"Este vaise, aquel vaise...": Algunas reflexiones sobre la ciencia en España

este vaiseCon las noticias que venimos recibiendo en los últimos meses, en los últimos años, espero que me comprenda y me perdone, amigo lector, si comienzo este post citando a la inmortal Rosalía:

Este vaise i aquel vaise,
e todos, todos se van,
Galicia, sin homes quedas
que te poidan traballar.

(Éste se va y aquel se va / y todos, todos se van / Galicia, sin hombres quedas / que te puedan trabajar.)

Rosalía Castro (sí, no "de" Castro, que nunca sabré de dónde vino, véase su firma en el artículo de Wikipedia con el "de" junto al apellido de su marido, el historiador Manuel Murguía, al uso de la época) escribía estos versos hacia 1880, fecha de aparición de Follas Novas (también Rosalía Castro en la portada), en pleno drama de la emigración gallega. De hecho, estos versos pertenecen al poema ¡Pra A Habana!A La Habana!), destino de muchos de estos emigrantes. Un drama como el que en otro período similar (1957) retrató Manuel Ferrol en el puerto de A Coruña, serie de fotografías a la que pertenece la de arriba, icono ya de la emigración.

Me viene esta saudade al hilo de la marcha de mi amigo Javi Buceta, de quién ya hablé en este blog, a Estados Unidos, tras ser despedido del Parc Científic de Barcelona (aquí, la web de su difunto grupo). Su historia se puede leer aquí. Y en esta reciente columna se cuenta la triste historia del programa Ramón y Cajal y el "desahucio de los investigadores terminales". Pero llueve sobre mojado y además en plan gota malaya: tan sólo unos días antes vi en el periódico que nos dejaba Oscar Marín, uno de los neurocientíficos de más prestigio en el mundo. Este vaise, i aquel vaise...

Pero no me quiero detener en el hecho de que los científicos, sobre todo los buenos, claro, se van, sino que quiero hablar de lo que eso revela sobre nuestro sistema de ciencia. Preguntado sobre si influían en su marcha los recortes en ciencia (aquí lo último sobre el tema), contestaba Marín: "Obviamente. Pero, aunque el dinero es muy, muy importante y cuanto más inviertas en I+D mejor, creo que el problema del sistema español de ciencia es que, con la excepción de algunos pocos centros, su estructura no responde a lo que es un sistema de investigación en el siglo XXI". Y al hilo de este comentario, y de algunos otros de su entrevista, quiero traer aquí algunas reflexiones, cabreadas, sí, pero reflexiones al fin y al cabo.

Comenzaré diciendo que en España no se entiende la ciencia y, como decía Ramón y Cajal, "investigar en España es llorar". Dígame si no, amigo lector, si tiene sentido lo que le voy a contar: Suponga usted que, tras cuatro años mínimo de tesis doctoral, varios años de postdoc en el extranjero, y otros varios de precario de vuelta en España, obtiene usted una plaza de funcionario en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC, ah, y es "Consejo", no "Centro", como dicen muchas veces los medios, ignorantes que son), por ejemplo, Científico Titular, el nivel funcionarial de entrada. Ya está, ya tiene usted un puesto para investigar en lo que quiera toda su vida... Pues no, porque no tiene usted ni un euro. Nada. Cero. Su institución no le dota ni siquiera de papel para hacer cuentas, ya no le digo de, yo que sé, un ordenador. Puede ocurrir que no tenga usted siquiera ni mesa ni silla. Tiene usted que pagárselo pidiendo proyectos de investigación. ¿Y si no los pide? ¡No pasa nada! Usted sigue teniendo su plaza garantizada de por vida, mientras vaya y fiche, claro está. Ah, no se piense que en la universidad las cosas son mejores, si le dan algo de material es por las clases, para poner las notas y eso, si no, no le darían nada.

