¿Son útiles las cuotas de género en las listas electorales? de Manuel Bagüés y Berta Esteve-Volart

Con la aprobación en 2007 de la Ley de Igualdad España se convirtió en uno de los países pioneros en la implantación de políticas de género. Transcurridos varios años, quizás sea un buen momento para echar la vista atrás y evaluar cuál ha sido su efecto.

Hace dos meses se celebró en el Institut d’Anàlisi Econòmica de Barcelona el cuarto workshop sobre economía de género organizado conjuntamente por el Comité sobre la Situación de la Mujer en la Economía (COSME), FEDEA e INSIDE. Uno de los temas que recibió más atención fue la introducción en España en 2007 de cuotas de género en las listas electorales.

Existen varios posibles argumentos en favor (y en contra) de estas cuotas, tanto en términos de equidad como en términos de eficiencia. Por ejemplo, dado que en muchos casos las mujeres y los hombres parecen tener diferentes preferencias en relación a qué políticas deberían implementarse (tal y como documentan Patricia Funk y Christina Gathmann con datos de referéndum suizos), cabe la posibilidad de que una mayor presencia de mujeres entre los policy-makers genere políticas más próximas a las preferencias de la población. Así, en la India se observa que los ayuntamientos que están gobernados por mujeres (debido a una política que impuso concejalas en algunos municipios de manera aleatoria) invierten más en aquellas partidas que benefician más a las mujeres del municipio (Raghabendra Chattopadhyay y Esther Duflo). También se observa que una mayor representación política femenina puede mejorar la educación y la sanidad pública (Irma Clots-Figueras (1) y (2)). Sin embargo, no está claro que estos resultados se puedan extrapolar a España u a otros países desarrollados. De hecho, Fernando Ferreira y Joseph Gyourko analizan datos de EE.UU. y no encuentran efectos significativos del género en las políticas municipales, ni a corto ni a largo plazo.

Dos de los artículos presentados en el workshop, el primero realizado por Pablo Casas-Arce y Albert Saiz y el segundo por Pamela Campa, analizan los efectos que han tenido estas cuotas en las elecciones locales en España. Las cuotas exigían un mínimo de un 40% de candidatos de cada sexo en todos en los municipios de más de 5.000 habitantes. Ambos trabajos se realizaron de manera independiente y utilizan la misma estrategia empírica. Como la ley afectaba únicamente a aquellos municipios con una población superior a 5.000 habitantes, comparan la evolución de los municipios que superan ligeramente los 5.000 habitantes con la de los municipios que tienen poco menos de 5.000 habitantes. Es decir, la idea de esta estrategia empírica, conocida como “regresión de discontinuidad”, es aprovechar el hecho de que ambos grupos son básicamente iguales, excepto por el hecho de que a unos en el año 2007 se les aplicó la cuota, y a los otros no. (Nota técnica: Una estrategia empírica alternativa habría sido comparar directamente la situación antes y después de las cuotas, pero entonces se corre el riesgo de confundir el efecto de la cuota con el efecto de otras políticas, el ciclo económico o una simple tendencia temporal. Esta es la metodología que en general aplican las instituciones públicas en la mayoría de sus evaluaciones, ver por ejemplo esta y esta).

Tanto Casas-Arce y Saiz como Campa observan que, como cabía esperar, la introducción de la cuota aumenta el número de candidatas. La magnitud del efecto es de entre 7 y 10 puntos. Sin embargo, el número de concejalas se incrementó únicamente en unos cinco puntos, y no se observa ningún efecto significativo en el número de alcadesas. La explicación para esta aparente paradoja es sencilla: aunque aumentó el número de candidatas, en general estas iban en peores lugares de las listas. Como explicábamos en otra entrada en este blog, algo similar ocurrió en las elecciones legislativas de 2008. El artículo de Pamela Campa también investiga el efecto de las cuotas sobre la distribución del gasto público municipal sin hallar ningún impacto.

