Los nuevos criterios de la ANECA: bienvenidos, pero mejor si algún día no hacen falta

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De vez en cuando la gente me pregunta que tuve que hacer para que me contrataran en UCL. “Mi página web muestra casi todo mi trabajo de investigación y material docente. Los profesores del departamento estudiaron ese material, di allí un seminario, y tuve una entrevista con un panel incluyendo algunas personas de fuera del departamento, algunos estudiantes y el decano. Y en un par de meses recibí la oferta”. Algunos, generalmente los que conocen el sistema universitario español, me preguntan, “¿Y ya está?”. A los que no lo conozcan, les parecerá una pregunta rara. “¿No les parece bastante?” Hoy verán que, por desgracia, en España no lo es, y que hasta una pequeña reforma en la buena dirección genera reacciones adversas por parte de los reaccionarios.

Les escribo esto porque parece que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) va a hacer públicos pronto unos nuevos criterios de acreditación nacional para el acceso a los cuerpos docentes universitarios, en aplicación del Real Decreto 415/2015 del que ya habló Manuel Bagüés.

Durante el proceso de elaboración de este documento en las áreas de Economía, algunos profesores hemos sido consultados y hemos podido ver algunos borradores y la propuesta final, y esto me permite tener una opinión sobre la misma. Con anterioridad al Real Decreto el proceso era una pesadilla. Había que documentar toda la actividad de manera exhaustiva (“exhaustiva” también en el sentido de agotadora) reclamando docenas de papeles, incluyendo cosas tan peregrinas como certificados de asistencia a conferencias (recuerdo haber oído en una conferencia internacional “ya vienen los españoles a por su certificado”). Lo cual por cierto ya muestra un error de aquel sistema, poner énfasis en cuestiones como las conferencias, que son un “input” a la investigación, no un “output”.

Y al final tampoco sabía uno muy bien de qué dependía ser acreditado o no. Un compañero de Madrid, brillante investigador y docente, no recibió la acreditación como titular porque no había dado suficiente docencia, a pesar de que llevaba seis años haciéndolo con excelentes resultados. Esto revela otro problema terrible del sistema, valoraba la cantidad por encima de la calidad (esta persona había dado pocas clases relativo al máximo estatutario pero lo había hecho muy bien).

El Real Decreto introdujo una serie de cambios en el procedimiento para simplificar el proceso y mejorar la transparencia mediante la publicación periódica de los criterios establecidos. En esta nota me centraré en comentar los criterios que se han propuesto por la Comisión responsable de diseñarlos. Tener los criterios correctos es siempre importante, pero en este momento y debido a la congelación de contrataciones en el sector público, hace seis años que prácticamente no se convocan plazas, lo cual sugiere que va a haber una bolsa grande de acreditados y es importante que los que estén en la bolsa realmente se lo merezcan. Si no, seguiremos viendo marchar a gente buena y, sobre todo, Espérance y Hope seguirán sin querer venir a soportar esta ordalía. Hay que tener en cuenta, por otro lado, que la acreditación de la ANECA es solo el filtro inicial que establece un estándar mínimo de calidad, pasado el cual las Universidades tienen mucho control. Y por desgracia en muchas de ellas los criterios de endogamia siguen prevaleciendo.

La valoración de méritos en la propuesta de la Comisión se establece en 5 categorías: investigación, docencia, transferencia, experiencia profesional y experiencia en gestión (se añade formación académica en el caso de titulares), dando prioridad a las dos primeras. Los méritos se valorarán clasificando a los individuos en 5 niveles dentro de cada categoría: A= excepcional, B= bueno, C=compensable, D=insuficiente, E= circunstancia especial. A partir de la combinación de las categorías puede configurarse un tipo de currículo que permita obtener la acreditación a los cuerpos de catedráticos y titulares de la Universidad española. La propuesta se centra en los criterios mínimos necesarios para alcanzar cada categoría, con especial atención al nivel B de investigación y docencia, que es el que finalmente se publicará. La razón principal es que si se obtiene ese nivel en ésas dos categorías no será necesario considerar las restantes.

