El fondo de capitalización a la austriaca: ¿sería realmente tan costoso?

de José Ignacio Conde-Ruiz, Florentino Felgueroso y José Ignacio García Pérez

La Reforma de 2010 nació incompleta pues anunciaba la puesta en marcha a partir de enero de 2012 de un fondo de capitalización a la  austriaca. Sin embargo, el Gobierno ha anunciado la postergación de dicho fondo al menos en dos años.

Una de las razones esgrimidas para renunciar a incorporar el modelo austriaco es que saldría especialmente costoso para las empresas, no siendo pues una buena idea en la actual situación económica.

No hemos tenido acceso  al estudio del comité de expertos fichados por el Ministerio (que menos que hacerlo público ...). Sin embargo, dada la cifra tan elevada que ha salido en prensa, es probable que se estuviera considerando la posibilidad de abrir este  fondo a todos los contratos, y no sólo a los nuevos, y que además, no se considerase una compensación del aumento de costes que supondría la creación del fondo, mediante una rebaja de las indemnizaciones que se percibiría adicionalmente en el momento del despido. En este caso, el pago del fondo a todos los asalariados como complemento del sistema actual de indemnizaciones por despido si que resultaría especialmente caro.

Nos parece que la creación de un fondo de capitalización a la austriaca es una buena idea, pero que solo tiene sentido implementarlo conjuntamente con el Contrato Único con Coste Indemnizatorio creciente (CICA)  sólo para los nuevos contratos, tal como se propuso hace más de 2 años en la Propuesta para la Reactivación Laboral en España.   Tal como documentamos en la entrada anterior, la combinación de ambos podría contribuir a solucionar al menos  tres problemas :  i) la rotación laboral forzosa que tanto daño hace a nuestra economía y genera tanta injusticia entre los trabajadores; ii)  la prevalencia de la regla del LIFO (último entrante, primero en salir) en el ajuste de las plantillas; y iii) la ausencia de movilidad voluntaria (cambio de empleo) especialmente entre los trabajadores con más antigüedad.

Para hacernos una idea lo más cercana posible de lo que podría pasar en el futuro inmediato si se implementa una reforma de esta naturaleza hemos realizado un ejercicio de simulación dinámico y estocástico (basado en  la metodología desarrollada en García Pérez, 2010). En este ejercicio calculamos la evolución futura de la indemnización media esperada para una muestra de la población activa (empleados y parados) a finales de 2009 y durante un periodo de tiempo futuro (10 años) después de la introducción de varias reformas alternativas  (*). Cuidado: no se trata de un modelo estructural, sólo de un ejercicio de simulación que utiliza las tasas de entrada, salida y renovación por tipos de contratos registradas en nuestra economía en un período reciente. De esta forma, no recoge todos los efectos (teóricamente positivos) que cabría esperar de reformas laborales alternativas.

En concreto, para simular la situación de despido de estos trabajadores se han utilizado las tasas de despido anuales medias, en base a los historiales laborales de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) del periodo 2002-2009, aplicando a cada trabajador la suya correspondiente en función de su género, su edad, su nivel de cualificación y la duración de su empleo. Los trabajadores desempleados se reemplean, a su vez, a las tasas de reempleo observadas en el mismo periodo 2002-2009 y para las mismas características individuales.

Por tanto, para cada uno de los individuos de nuestra muestra hemos simulado su evolución futura a través de los estados de desempleo, empleo temporal y empleo indefinido, en base a realizaciones de distintas variables aleatorias que representan la llegada de shocks de contratación, despido y transición del empleo temporal al indefinido.

Los resultados de estas simulaciones se muestran en la siguiente tabla donde, partiendo del Escenario 0 que representa lo que pasaría en términos esperados si no se hubiera aprobado la reforma laboral de 2010, se hacen distintos ejercicios de comparación. El Escenario 1 representa la última reforma y su prórroga por tiempo indefinida. Por ejemplo, suponemos que se mantiene la  aportación del FOGASA a los despidos de los trabajadores indefinidos en base a lo regulado por dicha reforma. Como se puede comprobar esta reforma haría que los costes esperados para las empresas, en términos de indemnizaciones por despido medias  al cabo de 10 años, se elevarían del  2.81% al 3.12% del salario medio anual. Nótese que con este cambio en la regulación, no se conseguiría reducir la tasa de temporalidad, que seguiría estancada en el 34% para el sector privado, ni tampoco conseguiría un aumento destacable de la duración esperada de los empleos (5.3 años frente a los 4.9 del Escenario 0).