Otro argumento en favor de las cuotas se basa en la posible existencia de prejuicios sexistas, prejuicios que las cuotas supuestamente ayudarían a mitigar. Por ejemplo, en el caso de la India que comentábamos anteriormente, un estudio de Lori Beaman, Raghabendra Chattopadhyay, Esther Duflo, Rohini Pande y Petia Topalova nos muestra que las cuotas han mejorado la percepción que tienen los votantes de las mujeres políticas aunque, sin embargo, su evidencia también indica que los votantes varones las acogen de manera negativa. Este artículo también sugiere que quizás no sea necesario que las cuotas sean permanentes. Observan que, después de diez años de cuotas, es más probable que las mujeres se presenten a elecciones (y que las ganen) una vez que han desaparecido las cuotas.  Algo parecido ocurre en Italia, donde la presencia de mujeres en la política es hoy en día mayor en aquellos municipios que, por razones esencialmente casuales, tuvieron cuotas en los años 90 (Maria De Paola, Vincenzo Scoppa y Rosetta Lombardo).

Naturalmente, también es importante recordar los potenciales inconvenientes de las cuotas. Restringir la composición de las listas de candidatos podría tener efectos negativos sobre la calidad de los políticos, de manera similar a lo ocurrido en los consejos de administración de las empresas noruegas. Ahern y Dittmar muestran que, a raíz de la introducción de las cuotas de género, la experiencia media de los consejeros disminuyó, afectando negativamente a la valoración de las empresas.

En cualquier caso, el aparente escaso efecto de las cuotas en España parece consistente con la tesis de Guillaume Frechette, Francois Maniquet y Massimo Morelli. Según estos autores, las cuotas de género tienden a ser aprobadas cuando los partidos perciben que no les van a afectar. Quizás esto explique por qué en España ningún partido votó en contra de la aprobación de la Ley de Igualdad.

Hay 16 comentarios
  • Estupendo resumen de la literatura sobre una cuestión de gran interés. Tal vez sea necesaria una matización. Si no me equivoco, el artículo de Ahern y Dittmar estudia el efecto de la introducción de cuotas sobre el valor de mercado de las empresas (q de Tobin). Sus resultados, por tanto, sugieren que la intervención tuvo un efecto negativo sobre la percepción por parte de los inversores de la calidad de los consejos de administración, más que sobre la calidad en sí misma, la cual no es observable.

  • Luis P.

    Totalmente de acuerdo, muchísimas gracias por la corrección. Quizás hubiera sido más adecuado "...afectando negativamente a la valoración de las empresas". Intentaremos corregirlo.

    Manuel

  • ¿ Y alguna conclusión al respecto sobre la elección de Zapatero en 2.004? Por dar las gracias al "genero", más que nada.

  • Creo que en de nuestras sociedades occidentales, el sistema de cuotas --al igual que el de subvenciones-- es a largo plazo perjudicial dado que genera externalidades y distorsiones y entre ellas el rechazo que suscita el ver que es otra injusticia y una restricción (otra más)a la libertad de la ciudadanía impedida otra vez de decidir por si misma.

    La discriminación inversa fue fruto de una época en USA para intentar paliar las consecuencias del esclavismo y no es universalizable y menos en muchos lugares de España donde las mujeres siempre han sido fuertes, libres, mayoría y jefas.
    En USA ya saben que esta política ha retrasado enormente el ascenso social de los afroamericanos en relación a otros grupos desfavorecidos y no subvencionados.

    En España hay que recordar que las restricciones legales a las mujeres son fruto de los Austrias y de los musulmanes, no es parte de nuestra cultura autóctona al menos en Castilla y el norte de la península desde Cataluña a Galicia.

    Por otra parte habría que escuchar a muchas mujeres profesionales que hoy se ven obligadas ambientalmente a trabajar por cuenta ajena en un tipo de trabajos que son los que hay. Mileurismo y precariedad a tope mientras naufragan sus hijos, sus hogares y sus familias en manos mercenarias.