A todo esto, en los países civilizados las convocatorias de financiación para proyectos de investigación se conocen con meses de antelación, y uno puede prepararlos con cuidado, buscar socios apropiados, en fin, hacer las cosas bien. Incluso planificar cuando conviene solicitar el proyecto. En España somos mucho más inteligentes: para tener a los investigadores despiertos, nunca se sabe cuando se van a abrir las convocatorias, y cuando se abren, se dan tres semanas, preferiblemente en épocas vacacionales, para presentar las solicitudes (plazos que universidades e institutos del CSIC reducen aún más porque sus responsables legales necesitan una semana para plantar su firma en la solicitud). Si a esta brillante estrategia añadimos que el año que no apetece no se convocan proyectos, y los investigadores se quedan sin dinero para material, equipos y personas contratadas, así adelgazamos el sistema y nos aseguramos de que no haya manera humana de planificar la investigación. Lógico, ¿no? ¿O es que no sabemos que el hambre aguza el ingenio? Y el que se acaba de incorporar a su puesto y no tiene para investigar, que se espere, hombre, a ver si le va a dar algo. Total, hasta que se jubile, le sobra el tiempo...

¿En qué cabeza cabe esto? En las ilustrísimas de nuestros sucesivos ministros sí, porque ninguno lo ha cambiado nunca. ¿Qué empresa contrata a personal altamente cualificado y no le dota de los medios básicos para hacer su trabajo? O, por poner otro símil, contratamos policías, y ¿no les compramos el arma? Pues así estamos. En los países civilizados, esto no funciona así. Si uno es contratado como investigador, tiene lo que podríamos llamar unos "fondos base" para ponerse en marcha, o incluso para hacer su investigación si no necesita grandes inversiones. Algo de dinero para un ordenador, material fungible, ir a un congreso al año, y ya. Si usted quiere embarcarse en otro tipo de aventuras, tiene que pedir un proyecto en serio y conseguir dinero en serio. Ah, pero aquí no, aquí somos mucho más competitivos: hacemos pedir proyectos a todos y que compitan. Y así estamos, haciendo papeles para que nos den unos pocos miles de euros al año, papeles que otros científicos tienen que gestionar, para que otros científicos los evalúen, para finalmente decidir a quiénes le damos la limosnilla. Y digo yo, desde mi ignorancia de catedrático de matemática aplicada ¿no sería mejor dar la limosnilla a todos, más que nada para que podamos trabajar, no hacernos perder el tiempo con esas peticiones de proyectos, y dejar eso sólo para las investigaciones realmente caras? Con la ventaja de que así, si no trabajo, me podrían pedir cuentas, y por ejemplo, abrirme expediente y ponerme en la calle.

¡Anatema!, gritarán muchos. Pero es que es así, y sé que esto que voy a decir no va a ser muy popular, pero el sistema funcionarial no es lo mejor para la investigación, la verdad. ¿Quiero decir que hay que tener a la gente en precario? Para nada. Pero tampoco es de recibo estar pagando con dinero público a gente que no hace nada. Nada. Cero. Bueno, en la universidad dan algunas clases. O las perpetran, que de todo hay. ¿Que no es algo generalizado? De acuerdo, pero ¿por qué hay que tolerarlo? Y, voy a ser más incorrecto todavía, ¿por qué tenemos que cobrar todos igual, si no trabajamos igual?

Al hilo de esta reflexión, viene a cuento citar otra frase de la entrevista con Marín:  "Nos vamos en julio, también se va mi esposa, Beatriz Rico, que es investigadora del CSIC, y el King’s la ha reclutado como catedrática. Y nos vamos con buena parte de nuestros equipos." Pues nada, ahora usted contraataca y se trae a alguien del máximo nivel para sustituirle en el Instituto de Neurociencias de Alicante. La conversación iría tal que así:

-- Véngase a trabajar con nosotros. Primero, tiene que homologar su título, para poder trabajar en España, proceso que llevará entre meses y años.

-- Yo tengo un título de doctor por Oxford y otro por Stanford, ¿no basta?

-- ¡Ah, no, qué se ha creído usted! ¿Que aquí puede venir cualquiera? Nuestras sabias autoridades académicas tienen que darle el visto bueno, no vaya usted a ser un manta. Seguidamente, sacaremos una plaza de funcionario a concurso, a la que se puede presentar cualquiera, así que tendrá que prepararse bien.

-- Pero ¿no han decidido ustedes que me quieren contratar a mí?

-- Uy ¿y asumir nosotros la responsabilidad? No, no, que vengan unos sabios de otras universidades a decidirlo, no vaya a ser que la liemos. Bueno, entonces usted previsiblemente sacará su plaza, y ya está.

-- ¿Y qué dinero tendré para investigar?

