Las ganancias del comercio internacional: un intermezzo en Brexit

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¿Cómo de grandes son las ganancias de bienestar creadas por el comercio internacional? ¿Cuánto gana el Reino Unido (y por tanto puede perder) por comerciar con la Unión Europea? La respuesta a ambas preguntas es más sutil de lo que pudiese parecer. Y después de ver muchas de las respuestas a mi primera entrada sobre Brexit y, en general, de seguir la discusión en los medios de comunicación al respecto, he decidido que merece la pena tener un intermezzo en mi serie sobre una visión diferente de Brexit en el que someramente repasaré las respuestas a estas preguntas. En mi primera entrada, quizás preocupado erróneamente por la longitud de la misma (y olvidándome que muchos lectores no están familiarizados con la literatura en comercio internacional), me salté una explicación más detallada al respecto y el argumento quedó, desafortunadamente, corto.

Si hay un tema que separa a los economistas del resto de los ciudadanos es el comercio internacional. En una encuesta entre académicos de prestigio en Estados Unidos, prácticamente todas las respuestas eran que el libre comercio incrementaba el bienestar y la productividad y solo dos personas expresaban ciertas dudas sobre su posible efecto distribucional. Pero ni un solo economista respondió de manera negativa. En cambio, entre la población en general, el libre comercio siempre es visto con sospecha, con las exportaciones como algo bueno (“crean trabajo”) y las importaciones como algo malo (“destruyen empleo”).

Los economistas, frente a las falacias mercantilistas de la mayoría de la población, nos hemos pasado dos siglos largos explicando las ventajas del libre comercio (aun reconociendo la posibilidad de situaciones paradójicas donde no se cumple la proposición, pero que en general no son muy relevantes desde el punto de vista empírico, y los posibles efectos redistributivos que mencionaba en el párrafo anterior). El propio Keynes solo participó de joven en actividades políticas para defender el libre comercio.

Pero a la vez, de tanto insistir en el tema, corremos el peligro de perder el orden de magnitud de las cifras y caer en sesgos en la evaluación de políticas.

Un primer nivel

El punto de partida es que, a un nivel básico, el comercio internacional es clave para que una economía moderna funcione. España no produce, ni de lejos, el petróleo que necesita y Noruega no tiene el mejor clima del mundo para las naranjas. España puede enviar a Noruega naranjas a cambio de petróleo y los dos salimos ganando. La experiencia de las dos guerras mundiales del siglo XX deja claro cómo de costoso puede ser prescindir del comercio internacional. Durante la primera guerra mundial, el bloque aliado a Alemania llevó, a finales de 1917, a situaciones de carencias generalizadas en las potencias centrales que terminaron jugando un papel clave en la derrota de las mismas en el otoño de 1918. En la segunda guerra mundial las consecuencias fueron menores por la capacidad de Alemania de conquistar buena parte de Europa durante los dos primeros años de la contienda (y seguir comerciando con países como España o Suecia), pero el esfuerzo bélico germano sufrió claramente por la falta de petróleo (esto fue incluso más acusado en el caso de Japón y su flota de alta mar).

El problema es más grave para las naciones pequeñas. Los 10.5 millones de portugueses no son masa crítica suficiente para que muchas empresas tengan mercados lo suficientemente grandes para producir bienes (en teoría del crecimiento endógeno, esto se llama “efecto de tamaño de mercado”). Una factoría para construir procesadores te sale estos días por al menos 2,000 millones de dólares. Sumándoles costes de desarrollo, estas cifras nos dicen que resulta imposible pensar que ningún país pequeño pueda vivir al margen del comercio internacional.

Un segundo nivel

Pero a la vez, ¿qué ocurre si no estamos tratando de un país pequeño y no estamos hablando de eliminar todo el comercio internacional sino únicamente una parte del mismo? Esta pregunta es la relevante para pensar sobre Brexit porque el Reino Unido tiene 64 millones de habitantes, la mitad de su comercio de bienes y servicios es con países que no son miembros de la Unión Europea e, incluso con estos, en el peor caso pasará a las reglas por defecto de la OMC que son relativamente liberales.

Llegado a este momento, tenemos que emplear un poco de teoría económica y datos.

El estado de la literatura

Un buen lugar para comenzar es este capítulo de Arnaud Costinot y Andrés Rodríguez-Clare en el Handbook of International Economics, volumen 4. El título, Trade Theory with Numbers: Quantifying the Consequences of Globalization, ya dice casi todo de qué va el mismo. Es un resumen de lo que sabemos y lo que no sabemos los economistas sobre los beneficios del comercio internacional.

El modelo básico de evaluación, llamado de Armington, se encuentra en la sección 2 del capítulo. No voy a repetir aquí las derivaciones del modelo pues me llevaría un poco de algebra y podría asustar a más de un lector, así que explicaré, de manera verbal, los pasos del ejercicio.

Se comienza pensando en un mundo con países. puede ser, por ejemplo, los aproximadamente 200 países que hay en el mundo; depende un poco cómo los contemos, o quizás regiones o bloques comerciales. Cada país produce un bien diferente: España naranjas y Noruega petróleo. Por supuesto esto se puede generalizar a tener muchísimos más bienes por país pero la gracia del modelo básico es que es como un Lego, una vez que se ha construido el caso básico, generalizarlo es muy sencillo.

Los hogares de cada país quieren consumir todos los bienes del mundo: a un británico le apetece ir en su coche (alemán) con gasolina (noruega) a sentarse a ver el test de Cricket contra Australia (bate indio, pelotas inglesas, DRS japonés), comiéndose una tostada (francesa) con mermelada de naranja (española) mientras su mujer lee en el Kindle (chino) una novela escrita por Emma Straub (americana).

El problema es que transportar naranjas a Dundee para hacer mermelada cuesta dinero. Parte de estos costes son inevitables: hay que poner las naranjas en un camión o un barco y llevarlas a Escocia. Parte del coste es evitable: trabas burocráticas, aranceles, etc. Los acuerdos de libre comercio y el mercado único de la Unión Europea buscan reducir estos segundos costes.

Dados estos costes de transportar bienes de un país a otro podemos encontrar el conjunto de precios y cantidades que “soluciona” el modelo, es decir, los precios y cantidades donde todos los agentes hacen lo mejor que pueden y satisfacen sus restricciones presupuestarias (aquí hay un tema importante: el modelo básico es estático y no permite considerar superávits y déficits, pero se puede generalizar a tener comercio intertemporal).

Una vez que tenemos esta “solución” podemos acometer contrafactuales: ejercicios en los que vemos qué ocurre si los costes de transporte o arancelarios cambian (se pueden mirar también los efectos de otros cambios; pero no son los que buscamos aquí). Lo bonito del modelo es que, de manera casi sorprendente, al final resulta que uno solo tiene que computar un número. El efecto de bienestar para el país es:

formula que nos dice que el cambio porcentual en bienestar, , depende de dos números, la elasticidad del comercio, , y el cambio porcentual de gasto en el bien producido por el propio país, (los estudiantes que me lean deberían intentar derivar el resultado en detalle ellos solos, el contenido sale en las páginas 4 a 7 del capítulo del Handbook y las matemáticas necesarias son triviales).