    Tengo hijos e hijas y más de una vez he escuchado a una de ellas (jueza de familia) quejarse amargamente con sorna de haber sido timada "con el rollete de lo que liberaba el trabajo, dad".
    Tiene tres hijos y muchas noches está haciendo sentencias a las dos de la mañana sin verlos. ¿Para qué he tenido hijos? No los estoy viendo ni crecer--se pregunta.
    Ahora bien, si una mujer que lleva a su casa y a su familia no se le da el reconocimiento que su papel merece pues apaga y vámonos.
    Buenas noches
    (Por dar variedad al debate)

  • ¿Útiles en qué y para qué?
    Observemos este sitio...
    De veintidós editores y colaboradores, solo hay una mujer.
    ¿Lo habíais valorado alguna vez?
    Espero que no. Yo nunca, aun siendo muy beligerante en la igualdad de sexos. Nunca se me habría ocurrido pensar que es por un prejuicio, aparte que estoy seguro que no lo es.

    Si mañana hago una solicitud de trabajo y necesito diez o doce trabajadores especializados, nunca se me ocurriría contratarlos por su sexo. Francamente... sería abominable y, aparte de considerarme estúpido, demostraría una falta de respeto, tanto a los aceptados como a los rechazados. Los unos porque habrían sido escogidos por su sexo, los otros porque no se les hubiese valorado por su preparación.
    Para mí, eso, aparte de demostrar memez, es un infantilismo casi de aula de párvulos; en la que niños y niñas deben salir cogidos de la mano en parejas, aún no sé a santo de qué técnica educativa.

    Nuestros políticos deberían ser el reflejo de la sociedad que pretenden administrar. Con eso está todo dicho.

  • Hay una historia muy curiosa observable todavía en Portugal y relacionada con esto del sexo.
    Tiene que ver con la forma como se formó y mantuvo el imperio portugués sobre la base de expediciones costeando África hasta Goa primero y luego Macao de la mano inicialmente del duque de Albuquerque.
    Por aquel entonces nacían en Portugal unos 6000 niños al año y otras tantas niñas.
    La dotación de la flota requería unos 3000 hombres para el viaje de ocho meses a Goa. Entre el viaje de ida y el regreso morían unos 800 hombres cada año con lo cual durante los más de 200 años que duró este sistema se redujo enormemente la proporción de varones que además estuvieron sometidos a un duro proceso de selección natural.

    De este proceso se derivan muchas cosas como la valoración y cuidado especial de los niños varones, bastante mimados y protegidos por sus madres todavía hoy, y el desarrollo de una casta de mujeres valiosísimas, muy autónomas y fiables en cualquier trabajo y a cualquier nivel.
    La vida de forma espontánea es mucho más eficaz que cualquier ingeniería social.

  • Lara,

    No tengo ahora mismo acceso a los resultados de la encuesta post-electoral del CIS del 2004, pero en la de 2008 sí que es cierto que se observa que el PSOE obtiene un mayor apoyo femenino. El 44.7 de los votantes varones declara haber votado al PSOE vs el 47.6 de las mujeres. Es decir, entre las mujeres la probabilidad de votar al PSOE fue un 6.5% superior.

  • Pau y Manu Oquendo,

    Gracias a los dos por los comentarios.

    Los artículos académicos que cito lo que intentan hacer es contrastar empíricamente una serie de posibles efectos (negativos y positivos) de las cuotas. Por ejemplo, en España no parece que la introducción de las cuotas haya afectado a la composición del gasto publico local o haya aumentado el número de alcaldesas. Aunque seguramente será necesario revisar este resultado en los próximos años para comprobar si se mantiene en el medio/largo plazo, provisionalmente lo que aprendemos es que esta no parece una buena justificación de las cuotas. En cualquier caso, yo creo que lo que debemos hacer los economistas es dar evidencia empírica a los politicos y a los ciudadanos para que ellos en base a la evidencia y a sus preferencias decidan qué políticas prefieren.

