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Premio al análisis económico de los medios de comunicación

Cada año la Asociación Americana de Economía concede la medalla Clark al economista americano o residente en EEUU menor de 40 años cuya contribución a la disciplina ha sido más importante. En esta ocasión el galardón ha sido otorgado a Matthew Gentzkow, en reconocimiento a su análisis de los medios de comunicación.

El trabajo de Gentzkow ha contribuido a una mejor comprensión de las fuerzas económicas que afectan a la provisión de noticias por parte de los medios. Por ejemplo, varios de los trabajos de Gentzkow analizan la existencia de sesgos políticos. Gentzkow y Shapiro (2010) propone una metodología basada en el análisis de textos para identificar la inclinación política de los periódicos americanos. El método compara las expresiones utilizadas más frecuentemente por los senadores republicanos y demócratas con el contenido de los artículos publicados en los distintos periódicos. Esta metodología, que puede aplicarse fácilmente en otros contextos, proporciona una clasificación que es consistente con las valoraciones subjetivas realizadas por los lectores acerca de la tendencia política de estos periódicos. Gentzkow y Shapiro también estudian el origen de estos sesgos. En principio, podrían tener su origen tanto en los propietarios de los periódicos, que podrían estar intentando influir en sus lectores, como en los incentivos económicos generados por los propios lectores, que prefieren comprar aquellos periódicos que les proporcionen noticias que sean consistentes con sus prejuicios (Mullainathan y Shleifer 2005, Gentzkow y Shapiro 2006). Gentzkow y Shapiro (2010) muestran que, en el caso de la prensa escrita americana, la motivación parece ser económica: la ideología de los habitantes de la zona es la principal variable que explica la inclinación ideológica de los periódicos locales.

Otra posible fuente de sesgos, que Gentzkow considera en sus trabajos, es la posible “captura” de los medios de comunicación por parte del gobierno. Existen numerosos ejemplos de intervención estatal, especialmente en los regímenes autoritarios. Uno de los casos mejor documentados es el sistema de sobornos creado durante el gobierno de Fujimori en Perú. El jefe de seguridad de Fujimori, Vladimiro Montesinos, conservó un detallado archivo donde se documentaban los pagos efectuados. Tal y como explican MacMillan y Zoido (2004), la importancia de los medios de comunicación se refleja en que resultaba diez veces más caro comprar a los medios de comunicación (unos $3 millones al mes) que a los políticos o a los jueces ($300,000).

Otra forma más sutil de influir en los medios es a través del gasto en publicidad. Por ejemplo, en Argentina Di Tella y Franceschelli (2009) observan una correlación negativa entre los ingresos que reciben los periódicos por publicidad estatal y la cobertura que estos periódicos dedican a los casos de corrupción en los que está implicado el gobierno.

En el caso de Estados Unidos, Gentzkow y sus co-autores utilizan información del período comprendido entre 1869 y 2004 para estudiar si la presencia de un determinado partido en el gobierno de un estado influye en la tendencia ideológica de los periódicos locales (Gentzkow et al. 2014). Su análisis, que explota la existencia de elecciones en las que el gobernador se decide por unos pocos votos, muestra que, en general, no existe relación entre la ideología de los gobiernos estatales y la línea política de los periódicos locales. La principal excepción sería el sur de Estados Unidos tras la guerra de Secesión.