-- Pues el que obtenga con sus proyectos, claro. Cuando el gobierno los convoque. Si los convoca, je, je.

-- ¿Y podré contratar a mi equipo?

-- Bueno, si hubiera plazas, a lo mejor, haciendo el mismo proceso, igual podría traer a alguien dentro de algunos años...

-- Tit-tit-tit... Tit-tit-tit... Tit-tit-tit...

¿A usted, amigo lector, le parece normal? La gente buena, los investigadores buenos, por el mundo, negocian: su sueldo, los fondos iniciales de investigación, cuánta gente pueden contratar para su equipo, cuánto espacio van a tener en el centro, cuantas clases van a dar si el puesto es en una universidad... Ah, pero aquí somos mucho más guais: les ofrecemos hacerlos catedráticos nada menos, que viste mucho; les pagamos lo que a todos, porque en el fondo los científicos son todos unos vagos y maleantes, y hale, a disfrutar del sol de España.

En honor a la verdad hay que decir que ya hay algunos centros de investigación en España que no son así, pero son la excepción a la regla de un sistema de ciencia obsoleto no, lo siguiente. En fin, como veo que me voy alargando con las reflexiones, no quiero terminar sin recordar otro de los atractivos de nuestro sistema de ciencia: la gestión de las limosnillas que mencionaba antes. Nuestro bienamado y exiliado editor Antonio Cabrales y yo escribíamos al respecto hace un año. Hablábamos ahí del desesperante proceso de justificar en qué nos hemos gastado los pastizales que nos dan. Pues así seguimos. A él, de su último proyecto, le han reclamado justificaciones del 80% de sus gastos; a mí, de más del 50%, menos, pero como mi limosna era más grande (a repartir entre más) también he currado de lo lindo... para los burócratas del MINECO. No para investigar, no para dar clases. Mire, amigo lector, no le digo más: conozco un caso en que el MINECO ha reclamado 1 euro (¡cielos!) de un billete de metro que se pagó a un técnico de laboratorio para recoger un equipo. ¿No habrá costado mucho más que el euro reclamarlo? Y es que la filosofía tendría que ser otra, a saber: si se ha aprobado mi proyecto, que tenía unas metas, mírese a ver si he conseguido esas metas, y si las he conseguido, déjenme en paz, por favor, porque ya tiene usted lo que ha comprado. Pero justo eso, un seguimiento científico riguroso de los resultados de los proyectos, es lo que no se hace; yo puedo no haber hecho nada de lo que dije que iba a hacer que, como pase un billete de metro, me caigo con todo el equipo. Y esto en el país de Gürtel, los ERES, la Pokémon, las cuentas en Suiza, Nóos...

¿Ha comprendido entonces, querido y paciente lector, la queja de Marín? ¿Ha comprendido que tenía razones para irse? Y que le conste que muchos de los que se van, siendo también buenos, se van porque los echan, como mi buen amigo y coautor Javi Buceta, no porque hayan oído los cantos de sirena de los pérfidos países donde se investiga y se trata a los investigadores como profesionales.

Termino por no alargarme, porque podría seguir contando perlas de cómo se hace la ciencia en España; igual habría ya que dejar que desaparezca, que desaparezcamos, y empezar de cero. O no empezar, y centrarnos en ser la Florida de Europa y hacerlo bien. No sé. En todo caso, no dejo de pensar en los que os estáis yendo o ya os habéis ido. A todos, os dejo de nuevo con Rosalía:

¡Ánimo, compañeiros!
Toda a terra é dos homes.
Aquel que non veu nunca máis que a propria,
a iñorancia o consome.
¡Ánimo! ¡A quen se muda Dios o axuda!

(¡Ánimo, compañeros! / Toda la tierra es de los hombres. / Aquel que no vio nunca más que la propia, / la ignorancia lo consume. / ¡Ánimo! ¡A quién se muda Dios lo ayuda!)