El Escenario 2 de esta tabla recoge los efectos esperados de acabar con la dualidad contractual mediante la implementación de un contrato único con indemnizaciones crecientes. Empezaría con 12 días de indemnización por año trabajado y acabaría en 36 días por año trabajado al cabo de 9 años (CICA 12-36), con un máximo de 24 mensualidades. Este escenario arrojaría unos menores costes esperados para las empresas: el 2.74% del salario medio, consiguiendo a la vez aumentar considerablemente la duración esperada de los empleos (hasta 6.5 años) y reduciendo al mínimo la temporalidad de nuestro mercado de trabajo

El resto de escenarios mostrados en esta tabla recogen tanto un escenario de Fondo de Capitalización a la austriaca puro, esto es, aquél que sustituye la totalidad de las indemnizaciones por despido por una aportación anual de 6 días de salario por año de antigüedad en la empresa (Escenario 3), así como otras dos fórmulas mixtas donde manteniendo una parte de la indemnización por despido se complementa ésta con una aportación general para todos los empleados con este nuevo contrato de tres (Escenario 4) o cuatro días por año trabajado (Escenario 5).

Siguiendo con los resultados de nuestro ejercicio de simulación, el Escenario 3 con un fondo de capitalización de 3 días por año y un CICA 8-24 tiene el mismo coste agregado para las empresas que el sistema actual donde el FOGASA se hacer cargo del pago de 8 días de indemnización si se produce un despido sea cual sea la causa.  Imponer un fondo superior a 3 días aumentaría el coste en términos esperados para las empresas. No obstante, dadas las ventajas citadas anteriormente para la movilidad puede no ser descabellado pensar en un fondo de capitalización superior. De cara a reducir estos mayores costes se podría pensar en una posible rebaja de cotizaciones por desempleo (5,5% actualmente para los contratos indefinidos y 6,7% para los contratos temporales a tiempo completo). Esta rebaja podría estar justificada porque al reducirse la rotación y aumentar la estabilidad en el empleo, es de esperar una reducción en el gasto en prestaciones por desempleo. Incluso se podría implementar un mecanismo más eficiente que  reduzca las cotizaciones por desempleo siguiendo un esquema bonus-malus de cara a bonificar a las empresas que despidan menos y, a la vez, penalizar a las que más despiden ( y por tanto, hacen un mayor uso del sistema de prestaciones por desempleo). Dada la evidencia disponible sobre la clara dependencia de la tasa de despido con respecto a la antigüedad en el empleo, un posible diseño alternativo de dichas cotizaciones podría ser un esquema decreciente con la duración en el empleo de cada trabajador (6.5% el primer año, por ejemplo, 5,5% el segundo y 4.5% a partir del tercer año en el empleo).

Además, un modelo mixto (como en los Escenarios 4 o 5) tiene una ventaja sobre el sistema actual (Escenario 1) en términos de indemnizaciones percibidas a lo largo de la vida laboral por los trabajadores. En el artículo citado anteriormente demostramos que a diferencia de lo que ocurre con el CICA puro (Escenario 2) con un modelo mixto es posible conseguir que la mayoría de los trabajadores perciban en términos esperados un mayor montante por indemnizaciones por despido (fondo de capitalización incluido) que en la situación actual. La explicación básica de este resultado reside en que con la situación actual las transiciones entre empleos (i.e. movilidad voluntaria) o entre el empleo y la jubilación no se recibe indemnización alguna, mientras que en el modelo mixto se mantienen los días aportados al fondo.

Por desgracia, en todas las reformas pendientes hay conflicto de intereses y es cierto que en términos de indemnizaciones por despido percibidas a lo largo de toda la vida laboral hay un colectivo que saldría perjudicado con el modelo mixto: los trabajadores jóvenes más cualificados. La intuición de este resultado es que precisamente los trabajadores cualificados son los que con el sistema actual (y si no cambia el sistema productivo) tienen una mayor probabilidad de encontrar un contrato indefinido de 45 días. Además para estos trabajadores al ser tan jóvenes es muy probable que tengan más de un contrato previo a la jubilación y por lo tanto que reciban la indemnización por despido de 45 días. No obstante, nuestros resultados también muestran sin embargo que en términos de duración esperada de los empleos a lo largo de la vida laboral, todos los colectivos ganan de manera considerable, con lo que ello significa ganancias claras entre otras cosas para su futura pensión de jubilación.

