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Historia económica de Australia: una guía rápida

Durante este último mes de Diciembre he tenido la fortuna de haber sido por 10 días un huésped del Reserve Bank of Australia. Preparando la visita me di cuenta que mis conocimientos de historia económica de Australia, más allá de las generalidades de sus tradicionales exportaciones de lana y otras mercancías, eran casi inexistentes. Para aprovechar más la visita y para incorporar la experiencia australiana en mi clase de historia económica global, decidí dedicar cierto tiempo para aprender sobre el tema (los vuelos de Filadelfia a Sidney y de Sydney a Madrid dan para muchas lecturas, sobre todo si como fue mi caso, tuve que pasar por China) y preparar, como suelo hacer en estos casos, una breve bibliografía.

Al completarla, pensé que compartir esta bibliografía con los lectores de NeG podía ser una buena idea por dos razones. Primero, porque algún lector puede encontrarla útil. Segundo, y de manera egoísta, porque de esta manera espero recibir sugerencias adicionales y comentarios. En Australia hablé con bastante gente que sabe profesionalmente del tema, pero en unos días apenas puedo más que parchear las carencias de conocimiento a las que me refería.

Las “reglas del juego” de esta bibliografía son dos. Primero, me centraré en historia económica, no porque otros temas no sean de relevancia, sino por mis intereses personales. Sin embargo, como dijo D.B. Copland (un importante economista australiano del siglo XX; una biografía suya aquí): “Australian history is, of course, largely economic history.” La colonización europea estuvo motivada, casi de manera exclusiva, por motivos económicos (incluido el original traslado de presos, diseñado como medida de ahorro y de expansión comercial) y, en ausencia de guerras civiles, revoluciones u otros acontecimientos que acentúan la historia de otros países, la evolución de Australia desde 1788 queda marcada de manera decisiva por los ciclos económicos. Además, la historia de Australia demuestra la capacidad de una economía dotada de inmensos recursos naturales (desde uranio a oro pasando por diamantes y carbón) de evitar los problemas de búsqueda de rentas y luchas continuas que han plagado la historia de países con similares regalos como Venezuela o Argentina. Como demuestra la figura en esta entrada, donde dibujo la renta per capita (en logs) de Australia y la de Estados Unidos como comparación desde 1820 a 2010 según los datos de Madison, la nación de Oceanía ha generado un altísimo nivel de ingresos para sus habitantes desde mediados del siglo XIX.

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Igualmente, su democracia que siempre ha estado entre las más avanzadas del mundo (con la excepción, claro, del tratamiento de los aborígenes y la política de white Australia), con invenciones como las del voto secreto (todavía llamado a menudo Australian ballot) o el pago a los diputados (para permitir el acceso a la política de las clases menos acomodadas). Segundo, y como calificación a mi primera “regla”, presentaré una brevísima discusión de libros sobre la historia de Australia más en general.

Un primer paso es la entrada en Wikipedia de historia de Australia (más las entradas complementarias que expanden la misma), que ofrece un contorno básico y una cronología elemental, lo cual facilita la lectura de otras obras.

Dos libros introductorios sobre historia de Australia son A Concise History of Australia, de Stuart Macintyre, y A Shorter History of Australia, de Geoffrey Blainey. Stuart Macintyre y Geoffrey Blainey son ambos reputados y famosos historiadores, con una notable presencia en la discusión pública de su país. Ambos parten, además, de una posición distinta. Stuart Macintyre, vinculado con la izquierda australiana desde joven, es muy crítico con el proceso de colonización, el tratamiento de los aborígenes, la posición de Australia en la guerra fría y con los cambios en la política económica en Australia desde principios de los años 80 del siglo pasado. Geoffrey Blainey, en comparación, tiene una visión más positiva de la historia de Australia y prefiere enfatizar, al estilo de los annales, cómo el desenvolver de su nación ha quedado marcado por la doble influencia de la distancia y el clima (una colección de ensayos sobre la profunda influencia de Blainey en la historiografía australiana aparece en The Fuss That Never Ended; Macintyre escribió, con Anna Clark, History Wars sobre los ajetreadas discusiones sobre la historia de Australia en las últimas décadas).

Aunque mi sugerencia sería leer ambos libros en paralelo, en caso de tener que elegir uno de los dos me quedaría con el de Blainey, no tanto por su posición más optimista (algo que dependerá del juicio personal de cada lector) sino por ser más conciso y estar mejor escrito. El libro de Macintyre, en muchas partes, es más un ensayo sobre la historia de Australia que una narrativa de la misma. Y aunque tales ensayos son de indudable interés, para el lector menos familiarizado con Australia pueden ser más complejos de digerir. Yo mismo empecé leyendo primero un capítulo en Macintyre y luego el equivalente en Blainey y, cuando llevaba como un tercio de cada libro, cambié a leer primero a Blainey.