Por lo que he podido ver el documento de criterios acordado por la Comisión tiene aspectos positivos, pero también algunas carencias. Para la investigación, algo positivo es una claro énfasis en la calidad frente a la cantidad, aunque por desgracia, ésta última aún tiene cierto peso. La calidad medida por indicadores como el factor del impacto, o el "eigenfactor" (aquí les explicaba un poco qué son estos indicadores) de las revistas en las que se publican los artículos (calculado por el JCR o Scopus, aunque este último es bastante menos selectivo y habría que normalizar para no perder calidad). En los méritos complementarios se aprecia también el énfasis en aquellas aportaciones que supongan un reconocimiento de la actividad investigadora (pertenencia a consejos editoriales de prestigio, premios internacionales, proyectos en convocatorias competitivas como investigador principal,...). De esta forma, méritos como movilidad o pertenencia a grupos de investigación, que son inputs se tienen en cuenta en menor medida que antes.

En el ámbito docente, también se aprecian mejoras importantes. La más destacada es que la valoración global se realizará en base a méritos objetivos directamente vinculados a la enseñanza en la Universidad: experiencia docente y labor de formación (dirección de tesis, trabajos de post-grado,...), y como méritos complementarios medidas de calidad como las evaluaciones docentes (aunque yo he expresado aquí dudas fundamentadas en la evidencia sobre sistemas de evaluación basados solamente en encuestas), o los empleos conseguidos por los estudiantes de doctorado. De este modo, desaparecen algunos méritos más exóticos que habían surgido en torno a la docencia, alentados por el anterior sistema de suma de puntos.

No obstante, la propuesta tiene también lagunas importantes. Sigue siendo un sistema excesivamente burocrático y, a pesar de las buenas intenciones del Real Decreto, resulta en ocasiones excesivamente farragoso, diluyéndose el mensaje principal que hubiera debido transmitir para impulsar seriamente la mejora de la calidad en la actividad investigadora y docente de la Universidad en España. Por ejemplo, con este sistema incluso el baremo más elitista propuesto por la Comisión para méritos de investigación para una cátedra requiere 6 publicaciones del primer cuartil de JCR. Pero ¿qué pasa si alguien tiene 5 publicaciones en las 5 mejores revistas de economía (algo parecido al Golden Slam de tenis) y solamente esto? ¿No lo acreditamos? Pero, claro, este es el problema de todo sistema burocrático que se dedique a contar publicaciones. O comete algún error de tipo 1, como este que les cuento de no acreditar al equivalente científico de Steffi Graff, o comete infinidad de errores de tipo 2 (acreditar a gente que no lo merece).

Por tanto, la propuesta de la Comisión es muy razonable, dado su mandato, pero opera bajo un mandato mejorable. Yo personalmente creo que el sistema no va a mejorar con más filtros burocráticos. Como ya les dije otra vez que hablé de este asunto, la evidencia internacional muestra que “es prioritario aumentar el grado de autonomía y competencia de nuestras universidades. Más flexibilidad contractual y salarial, y más competencia en la provisión de fondos públicos."

Y con esto vuelvo al principio de la entrada. El gobierno no interviene para que en UCL no haya endogamia ni nepotismo con acreditaciones y otros sistemas similares. No hace falta, ya saben que la financiación de la universidad depende de que vengan alumnos y haya ingresos por investigación. Y los alumnos vienen porque saben que si estudian allí se formarán y se colocarán mejor, y los ingresos de investigación llegan porque la que se hace es de máxima calidad. Si contratamos alguien que no da el nivel solo porque es un sobrino, o un estudiante de doctorado de uno de nuestros profesores, tendremos un problema.

Ojalá algún día tenga España un gobierno que entienda algo tan simple. Mientras tanto, bienvenida sea esta pequeña reforma en la buena dirección. Aunque tal como es este país me temo que las fuerzas reaccionarias ya deben estar afilando los cuchillos para recortar este pequeño paso adelante. Como muestra pueden leer un documento elaborado por la confederación de decanos hace unos años sobre los criterios con los que se concedían los sexenios de investigación en economía (un complemento salarial que se otorga a los profesores que en un período de seis años llegan a un nivel mínimo de publicaciones). Si algo como esto se hubiera puesto en práctica la exigencia de los sexenios habría bajado mucho, pues todas las publicaciones científicas valdrían prácticamente lo mismo (como si ganar la Champions fuera lo mismo que el torneo de verano de Villapalos del Huerto, vaya). Sospecho que el documento que he visto sufrirá presiones en la misma dirección de rebaja de exigencia.

