Científicos preocupados: Segundo aviso

En contra de lo que es habitual en mí, en esta entrada voy a ir al grano a ver si así cala el mensaje. Ojalá.

Hace 25 años, en 1992, la Union of Concerned Scientists (UCS, Unión de Científicos Preocupados, que no *concernidos, como se dice a veces) difundió un "aviso a la humanidad", apoyado por más de 1700 científicos de más de 70 países, incluyendo 104 premios Nobel, que tuvo bastante impacto. El mensaje fundamental era éste (la traducción es mía, y aquí está la declaración íntegra en inglés):

Los seres humanos y el mundo natural están en rumbo de colisión. Las actividades humans infligen daños profundos e irreversibles al medio ambiente y a los recursos críticos. Si no se controlan, muchas de las prácticas actuales ponen en serio riesgo el futuro que deseamos tanto para la sociedad humana como para los reinos animal y vegetal, y pueden alterar tanto el mundo vivo que podría no sustentar la vida como la conocemos nunca más. Son urgentes cambios fundamentales para evitar la colisión a la que nos aboca nuestra dirección presente. (...) Los abajo firmantes, miembros relevantes de la comunidad científica mundial, alertamos aquí a toda la humanidad de lo que se avecina. Hace falta un gran cambio en la manera en que tratamos la tierra y la vida sobre ella para evitar una enorme miseria humana y que nuestro hogar global en el planeta no quede irremediablemente mutilado.

El pasado día 13, y de nuevo promovido por la UCS, se ha publicado un artículo en la revista Bioscience que firman 15 364 científicos de 184 países, y que bajo el título de "La alerta de los científicos a la humanidad: Segundo aviso" (aquí el artículo en inglés, aquí, como parte del material suplementario del artículo, la traducción al español), viene a decirnos que hemos ignorado el primero, y que estamos peor que estábamos en casi todo. Para muestra el siguiente gráfico:

Con la excepción del gráfico de arriba a la izquierda (a.), que muestra como la prohibición del uso de CFCs nos ha permitido eliminarlos y con ello salvar la capa de ozono que nos protege de la radiación ultravioleta, hemos ido a peor en todos los indicadores. Aparecen como especialmente preocupantes el gráfico g., del aumento de emisiones de CO2, principal responsable del calentamiento global (gráfico h.), el descenso de recursos como la pesca (c.) y los bosques (e.), así como la extinción de especies (f.), la que ya se conoce como sexta extinción masiva.

En el año 1992 se nos dijo que, para evitar el desastre hacia el que nos encaminábamos, teníamos que:

  1. Controlar las actividades que dañan el medio ambiente y proteger la integridad de los ecosistemas, de los que dependemos.
  2. Gestionar los recursos de manera más eficiente.
  3. Estabilizar la población.
  4. Reducir y finalmente eliminar la pobreza.
  5. Asegurar la igualdad entre sexos y garantizar el control por la mujer de sus decisiones reproductivas.

 

¿Hemos hecho estas cosas? No. O mejor dicho, pocas, o poco en cada aspecto, y de manera desigual. En términos de población se han hecho grandes progresos aunque queda por hacer en India y África. Es cierto que no hemos eliminado la pobreza pero se ha reducido mucho y caminamos en la buena dirección. Y en términos de medio ambiente hemos hecho progresos, como muestra el caso de éxito de los CFCs, u otros más locales como puede ser la limpieza de los ríos en Europa, pero tenemos un grave problema de contaminación del aire y la madre de todos los problemas en el cambio climático, que como todo problema de gestión de lo común, es muy complicado de resolver.

