Homenaje a Luis Toharia

" title="Homenaje a Luis Toharia" alt="Homenaje a Luis Toharia" class="img-responsive">

Hoy tenemos una pésima noticia que dar. Luis Toharia falleció ayer. Luis fue un pionero del análisis económico del mercado de trabajo español, con muchas y muy valiosas aportaciones a su conocimiento. Para mí fue además un buen amigo y coautor, a quien acudía regularmente, a lo largo de muchos años, cuando había algún aspecto de la evolución del mercado de trabajo español que no entendía, recibiendo siempre respuestas muy útiles. Somos muchos los que le echaremos de menos.

Tuve ocasión de glosar la figura de Luis Toharia en este blog el pasado mes de julio, cuando recibió, de manos del Ministro de Trabajo, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo concedida por el Consejo de Ministros. Claramente, era un justísimo reconocimiento a sus méritos académicos y personales.

Compartí con Luis la preocupación por el problema del paro en España y la desesperanza de ver que era crónico y que se recrudecía periódicamente hasta alcanzar niveles insoportables. Por ello, en 1991 publicamos una gruesa recopilación de estudios sobre ese tema (1). Aunque teníamos visiones distintas sobre las raíces del problema, el afable carácter de Luis hizo que enseguida nos pusiéramos de acuerdo en los artículos a seleccionar y que la colaboración fuera un auténtico placer.

Luis Toharia aportó varias ideas importantes para la comprensión del mercado de trabajo español. Una de ellas fue la concentración del paro a nivel familiar, que se daba cuando Luis puso el acento en él, en 1992, y persiste hoy, con un 40% de los parados viviendo en hogares en los que ningún miembro trabaja (2).

Luis fue también uno de los economistas que más temprano y más insistentemente señalaron los efectos negativos del empleo temporal en nuestro país. Mientras otros vimos durante algunos años los contratos temporales como un mal menor, aceptable a cambio de la flexibilidad que proporcionan, Luis se manifestó desde el principio en su contra y los hechos le han dado la razón. Su postura fue determinante para que en el informe que en 1991 redactamos junto con Julio Segura y Federico Durán para el Ministerio de Trabajo, acerca de la contratación temporal en España, recomendáramos que la duración máxima de los contratos temporales se redujera de tres a dos años (3).

Uno de los rasgos más destacados de la aportación de Toharia fue su visión propia del funcionamiento del mercado de trabajo. A pesar de haber obtenido el doctorado en MIT, no estaba convencido de la validez del modelo neoclásico, por llamarlo de alguna manera, que usamos la mayoría de los economistas. Estaba más cercano a la llamada "escuela institucionalista", que sostiene que la tasa de paro y la evolución salarial son dos fenómenos claramente diferenciados, que responden a factores explicativos diferentes. Esta postura revela la influencia de la teoría de la segmentación del mercado de trabajo –con un mercado primario (los trabajos buenos) y otro secundario (los trabajos malos)– propugnada por su maestro y director de tesis, Michael Piore.

De hecho, un conocido libro de lecturas sobre las teorías institucionalistas del mercado de trabajo, del que Piore fue compilador, fue traducido al castellano por Luis Toharia y su esposa, Esther Rabasco (4). Ambos formaron durante muchos años un gran equipo, que nos ha brindado versiones castellanas de altísima calidad de los principales manuales de economía, ardua labor que también merece un gran reconocimiento.

Otro aspecto importante es el de los flujos laborales. Durante largos años, muchos creímos que el mercado de trabajo español era esclerótico, registrando pocas transiciones entre la inactividad, el paro y el empleo. Luis Toharia desacreditó tempranamente esta visión, por ejemplo en un artículo clásico de 1985 (5).

Hay tres constantes del estilo Toharia. La primera es manejar, muy cuidadosamente, datos individuales con un análisis multivariante, normalmente con modelos probit. La segunda es preocuparse por la calidad de los datos y aportar propuestas metodológicas para mejorarlos. Por ejemplo, en relación con la Encuesta de Población Activa, Luis se dió cuenta de algunos problemas e inconsistencias importantes que presentaba, lo que ayudó a su vez a mejorar la propia encuesta y permitió que se hicieran estudios más rigurosos. Luis fue también muy influyente en la puesta en marcha de un nuevo sistema de datos administrativos del paro registrado, el denominado SISPE. El tercer rasgo es usar el análisis empírico microeconómico para contrastar la validez de la teoría económica convencional. Los estudios de Luis y de otros economistas de su escuela de Alcalá, un conjunto de investigadores que aprendieron de Luis el amor a la investigación, han evaluado el impacto de las prestaciones por desempleo sobre la duración del paro, obteniendo estimaciones de menor cuantía que las encontradas por otros investigadores, incluido yo mismo, enriqueciendo así el debate (6).

