo que suponía alrededor de un tercio de la población total). Aprovechando la diferencia entre áreas donde los moriscos eran importantes de donde lo eran relativamente menos, estos autores muestran la persistencia de instituciones extractivas en las áreas moriscas más de siglo y medio después de su expulsión. Las causas del atraso económico español son pues variadas y complejas y nuevas contribuciones al debate son siempre bienvenidas.

Hay 32 comentarios
  • La propiedad sobre la tierra, es un dato fundamental, en el centro y sur de España se desarrollaron los latifundios, extensiones trabajadas por jornaleros. Nueva Zelanda es interesante para ver estas diferencias, allí a los colonos se les propició el acceso a la propiedad porque esto garantizaba un interés y una implicación en el desarrollo. España mantuvo un sistema social de castas sin ninguna posibilidad de evolución económica y social. En el norte la propiedad ha sido familiar y el trabajo agrícola más diversificado lo que permitió otro desarrollo económico, y otras libertades; me sorprendió en Castilla La Mancha la estatura de las personas que habían vivido la guerra civil, contaban el hambre que habían pasado ellos y sus padres y sus abuelos. La misma generación en Asturias, familias en el medio rural, hombres y mujeres gracias a la alimentación eran mucho más altos. La explotación de los recursos que llegaban de América, beneficiaron sobre todo a las regiones del centro y sur de donde eran mayoritariamente los conquistadores; por qué la industrialización no se generalizó a toda la península con los recursos económicos y la unidad política lograda es algo que pone en evidencia que las élites españolas a través de los siglos fueron extractivas y poco preocupadas por el desarrollo técnico e industrial del conjunto del territorio que habían logrado unificar. Por contraste Francia tuvo otro desarrollo territorial e industrial y sobre todo el comercio favoreció el desarrollo

  • Interesantísima entrada. En el artículo se habla de que algunos efectos se acentuaron a partir de 1860. Esa fecha coincide con la desamortización de Madoz. Es conocido que fue un proceso muy mal desarrollado. ¿Se extiende este trabajo a valorar las consecuencias de los cambios que introdujo en la propiedad de la tierra?

    • En primer lugar agradecer a Fran Beltrán la reseña a nuestros dos artículos y a todos los participantes que están aportando comentarios. En cuanto al comentario de Antonio, yo añadiría que no sólo la desamortización de Madoz, sino tampoco ninguna de las anteriores desamortizaciones, fueron capaces de cambiar el equilibrio político y dotar de tierras a los jornaleros sin tierra. De hecho, ocurrió todo lo contrario. La supresión de los derechos jurisdiccionales en manos de los órdenes privilegiados con la caída del Antiguo Régimen, se vio compensado con la adquisición de la propiedad de muchas de estas tierras a raíz de las diversas desamortizaciones, de modo que de facto no hubo cambios importantes en la balanza de poder (una vez descontado el ascenso de la clase media burguesa que adquiriría una parte importante de las tierras subastadas). En definitiva, ninguna de las desamortizaciones supuso realmente una reforma agraria exitosa.

      • Estoy de acuerdo con Diego y Daniel. Tengo pendiente una entrada sobre la privatización del comunal que fue el tema de mi tesis doctoral. Este artículo (http://journals.cambridge.org/action/displayAbstract?fromPage=online&aid=10207686&fileId=S0212610915000269), que sirve de resumen, explica que, en las zonas más desiguales, la privatización del común aumentó de hecho el grado de concentración de la tierra y tuvo un efecto negativo en el nivel de vida de una parte importante de la población, la capacidad de los municipios para proveer bienes públicos y el capital social de esas comunidades rurales.

          • Muchas gracias por el artículo a usted y al resto de autores y comentaristas. He leído recientemente sobre un ensayo titulado: La España vacía. El latifundio que existe todavía es una de las causas, en mi opinión, junto a otras del grave problema demográfico español. El sistema de propiedad incide seguramente en el equilibro y la cohesión política del país. Los flujos migratorios internos explican en gran parte la crisis política y el auge y poder de los nacionalismos periféricos fortalecidos por las migraciones durante décadas de las poblaciones pobres y sin posibilidades de progreso económico y social. Un ejemplo en Cataluña, los hijos y nietos de inmigrantes de las zonas más deprimidas constituyen un porciento importante de los nacionalistas catalanes que respaldan la independencia de España.

            • Gracias Maite por tu contribución. Un tema sin duda interesante el del efecto del latifundismo sobre las migraciones hacia zonas más ricas y que atrajeron mayor industrialización, teniendo además en cuenta que las zonas latifundistas de origen apenas se industrializaron.