Ahora el problema es determinar estos dos números para el Reino Unido después de Brexit. Costinot y Rodríguez-Clare sugieren que una estimación central para la elasticidad es 5 y, como me parece que es un número sensato y que concuerda con lo que sabemos de muchas fuentes de datos, me quedo con él.

Más complejo es decidir cuál será el cambio porcentual de gasto en el bien producido por el propio Reino Unido. Las importaciones de bienes y servicios de la Unión Europea vienen a ser el 15.6% del PIB británico en 2015 (sobre unas importaciones totales de, redondeando, el 29.4% del PIB británico).

Si Brexit genera una caída de las importaciones desde la Unión Europea del 5% del PIB (pasamos del 15.6% al 10.6%), el coste de bienestar vendría a ser equivalente al 1.37% de la renta británica.

He tomado esa caída del 5% porque es la que sugiere, por ejemplo, Paul Krugman en esta entrada de su blog, basándose en los patrones de comercio que tenía el Reino Unido antes den entrar en las por aquel entonces Comunidades Europeas. Él emplea una elasticidad de 4, que a mí me parece excesivamente baja, y por eso le sale un coste un tanto más alto de 1.7%. Otros economistas muy favorable a “remain”, como este grupo de la LSE-CEP y con un poco de trabajo adicional sobre como predecir estos cambios de volumen e incluyendo las transferencias fiscales, utilizan caídas de las importaciones que van desde el 3.9% al 6.9% del PIB. En estos escenarios, el coste de bienestar varía del 1.28% al 2.61% de la renta (tabla A.5).[1]

Pero la gran ventaja de la formula anterior es que cada uno puede poner los números que más le gusten, siempre y cuando respete que las importaciones desde la Unión Europea solo pueden caer 15.6 puntos de PIB (“bloqueo continental”) y que la elasticidad no puede ser muy diferente de 4-6, y calcular el efecto con la calculadora del Iphone.

¿Es 1.37% de la renta poco o mucho? Es mucho porque en general los economistas sabemos de pocas políticas que seguro que nos den ganancias de 1.37% de renta: por eso los economistas defendemos el libre comercio. Es poco porque es el equivalente a un buen año adicional de crecimiento económico: perder ese 1.37% no es ni mucho menos el final del mundo que nos han contado los medios de comunicación y más de un economista, quizás atacado por un fervor europeísta comprensible pero exagerado.

¿Por qué sale un número como 1.37%? Primero porque el Reino Unido seguirá comerciando mucho con el resto del mundo. No dejará de haber petróleo o naranjas. Lo que ocurrirá es que las naranjas españolas serán potencialmente más caras. Los británicos a los que de verdad les guste la mermelada de naranja pagaran unos céntimos más por cada tarro y los que estén más cerca de la indiferencia (los restaurantes al poner las bandejas de los desayunos) cambiarán de mermelada de naranja a mermelada de fresas de Devon. Segundo, porque siendo una economía grande y diversificada, la mayoría de los bienes y servicios seguirán siendo producidos localmente.

El argumento, claro, cambia si enriquecemos el modelo de Armington y si consideramos, por ejemplo, los efectos dinámicos a lo largo del tiempo (hay muchísimos otros elementos para enriquecer el modelo, pero creo que los dinámicos son los más importantes). Aquí entramos en parte de la discusión que ya repasé en mi primera entrada.

Primero, si las naranjas son más caras dependerá, básicamente, de lo que decida hacer el Reino Unido. Las ganancias de bienestar de los británicos vienen de que ellos coman tostadas con mermeladas de naranja, no de que nosotros comamos mermeladas de fresas de Devon. El bienestar viene de importar, que es lo que consumimos, no de exportar, que es el “precio” que tenemos que pagar por las importaciones. Si el Reino Unido decide tomar una postura muy liberal en su política comercial y la Unión Europea no es recíproca, la libra británica bajará un poco su cotización para re-equilibrar sus exportaciones e importaciones relativas con el conjunto del comercio internacional. Esto ligeramente reducirá el bienestar británico al empeorar su relación de intercambio, pero seguirá habiendo mermelada de naranja a un precio sensato en las estanterías de Sainsbury's.

Segundo, porque en Florida o Marruecos también producen naranjas. El modelo de Armington asume que solo hay naranjas en España (o, en una interpretación más generosa, que las naranjas de Valencia y de Florida son suficientemente distintas para ser consideradas dos bienes diferentes) y que al subir su precio los británicos se cambiarán a las fresas de Devon. Pero en el mundo real, las posibilidades de sustitución son altísimas y dudo que muchos aprecien la diferencia en la mermelada de dónde vengan las naranjas. De nuevo, si el Reino Unido decide, por ejemplo, tener un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos ahora que la “excepción cultural” ya no importa, el coste de Brexit será la diferencia entre las naranjas de Valencia y las de Florida y esa, lo siento por mis lectores valencianos, es muy pequeñita, incluso en transporte. Mi posición, que argumenté en la primera entrada de esta serie, es que dada la anemia de la eurozona, lo mismo tiene más sentido engancharse al carro de Estados Unidos o India, que al de la Unión Europea.

Estos dos mecanismo son ignorados, por ejemplo, por el grupo de la LSE al que me refería antes, que en cambio sí que considera efectos dinámicos favorables a la permanencia en la Unión (básicamente, que los costes de comercio dentro de la Unión Europea seguirán reduciéndose en las próximas décadas, algo que a mi me cuesta mucho ver dada la evidencia de los últimos 10 años).

Más de un lector me podrá decir que estas ganancias dinámicas que asumo serán improbables con los nuevos líderes en el Reino Unido, proclives al intervencionismo y al proteccionismo. Quizás. Pero entonces el causante no es Brexit, el causante serán esos políticos y, aunque los últimos hayan llegado al poder como consecuencia del referendum, como economista tengo que hablar del mecanismo económico, pues el mismo nos aclara que aún existen grados de contingencia notables.

Termino pues este breve intermezzo resumiendo las principales conclusiones:

1) En un modelo estándar de comercio internacional, el coste estático de Brexit considerando el comercio de bienes y servicios es el 1.37% de la renta británica. A Paul Krugman, con una elasticidad baja, le sale 1.7%, a un grupo de la LSE entre 1.28% y 2.61%.

2) 1.37% (con intervalo entre 1.28% y 2.61%) no es un número pequeño pero no es ni muchísimo menos el apocalipsis retratado en los medios de comunicación.

3) Los efectos dinámicos me hacen sospechar que bien pudiera ser que, en 10 años, el Reino Unido esté mejor en términos de comercio internacional.

El lector podrá estar totalmente en desacuerdo con 3). Esta conclusión está basada en mi creencia que los mercados son muy rápidos en encontrar sustitutos a los bienes que se encarecen y que la eurozona tiene un futuro poco halagüeño. Pero, aún así, quedémonos con 1.37%. La próxima vez que lea la prensa recuerde que una pérdida del 1.37% de renta quizás no sea el día del juicio final.