Hay 26 comentarios
  • Gracias por este post tan esclarecedor. Espero que lo lea quien debería hacerlo.
    Voy a contar mi batallita, seguro que no muy diferente a otras.
    A mi me tumbaron en la ANECA (en la acreditación a Catedrática) por tener insuficiente docencia, en cantidad. Me faltaban horas, decían. Entonces llevaba algo más de diez años dando clases pero entre medias había cometido el por lo visto tremendo error de tener dos hijos y, encima, de estar dos años fuera de España en sendos centros de prestigio. Esto me permitió publicar mucho y estar en proyectos chulos y tener por tanto una nota muy alta en el apartado de investigación. Se me ocurrió recurrir la denegación porque me pareció que en el cómputo de la cantidad de docencia se penalizaban tanto mis estancias de investigación como las bajas de maternidad. La respuesta fue hilarante. Solo me contestaron a lo de la maternidad y de forma airada, diciendo que si decidí dar menos clases para investigar más era mi problema. La tengo guardada y se lo enseño a los amigos por si no se lo creen. Ahora estoy fuera de la Universidad, en otro centro de prestigio y sin dar clases así que nunca en la vida me acreditaré. No es que importe mucho por otro lado porque la Universidad de la que procedo se dedicó en su momento a sacar cátedras a tutiplén por lo que por una mera razón presupuestaria si quiero ser Catedrática, o hay una epidemia de algo o tendré que antes crear una Universidad ad hoc para ello.

    • Gracias, una buena muestra de la estulticia del sistema anterior. Creo que con las normas que se están planteando ahora, uno podrá sustituir menos cantidad de docencia por más calidad, de docencia o de investigación. Es el espíritu del decreto al menos.

  • Gracias por esta entrada muy informativa Antonio. Ahora entiendo porque en el sitio web del congreso SOLE (acrónimo para Society of Labor Economists, una sociedad estadounidense de economistas en el campo de economía laboral), tienen una entrada titulada “But I'm Spanish!” (http://sole-jole.org/FAQ.htm). Va a ser porque tantos españoles les han preguntado por certificados de asistencia para obtener la acreditación.

  • Estoy por supuesto muy de acuerdo con todo lo dicho por Antonio, sin embargo soy escéptico sobre que en España pueda implantarse un sistema en el que las universidades tengan autonomía de contratacion porque si contratan mal y enseñan mal perderán alumnos. La baja movilidad interterritorial y el hecho de que esa movilidad solo se la puedan permitir ciertos alumnos dado lo magro de nuestras becas, hace dificil que pueda producirse una diferenciacion vertical.
    En cualquier caso si que esa diferenciacion puede venir via proyectos de investigación y buy-outs al estilo de las universidades anglosajonas.

    • Gracias, Santi. Identificas un fallo de mercado claro, las "borrowing constraints". Pues en ese caso lo ideal sería actuar contra ese fallo. El sistema de préstamos del gobierno británico, aunque mejorable, es un punto de partida. Y una vez en marcha, no veo por qué no iba a funcionar la competencia. Yo conozco a gente que ha pedido prestado para ir de bien lejos a Madrid o Barcelona a alguna escuela de negocios. No me parece imposible que la reputación de varias facultades de economía y empresa públicas, y seguro que también muchas de otras disciplinas, no permitieran que la competencia por estudiantes no funcionara también en ellas.

  • Un texto muy lúcido y un buen resumen de lo que serán los nuevos criterios y sus objetivos teleológicos. No obstante hay algo más. De poco sirven las acreditaciones cuando los departamentos y sus profesores tienen la potestad de contratar. El sistema debe esforzarse en exteriorizar estos procesos evaluativos (como hace con ANECA o las propias tesis) y no dejar a los futuros compañeros del aspirante la evaluación de las plazas. Colegas que tienen sus propios intereses (alumnos, amistades incluso familiares) y que en muchos casos optan por elegir a los menos dotados para evitarse competencia en el futuro. Quizás si hubiese algún tipo de estímulo para elegir a los mejores profesores, por ejemplo, que el director y lo profesores del Departamento tuviese que rendir por la producción del mismo...

    Os dejo con una reflexión que ya lleva tiene más de 100 años de vigencia.

    "Una de las causas de la prosperidad de Inglaterra —me decía un profesor de Cambridge— consiste en que entre nosotros cada cual ocupa su puesto.» Lo contrario de lo que, salvando honrosas excepciones, acontece en España, en donde muchos parecen ocupar un puesto no para desempeñarlo, sino para cobrarlo y tener de paso el gusto de excluir a los aptos". Santiago Ramón y Cajal, Los Tónicos de la Voluntad.