            • Hola Maite: Si me permites que te interpele directamente y con un off-topic, me interesa tu planteamiento final: "Un ejemplo en Cataluña, los hijos y nietos de inmigrantes de las zonas más deprimidas constituyen un porciento importante de los nacionalistas catalanes que respaldan la independencia de España". Si se interpreta esto como que la gente votamos "según nos va" o "por nuestros intereses materiales", ¿sería aplicable o sería una paradoja que gente de renta alta se declare votante de Podemos?
              Por mi parte, ante aquello de "no hay más t* que un obrero de izquierdas" siempre he pensado que si la propensión al riesgo crece con la renta, los (relativamente) pobres serán conservadores, y viceversa... pero me fascina el tema de patrón socioeconómico/electoral.
              Graias y si los moderadores permitís la digresión, igualmente.

            • Podemos es un un partido que capitalizó durante una crisis económica el descontento "popular", pero sus dirigentes son en general universitarios pertenecientes a las élites intelectuales y económicas. No tengo datos pero dudo que haya muchos votantes de Podemos pertenecientes a las clases altas. En Francia el voto fluctúa de acuerdo a la gestión de los políticos y a cómo funciona la economía (desempleo, poder adquisitivo), en función de un análisis crítico se produce la alternancia, habrá un segmento que vota de manera fija de acuerdo a sus convicciones y patrimonio y, otro, que de acuerdo a las circunstancias puede votar a la derecha o a la izquierda, sin ningún complejo. El problema del nacionalismo catalán es económico pero tiene componentes políticos y sociológicos muy interesantes. Los inmigrantes italianos en NY mantenían la lengua de origen y las costumbres que transmitían a sus hijos, esto sucede en general con todas las poblaciones que migran. En el caso catalán se produce un proceso de deculturación y la ciudadanía es más fácil de manipular. Al problema económico se suma una crisis de identidad. Es interesante como fenómeno político, esta crisis es un proceso acumulativo, hay que buscar sus orígenes en la historia de España, haciendo un análisis profundo de las relaciones de propiedad, de la distribución de los recursos entre las diferentes regiones, esperemos los políticos tomen nota.

            • «El latifundio que existe todavía es una de las causas, en mi opinión, junto a otras del grave problema demográfico español». Es posible, pero no me parece que sea la más importante ni de lejos. Basta con ver la evolución del índice de fecundidad antes y después de la muerte de Franco.

              http://www.datosmacro.com/demografia/natalidad/espana

        • Gracias Fran,
          Como muy bien dices, el tema del comunal está muy relacionado con la concentración de poder político y económico a nivel local, y la forma que tenían los poderosos de aumentar sus tenencias de tierras. Imagino que ese tema lo habrás analizado ya estadísticamente, ya que es un tema de gran interés histórico. Sería interesante ver si a día de hoy, aquellos municipios que más privatizaron el comunal, muestran unas características diferentes (como peores instituciones medidas mediante el ratio de deuda pública per cápita, menor nivel de renta, etc) de aquellos que desmantelaron en menor medida el comunal.

          • En mi trabajo sólo he analizado el efecto sobre variables históricas (1860-1930). Extender el análisis hasta el presente es desde luego una idea muy sugerente (aunque implicaría también muchas dificultades como muy bien sabes).

            • Gracias Fran por la respuesta. Te animo en el futuro a que miréis el efecto del comunal sobre variables actuales, para ver si hay un canal de persistencia del efecto histórico. El problema principal quizás es que si trabajáis con datos históricos a nivel comarcal o de partido judicial, el obtener datos actuales para esos niveles de agregación, es probablemente complicado, y requiere agregaciones de datos municipales, y habría que ver las variaciones en la superficie de los términos municipales.

  • Muchas gracias Maite por el comentario. Efectivamente, los resultados de nuestra investigación dan soporte al carácter extractivo de las élites a lo largo de la historia, lo que llevó a que regiones inicialmente en ventaja, no la aprovecharon, y acabaron rezagadas; principalmente al no poder aprovechar las ventajas que el proceso industrializador trajo.

  • Como cuestión complementaria al artículo, me gustaría comentar que el hablar de "propiedad" en el Antiguo Régimen es difícil, y ello porque la institución ni conllevaba las mismas facultades que ahora, ni era homogénea en todo el territorio. La transición de un sistema jurídico-económico heredero de la Edad Media a uno liberal supuso "traducir" determinadas realidades a un sistema moderno, y esta traducción no era necesariamente unívoca.