Hay 21 comentarios
  • Ya que estamos en un blog de Economía, véase el asunto desde el lado económico: la investigación científica en España es, con gran diferencia, la más eficiente del mundo, la que obtiene mejores resultados con menos recursos. Un paper español en un top journal (que los hay muchísimos) sale por un precio ridículo en comparación con un paper americano, inglés, alemán, etc., en ese mismo journal. Somos la ciencia con la mejor relación calidad/precio del planeta. Antes ya éramos buenos en ese ranking, pero ahora nos salimos.
    Tan es así, que no me extrañaría que el G8, la Troika, la NSF y todo dios empezaran dentro de poco a decir a los científicos de todo el mundo: "mirad cómo vuestros colegas españoles hacen una ciencia cojonuda ganando cuatro duros y con cuatro perras para investigar; ¡hala, os vamos a recortar los fondos en un 50 %, como a ellos!".
    ¡Qué grandeza la de nuestros científicos e investigadores! ¡Somos la vanguardia de la devaluación interna! ¡Espejo de la nueva España mercadonizada!
    (Por cierto, si alguien del ministerio de Economía y ¡Competitividad! está leyendo este comentario, ha sido una alucinación, un virus informático; este comentario no existe, nunca ha existido).

    • Vaya, muchas gracias por ese comentario. Está uno harto de que nos digan que somos ineficientes, que publicamos poco y que casi no obtenemos patentes sin considerar los recursos que nos dan para todo eso. Después tenemos al presidente del CSIC que encarga estudios económicos del organismo que solo tienen en cuenta que no se obtienen beneficios (como si tuviera que tenerlos) sin considerar la producción científica.
      Estoy deseando que alguien haga una comparativa del ratio publicaciones/euro financiado entre diferentes países. Salimos ganando seguro. Qué digo seguro, ¡arrasamos!

  • Gran parte del problema está en la percepción que se tiene de la ciencia. Creo que muy poca gente percibe que la inversión en ciencia tenga algún sentido. Y mucho menos en época de crisis. Y ahí acaba todo, los científicos son un puñado de "frikies", y resulta poco costoso ignorarlos para un gobierno con ya demasiados problemas con que lidiar a corto plazo.

    Al final, los que permanecemos en España a regañadientes es por razones personales muy respetables, o simplemente porque no somos lo suficientemente buenos para irnos. Y mientras tanto, la maquinaria y el control burocráticos se hacen aún más intensos, en un entorno cada vez más mediocre, en el que el arte de justificar gastos corroe nuestra productividad científica. Esto no puede llevarnos ningún equilibrio "bueno", y no me parece fácilmente reversible si no se hace algo pronto.

    Eso sí, tenemos la mejor liga del mundo.

    • Gracias Coralio. Dices que "los que permanecemos en España a regañadientes es por razones personales muy respetables, o simplemente porque no somos lo suficientemente buenos para irnos". En mi campo no ofrecen los mismos "fichajes" que en economía, y yo tampoco soy la monda, así que no lo tengo fácil para irme. Pero es que tampoco tengo más incentivos que los que Óscar Marín. Vivo bien con lo que me pagan (aunque podría ser nejor), mi mujer es profesor de investigación y también cobra, no nos podemos quejar. Y no se nos ocurren muchos países donde nos gustaría vivir, la verdad. Quizá el único motivo por el que me iría (a no ser que las cosas vayan realmente a peor) serían mis hijos. Pero a las malas, cuando me harten, dejaré de trabajar, con lo cuál me quitaré todos los problemas que cito y algunos más, y seguiré cobrando. ¿Dónde voy a vivir mejor?

  • "Primero, tiene que homologar su título, para poder trabajar en España, proceso que llevará entre meses y años."

    Sin contar con que además deberá usted aportar todos los temarios y horarios de clases de la carrera, aunque sea de Oxford y Stanford. Traducidos al español por un traductor jurado a su coste, por supuesto...

    No sigo, que me caliento...

    • La administrativa de la universidad donde hice la homologación:
      - Pero tienes que presentar los justificantes de los cursos de doctorado y de master y blabla...
      Yo - Aquí están.
      Adm - Necesitas traducción jurada al español
      Yo - Pero si están en francés. Se los traduzco yo si quiere para que los puedan cotejar pero la traducción de todo son unos 700 euros
      Adm - Sí pero si no, cómo no sabemos que un doctorado en Francia no es menos que un doctorado en España?
      Yo - Es cierto, me lo regalaron en una tómbola junto con un queso Brie

      Al final obtuve la homologación con muchos menos papeles que los que me pedían, eso sí, enfrentándome a los administrativos. Ánimo!!