    • "Quizás si hubiese algún tipo de estímulo para elegir a los mejores profesores". Pues a esto me refería con competencia entre universidades por alumnos y fondos de investigación. Si las universidades estuvieran luchando por mantenerse en el ranking de calidad, a nadie se le ocurriría contratar a un tonto. A nadie se le ocurre que haya que "acreditar" las jugadores del Barcelona o Real Madrid (aunque como nos has explicado Jesús, el estúpido credencialismo ha llegado también al deporte con la excusa del intrusismo) porque al entrenador o presidente que se le ocurra contratar a un mal jugador porque es su sobrino tiene los días contados. Para que haya autonomía, lo mejor es la competencia.

        • En realidad, la universidad privada ya está sometida a competencia. Y como sería de esperar las hay de distintas categorías. Algunas escuelas de negocios salen de manera recurrente en puestos muy avanzados en los rankings internacionales.Y otras son meras factorías de títulos si mayor interés. Las acreditaciones podrían servir para que las fábricas de títulos mejoraran su desastrosa reputación. Pero si no lo hacen peor para ellas, ahora mismo no se me ocurre un fallo de mercado claro que me invite a intervenir.

    • Rafael, dices "De poco sirven las acreditaciones cuando los departamentos y sus profesores tienen la potestad de contratar. El sistema debe esforzarse en exteriorizar estos procesos evaluativos (como hace con ANECA o las propias tesis) y no dejar a los futuros compañeros del aspirante la evaluación de las plazas."
      Tienes razón, pero yo he visto como a dos colegas, excelentes docentes e investigadores y con experiencia de más de 20 años, evaluaciones docentes positivas, etc, no se les dio la acreditación a catedráticos por "no haber dado docencia de máster o doctorado". Sorprendente.
      Un par de años más tarde alguien "de dentro" me ha confirmado que había instrucciones específicas a ciertos miembros de un panel de la Aneca para que esos dos profesores no llegasen nunca a acreditarse. Su grave error había sido desmarcarse en un momento dado de la tiranía de quien había sido su director de tesis, amigo de alguien de peso en la agencia. Ese mismo panel acreditó a otro colega del área, pero de otra universidad, que no debería ni haber llegado a ser profesor titular. Eso sí, era un discípulo de ese "alguien importante" que había dado la consigna en contra de mis dos compañeros.
      Aunque haya personas íntegras y honestas en estos procesos, tristemente entre los evaluadores también hay amiguismo, venganza y tráfico de influencias. Por eso, mi confianza en que esto funciones es muy poca.

      Un saludo.

  • Mi batallita es menos triste, o no, según se mire.

    Nunca solicité la acreditación a titular, porque no puedo con la burocracia. Me puse a coleccionar papeles, certificados, compulsas y fotocopias de papeles, pero entre mudanzas perdí un paquete, por no hablar de los documentos que envié en acreditaciones previas (las tengo todas), pedí que me devolvieran y nunca recuperé.

    Pero lo peor no es eso. Peor es que si cambias de contratado doctor a titular ganas lo mismo (una miseria, menos de 40.000€ brutos al año, según reza el convenio). Peor aún es que si te acreditas te tengas que poner a la cola de los acreditados de tu universidad, con un tiempo de espera de unos 4 años (criterio: orden de entrada). Y mucho peor aún es que en tu tribunal para la plaza tengan que estar sí o sí compañeros que te clavarán un puñal si pueden, con total impunidad, o intentarán venderte "el favor" (porque para eso quieren estar). Porque esto del "control" de tu universidad es un arma de doble filo: lo mismo meten al "hijo de" que fastidian a alguien por cualquier motivo.

    El sistema de acreditaciones es absurdo, y en el contexto en el que se inserta más. Entre otras cosas, evalúa cosas que ya se han valorado antes. Es el día de la marmota. Si es un requisito de mínimos debería ser suficiente con acreditar tramos y quinquenios de docencia, más alguna otra cosa de adorno que se quiera hacer constar, y hacer que esos procedimientos de evaluación sean sensatos.

    • Tienes razón. El espíritu y la letra de la regulación harían factible que alguien con un sexenio de investigación y un quinquenio de docencia estuviera automáticamente acreditado. Y de paso, que no hiciera falta presentar más papeles, estos los tiene ya la administración.

