La emancipación con recortes rápidos y reformas a medio gas

Los recortes se están llevando por delante unas cuantas prestaciones de nuestro estado de bienestar. Una que ha pasado casi desapercibida es la denominada “Renta Básica de Emancipación” (RBE), consistente en una ayuda de 210 euros al mes a los jóvenes para el pago del alquiler de su vivienda.

En la primera oleada de recortes, en diciembre, se decidió no incorporar a más beneficiarios. La última oleada redujo, además, la ayuda a los actuales receptores en un 30%, hasta los 147 euros/mes

El gráfico de cabecera muestra la proporción de jóvenes de 22-29 años (grupo de edad al que iba destinada nuestra RBE) que han “abandonado el nido”.  Ahí estamos, de nuevo, encabezando el segundo o tercer grupo de esta Europa de varias velocidades.

No puedo extenderme aquí en los problemas que generan tasas de emancipación tan bajas. Dejémoslo en que en la literatura económica son sinónimo de falta de movilidad, ésta de más paro y condiciones laborales precarias (*). Centrémonos en el mercado de la vivienda, y en especial los alquileres, uno de los factores recurrentes a la hora de explicar esta falta de movilidad. Miremos primero que hacen los demás, intentemos encontrar alguna evidencia sobre los posibles efectos de la RBE, y concluyamos discutiendo las alternativas, ahora que se nos ha ido.

Los jóvenes,  los costes y las ayudas al alquiler en Europa: ¿dónde estamos?

Buceando un poco en la última ola del panel de hogares de la UE (la EU-SIC) del 2010, podemos llegar a tres conclusiones básicas:

1. Un enorme déficit de jóvenes con vivienda en régimen alquiler

El Gráfico 2 presenta el porcentaje de jóvenes de 22-29 años que son responsables de su vivienda en función del tipo de propiedad. Muestra que se puede salir aún peor, pero que con sólo el 13% de jóvenes independizados con vivienda en régimen de alquiler estamos a casi 17 pp de la media europea, y a más del 50% de los jóvenes en Alemania, Dinamarca, Francia o Finlandia, por ejemplo.

 

2. Los alquileres que más renta disponible absorben de Europa

De los 23 países para los que es posible calcular lo que suponen los alquileres sobre las rentas de los hogares de los que los jóvenes son responsables de la vivienda en régimen de alquiler, España aparece  destacada en primer lugar, superando el 50% de esta renta, a más de 10 pp del segundo (Polonia) y cerca de 30pp más que en Holanda o Alemania, por ejemplo. Si sumamos los demás costes de la vivienda (electricidad, agua, gas, y calefacción), este porcentaje llegaría al 85%, también muy por encima de los demás.

 3- Varios países alcanzan una elevada tasa emancipación con una alta cobertura de subvenciones al alquiler o con precios regulados

Más información de la misma fuente de datos (y que se puede descargar aquí) nos indica que otros países como Finlandia, Francia, Reino Unido, Austria,  Dinamarca, Islandia, y de nuevo Holanda, también consiguen mayores tasas de jóvenes en viviendas alquiladas por estar los precios de estos por debajo de los de mercado y/o por medio de un alta cobertura de subvenciones al alquiler de la vivienda.

¿Ha tenido algún efecto la RBE?

En este contexto, la RBE que se puso en marcha el 1 de enero de 2008 no parecía mala idea como incentivo para mejorar nuestras paupérrimas tasas de emancipación, llegando a cubrir desde su inicio hasta julio de 2011 a más de 300.000 jóvenes. Sin ir, de momento más allá de lo descriptivo, veamos que nos dice la EPA. El Gráfico 4 muestra las tasas de emancipación de los  jóvenes con educación superior y de 22 a 29 años. Distinguimos dos grupos. El grupo C en el que estarían aquellos que cumplían aproximadamente los requisitos para beneficiarse de la RBE, es decir, tener una antigüedad en la empresa o expectativas de ingresos por un período de  6 meses o más (además, tener un contrato de alquiler y un nivel de ingresos inferiores a los 22 mil euros anuales, pero no disponemos de estos datos en la EPA) y un grupo NC, en el que estarían los que no cumplen estos requisitos.

Entre el primer trimestre de 2008 y el de 2011, para el grupo NC no se observa  ningún cambio en las tasas de emancipación. Por contra, para el grupo C si que se observa un aumento de más de 8 pp en las tasas de emancipación tanto de las mujeres como de los varones. En un período de duración equivalente y anterior al inicio de la crisis (2005-2008) sólo se había producido un aumento de dos puntos en cada caso.  Para los demás niveles educativos, en cualquier caso más afectados por esta crisis, no se observan cambios tan significativos.