En el segundo aviso que se nos envía ahora se da una lista más amplia y detallada de medidas que habría que implementar inmediatamente, y que se resumen en una: "La humanidad tiene que encontrar una alternativa sostenible a continuar con el business-as-usual." Y el trabajo no es sólo de los gobiernos; de hecho, como se afirma en el artículo,

Como la mayoría de los líderes políticos responden a la presión, los científicos, los medios, y los ciudadanos de a pie deben insistir ante sus gobiernos en que actúen inmediatamente como un imperativo moral hacia las futuras generaciones. Es también momento de reexaminar y cambiar nuestros comportamientos individuales, incluyendo limitar nuestra propia reproducción (idealmente a la tasa de reemplazo, como mucho) y disminuyendo drásticamente nuestro consumo per capita  de combustibles fósiles, carne y otros recursos.

Aquí habría que insistir en nuestra propia actitud ante el cambio climático: reducir el consumo de combustibles fósiles reducirá las emisiones de CO2, pero hay muchos otros aspectos de los que ocuparse, como nos recuerda la ONU en esta lista de cosas que todos podemos hacer.

Concluyo con dos citas, la primera del artículo del segundo aviso, y de nuevo la traducción es mía:

Las medidas a tomar fueron bien articuladas hace 25 años, pero en la mayoría de los aspectos no hemos hecho caso. Pronto será demasiado tarde para cambiar de rumbo nuestra catastrófica trayectoria, y el tiempo se está agotando. Debemos reconocer, en nuestra vida cotidiana y en nuestras instituciones de gobierno, que la Tierra con toda su vida es nuestra única casa.

La segunda es del Evangelio (Mateo, 11:15):

El que tenga oídos para oír, que oiga.

(Escrito mientras se celebra la COP23, la conferencia mundial sobre el clima en Bonn, que reúne a todos los países del mundo menos a uno, ya que Siria acaba de manifestar su intención de adherirse al acuerdo de París y donde, por dar un solo ejemplo de falta de oídos, España se ha descolgado del grupo de países que van a abandonar el carbón, pese a los muertos que causa.)

Hay 12 comentarios
  • Gracias Anxo. Llama la atención la clara correlación entre los paneles b,e,f,g,h, que no prueba, pero verifica las conocidas cuasalidades:

    e -> g -> h.
    e -> b.
    e -> f.

    Esto es, si seguimos talando bosques nos quedamos sin planeta.

    El artículo tiene una serie de consejos, principalmente destinados a policy-makers, pero algunos se basan en decisiones personales: utilización de energías renovables, reducir el desperdicio de alimentos, cambios dietéticos hacia los alimentos vegetales; y muchos hacia los educadores: inculcar el respeto a la naturaleza, ...

  • Mientras la población crezca exponencialmente, crecerá la demanda de todo tipo de recursos. Los avances tecnológicos no han evitado esto, es dudoso que lo puedan hacer en el futuro, y posiblemente lo hayan empeorado. No hay carne ni pesacado en la tierra para abastecer indefinidamente el crecimiento exponencial de la población humana, y ni recursos agrarios suficientes. Ni siquiera roturando toda africa y exterminando todos los bosques y fauna. Si somos pesimistas, simplemente aceptemos pero el ser humano se reproduce como un virus, la población no para de aumentar y lo hace hasta el punto en que destruye al host (en ese caso el planeta).

    Si somos optimistas, entonces tratemos de cambiar las cosas, y la única estratégica básica pasa por la distribución intensiva de anticonceptivos en los paises subesarrollados y en vías de desarrollo, y campañas de planificación que fomenten la reduccion de la población, y por tanto la demanda de recursos. Todo lo demás tendería a atenuarse si bajamos la enorme cantidad de humanos que pueblan el planeta.

  • Como siempre se agradecen mucho sus aportes y sus nobles intentos para evitar el desastre hacia el que nos dirigimos.