      • No me dedico a la política.
        Me dedico a pudrirme lentamente en la universidad española.

  • Yo estoy en la misma situación que NEMO, de contratado doctor hacia acreditación de titular, pero uno se plantea si merece la pena el sacrificio de tiempo y mareo burocrático que supone.
    En cuestión de sueldo, solo varía quinquenios y sexenios, estos últimos concedidos pero no pagados por el tipo de contrato que tengo.
    Veo bien que se exija calidad, pero tampoco hay demasiados medios y me parece que la relación esfuerzo pedido recompensa obtenida no es la adecuada.
    Al que me pregunta si merece la pena la carrera universitaria, solo la recomiendo al que tenga vocación, porque es muy esforzada y hay muchos trabajos en las que puede conseguir una retribución similar o superior. Concretamente, si a alguien le gusta la docencia, le trae más cuenta tirar por la enseñanza secundaria, se llega antes a funcionario y con un sueldo prácticamente idéntico.

  • Antonio,
    es muy complejo establecer reglas que aborden la problemática de los candidatos en la Academia española. Propones un conjunto de tipologías que, por un lado, parecen indiscutibles y, por otro, poco realistas en el contexto español.
    Te cito algunos ejemplos. Es muy difícil encontrar a alguien que haya publicado 5 papers en las top five y nada más. Más bien, me atrevería a decir que no hay nadie en el mundo que tenga un CV así. Es importante tener elementos que nos lleven a pensar que alguien que alcance el status de titular no se quede en "y ya puedo dedicarme a jugar al tenis, que ya he investigado mucho". Desafortunadamente, la universidad española tiene muchos titulares inactivos. Hay un segundo elemento que no mencionas: la coautoría. Hasta no hace mucho, en el ámbito de Economía, era extraño encontrar papers con tres o más coautores. Desde un tiempo a esta parte, los papers con cuatro y más coautores son muy habituales (en particular, en la Economía Experimental) ¿Se aplicarán criterios de coautoría similares a ciertas ramas de Ciencias? Es importante aclararlo.
    Sólo proponeros una cuestión: imaginad que tenéis que evaluar a 30 doctores cada mes, todos ellos con curricula lo más variopintos, con papers en revistas que ni siquiera sabíais que existen... ¿cómo lo haríais? Es muy fácil plantear cómo se debe evaluar sin pensar en que ello debe ser implementado... y todo para que uno pueda presentarse a una oposición... No es tan fácil...

    • El punto central de mi argumento es precisamente que intentar evaluar a 30 doctores al mes es casi imposible sin cometer errores. Se pueden encontrar compromisos razonables, como ha hecho la Comision actual, pero lo que yo propongo es que se abandone completamente ese ejercicio y nos centremost en dejar a las universidades que elijan, pero que al mismo tiempo compitan mucho.

      • El problema es que tu propuesta no funcionaría en el caso español. Hay que idear un sistema que nos coloque en una situación en la que la solución que propones (lo que se hace en otros países), sea aquí realmente operativa.

    • "Es muy difícil encontrar a alguien que haya publicado 5 papers en las top five y nada más. Más bien, me atrevería a decir que no hay nadie en el mundo que tenga un CV así."

      Maurizio Mazzocco, el dia que le dieron tenure en Duke (yo estuve en el comite) tenia 2 American Economic Review y una Review of Economic Studies. Punto. Absolutamente nada mas. Y me vas a decir que dos AERs y una ReStud (y ademas super-creativos e interesantes) no es mejor CV que el de 90% de los catedraticos españoles?????

      Nicola Persico, el dia que le dieron tenure en Penn, tenia 6 papers, 5 tops five y un Games and Economic Behavior. El Games le separa un epsilon de la condicion, pero le habrian dado tenure sin el Games (que seguro que ni se lo miro nadie).

      Y si investigase un poco seguro que encontraba otra docena de ejemplos.