Esta es sólo una observación tentativa que, desde luego, merece de una evaluación econométrica más rigurosa. Afortunadamente esta evaluación existe. La acaban de publicar Ainhoa Aparicio-Fenoll y Veruska Oppedisano utilizando varias técnicas econométricas, usuales en la evaluación de políticas públicas. Se centran en el colectivo más joven, de 21 a 22 años, y en los dos primeros años de funcionamiento de la RBE, de tal forma que sus resultados han de ser considerados como un limite inferior de los efectos totales de la RBE. En concreto, obtienen que habría tenido no sólo efectos sobre la probabilidad de emanciparse (un aumento de 14 a 18% en relación con la tasa emancipación media), sino que, además, habría también tenido efectos positivos sobre probabilidad de cohabitación en pareja (11-22%) y sobre la de tener al menos un hijo (13-22%) para los jóvenes emancipados.

Esta es toda la evidencia de la que disponemos de momento de la RBE. Con algo de tiempo, surgirá seguramente algún estudio que nos revele también los efectos de su  supresión. En cualquier caso, no es suficiente, evidentemente. Una evaluación debería tener en cuenta los efectos perversos que tienen todas las subvenciones y que en este caso también tiene una literatura abundante, desde el aumento de las rentas de los alquileres hasta los efectos sobre la actividad laboral. Y para ser más completa aún  deberíamos comparar los costes de la RBE con los ahorros que pudo eventualmente producir a la hacienda pública una mayor movilidad laboral (en términos de ingresos fiscales y menores gastos en prestaciones).

Las reformas

En cualquier caso, ya no hay vuelta atrás (o si, nunca se sabe…) y por ello no cabe más que incidir en la reformas estructurales que puedan mejorar la emancipación juvenil, y compensar los posibles efectos del abandono de esta medida.

La primera es la reforma del mercado de la vivienda. Janiak y Wasmer  muestran que los países con bajos índices de regulación del mercado de la vivienda hacen frente a una volatilidad de su tasa de paro más moderada y a una mayor movilidad regional, y en sus rankings España aparece como la que tiene precisamente el índice más elevado. Es hora pues de cambiar con las normativas que condenan al mercado de alquiler de nuestro país al sub-desarrollo.

Afortunadamente, ya tenemos un “Anteproyecto de Ley de Medidas de Flexibilización y Fomento del Mercado de Alquiler de Viviendas”. Aunque parecen ir bien encaminadas, me temo que las medidas adelantadas estén aún lejos las propuestas que se hicieron desde Fedea ya en el 2009: “Por un mercado de la vivienda que funcione: Una propuesta de reforma estructural. Entre las medidas para flexibilizar el mercado de los alquileres, coinciden ambas en que la actualización de las rentas dejen de hacerse con el IPC, pudiendo ahora ser pactadas. También se producen avances en que el dueño podrá recuperar la vivienda para residencia habitual sin necesidad de que se haya pactado en contrato. Pero,  la duración mínima obligatoria de los contratos sólo se pasa de 5 a 3 años, lo que puede resultar bastante marginal, de ahí que recomendásemos pasar a 1. Tampoco se ha atrevido a suprimir la obligatoriedad de la fianza por parte del inquilino. Los cambios en la fiscalidad (amén del acertado paso atrás en la deducción por adquisición de vivienda en el IRPF) también parecen bastante más tímidos. Finalmente, no se aborda el tema de la vivienda de protección oficial. Desde Fedea recomendabamos suprimir la que fuese en propiedad y se reorientase la protección social hacia el mercado de alquiler.

En fin, recuerda la segunda reforma que era fundamental: la del mercado de trabajo. Atajar la dualidad laboral (y no sólo la de los más jóvenes, como se muestra en este trabajo de Samuel y coautores) también resultaba crucial para que aumentase la emancipación, y francamente, como hemos escrito aquí en su momento, la última reforma no ha hecho gran cosa para que esto ocurra.