1. Señalo que estos economistas son muy favorables a “remain” no porque crea que estén sesgados en su investigación. En este blog me he cansado una y otra vez de fustigar la tan castiza manía de descalificar los argumentos basándose de donde vienen y no en su contenido. Es simplemente para resaltar que no estoy siendo selectivo y escogiendo a gente que estaba a favor de Brexit y por tanto quizás dados a “minimizar” los costes de la misma. Paul Krugman igualmente ha declarado estar en contra de Brexit aunque su visión es que los costes de tal decisión están siendo exagerados. Justo en este caso estamos de acuerdo (Amicus Plato, sed magis amica veritas). Aunque yo creo que los costes son incluso más pequeños que los que señala Krugman, él en todo caso está mucho más preocupado por las consecuencias políticas. Aquí un resumen de su visión global y esta entrada sobre los aspectos macroeconómicos.

Hay 34 comentarios
  • La entrada es muy interesante, aunque considera un modelo simple y por tanto un caso muy simplificado.

    Un aspecto de la globalización es que la producción se lleva a cabo en muchos países, o bien que factorías distribuidas en distintos puntos del planeta sirven a mercados mundiales, o que determinados mercados de factores (no solo de productos) son en esencia internacionales (profesionales cualificados, por ejemplo).

    El Brexit puede cortocircuitar (cortar) la participación británica en esos mercados y procesos productivos globalizados. Si restringen la inmigración europea (el Brexit es para esto, a fin de cuentas), no podrán acceder a profesionales cualificados formados fuera de UK; si cortan con el mercado único algunos procesos productivos, o parte de ellos, localizados en UK podrían deslocalizarse.

    A fin de cuentas, el caso en que un país produce vino y otro textil, se especializan en intercambian, es una parte de la realidad, quizás, pero todo se ha globalizado en un sentido mucho más profundo. Coches de marca británica son en realidad de empresas alemanas, se venden en otros países y usan a su vez componentes de otros muchos países. Es más, un mismo país puede exportar e importar el mismo bien, según cómo cambie la demanda mundial por zonas. Los ingenieros pueden no ser ni alemanes ni británicos, sino italianos, pero localizados por la multinacional alemana en UK por los motivos que sea. Etc. Cómo afectará el Brexit (aún por concretar) a todas esas redes y cruces está por ver. Un modelo sencillo de naranjas y petróleo no captura eso, como el propio autor reconoce al señalar que también en Florida se producen naranjas. Yo solo indico que es todavía más complejo que eso.

    • Es verdad que el modelo basico es muy sencillo. Pero lo curioso es que el consenso de la literatura es que todos los modelos de "new new trade" con micro heterogeneidad no cambian mucho, al final del dia, los resultados para paises grandes como el RU.

      El paper mas famoso es este:

      "New Trade Models, Same Old Gains?" de Costas Arkolakis, Arnaud Costinot y Andrés Rodríguez-Clare.

      https://www.aeaweb.org/articles?id=10.1257/aer.102.1.94

      Copio del abstract:

      "In this paper we investigate to what extent answers to new micro-level questions have affected answers to an old and central question in the field: how large are the welfare gains from trade? A crude summary of our results is: "So far, not much."

      Pero bueno, al menos es una excusa para hablar de papers de comercio modernos 🙂

  • La entrada es muy interesante, y un muy buen ejercicio teórico. Sin embargo estos procesos no suceden aislados de su contexto ni de las causas que los originan. Resulta curiosa la tendencia que se ve a celebrar el Brexit como una oportunidad para abundar en el libre comercio desembarazándose de la excesiva burocracia de Bruselas. Pero para eso hay que ignorar que las sus motivaciones son xenófobas y proteccionistas, por lo que previsiblemente la caída tendrá en ese 1.37% su punto de partida, e irá agravándose conforme las nuevas medidas intervencionistas se vayan sucediendo.

    Quizá estemos ante un "populismo ilustrado" en el que la solución mágica que se vende es un tanto más elaborada que la de la renta básica universal. Pero dado lo extraño que suena oir hablar de levantar fronteras para tirarlas al día siguiente, y conocida la experiencia histórica de que una vez iniciados estos procesos nunca van en la dirección ilusionante que se vendía al principio, no me extrañaría que, sin llegar al apocalipsis, la situación futura sí se merezca todas las preocupaciones que muestran quienes temen que este camino ofrezca un futuro empobrecedor para las islas.

  • Aunque los modelos son útiles, no capturan con certeza absoluta el peso exacto de todos los factores ( económicos, sociales, políticos) ni todas las derivaciones posibles en las que pueden acabar los países sometidos a rápidos procesos de cambio.

    Que la expansión del comercio internacional no iba a ser benigna para todo el mundo era algo anunciado:

    http://www.irisheconomy.ie/index.php/2016/07/01/markets-and-states-are-complements/

    Su repercusión en los salarios de ciertas zonas y capas de población de "Occidente" creo que está fuera de duda, aunque el debate continúa.

    " Trade and Wages, Reconsidered". P. Krugman.

    http://www.brookings.edu/~/media/projects/bpea/spring-2008/2008a_bpea_krugman.pdf

    Como es difícil aislar todos los factores en liza, también se buscan otros "culpables": por ejemplo en la recensión del propio Krugman de un libro de Reich analiza brevemente otras causas: "Saving Capitalism: For the Many, Not the Few."

    Challenging the Oligarchy. Paul Krugman.

    http://www.nybooks.com/articles/2015/12/17/robert-reich-challenging-oligarchy/

    No creo que se pueda separar el conjunto de factores que operan a la vez, todos influyen, están relacionados y se refuerzan entre sí, No veo muy lógica una causalidad única y el modelo totalizador no lo he visto.

    En el comercio internacional está claro que no fué igual el impacto de los tigres asiáticos que el del Gran Elefante Asiático (China). El tamaño importa y las consecuencias no podían ser iguales.

    El mensaje (cínico) para determinadas regiones y sectores empobrecidos no puede ser: lo siento por vosotros pero los chinos son más y os están agradecidos.

    Supuestamente las energía productivas liberadas y la inversión se dedicarían a alimentar la economía del conocimiento y mejorar las condiciones de vida, que también iban asociadas a un descenso de la natalidad (favorece el consumo presente) y al aumento del crádito . En la práctica ha aumentado la polarización social y económica y ha comprometido gravemente el futuro. La reasignación de capital humano a otros sectores y zonas más prósperas genera tensiones de difícil medida, tanto más cuanto más rápido. El tiempo y los plazos también importan.

    Las consecuencias locales pueden llegar a ser nefastas pero quizás el bienestar global no acabe mermado seriamente. El problema es que según qué problema local eso está por demostrar, y para eso tendremos que esperar a la evidencia.

    La respuesta tampoco puede ser que eso es porque somos unos cazurros «Quod natura non dat, Salmantica non præstat», fundamentalmente porque eso no soluciona ningún problema.

  • Interesante punto de vista al que me gustaría añadir otro ángulo que lo complica aún más.

    La UE es una organización Europea, cuya importancia a nivel comercial, depende también en gran medida de lo cerrado o abierto del mercado Europeo respecto a países terceros. Como la UE ha ido abriéndose más y más a terceros países, con múltiples acuerdos comerciales, pertenecer o no a la UE es cada vez menos relevante. Si un Canadiense puede comerciar prácticamente con las mismas condiciones arancelarias etc., que un Británico, y sin aportar nada a los mecanismos de solidaridad interna de la UE, ¿Por qué el Británico no va a querer ser como los Canadienses?