Para más detalles, el siguiente paso son los dos volúmenes de la Cambridge History of Australia, editados por Alison Bashford y Stuart Macintyre, a la que los lectores más afortunados de estar afiliados con una universidad con subscripción a las Cambridge Histories Online pueden acceder en la red (me imagino que muchos de los libros que voy a citar en esta entrada pueden ser de difícil acceso en España, lo siento mucho). La Cambridge History se divide entre capítulos narrativos y analíticos. Como todas las colecciones de capítulos, existe cierta varianza en la calidad de los mismos, pero en general son informativos y sintetizan la situación de la historiografía reciente.

Más antiguas son la colección de 5 volúmenes de la Oxford History of Australia (editada por Geoffrey Bolton) y los 6 volúmenes de A History of Australia de Manning Clark. No he leído ninguna de las dos pero son citadas a menudo. Finalmente, quería señalar Australia Empire, editada por Deryck Schreuder y Stuart Ward, parte de la excelente serie de Oxford University Press sobre el imperio británico.

Tras estas lecturas, podemos entrar ya en el tema principal de esta entrada, la historia económica de Australia.

Bernard Battard tiene una introducción brevísima en eh.net a la historia económica posterior a 1788 y un programa de una clase de David Meredith, que incluye una detallada lista de referencias.

Del mismo autor, Meredith, en colaboración con Barrie Dyster, es un libro de texto sobre la historia económica de Australia en el siglo XX (y comienzos del XXI): Australia in the Global Economy. Aunque informativo, repleto de datos y cuidadoso, el libro sufre de dos problemas. Primero, no cubre en detalle el periodo anterior a 1914, con lo cual es deja muchos de los evento narrados fuera de un contexto adecuado. Segundo, como libro de texto, es algunas veces “seco” en su presentación (aquí una reseña más detallada del mismo por Jeff Borland).

Más completo es The Cambridge Economic History of Australia, editada por Simon Ville y Glenn Withers. Esta obra surgió como consecuencia de la Cambridge History of Australia y de la impresión por parte de Simon Ville de que era necesario un volumen específico sobre los aspectos de historia económica de Australia. Sospecho que, tanto por su calidad como por su amplio abanico de temas, esta obra será la referencia fundamental sobre el tema por bastante tiempo. Si tuviese que leer solo un libro sobre historia económica de Australia, este sería mi clara elección.

A mi me ha gustado, en particular, el capítulo 1 sobre la historiografía de la historia económica australiana escrito por William Coleman y que traza las contribuciones de T.A. Coghlan, E.O.G. Shann, Brian Fitzpatrick, G.V. Portus, R. Madgwick, los hermanos Sydney y Noel Butlin, B. Schedvin, Max Hartwell y Geoffrey Blainey (cuyos libro The Rush that Never Ended, sobre la historia de la minería, y The Tyranny of Distance, sobre el efecto de la distancia en la historia económica de Australia son clásicos y, el primero, inspiración para el título sobre el libro de ensayos sobre su vida que citaba anteriormente). Aprender sobre la historiografía de un tema siempre me ayuda muchísimo a encuadrar los principales aspectos del mismo.

Otras monografías de relevancia:

1) Convict Workers: Reinterpreting Australia's Past, de Stephen Nicholas (ed.), sobre el papel de los convictos (con gran aporte cuantitativo).

2) Why Australia Prospered: The Shifting Sources of Economic Growth de Ian W. McLean, sobre las fuentes del crecimiento australiano. Este libro dialoga explícitamente con la literatura moderna en macroeconomía de crecimiento económico.

3) Australia's Boldest Experiment: War and Reconstruction in the 1940s, de Stuart Macintyre. Este libro me ha parecido tremendamente ilustrativo, en especial por el destacado papel de los economistas australianos en el diseño de la estrategia económica durante la segunda guerra mundial y en sus intentos de reorganizar la economía australiana después de la misma. Como en muchos otros países exportadores de materias primas (Argentina me viene a la cabeza), existía en Australia la sensación de que el antiguo modelo de crecimiento intensivo en exportaciones estaba agotado, que exponía a la nación a demasiados riesgos de choques de precios y que era necesario moverse hacia un modelo con protección arancelaria, sustitución de importaciones e intervención estatal. Sin embargo, por una serie de razones (incluida la fortaleza del Partido Liberal creado por Robert Menzies y las decisiones de la Corte Suprema como la de 1947 prohibiendo la nacionalización de los bancos propuesta por el gobierno laborista de Chifley), Australia rompió con el modelo anterior mucho menos que Argentina.

4) Australian Manufacturing and the State: The Politics of Industry Policy in the Post-War Era, de Stephen Bell, describe con detalle la política de protección arancelaria e intervención estatal en la industria a la que me refería anteriormente (otros dos libro de Bell son Australia's Money Mandarins: The Reserve Bank and the Politics of Money y Ungoverning the Economy: Political Economy of Australian Economic Policy, aunque personalmente no los he encontrado muy útiles).

