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NeG Visual y Básico: Desinflación competitiva

Este gráfico muestra los costes laborales unitarios en los tres países rescatados y los otros dos países del Euro con mayores primas de riesgo:

Nota. El coste laboral unitario (CLU) es el resultado de dividir los costes laborales totales por la producción. Normalmente se sigue especialmente en la industria, que produce los bienes comerciables por excelencia; en este caso se refiere al sector privado no agrícola. En el gráfico aparece normalizado a su nivel en 2000.

El gráfico proviene del trabajo de John Muellbauer titulado “Cómo resolver la crisis de la Eurozona: La hora de los eurobonos condicionales”, colgado en nuestro blog asociado Vox. Como señala el autor, lo más llamativo del gráfico es el contraste entre Irlanda, que muestra una caída de casi 20 puntos porcentuales desde 2008, y Grecia, donde solo ha empezado a caer en 2011. España es el país donde más creció y, aunque tocó techo en 2008, apenas ha caído 5 puntos porcentuales desde entonces.

Aunque no es el único elemento relevante, el CLU es una variable muy importante para la competitividad exterior de una economía. Se puede rebajar bien reduciendo los costes laborales, bien elevando la productividad. En España, a pesar de la catastrófica caída del empleo (del 11.5% de 2007:3 a 2011:2), la productividad aparente del trabajo (producción dividida por empleo) solo ha aumentado un 6.5% entre 2007 y 2010 (y la productividad total de los factores, que da una idea de las mejoras no debidas ni al empleo ni al capital, ha caído un 1.7%). Dado que no es fácil elevar la productividad a corto plazo, porque depende de factores estructurales, la única alternativa es la devaluación interna, que cuando Francia estaba intentando desesperadamente mantener el tipo de cambio del franco con el marco alemán en los años 80 se llamaba desinflación competitiva.

No voy a detallar la propuesta de Muellbauer. En síntesis, propone emitir unos eurobonos condicionales, que solo estarían garantizados en el 85% de su valor –con lo que habría un riesgo de impago del 15% (ver la propuesta de los ESBies de Luis, Tano y otros). En estos eurobonos habría transferencias de los países con clasificación de solvencia (rating) por debajo de AAA a los demás, que prestan su mejor rating a los peor calificados para que a estos les resulte más barato endeudarse.

Una nueva Autoridad Monetaria y Fiscal Europea fijaría el valor inicial de esa compensación (spread) y lo reduciría en los años sucesivos a medida que el país correspondiente lograra unos objetivos prefijados de coste laboral unitario, deuda sobre PIB y saldo por cuenta corriente sobre PIB. Con la primera variable se ligan las mejoras de la competitividad a caídas del coste de la financiación.

Muellbauer destaca el gravísimo problema de coordinación que existe para convencer a los trabajadores de reducir sus salarios: “¿Y si mi salario cae y los de los demás trabajadores no, o las empresas no reducen sus precios?”. Para resolverlo propone una reducción temporal de los tipos impositivos del IVA, condicional a una reducción salarial por el mismo porcentaje, lo que facilitaría que los trabajadores no perdieran (o perdieran menos) poder adquisitivo.

Esta propuesta es opuesta a la de la devaluación fiscal (elevar el IVA y reducir las cotizaciones a la seguridad social) ya discutida en este blog. Se necesitaría hacer los cálculos sobre la viabilidad fiscal de la propuesta en estos tiempos de objetivos de déficit público menguantes. Muellbauer indica que seguidamente podría haber un calendario de aumentos preanunciados de los tipos impositivos del IVA.

Aunque Muellbauer no lo menciona, una medida adicional podría ser un paquete claro de medidas para el fomento de la competencia. En todo caso es interesante la idea de facilitar la desinflación competitiva con medidas globales, cuantificadas y fáciles de entender por el público que sirvan de mecanismos de coordinacion.