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Mitos y realidades de la Lotería de Navidad

Todas los años sobre estas fechas la prensa se inunda de artículos dedicados a la Lotería de Navidad. Hay varios temas que se repiten. Muy a menudo se afirma que las provincias más afortunadas son Madrid y Barcelona, porque es donde más veces ha tocado el gordo. También hay quien recomienda peregrinar a Sort con la esperanza de que los billetes vendidos por La Bruixa d'Or traigan más fortuna. Curiosamente, estos argumentos no tienen en cuenta el gasto en lotería ni tampoco la estrategia de la Bruixa d’Or de comprar unas pocas series del mayor número posible de números, de manera que se maximice la posibilidad de vender al menos alguna serie de uno de los premios grandes. ¿Podrían estos mitos sobrevivir a un análisis un poco más sofisticado del cálculo de las posibilidades que tiene cada provincia de ganar en la Lotería de Navidad?

Los datos muestran que existen algunas provincias con mucha suerte, pero no se trata ni de Madrid, ni Barcelona, ni Lleida. Por cada euro gastado en Lotería de Navidad en los últimos 25 años Soria ha recibido unos tres euros en premios, Huesca unos dos euros y medio y Segovia un euro y medio, cantidades muy superiores a las recibidas por Lleida (un euro ganado por cada euro gastado), Barcelona (80 céntimos) o Madrid (67 céntimos). Además de Lleida, durante este período hay otras tres provincias que han quedado a par (Alicante, Burgos y Granada), mientras que el resto ha tenido pérdidas. Las provincias más desafortunadas han sido Ávila, Huelva y Guadalajara, donde en los últimos 25 años no ha tocado ni un triste décimo de alguno de los tres primeros premios de la Lotería de Navidad.

Nota: El grado de “fortuna” de cada provincia es igual al cociente entre los premios de Lotería de navidad recibidos en los últimos 25 años y el gasto en lotería, ambas magnitudes en términos reales. La información acerca del gasto y los principales premios proviene de fuentes oficiales. En el caso de los premios menores se ha considerado una distribución proporcial al gasto (un 40%).

Otro mito es que la lotería disparará el consumo en la localidad ganadora. Si bien esto es cierto en épocas de bonanza económica, la evidencia de años recientes sugiere que en época de crisis la propensión al consumo de los ganadores podría ser más baja. Por ejemplo, no parece que el Gordo de 2011 haya tenido un impacto muy significativo sobre la venta de coches en la provincia ganadora, Huesca, donde las pasadas navidades cayó una lluvia de unos 720 millones, unos 3,000 euros por habitante. En 2012 la venta de coches cayó en un 20.6%, cifra igual a la media nacional (-20.4%). Esto contrasta con los incrementos en las ventas de coches que se han observado en el pasado en las provincias de características similares que han ganado el Gordo. Tanto en Segovia (año 2000, 2000 euros por habitante en premios) como en Soria (año 2006, 4,000 euros por habitante en premios), la venta de coches aumentó en un 10%, mientras que en el resto de España esos años las ventas se mantenían constantes (2001, +0.3%; 2007, -0.6%).

Un tema que todos los años atrae la atención de los periodistas es la evolución de las ventas de la Lotería de Navidad. En general los artículos se dividen entre análisis apocalípticos, que preven un descenso de hasta el 40% en las ventas, y artículos hiperoptimistas que auguran que la crisis disparará las ventas. La realidad será probablemente mucho más prosaica. No existen precedentes de variaciones tan dramáticas como las anunciadas. La evolución del gasto de navidad en las últimas décadas sugiere que la lotería es un bien normal cuyo consumo se sitúa en torno al 0.25% y el 0.28% del PIB.

Curiosamente, aunque el número de billetes vendidos no ha variado excesivamente en los últimos años - una caída del 6% entre 2007 y 2011 - lo que sí que ha aumentado considerablemente es el número de billetes no vendidos. Si hace unas cinco navidades únicamente el 10% del total de billetes emitidos quedaba sin vender, en la actualidad la cifra es cercana al 25%. Este aumento en el número de billetes no vendidos se debe en gran parte al reciente incremento en la cantidad de números sorteados, de 85,000 a 100,000, que coincidió con un aumento en la cuantía del primer premio (de tres a cuatro millones por serie)  y una ligera reducción en el número de series.

La probabilidad de que en el sorteo de este sábado el Estado se lleve alguno de los premios grandes es relativamente alta, lo que supondría un ingreso muy substancial para las arcas públicas. Si, por ejemplo, ganase el Gordo (25% de posibilidades), el gobierno ingresaría un total de 1135 millones de euros, incluyendo los 720 millones de euros del primer premio. Sin embargo, también cabe la posibilidad de que no tenga tanta suerte en el sorteo y los ingresos públicos sean inferiores a lo esperado. Si el Estado no gana ninguno de los cinco primeros premios los ingresos del gobierno serán únicamente de unos 416 millones. Es decir, aunque el Estado tiene siempre la misma ganancia esperada (un 30% del gasto, unos 800 millones este año), al aumentar el número de billetes no vendidos aumenta el riesgo que está asumiendo en el sorteo. ¿Será que a nuestro Gobierno le gusta jugar a la lotería?