 

(*) Un buen ramillete de excelente trabajos sobre emancipación y movilidad y los factores que inciden sobre ellas, se puede componer con Alesina, Algan, Cahuc y Giuliano; Ayllón; Barceló; Becker, Bentolila, Fernándes e Ichino; Janiak y Wasmer; Martinez-Granado y Ruiz-Castillo; y  Martins y Villanueva

Nota: Mis agradecimientos a Draghi. El primer viernes en los dos últimos meses en que la familia de NeG no tendrá que preocuparse por la prima de riesgo y lo que ocurrirá el fin de semana. En fin con expectativas de que otras "pequeñas cosas"  nos puedan volver a interesar por un momento. Claro que en unas horas conoceremos los resultados de la EPA del segundo trimestre 🙁

Hay 15 comentarios
  • No he leido las investigaciones mencionadas y me pregunto si para un tema tan complejo se ha podido disponer de tipos de hogar de los padres y de tipos de personalidad de los hijos en edad de emanciparse --esto es, tipos justificados en diferencias en dimensiones “importantes“ de los hogares y las personalidades y que han probado ser útiles para explicar otros fenómenos. Uno de los cambios “culturales“ más importantes de los últimos 50 años ha sido el creciente número de tipos de hogares y personalidades. Alternativamente, me pregunto si las investigaciones consideran sólo agregados que suponen un único tipo de hogar y de personalidad.

    • Dificil por dos razones tecnicas, usualmente las encuestas se hacen a los miembros del hogar, no de la familia. Asi de los emancipados no solemos tener datos sobre sus padres. Cuando son datos en forma de panel, el problema es el de "attrition", es decir, no se suele seguir al invididuo que abandona el hogar, desaparece de la muestra.

  • Que la RBE puede tener efectos? Claro!!! Es cuestión de poner el dinero. Con todo el respeto a quien ha hecho los números, el restultado era esperable. Lo de verdad relevante es el disparate de ese instrumento para alcanzar el objetivo planteado.
    A los sinvergüenzas que nos han gobernado les ha dado alergia reformar el alquiler o el mercado laboral (hemos tenido que llegar al abismo para hacer una reforma moderadamente positiva de éste).
    Les parece más rentable electoralmente hacerse la foto creando esta RBE, una subvención seguramente ineficiente e injusta.

  • La diferencia entre la tasa de emancipación de hombres y mujeres es espectacular; merecería una entrada.

    Nota: no seas tan optimista: Montoro siempre puede hacer alguna declaración para tranquilizar a los mercados del tipo "no hay dinero para las nóminas".

  • Buenos días, Florentino, y gracias por el artículo. Una crítica demoledora de lo que políticamente nos ha sucedido

    Para ponerlo en contexto habría que remontarse a hace 40 años.
    Por aquel entonces, salvo si ibas a la universidad, entre los 16 y los 18 años ya estabas emancipado.
    Y si ibas a la uni y, como era habitual, tenías que irte de casa para ello pues resulta que casi la totalidad de los jóvenes estaba, a la mayoría de edad, ya trabajando y pendiente del servicio militar o social que en la mayor parte de las ocasiones iniciabas trabajando o haciendo la carrera.

    La cosa era parecida o incluso más acentuada en el mundo anglosajón y nórdico en el cual las familias y los propios chicos a partir de los 15 años sabían que uno comenzaba a estar de sobra en el nido.

    Una reflexión que creo que la academia debe hacerse es explicarnos sin tapujos qué ha sucedido para que el orden natural de las cosas sea hoy día impensable.

    En qué cabeza cabe pensar que haya que subvencionar alquileres para que un chico se vaya de casa. ¿Somos capaces de siquiera entrever el grado de irracionalidad y de autodestrucción de tal forma de proceder?
    Es como si intentésemos mover un barco de vela soplando al foque desde cubierta.

    Sin ese tipo de diagnóstico "¿qué ha pasado desde 1970 hasta aquí?" sospecho que nada resulta comprensible ni explicable. Lógicamente las explicaciones que lo omiten no resultan muy creíbles porque contradicen la memoria.

    Saludos

    • Manu Oquendo,

      Hablar de orden natural da a entender que hay “mucho“ de la humanidad que ha permanecido y permanecerá “fijo“ siempre y para siempre. Pero no sabemos qué elementos constituyen ese “mucho“ y cuáles serían “variables“.

      Hay que complementar las aproximaciones de Marshall y Hayek para avanzar en el conocimiento de la humanidad. Mientras Marshall distinguió entre cambios en el largo y en el corto plazo, reconociendo plazos intermedios, Hayek distinguió entre elementos naturales, culturales y racionales como determinantes de la conducta. En su última evaluación de lo avanzado en el conocimiento de estos tres tipos de elementos (el epílogo incluido en el volumen 3 de su Law, Legislation, and Liberty), Hayek se muestra optimista pero frustrado por lo poco avanzado.