    Desde ese punto de vista , la apertura comercial de la UE debilita las ventajas de pertenecer a la misma. Si damos por bueno el argumento, para asegurar el futuro de la UE hay que mantener algún grado de protección comercial frente a terceros. Si es excesivo será perjudicial, según la teoría aceptada por todos del libre comercio. Pero si es demasiado bajo deja de tener sentido pertenecer al club, si hay que pagar por ello y será un riesgo a largo plazo.

    El mismo argumento vale a nivel nacional. Si un Catalán no tiene mejores condiciones comerciales que un Francés para vender en Andalucía, ¿ por qué va a querer transferir parte de su renta como solidaridad? En buena lógica preferirá ser como el Francés. A lo mejor parte de los problemas que tenemos vienen de ahí.

    En mi opinión, el desarme arancelario total sin mecanismos de transferencias de rentas de regiones ricas a pobres, perjudica mucho la cohesión interna, tanto a nivel de estados como entre estratos sociales. Quizás esto lo perciben mejor los ciudadanos normales que los economistas.

    • Interesante punto de vista. Pero unir un mecanismo de transferencia de rentas a un proceso de desarme arancelario, ¿no incentivará a los contribuyentes netos a abandonar dicho mecanismo? Es la causa tras el Brexit, y el independentismo catalán o escocés. Cualquier tipo de proteccionismo, y la transferencia de rentas lo es, es incompatible con la pertenencia a una economía abierta. Resta competitividad, y siempre habrá que elegir entre desmantelarlo o aislarse.

      La ventaja de pertenecer a la UE es la integración que persigue, siendo el Euro el mayor exponente. Evita mucha incertidumbre a la hora de comerciar, y simplifica y por lo tanto abarata el comercio. Sin integración, efectivamente carece de sentido formar un área económica en un contexto mundial de libre comercio. Integración que no se burocratice o politice en exceso hasta suponer un impedimento al libre comercio que en principio se afirmaba perseguir, y que creo que es lo que está desvirtuando el funcionamiento actual de la UE, y dando alas a populistas euroescépticos de todo pelaje.

      • Las trasferencias de rentas incentivan la salida de los ricos del club europeo , a no ser que reciban algo a cambio como un mercado preferente, con alguna protección respecto a otros competidores externos.

        Si eliminas las transferencias internas de países ricos a pobres incentivas la salida de los pobres que podrán pensar que fuera de la UE tendrán más libertad para defender sus empresas que son menos competitivas.

        Para que la UE funcione, igual que cualquier club privado debe haber un equilibrio entre lo que se paga y lo que se recibe. Se paga la contribución al presupuesto y se reciben trasferencias económicas para diversas políticas y un enorme mercado.

        • Ese es el modelo proteccionista-clientelista tradicional en España. Los altos aranceles protegían las industrias vasca y catalana otorgándoles un mercado cautivo. El modelo inglés de liberalización total siempre ha funcionado mejor. Y ha generado mayor bienestar y estabilidad política, dicho sea de paso. El sobrecoste para los consumidores rehenes, y las tensiones que generan las pugnas por favorecerse de la capacidad coactiva del estado nunca son un buen cóctel.

          • El modelo inglés "entra en vigor" ca 1840 con unos antecedentes y en unas circunstancias muy concretas, además hay unas tierras extra de por medio.

            "It was Mid-Summer, 9 june 1842. There were cheers from well-wishers onshore as the Duchess of Argyle was towed by the paddle-steamer Samson down the Firth of Clyde to begin its journey south towards New Zealand. On board were 178 adults and 128 children, nearly a11 inhabitants of the town of Paisley, close to Glasgow. The cheers temporarily hid the pain that accompanied the ship's departure. Paisley was a weaving town that had attained some fame as the home of the Paisley shawl. But the early 1840s were not a good time for weavers, or trade in general. In the ten months leading up to March 1842 a quarter of the population of Paisley, some 12,000 people, had been 'kept from actual starvation by mean of soup kitchens' or charity. In consequence, a meeting of unemployed workers had resolved to ask the British government to support migration to Canada, Australia, the Cape of Good Hope or New Zealand."...

            http://www.press.auckland.ac.nz/en/browse-books/all-books/books-2008/Settlers-New-Zealand-Immigrants-from-England-Ireland-and-Scotland-18001945.html

            • Cierto, a principios del siglo XIX la vida no era fácil en Inglaterra, pero tampoco en España. Pero mientras para mediados de siglo el movimiento a favor del libre comercio consiguió la apertura externa inglesa, en España se siguió el camino justamente contrario. Y, bueno, los resultados siguen estando a la vista hoy día como para valorar sin entrar en muchas honduras históricas qué postura favorece al progreso y bienestar generales, y cual crea una situación mucho menos atractiva.

          • Nadie dijo que había que tener altos aranceles, sino que si son nulos se perjudica la cohesión interior. Como todo en la vida, en un punto medio podría estar el optimo.

            Negar que la eliminación de aranceles exteriores en territorios con fuertes transferencia de renta entre regiones produce tensiones centrifugas, es negar la evidencia.

            Claro que este efecto contraproducente puede combatirse eliminando las transferencias entre regiones o países ricos y pobres, según los planteamiento mas liberales.

            No creo que es casualidad que el agravamiento del independentismo Catalan coincida con una etapa histórica de integración comercial en la UE y perdida de la moneda nacional tras incorporar el Euro y manteniendo fuertes transferencias de renta desde Cataluña.

            También hay que fijarse que en el caso vasco el menor independentismo actual coincide con un volumen de transferencias económicas nulas hacia otras regiones de España, gracias al privilegio del Concierto Económico.

            Quizás esto demuestra que es difícilmente compatible una política de redistribución de rentas socialdemócrata con una política comercial exterior ultraliberal.

            Si durante 2000 años todos los países pusieron aranceles en las fronteras será porque algún beneficio le verían.

            Por cierto, decir que los antiguos aranceles españoles favorecieron a la industria vasca y catalana es un tópico. Favorecieron o perjudicaron a todos por igual. Todas las fabricas de automóviles existentes en España se pusieron cuando había aranceles y no todas están en Barcelona. En Bilbao no hay ninguna. Curioso.