    La tecnología no nos salvará, toda mejora de eficiencia es bienvenida pero es necesario también un cambio que implique tanto una disminución del consumo como una redistribución de recursos. Únicamente la central de fusión supondría un cambio revolucionario al proporcionarnos energía muy barata y limpia, pero jugarse el futuro de la humanidad a que desarrollemos dicha tecnología suficientemente rápido no parece una decisión muy inteligente.
    Estabilizar la población es un punto clave al que los economistas en mi opinión no dan la importancia que se merece (¿cuantas veces hemos leído políticas pidiendo un aumento de la natalidad para hacer sostenibles las pensiones?). A mayor población mayor es la presión sobre todos los sistemas, sobretodo si pretendemos dar un mínimo nivel de vida a toda la población.

    Hay que tomar medidas radicales y de gran alcance, y dudo que el actual sistema político de naciones estado sea capaz de ello. En mi opinión, sería necesaria cierta planificación y capacidad de decisión a nivel mundial, pero desgraciadamente no vamos por este camino. Además, cuanto más tardemos en reaccionar mayores serán los daños y mayores las posibilidades de que empiecen a realimentarse entre ellas (el cambio climático puede provocar deforestación, lo que a su vez hace que las temperaturas se incrementen aún más....).

  • Yo estoy de acuerdo en la población mundial no puede crecer hasta el infinito. Aunque no pondría a India como ejemplo. Su tasa de fertilidad de 2.4 no es especialmente alta.

    En cualquier caso, aun con una población estable es imposible que los países en desarrollo alcancen el nivel de consumo y uso de materias primas del primer mundo sin que esto haga el planeta inhabitable (para nosotros por lo menos).

    Una combinación de tecnología y cambio de hábitos de consumo es la única manera de conservar el planeta y permitir el desarrollo de todos los países.

    Y por supuesto, hacen falta gobiernos y políticos que estén a la altura. Cada vez que recuerdo que Alemania produce más energía solar que España se me cae la cara de verguenza.

  • Totalmente de acuerdo en los indicadores preocupantes. De acuerdo en gran parte con las soluciones; aunque chirria cuando sesudos cientificos apuntan eufemisticamente a《asegurar la igualdad de sexos y garantizar el control por la mujer de sus decisiones reproductivas》cuando ya sabemos las consecuencias eticas, sociales y economicas de ese control del que nuestro querido pais es un buen ejemplo para no seguir.

  • Y el sistema económico que nos ha traído hasta aquí y que ha generado la estructura social vigente, ¿qué hacemos con él?.

  • AVAL NATAL
    0- Dado un nivel tecnológico concreto. Obviamente, si mañana inventamos un produce-árboles todo cambiaría. Suponiendo que no hay tal cambio...
    1- EL mundo necesita que las externalidades se internalicen. Las restricciones subsiguientes harán subir los costes y por tanto los precios "reales".
    2- Por otro lado, los padres son quienes deben responder de sus hijos, no los demás. Esto hace que solo los padres que consigan recursos, cada vez más caros por 1, deberían poder reproducirse. Así, a la par que cuidar el planeta se operaría en condiciones de competencia, libertad responsable, ajuste dinámico al ecosistema e igualdad de oportunidades ( porque si no las vas a tener no naces ).
    3- ¿ Cómo garantizan los padres que se harán cargo de sus hijos ? Como cualquier otra inversión: AVALANDO ante la sociedad los gastos previsibles hasta los 18.
    4- Planeta salvado, economía boyante y sin niños hambrientos.
    Creo.

  • Es curioso que (casi) todo el mundo tenga una opinión sobre el tamaño ideal de la población mundial ... por supuesto basada en reflexiones totalmente irrelevantes cuando se trata de decidir su propio número de hijos (después de todo no es frecuente escuchar: "yo voy a tener solo un hijo para reducir las emisiones de CO2 y salvar el planeta"). Curiosamente esperamos que el conjunto atienda a razones irrelevantes para las partes.

    Europa tiene tasas de fertilidad bajas porque es lo que corresponde a una sociedad industrial donde los hijos son, básicamente, una liability y Africa (o India) tienen las tasas de fertilidad que corresponden a sociedades agrícolas donde los hijos son un activo. Es por eso que la alta fertilidad africana es irrelevante en la emisión de CO2 porque su emisión por habitante es órdenes de magnitud inferior al del mundo occidental.

