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Japón: Beneficios y Costes del Crecimiento Económico

No tengo mucho que decir acerca de los sucesos de Japón más allá de lo obvio. Pero como ayer hablé con un estudiante mío de doctorado que acaba de empezar a trabajar para el Banco de Japón en Tokio y que, obviamente, estaba bastante preocupado, he pensado que quizás mereciese la pena mencionar un par de ideas.

El año pasado, cuando los terremotos de Haiti y Chile, colgué un par de posts (aquí y aquí) sobre la evidencia empírica de los números de muertos en estas desgracias y su fortísima dependencia en la renta per cápita de cada país. En particular, la evidencia prueba que a mayores niveles de renta hay muchísimos menos muertos y que si Japón se pareciese más a Haiti, en vez de hablar de miles de muertos estaríamos hablando de millones.

El lector atento me replicará, con parte de razón, que el verdadero problema ahora son las centrales nucleares y que si Japón no las tuviese, la situación sería menos dramática. Es decir, que el crecimiento económico también tiene sus costes. Aunque no comparto plenamente el argumento (la relación en los datos entre uso de la energía nuclear y renta per cápita es positiva pero no abrumadora y además es difícil de interpretar de manera causal), esta potencial réplica parte de razón tiene y me ha hecho acordarme de un trabajo de Chad Jones (aquí) precisamente sobre los costes del crecimiento económico.

Este es un artículo muy sencillito, con un modelo muy estilizado, pero que intenta pensar en los costes del crecimiento económico y cómo debemos de valorar los riesgos a los que este crecimiento nos expone por medio de la incorporación de nuevas tecnologías (y antes que nadie me diga nada: Nada es Gratis en la vida, contaminar menos tiene un coste y paralizar la investigación médica también, esto no quiere decir que no queramos reducir la contaminación o poner más barreras a la innovación en genética, solo que uno tiene que entender los márgenes).

A mi, que siempre he tenido el miedo que todo esto de la modernidad y la revolución industrial que llevamos experimentando dos siglos y medio termine siendo un desastre (y en 1941-1942, muy cerquita estuvimos), es un argumento que me ha hecho pensar acerca de estos temas. Espero que nuestros lectores también puedan reflexionar acerca de estas elecciones a las que nos enfrentamos como sociedad.