      • Gracias por los ánimos, pero con estas historias se me quitaron las ganas de volver a España hace unos cuantos años ya. De hecho, es triste, pero cuantas más noticias tengo de España, más agradecido le estoy a nuestros jerarcas educativos por hacer tantos esfuerzos para disuadirme de volver...

  • Pedir, pedir, pedir, son ustedes unos pedichones. Y como pretenden que les den para investigar a unos iletrados que no saben que la malaya es una bota y la gota es china. Es que así no se puede. Será mejor que dejemos que inventen ellos, que llevan mucho tiempo haciéndolo bien, luego nosotros se lo podemos comprar y presumir de que hemos adquirido lo último del extranjero. 😉

    [llueve sobre mojado y además en plan gota malaya:]

  • Justo lo que he pensado y propuesto siempre, pero al parecer somos minoría.

  • No lo puedo evitar.

    Artículo de El País fechado ayer:
    http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/03/24/galicia/1395663649_099974.html

    No se pierdan en el título (que tambié) sino que vayan a los numeros: Dinamarca tercer país en inversión en I+D+i. España el doble de gasto publico (por habitante) en I+D+i que Dinamarca.

    ¿y todavía queremos más gasto público en I+D+i,? Lo que hace falta es gasto privado, no más gasto público, que luego ni se controla por resultados ni nada...

    • Gracias JIB. A mí se me ocurre que el problema es ese, que el gasto público no se controla... Igual controlándolo de verdad y no con burocracias idiotas nos iba mejor...

  • Hola

    Con todos mis respetos a las reivindicaciones de los científicos de este país, visto desde fuera, no me parece más que otra reivindicación sectorial, como otras muchas que se han desencadenado a raíz de esta profunda crísis económica.

    Parte de la misma racionalidad de la exposición de motivos de la necesedidad del sector, con datos y parámetros aparentemente muy razonables pero comunicados desde un punto corporativista y de suficiencia y algo de resentimiento. Además creo que no llega al común de los ciudadanos y parecen dirigirse a un público con intereses y seguimiento exhaustivo de la actividad científica. Creo que su mensaje no es permeable y no sale de su ámbito académico.
    Al tener una adscripción de empleados públicos y de dependencia de los recursos del Estado via PGE, implicitamente están involucrados a los vaivenes políticos cuyos ritmos sobre todo electorales son más cortos que los procesos de una investigación científica que suele necesitar un largo plazo.
    Además de los problemas de comunicación de la importancia de su tarea para el bienestar de la sociedad, solo comentarles que vivimos en una sociedad donde el marketing y la promoción persuasiva es irrenunciable. El problema es que el ciudadano solo valora aquello que consume y le da satisfacción inmediata primando avances en la funcionalidad y utilidad banales asociadas al ocio y a lo efímero como imagen de un culto a la tecnologia utilizada como instrumento elitista, no como beneficio colectivo

    • Gracias por tu comentario, Nacho, pero me he debido explicar muy mal porque no has entendido nada. Yo personalmente pienso que la ciencia y la investigación son fundamentales para la sociedad y para el crecimiento, pero ese no es el mensaje del post. El mensaje del post es que si queremos tener ciencia en España (y fíjate que digo en el último párrafo que podemos decidir lo contrario), la estructura del sistema científico está muy mal diseñada. Lo que dices de que "implicitamente están involucrados a los vaivenes políticos cuyos ritmos sobre todo electorales son más cortos que los procesos de una investigación científica que suele necesitar un largo plazo" no tiene mucho sentido, dado que hay muchos países con vaivenes políticos y electorales en los que el sistema de ciencia está bien diseñado (USA, UK, Alemania, Corea,...). La diferencia es que en esos países sí se han dado cuenta de la importancia de la ciencia. Y lo que no tiene ningún sentido es que digas que mi punto de vista es corporativista, cuando me quejo precisamente de que hay mucha gente que no hace el trabajo por el que le pagan. En fin, lo dicho, que me he debido explicar muy mal. En lo que sí podemos coincidir es en la necesidad de marketing y de que los investigadores expliquemos nuestro trabajo y sus repercusiones, y eso es lo que modestamente he venido intentando en este blog.