    A título de ejemplo: el arzobispo de Santiago era uno de los mayores terratenientes de España; buena parte de sus dominios estaban repartidos por medio de la institución del foro (que hoy podríamos traducir como una especie de alquiler a muy largo plazo) entre la pequeña hidalguía gallega, generalmente a un precio bajo, que a su vez explotaba su derecho por medio del subforo (a no tan largo plazo, y a no tan bajo precio), repartiéndolo entre campesinos-colonos. Ésto, según el sistema moderno, se consideró que lo mejor era traducirlo a considerar a los campesinos como propietarios, que a cambio de unas ciertas prestaciones podían redimir sus propiedades de la carga del foro. Y de ahí el característico minifundismo gallego. En Andalucía, el duque de Media Sidonia (por decir un Grande a título de ejemplo) vio cómo sus derechos jurisdiccionales, señoriales, etc., se vieron convertidos en un moderno derecho de propiedad. Y de ahí el latifundismo andaluz. Derechos similares creados en diferentes épocas fueron traducidos diversamente.

  • Si comparáramos el tamaño de los municipios con el régimen de propiedad de la tierra es muy posible que los resultados complementaran los de esta entrada. Y si usamos el nivel de deuda actual de la com,unidad autónoma correspondiente tambien nos daría resultados coherentes.

    • Muchas gracias Julián por tu comentario. En la línea de lo que comentas, en el artículo publicado en JOEG de hecho encontramos una relación positiva y altamente significativa entre el ritmo de reconquista y la superficie de cada término municipal medidos tanto en 1787 y 2011, lo cual viene a corroborar la existencia de un vínculo entre el ritmo de reconquista y el tipo de colonización, reflejada en la pauta espacial de asentamientos. De este modo, por ejemplo en Andalucía, donde el ritmo de Reconquista fue muy rápido, existe una red de pocos municipios que constan de grandes términos municipales, mientras que en la mitad norte donde la Reconquista tuvo lugar más despacio es más común encontrar una ocupación más equilibrada del territorio, con un alto número de pequeños municipios repartidos por todo el territorio.

      Respecto de la deuda pública a nivel regional, sería una medida aproximada de calidad institucional a nivel autonómico, pero para estudiarlo econométricamente eso reduciría las observaciones a 17, lo cual dificultaría cualquier inferencia.

  • Buenas tardes,

    Agradecer en primer lugar a Fran Beltrán la reseña a estos artículos, y también dar las gracias a los comentarios anteriores.

    Voy a responder brevemente a Antonio y Carlos3. En cuanto al primero, nosotros mencionamos que la desamortización agravó el patrón preexistente de desigualdad de la tierra, pero no analizamos empíricamente el tema. Quizás este factor pudo contribuir a la acentuación del efecto negativo, pero de acuerdo a lo que sostenemos en el artículo, dicha acentuación se debió principalmente a que la desigualdad afectó más decisivamente al crecimiento económico durante el proceso industrializador, ya que excluyó a amplios segmentos de la población de participar en las oportunidades económicas que se abrieron con dicho proceso (aquí tomamos prestado el argumento de Acemoglu, Johnson y Robinson, 2002, QJE).

    En cuanto al comentario de Carlos3, que también es una muy interesante observación, decir que utilizamos como variable para medir la desigualdad en la distribución de la tierra el porcentaje de jornaleros respecto a la población activa agraria. Este indicador no captura el concepto de propiedad de aquella época, sino el acceso efectivo a la tierra como recurso productivo, y dicho acceso sí que ha sido muy persistente a lo largo del tiempo. Así, el porcentaje de jornaleros en Galicia era bajo tanto en el siglo XVIII como en el XX, y en la Andalucía latifundista alto en ambos periodos.

  • Enhorabuena a mis dos compañeros en la UPO por estas dos fantásticas estrategias de identificación que han dado como fruto tan buenas publicaciones. He disfrutado mucho leyendo sobre todo la segunda al ser originario de un municipio de frontera. Puedo corroborar todo lo que demostráis econométricamente en el texto. Como compensación, quizás, la frontera nos dejó fabulosos castillos (o restos de castillos). En mi pueblo este (que actualmente se está restaurando): http://www.andalucia.org/es/turismo-cultural/visitas/granada/monumentos/castillo-de-illora/

    • Gracias Nacho por los comentarios y apreciación tan favorable de los artículos. Buena iniciativa la de tu pueblo de restaurar su castillo, pues la geografía ibérica está plagada de castillos y sobre todo fortalezas de la etapa de la Reconquista totalmente derruidos.

    • Muchas gracias Nacho por el comentario. Me alegro que te haya gustado. Otro legado de la frontera lo podemos encontrar en los topónimos de municipios como Vejer, Conil, Jerez, Morón, Arcos, etc.