            • En internet hay abundante información sobre la protección arancelaria a las industrias vasca y catalana. Será un tópico, pero muy real. El culmen del proteccionismo en España llegó con la autarquía, y la quiebra que significó para el país hizo al régimen de Franco cambiar, con el Plan de Estabilización de 1959, a una postura más favorable al libre comercio. Fue entonces cuando entró a raudales la inversión extranjera. La ventaja que hizo despegar la industria vasca fue la cercanía a las minas de carbón, también protegidas por elevados arenceles (de hecho la primera siderúrgica, antes de esos aranceles, se instaló en Málaga, pero en cuanto el carbón extranjero más barato que usaba alcanzó un precio prohibitivo, se frenó el despegue industrial de la Costa del Sol, hoy caracterizada por una industria de bajo valor añadido cual es el turismo; el proteccionismo tiene esos curiosos efectos secundarios)

              La cuestión es que, en una economía abierta, la presión fiscal con la que se financian las transferencias de renta entre regiones, hace que el capital financiero se deslocalice. El independentismo sería otra forma de deslocalización, pero esta vez con el capital humano. La historia muestra que no hay término medio entre economías abiertas o cerradas. Antes o después, habrá que decidir si se protege a los sectores afectados por la competencia internacional subiendo los aranceles lo que sea necesario, o por el contrario se reducen éstos al mínimo para aprovechar al máximo el impulso de los sectores que sí son competitivos. En cuyo caso la ventaja de integrarse en áreas económicas supranacionales es reducir los costes de transacción asociados a la disparidad de divisas y legislaciones que sufren los paises independientes que comercian sin integración alguna, incluso aunque lo hagan con arancel cero. La moraleja es que la globalización es poco compatible con las transferencias fiscales y los estados del bienestar, pero que sin globalización el desarrollo y el aumento del bienestar tampoco son tarea fácil de conseguir. Supongo que el camino a la supervivencia de la UE pasa por ser garante de la mayor facilidad de comerciar que es la vía al aumento del bienestar. Si no, empezará a deshacerse poco a poco entre luchas políticas por los recursos comunes y tensiones populistas y nacionalistas.

              https://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Relaciones_Comerciales_con_las_Antillas

            • Perdón, me quedó a medias el comentario sobre el País Vasco. Decía que creció gracias al proteccionismo al hierro y al carbón. Y también a su cercanía por mar al norte de Europa. De no ser por eso, se hubieran desarrollado antes otras regiones de mayor tamaño y población, y mejor orografía, como el caso de la siderurgia malagueña que citaba antes. Finalizado el proteccionismo, es lógico que las grandes plantas automotrices con todas sus necesidades se instalaran en regiones más ámplias y pobladas, y mejor comunicadas. El proteccionismo genera ganadores y perdedores. Exactamente igual que el libre comercio, por otra parte. La diferencia está en que con el primero, el reparto depende de la capacidad de los grupos de presión de atraerse la capacidad legislativa y fiscal del estado, mientras que en el segundo la evolución depende de los méritos propios de cada uno. Y creo que la experiencia muestra que la segunda opción produce sociedades más pacíficas y justas que la primera.

  • Completando la idea de los complejos hilos que teje la historia unos meses más tarde, en diciembre de 1842, un joven emigrante de 22 años con medios llegaba a a una ciudad algo más al sur de de Paisley (Manchester). Lo que vió por allí debió llamarle la atención, y en 1845 escribió un libro: "Die Lage der arbeitenden Klasse in England" (La situación de la clase obrera en Inglaterra).

    Cinco años más tarde invitó a su amigo Marx con una beca pre-erasmus para que pudiera residir en Londres, donde murió.

    https://radicalmanchester.wordpress.com/2010/03/15/frederick-engels-and-mary-and-lizzy-burns/

    Pero eran tiempos de cambio, y los factores en marcha acabaron con consecuencias que afectaron en muy diferente medida la totalidad del globo.

    From Liverpool as I before have stated
    We sail'd a motley set we surely were
    With coals and iron was our vessel freighted
    Scotch Irish Welsh and English were there
    Going out to see if emigration
    Was a recipe against starvation
    There were ploughboys weavers blacksmiths tailors
    Irish peasant and Welsh mountaineers
    Together with a family of nailors
    Scotch from the lowlands and some highland seers
    Butchers bakers carpenters and joiners
    There were also a lot of Cornish miners —

    From "The Emigrant's Farewell," Thorpe Letters and Poems, 1839.

    En "Britain to America: Mid-Nineteenth-Century Immigrants to the United States." V^^a^^ E. Van Vugt.

    http://ir.uiowa.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=10349&context=annals-of-iowa

  • Hola. No acabo de entender por qué el resultado es importante. Lo que nos interesa saber es como varia el bienestar del Reino Unido, $C_{\text{RU}}$, com consecuencia de un aumento en el coste de importar bienes de la Unión Europea, $\tau_{\text{UE,RU}}$, y de un aumento en el coste de exportar bienes a la Unión Europea, $\tau_{\text{RU,UE}}$; mientras que el resultado anterior solo nos dice como varia el bienestar del Reino Unido como consecuencia de un cambio en la ratio de importaciones sobre el PIB.

    • El bienestar no depende de las exportaciones, depende de las importaciones. Lo que entra en la funcion de utilidad de un ingles son las naranjas de Valencia que come, no las fresas de Devon que exporta.

      La formula nos relaciona el cambio en bienestar con el cambio en el porcentaje de la renta britanica que se gasta en bienes y servicios producidos en el Reino Unido como consecuencia de un cambio de politica (por ejemplo arancelaria). El capitulo del Handbook y el paper del grupo de economistas de LSE-CEP que enlazo muestran como moverse de cambios en costes de importacion a cambios en cantidades. El problema de los costes de importacion es que muchos de ellos no son observables y por tanto uno tiene que efectuar hipotesis acerca de como evolucionaran.

      Pero lo bueno de la formula es que uno puede poner todos los numero de cambio de \lambda_{j,j} que quiera y ver el rango razonable de cambios de bienestar. Krugman y yo empleamos una caida de las importaciones desde la UE de un 33%. El grupo de LSE-CEP emplea rangos de entre 25% y 45%. En el caso absurdo de que las importaciones de la UE caigan a cero absoluto ("bloqueo continental"), el coste de bienestar es 3.8%. Y, obviamente, nunca van a caer a 0, porque no eran 0 antes de 1973 y ahora las reglas de comercio de la OMC son mucho mas liberales que las que habia del GATT en 1973.

      • Veo que el artículo del LSE-CEP es más detallado. En cualquier caso tendré que hacer un acto de fe y confiar en que la fórmula es correcta y que los supuestos son realistas, porque no tengo tiempo suficiente para estudiar el modelo en profundidad.

      • Jesús:
        Gracias por los comentarios
        Qué razón cuando dices "El bienestar no depende de las exportaciones, depende de las importaciones"
        Una prueba es que los países que sufren bloqueo del comercio internacional (como Irán hasta hace poco) no se convierten en paraísos autárquicos

  • Gracias por el excelente artículo.

    Una matización sobre en qué casos el libre comercio puede ser perjudicial a largo plazo. Que el mercado sea o no un buen mecanismo de asignación de recursos depende de la proporción de costes fijos y variables. Cuando casi todos los costes son variables (ejemplo: un bar, para servir el doble de copas se necesita el doble de bebida y el doble de camareros) el mercado funciona estupendamente bien. Cuando todos los costes son fijos se forman monopolios naturales, como ocurre con los suministros de agua o electricidad.

    Entonces, en negocios de tipo tecnológico, que son monopolios naturales, donde el más grande se queda con todo (porque puede dividir sus costes fijos entre más clientes), el país que va por detrás será incapaz de competir con los establecidos.

    Por eso pienso, sobre todo en los países del tercer mundo, cierta protección justificada.