Luis Toharia dedicó toda su vida a entender mejor el funcionamiento del mercado de trabajo español, a fin de mejorar la situación de los trabajadores en nuestro país. Es difícil exagerar, en condiciones como las actuales, la importancia de esta labor. En breve, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social publicará un volumen que contiene un buen número de los artículos clave de Luis Toharia, con comentarios de economistas laborales. Además de una excelente forma de tributarle un homenaje, será una lectura muy provechosa.

Aparte de sus aportaciones profesionales, y no menos importante, Luis fue una gran persona, siempre dispuesta a ayudar a los demás y enormemente apreciada por todos los que le tratamos. Todos nosotros nos quedamos algo huérfanos con su ausencia. Buena prueba de ello la ofrecen los muchos y muy cariñosos comentarios que dejaron en este blog en julio pasado un gran número de personas que apreciaban a Luis. En Nada es Gratis nos sentiremos muy honrados de acoger los comentarios de quienes queráis dejar aquí testimonio de vuestro aprecio por la figura de Luis Toharia.

 

P.S. - Obituarios en El País, (I) y (II).

---

(1) S. Bentolila y L. Toharia (comps.), Estudios de economía del trabajo en España, III: El problema del paro, Madrid, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1991.

(2) L. Toharia, “La incidencia familiar del paro”, en L. Garrido y E. Gil Calvo (comps.), Estrategias familiares en un mundo en cambio, Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 1992.

(3) J. Segura, F. Durán, L. Toharia y S. Bentolila, Análisis de las modalidades de contratación en España, Madrid, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1991.

(4) M. Piore (comp.), Paro e inflación, Madrid, Alianza Editorial, 1983.

(5) L. Toharia, “En torno a la supuesta rigidez del mercado de trabajo”, Boletín del Círculo de Empresarios, 30, 1985.

(6) L. Toharia, “El sistema de prestaciones por desempleo”, Papeles de Economía Española 72, 1997, pp. 192-213.

 

 

Hay 61 comentarios
  • Un afectuosísimo saludo a la familia de Luis.
    Y a mis compañeros de Alcalá, un abrazo. Sois unos afortunados por haber compartido el tiempo con un maestro tan generoso como Luis...

  • No puedo añadir nada que complete o mejore lo que todos habéis dicho y escrito alabando la figura de Luis. Solamente deseo dejar constancia de mi convencimiento de que en los años que nos quedan por vivir, seguramente nunca encontraremos a alguien de tan alta talla profesional y personal ya que nos ha acostumbrado a codearnos con la Excelencia desde la humildad y la generosidad.
    Un abrazo a todos

  • Tuve la suerte de conocerle y trabajar algunas pequeñas cosas con él. Una buena persona y un excelente profesional. Una gran pena su pérdida.

  • Por estas estrañas coincidencias que depara la vida he vivido más o menos de cerca las enfermedades de Lluis Fina y Luis Toharia. Una lección de coraje y entereza en los dos casos. Quien pudiera llegar al final de sus días con el respecto y el cariño que ellos supieron generar y que define un horizonte personal y profesional al cual todos deberíamos intentar llegar. Mi más sincero abrazo a Ester, al resto de la família y a la gran "família" de Alcalá.

  • Tuve el placer de coincidir con Luis en distintos momentos de mi vida profesional. Era una gran persona y un fabuloso profesional. Su sabiduría ha dejado huella. Te echaremos de menos.

  • Tuve el placer de tenerlo como presidente en mi tribunal de tesis y de colaborar con él en algún estudio. Mi recuerdo para un excelente académico y una gran persona.