  • Tengo mucho interés por este campo, agradezco la oportunidad de conocer cómo avanzan las investigaciones en este tema.
    Como este artículo apunta, y como se suele intuir, parece haber relación entre la estructura de propiedad de la tierra y el desarrollo económico. Sin embargo, me surge la duda sobre la importancia relativa de este hecho.
    Por ejemplo, si estuviéramos en 1750, veríamos una Baja Andalucía boyante, gracias al comercio con América y una Castilla cerealista aún potente, mientras que el norte, pendiente aún de la industria, lo hace bastante mal.
    Muchas gracias.

    • Gracias por el comentario. Nosotros sostenemos que la severa desigualdad en la distribución de la tierra generó condiciones adversas que excluyeron a amplios segmentos de la población de la posibilidad de participar en las oportunidades económicas que se abrieron con la llegada de la industrialización. Así, aunque en 1750 Andalucía gozara de cierto esplendor a nivel agregado, un altísimo porcentaje de la población agraria era jornalera (con lo que ello implicaba), de manera que el punto de partida de esta región de cara a “engancharse” al proceso industrializador fue muy desfavorable. Si tienes interés al respecto, tanto en el texto principal como en el apéndice del artículo publicado en JOEG se discute el tema con cierto detalle.

      • Muchas gracias por todas las respuestas tan interesantes que se están dando a los comentarios. Es un tema muy apasionante. En relación con el comentario de Durruti77 sobre la prosperidad andaluza del siglo XVIII, añadiría que eso posibilitó el inicio de un fuerte proceso de industrialización en la región a principios del siglo siguiente. La industria del hierro más importante de España se ubicó en la costa malagueña hasta que la instauración de los elevados aranceles al carbón extranjero hundieron su competitividad en favor de la situada en el norte de España.

        Supongo que la gran cantidad de jornaleros sin tierra en la región, si el proceso industrializador no se hubiera interrumpido por este tipo de políticas, hubiera puesto una gran cantidad de mano de obra a disposición de las nuevas fábricas que podría haber permitido un despegue industrial a un ritmo superior al que se produjo en Cantabria y País Vasco, menos pobladas y con mayor atadura de la población a la tierra.

        Quizá uno de los grandes errores de la desamortización fue privar a los campesinos de los bienes comunales a la vez que se restringía la capacidad de despegue industrial que creara puestos de trabajo para mantener a los campesinos privados de sus antiguos recursos. Y supongo también que la influencia de la Reconquista perdura tanto porque se han sucedido una serie de políticas que han impedido que el progreso económico alterara la situación anterior, con todos los conflictos que eso ha conllevado.

  • Me gustaría felicitar a Daniel y Diego por estos EXCELENTES artículos e igualmente a F.Beltrán por difundirlos y por sus propias contribuciones. Preguntas:
    1. ¿Cómo afecta a vuestro estudio que la configuración territorial de las provincias actuales no tenga nada que ver con la configuración del s.XVIII o del periodo de reconquista?
    2. Con respecto a Granada, ¿los datos provienen del libro de Artola et al. o provienen directamente del Catastro de Ensenada? Si es el segundo caso, habéis cogido únicamente los datos de Granada (Córdoba, Jaén, etc.) de su Libro de Mayor Hacendado; o habéis comprobado si un hacendado determinado tenía más propiedades a través de los propios Libros de Hacendados y/o complementando la información con los denominados Libros de los Forasteros de otras provincias.
    3. Al igual que vosotros creo que la distribución desigual de la propiedad de la tierra es un elemento clave. Utilizando la descomposición de Shorrocks se aprecia que el factor tierra es lo que más contribuye a la desigualdad de las familias.
    http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/ehr.12122/abstract
    4. Hasta qué punto pensáis que la Reconquista y la Repoblación determinaron el crecimiento económico posterior. No pensáis que el descubrimiento de América, la política imperial, la influencia de la Mesta y el desplazamiento del centro de gravedad de Castilla a Madrid&periferia pudieron influir mucho más e incluso subvertir los efectos de la Reconquista.
    Nos vemos por la UPO. Feliz verano!!!!

    • Muchas gracias Fernando por los comentarios y preguntas. Voy a tratar de ser breve y te
      responderé en doble entrada, pues no me permite la ventanita insertar la respuesta a los cuatro comentarios.

      Respecto al primer punto, nosotros utilizamos como unidad de medida la configuración actual provincial que fue creada en 1833 siguiendo el Plan de Javier de Burgos. Dado que dicha configuración no coincide con las provincias históricas, a la hora de calcular el valor de las variables afectadas por esta circunstancias (que son muy pocas), tenemos en cuenta dichas diferencias e imputamos los valores mediante el uso de software geoespacial.