    Aunque siempre surgan los "listos" que saben como deben comportarse los demás, los mejor situados para decidir cuantos hijos tener son los individuos ... salvo que el Estado (espoleado por los "listos") trate de confundirlos con incentivos cacofónicos, dictatoriales y, tal vez, malthusianamente ignorantes.

  • Mientras confiemos en "los gobiernos" para resolver el "problema" de las emisiones de CO2 la situación solo empeorará.

    Conviene recordar que "el Gobierno" (con independencia de sus vacios discursos recurrentes) es el que (por usar el ejemplo del nuestro):

    * subvenciona la explotación de carbón nacional para evitar "condenar a la desaparición total" (largo tiempo merecida) las explotaciones mineras de Asturias y del Norte de Leon (no hace tanto que un Presidente del gobierno español participaba en la "fiesta minera" de un pueblo de Leon ... para contribuir a la reducción de emisiones de CO2 quiero imaginar

    * subvenciona el uso de las carreteras "regalándolas" a los usuarios, para reducir así la emisión de CO2 de los automóviles supongo

    * Se niega sistemáticamente a introducir un sistema de "impuestos pigouvianos" que penalice la emisión de CO2. Es políticamente mucho más agradecido diseñar impuestos que penalicen la brillantez y el éxito en lugar de las emisiones.

    Un mucho más de mercado y un mucho menos de "gobierno" es lo que nos sacará de esto. No es un problema "económicamente" difícil

    http://citizensclimatelobby.org/files/Mankiw-CarbonTax.pdf

    es solo la necesidad de "ganar elecciones" (con votantes que cuando "largan" se rasgan las vestiduras con el calentamiento global pero cuando "votan" se agarran a sus euros por muy manchados de CO2 que vengan) la que impide que la solución racional (razonablemente sencilla) se aplique.

    • Me temo que para introducir un sistema de impuestos pigouvianos necesitamos un gobierno.
      Por lo que hace al resto, el problema de su solución es que supone que entre todos salvemos el mundo para que unos pocos lo disfruten. Aunque fuera factible, el sistema resultante sería muy inestable.
      Está bien conocer y aprovechar las ventajas del mercado, pero la fe ciega en que todo se arreglará mágicamente gracias al libre mercado, sin que sea necesario tomar medida alguna, forma parte del pensamiento religioso

      • No, no necesitamos UN gobierno (aunque la idea es muy interesante: como de todas las cosas malas, cuanto menos mejor; así que mejor UNO que 190 como ahora).

        Mankiw apunta que solo necesitamos llegar a un acuerdo para implementar un carbon tax. Pero es que, además, ni siquiera necesitamos que sea el mismo en todas partes ni, incluso, que lo implementen todos los países.

        Es una forma inteligente y eficiente de recaudar incluso si solo lo impone solo mi país (como lo es cobrar por las carreteras sin necesidad de que lo hagan todos). Además, no necesariamente afecta la actividad industrial del país que lo adopte unilateralmente ya que le permite rebajar otros impuestos.

        Y a pesar de lo que despista el "global" del calentamiento famoso, las peores consecuencias de la contaminación son locales, como sabe bien quien ha tenido que pasear en dias malos por Mexico City o por Santiago o, cuando lleva tiempo sin llover, por Madrid).

        Y no veo para quien estamos salvando el mundo más que para nosotros mismos.

        Y no conviene comparar una solución concreta con otras imaginadas (mito de Arcadia). No creo que nadie espere una solución fácil a este problema

        Igual que no conviene confundir el pensamiento religioso con el agnosticimo. Ni olvidar que, incluso hablando de religiones, lo peor que hemos inventado son las "religiones del estado" (pregunte en Myanmar).

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