    Un ejemplo de éxito de libre comercio, de pragmatismo es China. Han resuelto el problema anterior de la desventaja tecológica copiando sin escrúpulos. (En teoría respetan la propiedad intelectual, pero su sistema judicial ... ). Aprovechan el poder de negociación de ser un país grande (tomen nota en Cataluña).

  • Lo pongo aquí para que sea más legible.

    Cuando el Reino Unido adopta el "libre comercio" es el país más avanzado técnica y comercialmente del mundo. Está inmerso en plena revolución industrial y domina los mares. Tiene colonias esparcidas por todo el orbe.

    Resumiendo: su ventaja comparativa es inmensa.

    Todos los demás países que han accedido al estatus de potencias industriales han sido proteccionistas hasta alcanzar cierto nivel, y en determinados sectores lo siguen siendo.

    Eso vale para el Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, Corea, Taiwan, China, etc.

    El salto no es empresa fácil, y hasta ahora los países que lo han conseguido son más bien escasos. El último ha sido China y no veo mucho más en el "pipeline".

    Lo "ideal" (discutible) quizás sería un único país con iguales oportunidades y capacidad de desplazamiento idéntica para capitales y mano de obra que pudiera reorientar sus activos humanos al compás de los cambios tecnológicos y oportunidades con total libertad. Quedan varios siglos por delante.

    "Roughly 630 million of the world’s adults desire to move to another country
    permanently, but less than one tenth of them – about 48 million adults – are
    planning to make the move in the next year. Less than half of those in the
    planning stages – about 19 million – are making necessary preparations to
    move, such as applying for visas and purchasing tickets."

    http://www.gallup.com/poll/152660/faces-global-migration.aspx

    Mientras tanto se le puede dar vueltas a qué puede ser lo más conveniente. Un artículo reciente de Dani Rodrik es ilustrativo de algunos dilemas.

    https://www.project-syndicate.org/commentary/progressive-trade-logic-by-dani-rodrik-2016-04

    • No he participado mucho en la discusion pero de esta no me puedo aguantar y quizas algun estudiante se pueda llevar a engaño:

      "Resumiendo: su ventaja comparativa es inmensa."

      Este es la tipica frase que se pone en rojo subrayada tres veces a un estudiante en un examen y los envias a septiembre sin misericordia (no sin antes suspirar por comprobar tu fracaso en haberle hecho entender el material de la clase), pues confunde la ventaja absoluta con la comparativa y lleva a una falacia detras de otra. Por definicion un pais no puede tener una "inmensa ventaja comparativa" por mucho que su tecnologia sea 10,000 trillones de quintillones de billones de muchillones veces mejor que la de los demas paises del mundo. Podra tener ventaja absoluta, pero no comparativa. Y es la ventaja comparativa, no la absoluta, la que genera ganancias del comercio internacional.

      La ventaja comparativa es la ventaja de un pais en producir ciertos bienes, pero jamas, jamas, jamas, jamas puedes tener ventaja comparativa en todo. Es un problema de definicion de que es la ventaja comparativa: la produccion de bienes en los que la productividad de los mismos es más alta que la productividad media del pais. De igual manera que no todas las provincias de España pueden estar por encima de la renta media de España ni todos los estudiantes de una clase pueden sacar en el examen una nota por encima de la nota media, el Reino Unido no podia tener ventaja comparativa. En ciertos bienes, el Reino Unido sera mas productivo que su productividad media y en ciertos bienes, el Reino Unido sera menos productivo, de la misma manera que en una clase de niños superdotados, ciertos niños sacaran mejor nota que la media y ciertos niños sacaran menos nota que la media. Es un poco triste que despues de doscientos años la gente siga confundiendo ventaja absoluta con ventaja relativa, pero como dijo una vez Samuelson, es algo que a pesar de ser una de las ideas mas sencillas y profundas de la economia, tristemente parece ser demasiado dificil de entender.

      Con respecto a la evidencia historica de las ventajas del proteccionismo: basicamente, NO, la mayoria de los historiadores economicos no creen que el proteccionismo ayudase a nadie en especial, excepto a las empresas que obtuvieron la proteccion como Altos Hornos de Vizcaya. Lo digo por el que mencionaba antes que en Bilbao no habia fabricas de coches y que por eso aparentemente no se beneficio del proteccionismo arancelario en los automoviles. Es una afirmacion, como dicen aqui, de pura chutzpah, pues en la historia de España nadie ha explotado a los consumidores del resto del pais como la siderurgia vasca gracias a los aranceles (y los coches, la ultima vez que los mire, no estan hechos de carton piedra). La historia del proteccionismo español es la historia de inmensas tranferencias de renta a la siderurgia vasca, al textil catalan y al trigo del norte de Castilla a costa de casi todos los demas, como Andaluces, Valencianos o Murcianos. Lejos de mi la idea de atizar tensiones inter-regionales, pero no nos contemos historias del mundo de Yuppi.

      Pero bueno, lo dejo para otro dia. Esta semana voy muy liado con otras obligaciones. A partir de este momento voy a ser estricto con los comentarios en esta entrada para que la calidad de la discusion no decaiga.

      • Acuso el recibo del suspenso y lo admito sin reservas. Creo que es de honestidad intelectual hacerlo.

        Saludos.

    • Abundando en lo que dice Jesús, el que cada país se centre en producir aquello en lo que es más productivo, y lo intercambie a través del comercio con otro bien en el que su productividad es menor, siendo a la inversa para ese otro país, hace que, a través del precio relativo de un bien respecto a otro, ambos países disfruten de precios menores para todo tipo de bienes, y que aumente la producción conjunta total de dichos bienes por encima de la que tendría cada país por separado. El comercio internacional siempre abarata los bienes y aumenta la cantidad disponible de ellos.

      Eso siempre ha sido así a lo largo de la historia. Incluso hay trabajos muy interesantes que sitúan en ese dato la explicación tras el sorprendente desarrollo y longevidad para la época de un estado tan inmenso como el romano. Los motivos para el proteccionismo, por el contrario, siempre han sido políticos para proteger a los grupos con menor productividad dentro de un país del esfuerzo de tener que adaptarse a la competencia externa. Y ahí ya entramos en debates sobre nacionalismo y en discusiones de tipo psicológico sobre cómo es posible que consumidores a los que se les obliga a pagar precios mayores por bienes peores, para beneficiar a un pequeño colectivo privilegiado a costa de empobrecer al país en general, compren esas banderas.

      http://press.princeton.edu/titles/9896.html

  • Sr. FV, su estudio teórico está tan bien preparado como de costumbre. Mi problema es que creo que el Brexit entra de lleno en lo que mi maestro favorito en Economía y Sociología, Mike Tyson, dijo una vez: "Everybody has a plan, until you get the first punch in the face". El Brexit es una caja de Pandora, cuyos impactos veremos con el tiempo. Su estudio tiene todo el sentido si no pasa nada más. pero ¿y si Escocia e Irlanda del Norte la montan? ¿Y si otros paises de Europa hacen ejercicios parecidos? Los primeros síntomas no son positivos: La libra al diablo y los habitantes del UK un 20% más pobres. De los Brexiters, no hablemos. El comportamiento de los Boris, Farages y demás ralea hace que los políticos españoles parezcan los Santos Apóstoles. ¿Cómo terminará esto? Quizás como decían en El Gattopardo, habrá que cambiarlo todo para que todo siga igual.

