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Rafael Repullo: más sabio que el rey Salomón

La semana pasada hemos estado de enhorabuena repetida. Le han dado un premio a dos grandes economistas. Ya nos ha hablado Luis aquí del premio Banco Herrero a nuestro colaborador Jesús Fernández-Villaverde. También hemos tenido la alegría de que el premio Jaime I fuera a Rafael Repullo, profesor de economía y director del CEMFI (Centro de Estudios Monetarios y Financieros), una institución puntera de investigación y formación de postgrado. La página del premio dice que éste se concede "a la persona cuyo trabajo de investigación en economía haya tenido un impacto de gran relevancia." Así es, y voy a dedicar esta entrada a hablar de la investigación de este economista y de su impacto (y de por qué es más sabio que el rey Salomón) .

Una forma sencilla de medir el impacto de la investigación de cualquier científico es ir a Google Académico y teclear allí el nombre de la persona en cuestión. Aparecerá una lista de sus trabajos de investigación. Debajo de cada uno a la izquierda encontrará "citado por" y un número. Todo lo que sea pasar de 100 es impresionante, en especial para un artículo de teoría pura. Repullo lo ha conseguido varias veces. En dos de ellas aparece la palabra "implementación". ¿Qué es eso? Pues una teoría que pretende averiguar cómo puede una autoridad, con capacidad para hacer cumplir unas "reglas del juego" pero mal informada sobre la realidad, llegar a unos resultados socialmente deseables.

Como el dilema al que se enfrentó el rey Salomón. Dos mujeres se acuestan junto a sus hijos y al despertar uno de los niños está muerto por ahogamiento (quizá el primer caso documentado de "síndrome de muerte súbita"). Las dos madres dicen que el niño que sobrevivió es el suyo y ruegan al rey que dirima la cuestión. El rey hace que uno de sus soldados se acerque y le ordena cortar al niño en dos para que cada madre reciba la mitad. En ese momento una de las madres, llorando, le dice al rey que le entregue el niño a la otra. Salomón ordena que esa madre reciba el niño, ya que solamente la verdadera madre habría sido capaz de aceptar tal sacrificio. Los teóricos de la implementación piensan que la solución es insuficiente ¿Qué habría pasado si la otra madre hubiera anticipado la reacción del rey y hubiera pedido también que el niño se lo quedara su contrincante? Un sabio mayor que Salomón debería establecer unas reglas a prueba de madres espabiladas.

Suponga ahora que las dos madres son igualmente ricas y que la verdadera madre estará dispuesta a hacer un sacrificio económico más grande por mantener la custodia del bebé. Una solución sencilla es “subastarlo” y dárselo a la madre que esté dispuesta a pagar más por él. El problema se hace más interesante si el objetivo de Salomón es entregarle el niño a la verdadera madre, pero no quiere recibir ningún dinero (al fin y al cabo él ya es muy rico, además de sabio, y las madres no tanto). El nuevo Salomón les propone a las madres el siguiente mecanismo. Si solamente una madre me reclama el niño, se lo doy a ésa. Si me lo reclaman las dos, cada una tendrá que pagar una “tasa” de diez monedas de oro, y después de pagar la tasa haré una subasta cuya ganadora pagará el precio y se quedará con el niño. Ahora el problema cambia completamente. La madre falsa estará muy contenta si es la única que reclama. Pero sabe que si llega a la subasta perderá al niño. Y encima tendrá que pagar diez monedas de oro. Mal negocio. La madre verdadera tampoco tiene muchas ganas de llegar a la subasta, pero en ese caso al menos tendrá al niño, que vale más que lo que pague allí y las diez monedas de oro. Lógicamente, la madre verdadera dirá que el niño es suyo, independientemente de lo que haga la otra. La madre falsa, anticipando correctamente lo que hará la verdadera, simplemente tendrá que rendirse y aceptar que no es la madre. Ya está, el nuevo Salomón ha conseguido su objetivo. La madre verdadera tiene al niño y no ha hecho falta que nadie gaste ni un euro. Además, al revés que con el Salomón bíblico, cuanta más gente lea la historia más fácil es conseguir el objetivo, porque está claro lo que va a pasar.

¿Les parece que esto no es economía? Pues piensen en una licencia de telefonía móvil que asignar entre dos competidores con capacidades tecnológicas diferentes, que el gobierno no conoce. Este gobierno ilustrado no quiere recibir mucho dinero de los concesionarios, porque prefiere que la empresa que reciba la licencia invierta lo máximo posible en desarrollar tecnología (cosa que hace mejor que el gobierno). Un esquema de subastas, o una lotería para asignar la licencia son inferiores para este gobierno a un esquema como el del rey Salomón.

Otros investigadores anteriores, como Hurwicz o Maskin, ya habían planteado el problema de implementación y averiguado condiciones necesarias y suficientes de implementación en algunos entornos (motivo por el cual recibieron el premio Nobel en el año 2007). El paso de gigante de Repullo, que esencialmente cerró este programa de investigación, fue el de probar que en entornos de información completa entre los participantes en el juego (las madres) diseñado por la autoridad, ésta puede conseguir esencialmente lo que le plazca si su capacidad de hacer cumplir las reglas es creíble, los agentes son racionales y si puede utilizar mecanismos con varias etapas (fíjense que el nuevo rey Salomón, como el antiguo, primero pide a las madres que digan si el niño es suyo y después hace algo más).

Repullo tiene también numerosas contribuciones en economía financiera. Ha escrito extensamente sobre la relación entre bancos y empresas, capital riesgo, regulación bancaria y otros asuntos de alto impacto, como pueden comprobar en Google Académico. En algunos de estos asuntos mostró una capacidad de anticipación inusual. Por ejemplo, se dedicó a entender en profundidad las implicaciones de los requerimientos de capital para los bancos (Basilea II y similares) cuando muchos académicos pensábamos que esto era una pérdida de su valioso tiempo e intelecto. La dura realidad actual nos ha puesto en nuestro sitio a todos.

Pero aunque el premio se otorga por la investigación del individuo, es de justicia mencionar además otras actividades de impacto para la ciencia económica en España. Repullo ha sido fundador y durante más de dos décadas director del CEMFI. No me sorprendería que una proporción elevada de nuestros lectores y, por ende, de lo mejor de nuestro sistema financiero y académico, hayan sido estudiantes del CEMFI. Aunque el éxito de una institución es siempre una tarea colectiva, yo creo que tanto sus colegas, como sus alumnos y ex-alumnos reconocerán la extraordinaria importancia de su liderazgo en ese éxito. Y, last but not least, Repullo fue miembro del Consejo editorial y luego director durante más de una década de Investigaciones Económicas, una de las revistas pioneras de la introducción en España de las buenas prácticas académicas (un resumen histórico se puede encontrar aquí), junto con la Revista Española de Economía/Spanish Economic Review. Esa historia, por cierto, se continúa hoy en SERIES, Journal of the Spanish Economic Association, fruto de la fusión de las dos revistas, que recomiendo encarecidamente a todos nuestros lectores académicos. Un ejemplo más de que la economía académica en España goza de buena salud, gracias al esfuerzo de un grupo de gente dedicada y "más sabia que el rey Salomón".