      • Hola Anxo

        No pretendía ser ofensivo con lo de corporativista, solo quería subrayar lo que creo que es una percepción generalizada aunque yo comparta las necesidades de la estructura científica pues me parecen razonables, pero muchas actitudes de gente puntual del colectivo me parecen prepotentes a todos los niveles. No es tu caso evidentemente porque intentas una vía pedagogógica y de comunicación desentrañando y pormenorizando diferentes puntos. Dicho esto comprendo la sensación de resentimiento porque el esfuerzo no es compensado con suficiencia. En eso estoy también de acuerdo Pero mandan las leyes del mercado y y el consumo de bienes y servicios que generen beneficios inmediatos y no solo de rentabilidad monetaria.

        Desde luego es indispensable autonomizar las estructuras y los procedimientos científicos de los ciclos y hacer entender a la gente y al común de los ciudadanos que las mejoras en el bienestar requieren de procesos a veces largos y que hay beneficios que no se miden por rentabilidades monetarias solamente sino que refuerzan ese bienestar. Ah! y por supuesto agradecerte tu labor divulgativa. Aunque soy de letras valoro como primordial la investigación científica y defiendo su necesidad a pesar de aspsia de mi primer post

  • El problema de la Ciencia en España es que (en términos bancarios) no hay demanda solvente.

    Las relaciones entre la universidad y la empresa son escasas. No hay una cultura académico-empresarial, que pretenda dar relevancia aplicada a los resultados teóricos, y eso responde a una cultura que ve la investigación como algo muy alejado de toda actividad práctica. La idea de que la aplicación económica es una forma de validación (social) de la ciencia no existe en España. Asi que la Ciencia está aislada, y no tiene valedores con verdadero poder económico, ya que al contrario que en los paises desarrollados, aquí la Ciencia no es una fuente de poder económico.

    Señor Anxo ¿conoce usted algun caso de simbiosis análoga a la que hubo entre Princeton y Sillicon Valley (o entre la universidad de Des Moines y el agribussiness americano)? Seguro que alguno habrá, y la gran cuestión es ¿como hacer más?

    Para relazar la Ciencia española, esa es la cuestión fundamental. En mi opinion el primer driver de desarrollo para un pais desarrollado es una cultura académico-empresarial, pero yo no tengo ni idea de como se crea ese milagro.

    • Tienes mucha razón, Fénix, y de hecho este es un problema sobre el que varios compañeros me han pedido que escriba. Yo tampoco sé cómo generar esas sinergias, pero sí sé que en España nos quejamos mucho de que los académicos estamos muy alejados de las empresas cuando en realidad el problema es por ambas partes, no hay tampoco ningún interés en las empresas españoles en trabajar con los académicos. Yo sospecho (sin pruebas) que esto viene de la falta de cultura (científica pero no sólo) en general en las empresas, ayudada porque los académicos tampoco nos damos mucho a valer. Y las veces en las que se establece una cooperación, casi siempre (y podría dar varios ejemplos concretos con nombres y apellidos) es porque hay gente en un nivel intermedio en la empresa que busca ayuda en los investigadores públicos, llevan a cabo un trabajo razonablemente bueno, y luego es parado en seco por la dirección. Y por motivos parecidos, mientras más de la mitad de los nuevos doctores en países como Alemania u Holanda acaban en la empresa privada, en España tener un doctorado es prácticamente cerrarse las puertas del mercado laboral. Todo esto siempre salvo honrosas excepciones, pero son eso, excepciones. Sí, ahí has puesto el dedo en la llaga.

      • Lo que ocurre es que claro, si alguien tiene X euros para invertir, y puede elegir entre invertirlos en financiar investigación que puede dar resultados o no darlos, e "invertirlos" en asegurarse la recalificación de un solar para dar un buen pelotazo, pues bueno, pues qué creen ustedes que va a escoger si tiene dos dedos de frente? Pelotazo y "que inventen ellos".

        Por eso los científicos e ingenieros se van, mientras que los parásitos de siempre siguen en su sitio: se trata de un desplazamiento natural de los recursos hacia donde tienen un mayor rendimiento...

        • Un caso particular de un empresario sevillano dedicad0 a obra pública que me comentaron recientemente . "Para qué voy a invertir en I+D, si el mejorar mi servicio no me ayuda a ganar el concurso. Me sale mucho mucho más rentable invertir ese dinero en el club de alterne de mi polígono. Invita la casa, ya saben.". Me lo contó un empleado. Tiene sentido.

Los comentarios están cerrados.