    • La palabra analisis viene del griego ἀνάλυσις, que significa romper algo en partes mas pequeñas, aflojar, etc. Como dije en la primera entrada, voy a analizar las distintas partes de Brexit una a una de manera secuencial. Uno no puede llegar a conclusiones solidas si no entiende cada una de las partes y, luego, como interaccionan. Y el problema es que una de las partes que se lee en la prensa (el coste en terminos de comercio de bienes y servicios) es incorrecto. Dificilmente vamos a entender cuales son las fuerzas que existiran para que una independencia de Escocia se convierta en realidad si no somos capaces de entender las ganancias o perdidas del comercio de salirse de la UE.

      • Ευχαριστώ! (gracias) por su comentario. Lo que pasa es que el Brexit es un ejemplo más de que los análisis sensatos y serios como el suyo suelen valer poco cuando las pasiones aparecen, y esto incluye a los anglosajones. Los Brexiters dijeron todo tipo de mentiras que se veían de lejos y los votantes las aceptaron como buenas. Ahora hay una nueva clase: Los arrepentidos que votaron Brexit. La caja se ha abierto. Veremos como se cierra

  • Jesus

    muchisimas gracias por tus posts. Se aprende mucho leyendote. Una duda:

    ¿tu no crees q para entender el Brexit seria mejor usar un modelo de Heckscher-Ohlin?

    Da la impresion que los modelos HO generan mayores perdedores del comercio (por ejemplo los trabajadores poco cualificados) que los modelos puramente ricardianos que discutes.

    Esto puede explicar la paradoja de que los economistas que usan modelos ricardianos no entienden la enorme oposicion que hay a acuerdos comerciales en teoria beneficiosos para el conjunto de la poblacion.

    Medir mal los perdedores del comercio puede explicar q los ganadores no han compensado lo suficiente a los perdedores y por eso la situacion politica suboptima actual....

    • Copio del capitulo del Handbook:

      "At this point, thus, it does not appear that, conditional on observed trade flows, allowing for standard Heckscher-Ohlin forces has a large effect on the magnitude of the gains from trade."

      En general, a nivel agregado, para economias como la del RU vs. la de la UE, Heckscher-Ohlin no te va a cambiar nada. Quizas fuera diferente si estuviesemos hablando del comercio con China.

      A nivel individual tienes razon que los efectos del comercio son ambiguos (y he citado las trabajos de David Autor varias veces), pero, como decia en la primera entrada, las ganancias del comercio podrian compensar siempre a los perdedores. Es el sistema politica el que no funciona, no el comercio.

      En todo caso, si que es verdad que los perdedores del comercio internacional si no hay compensacion por el sistema politico (que ocurre tanto en un mundo ricardiano como H-O) pueden votar (y votan) en contra de los acuerdos de libre comercio. En cierto sentido el tema subyacente en mis entradas es que lo mismo muchos votantes britanicos son mas sofisticados que la caricatura de xenofobos racistas que nos han contado desde los medios de comunicacion.

  • Estimado Jesus,

    Espero que este comentario se considere de calidad suficiente para ser publicado aunque siga una línea de pensamiento distinta a la predominante en el Blog y si recibe contestación lo sea de forma más “amigable” que el anterior.

    No se puede hablar de la historia de la protección aduanera española como si fuera un periodo homogéneo. Es un simplificación.

    La industria siderúrgica vasca nace a mitad del SXIX, sin ninguna protección aduanera porque los aranceles a los productos siderúrgicos eran mínimos entonces, con lo intención de favorecer a la construcción de ferrocarriles. La Siderurgia moderna de Bilbao nace a rebufo de la británica, casi a la vez, y se basa además de en una cierta tradición histórica de Ferrerías, en unas excelentes minas de hierro. Pero el capitalismo vasco, y la acumulación de capitales que luego se emplean en la industrialización, nacen del comercio con el mineral de hierro. A finales de SXIX el mineral de hierro de Bilbao se vendía a precio de oro. La razón es que la tecnología siderúrgica de la época había pegado un enorme salto con el “horno Bessemer” que reducía el coste de la tonelada de acero de 40 Libras a 8, pero este proceso siderúrgico a diferencia de los más antiguos exigía un mineral de muy bajo contenido en fosforo. Casualmente solo había en Europa dos minas que cumplían ese requisito. Unas estaban en Suecia y las otras en Bilbao. El mineral de hierro de Bilbao era el petróleo de la época.

    Es esa circunstancia totalmente casual y no el proteccionismo aduanero, de donde nacen los grandes capitales Bilbainos de comienzos del SXX. Es cierto que la protección aduanera de comienzos del SXX favoreció a la naciente industria metalúrgica vasca.

    Un periodo muy diferente es la autarquía de la posguerra que no favoreció a nadie, salvo corruptos de la época, como es evidente. En 1950 por decreto de Franco se creó ENSIDESA, con capital del estado, creando un durísimo competidor a Altos Hornos de Vizcaya que sobrevivía como podía en la penosa España de la posguerra. Este competidor creado artificialmente por el estado a la larga le mató.

    Luego si en algún momento el proteccionismo del estado favoreció a la siderurgia vasca, la competencia ilegal del estado también de le perjudico hasta morirá fin de los 80. Supongo que ningún economista liberal defenderá que Franco actuó bien montando empresas estatales que competían con las privadas. Hoy todo el mundo lo consideraría ilegal y está prohibido por la UE.

    En cuanto a la industria del Automóvil, yo no descalificaría el argumento tan rápidamente. Refleja el periodo de 1960 a 1990, con un proteccionismo aduanero razonable tras el plan de estabilización de 1959. Es un caso que merecería una investigación profunda.

    1. Es actualmente la mayor industria de España
    2. Todas las fabricas se instalaron antes de entrar a la UE, con fuerte protección arancelaria. Esto da que pensar.
    3. Después de entrar a la UE no se instalado ningún nuevo fabricante. ¿Por qué?
    4. Respecto a que los coches se hacen de hierro, pues sí, pero la protección tarifaria a los coches no se pone para favorecer a los fabricantes de acero, ni a los de neumáticos
    5. El mayor fabricante de acero era ya entonces ENSIDESA (actual ARCELOR de Avilés). Doblaba la capacidad de producción de Altos Hornos de Vizcaya y gracias al capital del estado tenia instalaciones más modernas.
    6. El favoritismo de la España franquista respecto a la siderurgia vasca queda “demostrado” con la instalación de ENSIDESA en Asturias.

    Por eso mantengo que la afirmación de que la histórica protección aduanera española solo sirvió para favorecer a la industria vasca y catalana es un mito. Creo que es un mito de origen ideológico o político. No he oído hablar a nadie de la protección aduanera al plátano Canario, ni de la Tabacalera o las gasolineras de CAMPSA, solo por dar una pincelada.