Conclusiones

Primero,  la creación de un fondo de capitalización a la austriaca sólo tendría sentido si se implementa conjuntamente con el Contrato Único con Indemnizaciones Crecientes (CICA). Segundo, por desgracia, esta medida,  aun siendo la única novedosa, pero también potencialmente la mejor de la Reforma 2010, ha sido pospuesta ad calendas grecas. El motivo esgrimido es que resultaría demasiado costoso. En esta entrada hemos mostrado que no tiene por qué serlo. Tercero, creemos que es una nueva oportunidad perdida de solucionar los problemas de nuestro mercado de trabajo. Complementar el CICA con un fondo de esta naturaleza no solo tendría efectos positivos sobre la movilidad voluntaria y una mejor racionalización de los despidos, sino también haría más fácil su implementación política al complementar las indemnizaciones por despido de los colectivos más afectados por el importante cambio institucional que implica la reforma.

(*) Una explicación más completa de la metodología utilizada en esta entrada y resultados más detallados sobre las indemnizaciones medias en distintos escenarios de reforma se podrán consultar en un documento de trabajo de Fedea que publicaremos a principios de la próxima semana.

Podrán encontrar más información sobre el modelo austriaco en este blog en las siguientes entradas de Samuel Bentolila, Florentino Felgueroso y Luis Garicano

Hay 10 comentarios
  • Es una propuesta excelente. Espero que algún siglo de estos nuestros gobernantes lo entiendan así, la hagan suya y además tengan el coraje de perseverar. De momento, mientras no estén convencidos seguirán acobardándose ante el más mínimo problema.

    Aunque el tema de las indemnizaciones por despido merece atención y reformas por todos los motivos que habéis expuesto en este blog, hay otro problema de nuestra economía que entiendo que requiere una atención más urgente: la competitividad. El caso es que un fondo austríaco puede ayudar también con este problema si se atiende a quién paga ese fondo.

    Ahora mismo nuestra economía pide a gritos una reducción de salarios nominales para mejorar la competitividad, pero desgraciadamente los salarios tienen poca flexibilidad y no se están ajustando. Los ajustes de la economía se están produciendo mediante destrucción de empleo en lugar de ajuste de salarios. Sin embargo, además de los salarios hay otros costes laborales, cuyo ajuste también podría ayudar a mejorar la competitividad. Las empresas verían reducidos sus costes si se lleva a la práctica la propuesta del CICA + fondo austriaco y la provisión del fondo se hace con el salario de los propios trabajadores.

    Además para ser justo, este esquema se debería aplicar a todos los contratos, no solo a los nuevos. Los contratos antiguos serían mixtos. Para calcular la indemnización se sumaría la indemnización del contrato antiguo hasta la aplicación del nuevo contrato más la indemnización del CICA desde su aplicación.

    Esta idea se puede mejorar todavía más si se crea un mecanismo contracíclico. Ahora los costes laborales son demasiado altos y deberían reducirse, pero puede haber otros momentos (que optimista soy) en que nuestra economía sea altamente competitiva y los trabajadores puedan beneficiarse en sus salarios de esa coyuntura.

    ¿Cómo se podría implementar? Con un mecanismo automático por el que el coste de provisión del fondo austriaco y de las demás cotizaciones laborales ( jubilación, desempleo, ...) se repartiesen entre los trabajadores y la empresa de un modo variable en función de la competitividad de la economía. La variable a medir podría ser el saldo por cuenta corriente. Cuando el saldo fuese positivo la mayor parte de estos costes iría a cargo de la empresa y cuando fuese negativo, como ahora, el coste iría pasando a los trabajadores. Es decir, la fracción de los costes que iría a cargo de la empresa sería una función del saldo por cuenta corriente.

    Sería un estabilizador automático de desequilibrios macroeconómicos.

  • Muchas gracias, me ha encantado la entrada y especialmente el cuadro por clarificador. Como ayer, me quedan más preguntas, podéis llamarme pesado. Decís:
    "Dada la evidencia disponible sobre la clara dependencia de la tasa de despido con respecto a la antigüedad en el empleo, un posible diseño alternativo de dichas cotizaciones podría ser un esquema decreciente con la duración en el empleo de cada trabajador (6.5% el primer año, por ejemplo, 5,5% el segundo y 4.5% a partir del tercer año en el empleo)."

