Muchos de los que escribimos y de los que leen este blog somos emigrantes, académicos, pero emigrantes a fin y al cabo, la mayoría de España al extranjero. Este artículo en Vox nos habla de las probabilidades de retorno observadas en los datos. No muy esperanzadoras.
Solo para Emigrantes (Académicos)
por Jesús Fernández-Villaverde
Jesús Fernández-Villaverde
Jesús Fernández-Villaverde es Catedrático de Economía en la University of Pennsylvania, investigador afiliado del CEPR y del NBER, consejero de la iniciativa de regulación e imperio de la ley de la Hoover Institution at Stanford University y visiting scholar en los Bancos de la Reserva Federal de Filadelfia y Chicago. Antes de ello, obtuvo un doctorado en Economía por la University of Minnesota (2001) y ha sido Kenen Fellow en Princeton University y National Fellow de la Hoover Institution at Stanford University. Es miembro del consejo editorial de la International Economic Review. En 2017, para estar seguro que escucha las dos versiones de lo que ocurrirá en las Ashes, enseñará también en University of Oxford y University of Melbourne. Sus campos de investigación son macroeconomía, econometría e historia económica. Su objetivo profesional en el largo plazo es encontrar alguna manera de poder dedicarse a esto de la economía desde Ribadesella, pero por el momento ha fracasado de manera absoluta en su empeño.
Hay 1 comentarios
No soy académico pero he sido emigrante y he vuelto a España hace muchos años.
Lo hicimos para que nuestros hijos estuviesen de forma estable en el mismo colegio y lo hemos conseguido.
Nuestra alternativa habría sido llevarlos de American School en American School cada dos o tres años en un nuevo país. No se puede generalizar pero lo que nos preocupaba a mi mujer y a mi era ver que muchos hijos de conocidos nuestros eran un rotundo fracaso escolar y lo atribuimos a dos cosas: La movilidad altísima y el síndrome del expatriado de muy altos ingresos y un nivel de vida insostenible en el país de origen.
El regreso no fue fácil. Comenzando por la incredulidad de la central de mi empresa. Yo era un ejecutivo internacional fast track y para volver de Country Manager tuve que bajar dos puestos en el escalafón. Ya entonces un país era poca cosa.
Lo hicimos. España es un país muy difícil para trabajar. Mucha más envidia de lo habitual y los trabajos tienden a verse como cosas de toda la vida más que como etapas profesionales.
En resumen, volvería a hacerlo.
Ha valido la pena dar algo de estabilidad escolar a nuestros hijos y finalmente tanto mi esposa como yo nos establecimos por nuestra cuenta y no podemos quejarnos.
Es movida la vida pero vale la pena.
Tenemos muchos amigos académicos y algunos decanos y rectores, tres o cuatro. Vuestra vida es mucho más complicada que la de un ejecutivo de empresa.
Os deseo mucha suerte y felicidad. El trabajo duro lo vais a poner de cualquier forma porque se os ve el talante.
Saludos
Los comentarios están cerrados.