    En cuanto a la composición de neg coincido contigo, no creo que responda a ninguna discriminación sexista. Sin embargo, sí que podría indirectamente reflejar el hecho de que los networks sociales, y también los académicos, tienden a ser "gendered". Los académicos varones tienen relativamente una mayor probabilidad de coautorar con otros varones (respecto a la probabilidad de que una mujer tenga un coautor varón), tienen también una mayor probabilidad de tener un director de tesis varón, o de que los miembros de su tribunal de tesis sean varones, etc. Y todo esto es condicional en el subcampo de trabajo y en la productividad académica (perdona que no proporcione la referencia pero esto es lo que observamos en un estudio que estamos realizando actualmente con datos españoles). En el caso de neg esto no tiene mayor relevancia, porque como alguna vez recuerda Jesús, esto en términos académicos resta más que suma, pero si pensamos en otro tipo de decisiones como las promociones a catedrático o cosas parecidas, si los amigos prefieren a sus amigos, y estos tienden a ser de su mismo sexo, pertenecer al sexo minoritario puede ser un handicap y además introducir cuotas podría ser welfare improving.

  • Manuel, gracias por este interesante post

    Una pregunta: ¿Qué medida de productividad académica estáis utilizando?

  • Lara:

    Como decía Manuel, en España actualmente las mujeres tienden a votar más por los partidos de izquierda que los hombres. Es una tendencia que también se ha observado en otros países desarrollados (aunque en el pasado era más bien al revés). Lena Edlund y Rohini Pande han estudiado el tema para los EE.UU.:

    http://www.hks.harvard.edu/fs/rpande/papers/qje_all.pdf

    y para varios países europeos:

    http://www.hks.harvard.edu/fs/rpande/papers/Double_Tables_Graphs.pdf

  • Lo que intenta el sistema de cuotas no es acabar con una supuesta discriminación social de la mujer, para ello hay otros métodos, principalmente las leyes igualitarias, lo que intenta es promover una sociedad donde ambos sexos trabajen "fuera de casa", es decir, su objetivo es ideológico. ¿Porqué si no las cuotas no se promueven en sentido contrario? Por ejemplo, practicamente no hay profesores de educación infantil, casi el 100% son profesoras, y eso no parece preocuparle a nadie. Parece ser que dos tercios o más de los jueces de última generación, creo que por debajo de 40 años, son mujeres, y eso tampoco le importa a nadie, sin embargo, si hay una astronauta entre cinco hombres (por decir algo), eso si parece importar.
    La presencia en la vida laboral de la mujer es fruto de una suma de factores, uno es la voluntariedad, pero tambien los hay mejorables desde un punto de vista de la política social, como los problemas laborales de las madres. Pero a una política intervencionista socialmente, como la promovida por el feminismo, no le basta con paliar los inconvenientes, tiene que actuar favoreciendo la desigualdad. Por algo el mayor refugio del feminismo son los partidos intervencionistas, en economía y en la sociedad. No escarmentaron con la búsqueda del "hombre nuevo", y ahora lo buscan en otros caladeros.
    Saludos.

  • Mas transparencia,

    Estamos utilizando el número de publicaciones en revistas incluidas en ISI Web of Science y el número de citas recibidas por el autor. Somos conscientes de que estas medidas no tienen en cuenta la calidad docente o la contribución a tareas de gestión, pero no le vemos fácil arreglo a esta limitación. Si se te ocurre alguna medida adicional o alguna sugerencia cualquier comentario será muy bienvenido ☺

  • DavidS

    Por desgracia no creo que sea posible contrastar empíricamente cual era el propósito de la ley, pero sí que podemos intentar estimar cuales han sido sus efectos. Mi lectura general de la literatura es que por el momento en España su efecto ha sido más cosmético que real. Si tengo que especular, mi sospecha sería que el regulador era consciente desde un principio de que el alcance de estas políticas sería muy limitado.

  • Gracias, Manuel

    Como medida de producción académica, usar citas parece mejor que número de publicaciones, aunque sería todavía mejor que las citas estuviesen corregidas por calidad. Si tu trabajo se centra en la economia, podrías usar información de IDEAS como Number of Citations, Weighted by Recursive Impact Factor http://ideas.repec.org/top/top.person.wsccites.html , o alguna de sus variantes (con ajustes por número de autores o edad de las citas). Si estás mirando autores españoles, un problema de esta sugerencia es que la información pública se refiere sólo al top 5% mundial y, desafortunadamente, no hay muchos economistas españoles. Claro, que les podrías enviar un e-mail solicitándoles la información

    Algunas preguntas:
    ¿está asociada una mayor producción científica a mayor probabilidad de ser titular/catedrático? El post https://nadaesgratis.es/?p=12866 parece indicar que no está muy claro

    y si la relación anterior es positiva, ¿es robusto el signo si se eliminan de la muestra las 10 ó 20 universidades más productoras?