    No acabo de entender que es lo que se gana con la bajada de las cotizaciones sociales, a lo mejor porque tampoco me ha quedado claro en que escenario se trata (antes decís el E3 pero describís el E4). Me imagino que lo proponéis porque con al antigüedad el coste de despido se encarece (cada año más caro) en el modelo CICA, la reducción de cotizaciones podría compensarlo, evitando los incentivos a la rotación (que ya creía pequeños) y aumentando ligeramente el efecto LIFO. Si es así, ¿realmente compensa? ¿y en el caso del E3?.

    Por cierto, los agentes políticos también estarán valorando la propuesta de la CEOE, a lo mejor hasta se aprueba el año que viene, ¿podríais introducirla en el modelo?.

    Gulliver, en general me gustan tus propuestas, cargar el coste del fondo a unos u a otros supone reducir o incrementar salarios. Para eso se hace directamente flexibilizando la negociación colectiva y fijándose más en la productividad que en la inflación. Hay una manera de que el salario se mantenga igual y el coste salarial varie. Pasando de políticas contracíclicas de inversión a unas de cotizaciones, de manera que el Estado las sube y ahorra en los buenos tiempos y al contrario en los malos. Al final te tienes que fiar de que el gobierno sea lo bastante sabio y piensa en el largo plazo para hacerlo bien o encontrar una fórmula para que un organismo lo más independiente posible lo haga mejor. Si encima tienes una economía en la que en medio de una burbuja el desempleo es aún alto, como pasaba en España, pues es difícil que en ese momento se pongan a subir cotizaciones sociales, pero podemos soñar con ello.

  • En favor del contrato único se podría alegar que algunas empresas ya estan calculando costes incluyendo la posible indemnización.
    No tengo tan claro lo siguiente: ¿las empresas podrían tener incentivos a despedir trabajadores una vez que llegaran al tope máximo de indemnización (24 meses)?
    ¿Podría ser que contratar trabajadores en edad mayor para trabajadores no cualificados resultara difícil o no atractivo?

  • Me pregunto si no será demasiado tarde. Si no estaremos ya "beyond repair" para renovar actos de fe. Me explico.

    Hace unas semanas comentábamos que algunos fondos privados de pensiones han descendido un 25% en 10 años. Años en los que el IBEX35, excluyendo dividendos, ha subido un 10%.
    Ayer nos apareció en el círculo familiar otro fondo que en los últimos 13 años ha crecido cero patatero, mientras el IBEX35 crecía en torno a un 40% --también excluyendo dividendos.
    No son fondos excepcionales. Si analizáis los vuestros o los de vuestros mayores veréis historias parecidas y entonces se ve el espejismo circular en el cual está basado el sistema en su forma actual.

    Hace ya bastantes meses recordábamos el trabajo publicado por Funcas (Prof. Messeguer, Carlos III, 2007) en el cual se explicaba que 260,000 millones de euros de "Superávits de contribuciones para pensiones" se habían evaporado en estos treinta años porque sucesivos gobiernos decidieron cargar contra dichos fondos diversos gastos y pensiones no contributivas para evitar el "engorroso" trámite de tener que pasar por el Congreso para pedir la aprobación del gasto. Principalmente el PSOE pero también el PP (Incluso el más austero, Aznar, según el estudio, se "ayudó" de estos fondos para cumplir Maastritch).
    Vive Dios que la idea de tener un fondo segregado a disposición del trabajador me atrae. Como otros colegas que han trabajado fuera de España conocemos bien el sistema por haber vivido en él.
    Pero para muchos es evidente que al sistema político y económico que tenemos se le ha pasado el arroz. No es ni creíble ni fiable para dejarle tocar cualquier dinero relacionado con nuestro futuro.

    Se han cargado las reservas actuariales de la SS, han legislado para gastárselas impunemente, legislan tolerando que la banca meta en nuestros fondos de pensiones deuda del tipo "Generalitat Soberana" y que nos vayamos quedando con las sucesivas pérdidas a medida que se deteriora el rating de deudas griegas o similares. Documentado y verificable.