      Queremos creer que hay elementos que “nunca“ cambian (aunque investigaciones recientes indican cambios en lo puramente biológico de los humanos) y si cambian lo hacen en miles de años y difícilmente los podemos identificar. Que hay elementos “culturales“ que cambian pero toman años en hacerlo (punto esencial para analizar el tema de la entrada de Florentino) y que en buena medida recogen o reflejan nuestra herencia biológica. Y por último, reconociendo que los anteriores condicionan fuerte nuestra conducta hoy, no la condicionan totalmente y entonces hablamos de elementos “racionales“ que sí controlamos y podemos cambiar.

      Tomará tiempo separar la totalidad de los elementos (totalidad que no conocemos) en esas categorías y analizar sus relaciones. Pero hemos avanzado desde la última evaluación de Hayek y hoy es difícil reseñar ese avance.

  • Como alguien "medio emancipado" en la franja de edad creo que tengo algo que decir:

    1. Sigo empadronado en casa de mis padres, en los últimos doce meses he vivido en dos pisos distintos, no considero que tenga suficiente estabilidad en un sitio como para empadronarme en otro sitio. Eso hace qwue no tenga ningún tipo de subvención.

    2. El alquiler se come un porcentaje pequeño de mis ingresos porque comparto piso. Pretendo remediar eso en Septiembre, pero entonces pasará a comerse un porcentaje mucho más alto de mis ingresos (bastante por encima de la media de la gente de mi edad). Es increíble lo que se pide por un estudio (que no apartamento de un dormitorio) en Madrid. Laboralmente necesito el coche, así que tenga garaje lo encarece mucho más.

    3. Para emanciparse hay dos problemas, el mercado laboral (si se está en paro, uno se queda en casa de los padres a no ser que okupe algo) y el horrible mercado de alquiler en España. Tenemos uno de los peores mercados con ingentes cantidades de viviendas vacías. Mientras que no se de seguridad jurídica a los propietarios temerosos la oferta será muy pequeña y no bajará la demanda.

    4. Eso de que en los países nórdicos y sajones uno sobra en casa a los quince no sé de dónde ha salido. Yo he vivido dos años en Inglaterra y medio en Alemania y muchos de mis amigos volvieron a casa después de sus estudios, que empezaron a los 18 ó 19...

    • Mientras no se dé seguridad jurídica, y mientras no se grave fiscalmente la vivienda desocupada.
      La RBE nos cuesta dinero a todos e impulsa los precios al alza. La penalización de la vivienda vacía aumenta los ingresos y favorece la muy necesaria bajada de costes. Es un Win-win, sólo pierden los que se han visto inmensamente favorecidos por la burbuja inmobiliaria.

      Además, ya no hay excusa: "Un seguro cubre al propietario de actos vandálicos asociados al desahucio. La aseguradora Mutua Madrileña acaba de lanzar un seguro de alquiles que cubre al propietario en el peor de los trances: echar a su inquilino."
      http://www.elmundo.es/elmundo/2012/07/16/suvivienda/1342439809.html

    • Eso, apreciado Javier, ha salido de más de una década viviendo entre Londres, Connecticut y Boston lugares donde nacieron y se criaron algunos de mis hijos. Otros nacieron en el hemisferio sur.

      Si hoy la emancipación ha dejado de ser temprana en esos entornos es otra señal de que también allí las cosas han ido a peor. Algo evidente. Pero eran como se las cuento.

      Justamente a eso me refiero. A una sociedad tan corta de miras y con una idea tan cuestionable del ser humano que nos hemos puesto en la situación estructural de ser incapaces de generar suficiente empleo. Y que por lo tanto negamos a millones una oportunidad de realizarse como personas independientes cuando están en la mejor edad para ello.

      Negamos a jóvenes en la flor de la vida su realización, se les condena a ser "abuelos" en vez de padres y madres a una edad normal y a considerar a sus hijos una carga imposible en vez de una bendición.

      Además está bastante claro por qué sucede esto y qué estratos sociales son los exclusivos beneficiarios.

      Por eso pido --alguna vez que otra-- al estamento académico que salga de su letargo y comience a analizar qué ha sucedido para que el resultado sea esta muerte física, social y cultural a la que de alguna forma también alude Quasimontoro.