      Respecto al punto dos, en referencia al artículo de la Frontera de Granada tomamos el dato de los libros de Mayor Hacendado de las respectivas provincias, y consideramos que esto es suficiente pues nos interesa las propiedades que tenía el Mayor Hacendado en dicha provincia, y no en otras regiones.

      Tal como comentas en el punto tercero, efectivamente la tierra es un factor clave para explicar la desigualdad estructural, particularmente en las zonas latifundistas.

    • En relación al punto cuarto, en el artículo de la Reconquista, documentamos que la Reconquista tuvo un efecto importante en el largo plazo (en el presente), aunque no descartamos naturalmente la importancia de otros factores como bien mencionas. La clave no obstante, está en el mecanismo de transmisión a través del cual un hecho tan lejano como la Reconquista tuvo un efecto de muy largo plazo tan importante: la concentración del poder económico y político. Lo relevante por lo tanto no es el efecto que dicho hecho histórico tuviera en el momento de producirse, sino a lo que dio lugar en el muy largo plazo. Eso no excluye la posibilidad de que haya habido otros factores que hayan tenido algún efecto en la configuración actual de niveles de renta a nivel provincial. En el análisis empírico, no obstante, hemos tratado de controlar por muchos de esos factores, como acceso al comercio atlántico, cantábrico, mediterráneo, la presencia de Madrid como capital del reino, etc.

  • Muchas gracias por esta entrada y por muchas referencias que no conocía y que me resultan muy útiles. Como historiador, sin embargo, me gustaría saber qué tipo de datos históricos se utilizan y cuál es el criterio que sociólogos o economistas emplean para recogerlos: las referencias a trabajos de historia medieval no acabo de encontrar un patrón demasiado claro, pues conviven ahí manuales de calidad muy variable con trabajos parciales y muy dispersos en su temática.
    También me parece que sería interesante aclarar el concepto de "Reconquista" que se utiliza, dado que, por ejemplo, la expansión cristiana del siglo X no tiene nada que ver con la del XIII o XIV, ni siquiera en términos políticos. Por último, las críticas a las ideas de North o Acemoglu también las hemos realizado algunos medievalistas. Un buen sito para verlo es aquí:

    http://pimic.eu/now/

    En todo caso, de nuevo, mil gracias por la interesantísima entrada.

    • Muchas gracias por el comentario y la contribución a la discusión. Coincidimos en que la expansión cristiana tuvo características muy cambiantes a lo largo del tiempo, y de hecho es esa variabilidad la que explotamos en el análisis empírico. Quisiera aprovechar para aclarar que el término “Reconquista” no está exento de polémica ya que ha sido criticado –por ejemplo- por sus connotaciones ideológicas. Sin embargo, nosotros lo usamos pues es el más comúnmente utilizado para hacer referencia de manera sintética al largo proceso de conquistas cristianas que culminó con la toma de Granada. Dicho esto, especificar que en uno de los artículos aprovechamos el ritmo cambiante al que avanzó la frontera cristiana, mientras que en el otro nos centramos en una etapa concreta de la Reconquista (la que generó como resultado la frontera de Granada). Las fuentes de datos utilizadas para construir las variables históricas son atlas históricos y censos de población de los siglos XVIII y XIX. Naturalmente, todas las fuentes están detalladas en las tablas de descripción de variables. En cuanto a las referencias bibliográficas, se han usado las que hemos encontrado más relacionadas con nuestro proyecto ... [continúa en el siguiente comentario]

    • [continuación del comentario anterior]...
      Hemos tratado de mantener un equilibrio entre referencias puramente de historia y otras relacionadas más con la literatura económica que se centra en el estudio del efecto en el muy largo plazo que tienen diferentes hechos históricos. A este respecto, agradecemos mucho el link proporcionado sobre el proyecto PIMIC, el cual no conocíamos y que tendremos en cuenta de cara a futuros proyectos relacionados con los que hemos llevado a cabo.

  • Un estudio fascinante, muchas gracias por compartirlo. No sé si está relacionado, pero como observador casual muchas veces me han dado que pensar las discontinuidades que hay en urbanismo y arte inmediatamente al sur y norte del Duero, por ejemplo (una frontera natural de la Reconquista, tengo entendido). La que explotáis en el paper de para Granada es muy clarificadora. Gracias!

  • Muchas gracias por el comentario. Me alegra que te resulte interesante. Es una buena observación la que comentas. Sería interesante estudiar si hay diferencias significativas en esas y otras variables, y si son atribuibles a la dinámica de la conquista y repoblación.

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