    Se ha roto la fe. Y esto es como la virginidad. No vuelve ni con novenas al santo.
    Saludos

  • Estimado Carlos,
    Nuestra propuesta de bajada de cotizaciones, creciente con la antigüedad, puede aplicarse a cualquiera de los escenarios con CICA. La idea es de nuevo incentivar la permanencia en el empleo bajando los costes esperados de las empresas conforme aumenta la antigüedad en el empleo de sus trabajadores. Así el incentivo a continuar con un trabajador un año más aumenta conforme aumenta la antigüedad.
    Por ejemplo con el escenario 4 (el que analizamos más en detalle en el artículo), continuar con un trabajador que lleva dos años en la empresa durante un año más hace que, en caso de despido, la empresa pase de tener que pagarle 8+12=20 días de indemnización a tener que pagarle 8+12+16=36 días de indemnización (lo que EN TÉRMINOS ESPERADOS, dada la probabilidad de despido estimada a los 2 y a los 3 años, significa un mismo coste esperado de despido de en torno al 9% del salario medio). A esto habría que añadirle la aportación al fondo (3 días, esto es, el 0.82% del salario). Si a la vez las cotizaciones sociales que la empresa tiene que pagar en el tercer año son un punto porcentual menores (al pasar del 5,5% al 4,5%), el incentivo a continuar con el trabajador es claro ya que el coste marginal de esta decisión es casi nulo o incluso ligeramente menor que cero.

  • Gracias Ignacio, lo que me preguntaba es si esa ganancia es lo bastante positiva como para compensar el efecto negativo LIFO, hablando en términos de productividad por ejemplo, o el efecto LIFO de la bajada de las cotizaciones a los "veteranos" es despreciable. Vamos, que incentivéis mantener al mismo trabajador en el puesto por más tiempo, no tiene porque ser la mejor forma de asignar recursos y a lo mejor bajar la productividad. Esa es mi duda.

  • Estimado Carlos,
    Tienes bastante razón. Sólo sería una medida puntual para reforzar la probabilidad de renovación en los primeros años. Cómo explicabamos en la entrada anterior, si acompamos el CICA con el modelo austriaco, ya per se estaríamos amortiguando el efecto LIFO. Con ello debería ser suficiente.
    Gracias por tu comentario.

  • @continuando los comentarios de Manu Oquendo

    Temo que la situación sea más grave de la que apuntas. La falta de transparencia en el manejo de los fondos de las pensiones por parte del gobierno puede que se haya convertido en una condición para su sostenibilidad.
    Me da la impresión de que la estructura demográfica ha permitido durante décadas que los pensionistas y prejubilados recibieran más de lo que aportaron, pero, en el futuro, nuestros jóvenes recibirán menos de lo que obtendrían si capitalizaran sus ahorros en bolsa o incluso deuda pública (no en fondos de inversión, claro).
    Si esto fuera así, se generaría una nueva frontera generacional que se añadiría a la laboral y la inmobiliaria que ya divide a la sociedad entre los que se han visto beneficiados por el sistema y los que son excluidos del mismo. Imaginemos por un momento que se explicitara que las cohortes nacidas con posterioridad al año 1980, por ejemplo, van a financiar desde su piso alquilado y con su sueldo mileurista las vacaciones en Benidorm de los felices jubilados de la próxima década y que, a cambio, solo podrán tener una magra pensión de subsistencia. Las posibilidades de que se generase un movimiento social que hiciese saltar el sistema exigiendo que se convirtiera a capitalización serían muy altas.

    Saludos

  • Para Fede.

    Hola, Fede.
    Me refiero a este artículo que resume muy bien el trabajo de Alonso Mesrguer para Funcas

    http://www.elmundo.es/papel/2009/04/19/mercados/2631668.html

    Lo que es inevitable concluir es que el estado no debe administrar nada si los políticos pueden, por ley promulgada por ellos, intervenir esos fondos, usarlos para los fines que ellos decidan y luego, como un hecho consumado, decir ¡Huy, se os ha acabado! ¡Qué faena!

    Así son las cosas. Por eso no se puede dar tanto poder a gente que vive de pedir votos y tiene el poder de comprarlos con dinero contribuído para otros fines que pasan a quedarse a dos velas.
    De alguna forma hemos de superar esa visión por la cual es estado debe de ser todopoderoso porque se convierte en irresponsable e inembargable y los que lo han hecho se van de rositas.

    Saludos

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