  • Yo creo que el sistema va a ser 'más de los mismo'. Lo primero que quiero decir, es que yo no he pasado nunca una evaluación de la ANECA (estoy en UK), pero he visto de cerca el resultado de dichas evaluaciones. Por una parte, en el antiguo sistema te daban una puntuación según la reglamentación vigente, y por otra te enviaban un informe (o informes) de un experto/s en dicha área, el cual valoraba de forma cualitativa tu posible acreditación (tengo la sensación, que el informe condicionaba la puntuación). Algún informe merecía la pena leerlo….de juzgado de guardia !!!!!
    El experto, creo que debía tener 3 tramos de investigación (para las cátedras), lo cual a priori hace que tenga que ser una persona de reconocido prestigio. Pero, como es bien conocido, estos (los tramos de investigación) han ido variando de rigor dependiendo del tiempo, y en sentido inverso al pago que el evaluador recibía por la realización del informe.
    Por lo que he leído, el nuevo sistema tiene un cierto continuismo, y sinceramente, creo que no aporta nada nuevo. Además de 6 top revistas (AMR, AMJ, SMJ, …., y que más!!!!).
    Sinceramente, los que estamos fuera hemos pasado por un sistema internacional de contratación, que te podrá gustar más o menos. Por una parte, te permite conocer un poco al candidato, ver su trayectoria, futuras líneas de investigación, ….., además de valorar su CV, y publicaciones valoradas según el ABS ranking, con muchas más posibilidades (revistas en nivel 4* o 3*).

  • Hay un punto con el que no estoy de acuerdo con usted. En algunas disciplinas científicas los congresos SON el output, por ejemplo en informática y en algunas ingenierías. Este punto es algo en lo que la ANECA lo hace rematadamente mal, y crea incentivos muy perversos. Primero, para respaldar que lo que digo es cierto, elija los mejores profesores de las mejores universidades del mundo del ramo correspondiente (Stanford, MIT, Carnegie Mellon, Berkeley) y compruebe que estos profesores NO publican en revistas y sólo en congresos especializados. Incluso, compruebe que la mayoría de ellos no pasarían los criterios de la ANECA. Curioso que no se realice esta "prueba del algodón". Ahora el incentivo perverso: algunos investigadores y departamentos optimizan la variable a medir (revistas indexadas) para salir bien en la foto de la ANECA, y perpetúan este comportamiento al ser consultados (por ser los "buenos") para las evaluaciones futuras.

    • Gracias, yo estaba hablando de economia, y de los criterios de economia y disciplinas afines. En ingenieria es cierto que los congresos son el output. Pero de facto no hace falta un justificante de participacion (que es de lo que me quejaba) porque la ponencia ya viene en las actas del congreso. Con lo que lo que se deberia enviar al comite correspondiente son dichas actas, igual que en economia se envian los articulos.

      • No puedo estar más de acuerdo en que pedir certificado de asistencia a un congreso es lamentable (como lo es los montones de diferentes formatos "normalizados" que se piden constantemente). Mi punto venía a tocar un aspecto penoso de la ANECA que es fácilmente comprobable: los mejores profesores e investigadores del mundo han de pasar el criterio. Si no, el criterio está mal. Por eso los criterios "unificadores" son nocivos, y en ciertas disciplinas nos encontramos una y otra vez con este escollo.

  • Estimado Cabrales, valoro la argumentación de tu artículo, pero en última instancia me parece naïf e inocente. El problema que ha traído consigo la Acreditación no procede de los criterios, que son discutibles y mejorables en muchos casos. Los errores que se cometen al valorar con los criterios actuales (que pueden dejar fuera a un magnífico investigador con poca docencia, o dejar pasar a un mediocre, porque ejerció un cargo de turno, -el cargo vale mucho más del 10% que dicen-) ceden en importancia ante otro hecho dramático: que en 6 años que lleva la Universidad pública sin poder sacar plazas, se han acreditado MILES (para catedrático), y DECENAS DE MILES de titular. Es decir, que se acredita "TO DIOS". Sí, sí, ya sé que esto es durísimo de aceptar para ese investigador excelente que se queda fuera por poca docencia y ningún cargo, o ese ingeniero gran docente, con importantes Arts. 83, pero que no tiene artículos. Pero estos casos son una simple faceta lamentable de un problema mayor, porque esos mismos están viendo cómo mediocres de sus Departamentos, con méritos docentes e investigadores muy corrientes pero equilibrados, se acreditan. Porque globalmente, el listón es muy bajo y está provocando que muchos con un CV que no les permitiría ni soñar con un puesto, ahora se consideren aptos. Ahí estàn los números. Ahora mismo, a catedrático llega TO-PERRO-PICHI, es solo cuestión de tiempo. Y un puesto al que tarde o temprano llega cualquiera, deja de tener valor.

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