5) Hartnett: Portrait of a Technocratic Brigand, de Joe Rich, narra la vida de Laurence Hartnett, el “padre” de Holden, la marca equivalente a nuestra SEAT en motorizar la Australia de postguerra (con las consiguientes anécdotas). Más en general, sobre la historia de la industria del automovil: Wheels and Deals: The Automotive Industry in Twentieth-century Australia, de Robert Maxwell Conlon y John Perkins.

6) European Farming in Australia: Economic History of Australian Farming, de Bruce R. Davidson.

7) The European peopling of Australasia: A demographic history, 1788-1988, de W. D Borrie.

8) Forming a Colonial Economy: Australia 1810-1850, de N.G. Butlin.

9) The Great Ocean: Pacific Worlds from Captain Cook to the Gold Rush, de David Igler, pone a Australia en el contexto del Gran Pacífico. De este libro voy a “robar” muchas ideas para mi clase.

10) Environmental Change in Australia since 1788, de Ann Young, sobre los profundos cambios ecológicos causados por la llegada de los Europeos y su agricultura/pastoreo (aunque, a su manera, los aborígenes también cambiaron radicalmente Australia: The Biggest Estate on Earth: How Aborigines Made Australia, de Bill Gammage).

11) Mastering Risk: Environment, Markets and Politics in Australian Economic History, de Colin White.

La residencia en la que estuve alojado se llamaba el Centro H.C. Coombs (en un lugar privilegiado en el pleno centro de Kirribilli y literalmente a 10 metros de Kirribilli House). El nombre es en honor de H.C. Coombs, un economista que tuvo una importantísima influencia en el gobierno, en el banco central y en el tratamiento de los aborígenes (e incluida una relación amorosa con Judith Wright). Como me comentaba Chris Edmond, un nivel de influencia tan grande en tantas areas distintas quizás solo se explica en un país con apenas unos pocos millones de habitantes y que incluso en la Australia contemporánea (con ya 24 millones) tal influencia sería casi imposible. Una biografía de Coombs que me saqué de la biblioteca es esta y sus memorias son estas.

Construyendo sobre el tema de los “mandarines” de alto nivel en Australia (en especial de postguerra) y la orientación keynesiana de los mismos (los lectores de NeG saben que el tema de selección de élites me fascina), varias referencias adicionales son este cortito ensayo y, más detallados, Giblin's Platoon: The trials and triumph of the economist in Australian public life de William Coleman (al que ya hemos mencionado), Selwyn Cornish y Alf Hagger y The Power of Economic Ideas: The origins of Keynesian macroeconomic management in interwar Australia 1929-39 de Alex Millmow.

Muchos de los funcionarios relevantes tiene entradas en wiki o lugares semejantes. Por ejemplo: Lyndhurst Giblin, Jim Bridgen, Roland Wilson, Ronald Walker, John Crawford, Pike Curtin, John Burton, Fin Crisp, Richard Downing, Arthur Tange (aquí también), Gerald Firth, Lloyd Ross, y, por supuesto mis dos favoritos, Colin Clark y Trevor Swan.

El mismo Reserve Bank of Australia tiene una historia curiosa, ya que solo existe desde 1960. Anteriormente, las labores de banco central estaban desempeñadas por el Commonwealth Bank, que funcionaba a la vez como banco comercial y banco central de la nación (sobre los orígines del sistema monetario australiano, S.J. Butlin tiene este libro y este otro).

Sobre temas monetarios, también me ha resultado iluminador aprender sobre la visión australiana de cómo debería de organizarse el FMI al final de la guerra, que sirve para romper el algunas veces un pelín reduccionista énfasis en las luchas entre Harry Dexter White y Maynard Keynes. Una descripción de esta labor son varias publicaciones de S.R. Turnell, incluida su tesis doctoral.

No querría terminar sin hablar, aunque solo sea brevemente, sobre la economía de los aborígenes. Noel Butlin tiene un provocador libro, Economics and the Dreamtime, sobre cómo operaba la economía antes de la llegada de los Europeos. Geoffrey Blainey, de nuevo, ha sido profundamente influyente en el campo de la historia de los aborígenes más en general , con su libro The Triumph of the Nomads, que cambió la manera en la que se estudiaba el tema cuando fue publicado en 1975, y, hace solo unos meses, Story of Australia's People Volume 1: The Rise and Fall of Ancient Australia.

Existe además una asociación de historia económica de Australia y Nueva Zelanda y una revista de historia económica australiana (aquí), aunque la misma trata de temas más generales que meramente locales.

Y para cerrar, un libro sobre la historia del pensamiento económico en Australia, que incluye a muchos de los economistas que he discutido anteriormente y este otro sobre la vida de H.W. Arndt (las memorias de Arndt son estas).

La próxima vez que vuelva a Australia ire algo más leido 😉