    ¿tienen mayor producción los autores con apellidos compuestos?

  • Para Manuel Bagüés.
    Hola, Manuel.
    Pues sí, parece muy difícil evaluar acciones de ingeniería social.
    A veces me pregunto si esto es lo que debe hacer un gobierno de seres libres y adultos. Más se ve como pulsión de espíritus mesiánicos.

    En los preámbulos de las leyes suelen venir sus premisas o motivaciones que pueden ser ciertas o no y esto a más de un nivel. Es decir, habría que establecer su veracidad como intencionalidad auténtica del legislador (hidden motives) y también como observación científica del hecho en sí y de sus causas.
    Por ello lo normal es que, antes de comenzar a trabajar, nos encontramos con una extraordinaria complejidad combinatoria.
    Si a esto le sumamos lo que sucede en los procesos de asignaciones económicas para investigación sociológica nos encontramos con que los presupuestos casi nunca se dirigen a hipótesis políticamente incorrectas sean o no sean plausibles.

    Al final terminamos todos desconfiando del sistema que, como bien apunta Lara, resulta en que un partido reciba un voto escorado por razones de sexo y la ventaja o desventaja relativa (real o emocional) que votantes de dicho sexo esperen encontrar en las leyes.

    Estas legislaturas hemos tenido serias indicaciones de que debe ser muy rentable electoralmente legislar acentuando disensiones basadas en el sexo. Lo del orden de apellidos es la guinda.
    Otro aspecto que lo hace muy complicado es que la ingeniería social provoca inusitadas respuestas a plazo (externalidades de la acción pública) que nunca fueron contempladas ni reciben análisis ni fondos para ello.
    Por ejemplo, el efecto diferido en la solidez de la estructura familiar de una sociedad cuando el entorno jurídico fomenta y explota la competencia entre los intereses individuales de los componentes familiares en vez de cuidar de los colectivos de la propia institución. Los "intereses comunes", el "bien común", precisamente.
    Un estudio que no recibirá mucho presupuesto bien podría versar sobre la relación fracaso escolar/ratio de divorcios/ estructura familiar/valores de la familia o uno sobre fracaso escolar y lengua vehicular.
    Un mundo para varios libros.
    Saludos.

  • Estamos pues ante un problema metodológico de las CC.SS., ¿se pueden medir intencionalidades, utilizando para ellos sus efectos?. En realidad si sabemos la intención del regulador, que no es otra que dar satisfacción a su grupo sociopolítico de referencia, en este caso, los grupos feministas radicales incrustados en el PSOE (la Administración no es un organismo aseptico, que funciona al margen de la política, no al menos su cerebro director, el Gobierno y las Cortes). Cuando se hacen determinadas leyes, se hacen por y para colectivos que las demandan.
    Lo que yo objeto es la pretensión de medir los objetivos políticos, en base a sus resultados administrativos, porque es posible que estemos midiendo resultados no deseados o que no estaban en la raiz de la motivación de la ley. A eso me estaba refiriendo.
    Por cierto, la justificación de la desigualdad en que incurren las cuotas está en la literatura de los grupos feministas y en algunos trabajos críticos sobre estos grupos, a disposicion de quien quiera, por no referirme a las opiniones ampliamente recogidas de los propios legisladores/as.
    Un ejemplo de lo que digo sería querer medir la utilidad de la subvención al carbón, en términos de eficiencia energética, cuando dicha subvención se establece para funciones político sociales, no económicas. Dicho lo anterior, se puede ver que, en la crítica a las consecuencias de la subvención si es útil introducir la cuantificación de la eficiencia energética, luego de ahí la utilidad del trabajo actual sobre el género, no en establecer si son buenas o malas las cuotas, sino en dar argumentos a la hora de cuantificar el coste de la medida, medida que por otra parte, mantengo que tiene razones políticas ajenas al resultado de las políticas públicas.
    Saludos.

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