      Saludos cordiales.

      • Manu Oquendo,

        Yo soy muy optimista. El beneficio de una perspectiva que va mucho más allá del último triunfo o derrota y de la expectativa de un nuevo triunfo o derrota es que uno aprende que el fútbol existió antes de Messi y existirá después de Messi. Todo lo que hoy nos parece anunciar el fin del mundo –esto es, del mundo que heredamos en nuestra infancia y que nos vendieron como EL mundo– no es más que una mala racha (como cuando han pasado dos partidos sin que Messi convierta un gol). Por supuesto, en las malas rachas, la maldad y la estupidez parecen ser las fuerzas que dominan a la humanidad, pero no. El optimismo de un Julian Simon (el economista de The Ultimate Resource; ver wikipedia) se basa en las grandes fuerzas que han movido a la humanidad por siglos y sigue presente en todos los que nos esforzamos en entender nuestra evolución en el último millón de años y en el próximo.

        • Pues compartimos optimismo a raudales, apreciado Quasimontoro.

          Es posible que cada uno de nosotros sea optimista por diferentes motivos.
          Aunque compartimos muchas coincidencias la mayor parte de mi optimismo es debida a que me he apartado de la ortodoxia y veo el sistema más desnudo y deforme que el Rey del cuento de Hans Christian Andersen.

          Además lo veo con obesidad mórbida y con el mismo gesto desesperado del Saturno de Goya devorando a sus propios hijos, los cuerpos con los que alimenta su miedo.
          Una vez que este formidable enemigo se nos va haciendo evidente estamos a un paso de declarar su ilegítima naturaleza y esto en si mismo es preludio de colapso y renovación.

          Es decir, tenemos motivos para ser optimistas.

          Saludos

    • "4. Eso de que en los países nórdicos y sajones uno sobra en casa a los quince no sé de dónde ha salido. Yo he vivido dos años en Inglaterra y medio en Alemania y muchos de mis amigos volvieron a casa después de sus estudios, que empezaron a los 18 ó 19…"

      En Noruega vivir en casa de los padres es signo de vagancia (creo que buena deducción). En este caso muchos padres requieren a sus hijos dinero para cubrir gastos.

  • Me alegro de ver que hablas con conocimiento de causa, estoy harto de oír a gente que apenas ha salido de su capital de provincias que me explique como es la vida fuera de España. Aunque un detalle, mis padres empezaron la universidad hace casi 40 años y al tener universidad en la ciudad estudiaron mientras que vivían en casa de sus padres.

    Una pregunta, ¿se puede considerar que alguien está emancipado en cuando vive en un dorm de una universidad americana, subvencionado por los padres y metiéndose en créditos para pagarse los estudios? Porque para mí estar emancipado es mantenerse por uno mismo (algo dificil con los sueldos actuales), no ser mantenido por los padres biológicos, los créditos que se pagan más tarde o incluso el sueldo que dan algunos estados sólo por estudiar en la universidad. Esa gente ha salido de casa de los padres, pero no creo que se puedan considerar emancipados, ni de lejos.

    Mis amigos británicos, muchos recibían dinero paterno todos los meses y el trabajo no dejaba de ser "casi un hobby" al que dedicaban una o dos tardes semanales con el que se pagaban los extras (salir por la noche, viajar, etc).

    De todos modos, hasta que no tengamos tasas de desempleo juvenil equivalentes a las de otros países y una relación de alquiler/sueldo equivalente me parece injusto quejarse de que los jóvenes no se emancipan por vagos o por lo que sea. Que suele ser la tónica habitual...

  • ¿Acaso en la época de las vacas gordas los jóvenes se iban de casa muy pronto? Igual tampoco, lo que pasa es que viviendo con los papás y con un sueldo, ni que sea mileurista, eres el rey del mambo, mientras que sin dinero la cosa se ve de otra manera.
    Tengo unos cuantos amigos con hijos en los USA: se fueron a estudiar allí y ahora trabajan. No han vuelto ni probablemente volverán. Tienen buenos empleos, no comparables con los que tendrían aquí, y TODOS comparten piso.
    Pretender que un chaval que acaba de estudiar, o ni eso, y que apenas a hecho nada, tenga su piso me parece un lujo poco razonable, sea el momento económico el que sea. Lo que quizás ocurre es que vivimos en un tiempo y un lugar en el que a los Derechos Humanos deberíamos llamarlos Deseos Humanos, ya que parece que coinciden.

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