  • Hace treinta años Luis llegó a la Facultad. Era el segundo de sus alumnos de la Autónoma que Manolo Gala traía, nada más desembarcar como catedrático en Alcalá, para formar el departamento de Teoría Económica. Gonzalo Rodríguez-Prada había llegado un año antes, y Saturnino Aguado le seguiría un año después. Yo había llegado al tiempo que Manolo. Y así empezamos: un pequeño grupo de amigos muy ilusionados, muy cohesionados y con muchas ganas de hacer las cosas bien.
    Fuimos creciendo como personas y como académicos, compartiendo muchas cosas, consolidándonos, estimulándonos cuando las cosas salían bien, y apoyándonos cuando se torcían. Al grupo inicial se fueron sumando lego otras personas (Sergio, Elena…) y, con el paso del tiempo, algunos de quienes habían sido nuestros alumnos. Fueron unos años maravillosos e irrepetibles, porque entre todos estábamos construyendo algo que valía la pena. Y en este proceso Luis era el referente indiscutible.
    Luis era un economista excepcional (ahí es nada, Doctor por el MIT), pero no sólo eso. Luis era la opinión tranquila, sosegada, reflexiva. Manolo no tardó en dedicarse a la universidad, y Luis se quedó al frente de lo que ya era un Departamento. Estuvo oficialmente como director quizá sólo tres años, pero para muchos de nosotros nunca dejó de serlo, por lo que al área de teoría económica se refiere. Por supuesto que ni lo quería, ni probablemente fuera consciente de ello, pero hubiera sido muy poco inteligente, funcionar sin conocer y atender su opinión. Luis tenía autoridad en el más pleno sentido de la palabra: porque no se notaba y, sobre todo, no lo hacía notar. Las personas que han escrito en este mismo foro sobre Luis han destacado de forma unánime su humanidad, su bondad. En ese contexto de sencillez y cercanía es en el que Luis ejercía esa autoridad que todos le reconocíamos aunque, probablemente, como digo, no se diera cuenta.
    También se ha destacado su irrepetible contribución al nacimiento y consolidación de la Economía Laboral en España. Permítaseme añadir algo con respecto a su aproximación a la economía en general, y a la docencia en particular. Siendo un economista teórico con una formación inmejorable, Luis siempre se acercó a los problemas de nuestra disciplina con un espíritu crítico, abierto, totalmente ajeno a dogmatismos. Con un talante cada vez más difícil de encontrar. Nunca le oí pontificar, al contrario, siempre le escuché reflexionar, hacerse preguntas pertinentes, matizar. Sus alumnos han dado testimonio de Luis como profesor. Sus compañeros, aunque no directamente, también éramos conscientes de cómo se desempeñaba en estas tareas. Luis se había ganado el privilegio de estudiar en una universidad donde el profesor, esa persona que ha escrito el manual con el que tu estudiabas en España, y que si no ha sido ya Premio Nobel no tardará en serlo, te trata y te respeta como a un igual. Y eso se queda. Si a eso le añadimos la pasta de la que estaba hecho Luis, el resultado no puede ser otro: el mejor profesor que sus alumnos han tenido. El tiempo no apagó estas características: bien al contrario, con el paso de los años Luis no hizo sino ganar en autoridad, sencillez, cercanía y bondad.
    Por eso se nos va a hacer todavía más difícil ahora pasar por la casita, echar una ojeada al rincón de la planta baja, y encontrar ese despacho, abarrotado de libros, y no ver, emergiendo detrás de los papeles, la cara sonriente de Luis.
    Hasta siempre Luis, y gracias.

    • ¡Gracias, Diego! Sabes bien lo que Luis te admiraba y quería.

  • Hola Samuel,

    No nos conocemos personalmente , pero quiero transmitirte mi total acuerdo con lo que dices sobre Luis ,especialmente en la parte final del articulo (no soy un especialista del mercado de trabajo y no puedo opinar sobre este tema), En una epoca, ya lejana ,comparti con Luis ocasiones que corroboran lo que dices .Luis era un hombre bueno,muy cariñoso y siempre dispuesto a ayudar.De ello dio muestras en Argel,en el verano del 73, donde junto con un pequeño grupo de economistas recien licenciados( la primera promocion de la Autonoma ) , trabajamos en un analisis coste- beneficio de la construccion de viviendas populares en la provincia de Argel .Todo parece ahora muy lejano y ayer al leer tu articulo y la noticia de la muerte de Luis busqué(y encontré) entre las fotos antiguas que conservo la imagen sonriente de Luis.Al venirme a Bruselas y dejar la Universidad perdi contacto con él aunque nos vimos en algunas de sus visitas ocasionales a Bruselas y siempre reconoci a ese Luis afable que afirmaba el placer que le producia el disfrutar de la vida con sus hijos y el jugar al baloncesto.Descanse en paz.

    Saludos cordiales
    JL

  • Gracias, Luis. Por tu dedicación, tu profesionalidad y tu persona. Gracias!
    Te echaremos mucho de menos...

  • Hace años llegue a la facultad con aires de grandeza y sin una idea clara acerca de que esperaba de vida. Me senté en mi pupitre y si no recuerdo mal, estadística fue mi primera clase. Al acabar el día estaba aun mas confundido que al principio ¿Era realmente eso lo que quería hacer con mi vida? ¿Me gustaba la economía?
    Pero entonces un martes apareció Luis, todos mis compañeros recordaran ese día. Empezó la clase planteando varias preguntas, y en un momento cualquiera, saco su inseparable arma “los altramuces y las bellotas”. Era increíble, lograba comprender abstractos conocimientos de manera sencilla, y aquel profesor nunca tuvo una mala palabra para ese grupo de personas, no todas interesadas en lo que explicaba.
    Ahora entiendo que aquellas clases solo eran sencillas pinceladas de introducción a la economía. Pero mas allá me lleno de motivación. Yo no he sido un estudiante modelo, incluso pensé en dejarlo varias veces. Pero cada una de ellas me acordé de sus “altramuces y bellotas”.
    Se de la existente frialdad del alumnado hacia el profesorado, nuestro desagradecimiento y las cuantiosas faltas de respeto. Pero Luis conectó con nosotros desde el primer día y por eso siempre estuvo en cada una de las orlas que la vida le dejó. El alumnado no es un tema sencillo, ni son muchos sus halagos o reconocimientos. Pero Luis siempre fuiste nuestro preferido. Por eso, como antiguo estudiante quiero dejarte estas palabras, porque sé que todos las sentimos, pero a veces no sabemos decirlo.

    Gracias Luis.

Los comentarios están cerrados.