Otro tema que Gentzkow y sus co-autores han abordado es el impacto de los medios en el comportamiento de los electores. Es bien sabido que en algunas ocasiones los medios pueden influir en la orientación del voto. Por ejemplo, DellaVigna y Kaplan (2007) observan que en EEUU los republicanos obtienen más votos en aquellas zonas donde el canal de televisión por cable Fox News está disponible. En Rusia, la presencia del canal de televisión independiente NTV en algunas regiones estuvo asociado a un apoyo significativamente menor para el partido de Putin en las elecciones de 2000 (Enikolopov et al. 2010). Sin embargo, Gentzkow y sus co-autores no observan ninguna relación entre la aparición de nuevos periódicos con una determinada inclinación ideológica en EEUU entre 1869 y 2004 y la orientación del voto de los habitantes de la zona aunque sí que observan un aumento en la participación electoral (Gentzkow et al. 2011). Una posible explicación podría estar relacionada con la posibilidad de que, en un contexto donde existe un mínimo de pluralidad, los ciudadanos puedan cambiar de fuente de información cuando sea necesario, lo que limitaría la capacidad de los medios de comunicación para influir en el comportamiento electoral. Esto es lo que se observó, por ejemplo, en la Italia de Berlusconi. Tras llegar al poder, Berlusconi, que poseía los principales canales privados de televisión, consiguió hacerse además con el control de la mayoría de los canales públicos. Durante y Knight (2012) muestran que el efecto de este quasi-monopolio informativo se vio en gran parte limitado por la existencia de un canal de televisión público controlado por la oposición, que consiguió atraer a gran parte de la audiencia.

Además de los periódicos, Gentzkow también ha analizado el impacto de otros medios de comunicación como la televisión o internet. En el caso de la televisión, al contrario de lo que se observaba con los periódicos, Gentzkow muestra que la progresiva introducción de la televisión en Estados Unidos provocó una disminución en la participación electoral (Gentzkow 2006). Esto parece deberse a que la televisión reduce la lectura de periódicos, cuya carga política suele ser mucho mayor.

Internet también plantea interesantes dilemas. Gentzkow estudia si los nuevos canales de comunicación van a sustituir a los medios tradicionales (Gentzkow 2007). La evidencia empírica descriptiva muestra que los mismos individuos que leen un determinado periódico online tienen una mayor propensión a leer la versión en papel. Sin embargo, como muestra Gentzkow, se trata de una correlación espuria. Una vez que tenemos en cuenta la heterogeneidad en preferencias de los individuos se observa un claro impacto negativo de los medios online sobre el uso de la versión tradicional. En un trabajo más reciente, Gentzkow (2014) estudia el impacto de los nuevos medios sobre los ingresos publicitarios que, como señalara Gerard hace unos días, se están desplomando. La principal intuición es que internet permite un mejor acceso publicitario a los clientes, elevando el valor de la publicidad online, pero también facilita muchas más vías alternativas para llegar a un mismo consumidor, reduciendo el poder negociador de los medios de comunicación y sus ingresos. La reducción de los ingresos publicitarios de los medios de comunicación es muy preocupante, ya que podría aumentar su dependencia del poder político.

Por último, otra interesante cuestión que ha sido abordada por Gentzkow es como afectará internet a la variedad de fuentes de información de las que hacen uso los ciudadanos. La respuesta no es trivial. Internet facilita el acceso a un mayor número de fuentes de información pero, al mismo tiempo, también podría fomentar la “segregación ideológica”. Es decir, algunos internautas podrían aprovechar la disponibilidad de fuentes de información muy heterogéneas para refugiarse en aquella fuente que mejor confirme sus prejuicios (la “cámara del eco”). Afortunadamente, el análisis empírico de Gentzkow y Shapiro (2011) muestra que aunque online existe más segregación ideológica que en los medios offline, en términos absolutos la segregación es relativamente pequeña. Los lectores de los blogs más extremistas tienen prácticamente la misma probabilidad de leer una web generalista que el internauta medio. Curiosamente, la segregación ideológica es mucho mayor en las interacciones personales con amigos y familiares. Es decir, en general hay mayor diversidad ideológica entre los lectores que leen un determinado periódico o ven un canal de televisión, que entre los miembros de un mismo grupo de amigos o de familiares. No sabemos si esto es aplicable también a nadaesgratis pero, mientras que no se pruebe lo contrario, ya tienen otra razón más para seguir leyendo este blog.