    Treinta años después de desaparecer la aduanas la industria vasca y catalana sigue siendo igual de fuerte comparativamente a la del resto de España y los niveles de riqueza entre regiones españolas siguen mas o menos igual. La industria del automóvil que se instaló por toda ESPAÑA sigue en donde estaba y cada vez produce más y mejor.

    • Uno de los clásicos de la historia económica en España es “Cómo Triunfó el Proteccionismo en España: La Formación de la Política Arancelaria Española” de Manuel Pugés que nos narra, todavía de manera inigualada, cómo fueron los intereses acereros vizcaínos los que empujaron de manera fundamental la política económica de la restauración hacia el proteccionismo. En 1894 fue fundada la Liga Vizcaína de Productores y en 1902 Altos Hornos de Vizcaya. La primera tenía como fin influir en Madrid. La segunda, monopolizar el mercado nacional (por cierto, jamás he dicho que el origen de la siderurgia vasca sea la protección). Pablo de Alzola y Minondo y Tomás de Zubiría Ybarra entendieron muy bien que era mucho más rentable vivir detrás de un arancel y del monopolio que en la dura lucha de la competencia.

      No hizo esperar mucho antes de que las nuevas creaciones surtieran efecto. Pablo de Alzola, presidente de la Liga Vizcaína de Productores, es nombrado, por gestión de Faustino Rodríguez San Pedro, que se sentaba tanto en el Consejo de Ministros como en el Consejo de Altos Hornos de Vizcaya, director de la Ponencia sobre Valoraciones y Clasificaciones de Mercancías. Desde ese puesto saca adelante el ultraproteccionista arancel de 1906 (pues ya el arancel de 1891 era considerablemente proteccionista para la siderurgia nacional), que coloca a España como el segundo país de Europa (detrás de Rusia) con el arancel más alto de la siderurgia. Merece la pena repetirlo por si a algún lector se le ha escapado: la persona que escribe el arancel de 1906 es, de manera simultánea, el presidente de la Liga Vizcaína de Productores, el lobby de la siderúrgica.

      Este giro al proteccionismo más absurdo llegó a su paroxismo con las modificaciones del arancel durante las dos siguientes décadas hasta que, en 1931, el arancel sobre los productos siderúrgicos intermedios de las naciones más favorecidas era el 87.5% (sí, no es una errata, el 87.5%) y 56.5% sobre los productos finales, con diferencia los aranceles más altos de Europa. En aquella época, las importaciones de lingotes de hierro ya habían caído, no sorprendentemente, al 0.9% del consumo nacional.

      Pocas veces ha habido, en la historia económica, una vinculación tan fuerte entre la élite política (en Madrid) y la industrial (en Vizcaya) que llevó no solo a unos enormes beneficios empresariales, sino también a matrimonios y títulos de nobleza. El Marquesado de Chávarri es quizás el más famoso, pero existen otras decenas de ejemplos.

      La protección de la siderurgia vizcaína (y del textil catalán y el trigo del Norte de Castilla) lastró de manera dramática el crecimiento de España y el bienestar de casi todos los españoles, excepto quizás los que tenían casas en Neguri o en el Barrio Salamanca.

      La protección de Altos Hornos de Vizcaya continuó con los años, como ya narramos en este blog:

      https://nadaesgratis.es/fernandez-villaverde/lecciones-de-la-reconversin-industrial-para-el-2010

      (no voy a entrar en la discusión de Ensidesa, pues yo hablaba sobre la política de la restauración).

      Jamás se tuvo que cerrar Sagunto. Lo que tenía que haberse cerrado estaba en Asturias y Vizcaya.

      Termino con varios detalles: claro que poner un arancel a los coches incrementa los beneficios de la empresa siderúrgica nacional. Es un ejercicio de primero de carrera (y, por cierto, este vínculo entre la fabricación de coches y la siderurgia era el argumento técnico básico del famoso informe Kawasaki para mantener Sagunto:

      http://elpais.com/diario/1982/05/27/economia/391298419_850215.html).

      No se han instalando empresas de coches en España desde 1986 porque ni era ya ni mucho menos nuestra estructura de salarios la adecuada para ello ni faltaban muchas empresas por instalarse (Renault, PGA, VW, Ford, Opel ya estaban y los japoneses, después de ver a nuestros sindicatos salieron corriendo). Con las reglas de la OMC tampoco es que hubiese hecho mucha diferencia estar o no en la UE para esta industria.

      Y compara la importancia económica de la siderurgia con el plátano es una frivolidad retórica que no merece la pena ser contestada (igual que no hay que contestar lo de Campsa o Tabacalera, que eran monopolios estatales; no confundamos churras con merinas).

      Lejos de ser un mito, que el proteccionismo español estuvo en buena medida dirigido y creado por la siderurgia vasca es un hecho histórico inapelable.

      Y como lo que no voy a hacer es perder un segundo mas repasando lo que todos sabemos, esta discusión se acaba aquí.

  • muchas gracias por la clase de historia! Ahora hablamos de las puertas giratorias pero parece q nos sobran los ejemplos historicos. Es una pena que estas cosas no se estudien en la escuela o en el instituto, sobre todo en el Pais Vasco....

    si la ciudadania supiera mas de la historia nacional a lo mejor estabamos en una situacion diferente

    muchas gracias Jesus por compartir todo lo que sabes!
    y nunca pierdas la paciencia

    • "nos sobran los ejemplos historicos"

      Te acuerdads de la anecdota que conte hace unos dias de como un ministro de industria presento, en epoca de Fuentes Quintana como vicepresidente economico, un "Plan Energetico Nacional" con el "problemilla" de que en cada pagina salia el logo de UNESA, que era quien habia escrito el plan en realidad? Eso si que es "compenetracion" entre el poder publico y las empresas!

      Pero como yo siempre lo resumo: el barrio donde vive la clase alta de Madrid se llama "Salamanca", No mas que decir 😉

  • Son del máximo interés las aportaciones teóricas de esta entrada, y el debate posterior.

    Sería preciso, no obstante, hacer una distinción más clara entre el comercio internacional que se establece entre países con similar grado de desarrollo económico-social-político-jurídico (caso del RU con la UE, o Europa con los EE.UU.) y países muy dispares (mundo OCDE con China e India).

    Si no se habla del tema con cuidado, se transmite algo así como que admitir el carácter contraproducente, para el conjunto de las sociedades implicadas, de la protección política de la siderurgia vasca a principios del siglo XX, la guerra arancelaria que se desató entre países industrializados en la década de 1930, o la hipotética aparición de barreras post-Brexit entre el RU y la UE, equivale a admitir que el régimen comercial actual entre los países OCDE y China es una situación económicamente óptima, que no debería ser modulada por factores políticos. Lo cual no es cierto.

    Para empezar, China no es una democracia y allí no funcionan los mecanismos que “libremente” harían que los salarios crecieran de manera fulgurante, generando enormes tensiones sociales que al gobierno le interesa evitar. Por tanto, de “libre” comercio, nada.

    ¿Qué los salarios chinos acabarán poniéndose al nivel occidental? Es más que probable. Pero eso ocurrirá en un plazo que, estoy seguro, se le va a hacer mucho más largo al parado de Detroit o al tendero de Cheltenham que al veraneante de Seychelles.

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