Una presidenta de la Comunidad de Madrid, un Rector, un Máster y la mala reputación

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de Fran Beltrán, José Luis Ferreira, Libertad González y Pedro Rey-Biel

Nota: según pasan las horas se van conociendo más datos, tanto acerca de los hechos como de las versiones de los protagonistas, por lo que es posible que algún párrafo de esta entrada quede obsoleto.

Los hechos

Según reveló eldiario.es y han recogido todos los demás diarios, la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes cursa el Máster en Derecho Público del Estado Autonómico de la Universidad Rey Juan Carlos en 2011-12. El máster tiene un año de duración y 60 créditos. En 2012 no constan como aprobadas una asignatura (3 créditos) y el trabajo de fin de máster (TFM, 24 créditos). En 2014 consta un cambio en las actas, por las cuales se cambia la nota de ambas asignaturas de “no presentado” a 7,5. A última hora, eldiaro.es ha publicado que en noviembre de 2012 hizo un pago de poco más de 6 euros, para matricularse de nuevo en el TFM y realizarlo después.

Las versiones cambiantes

Versión de Cifuentes: efectivamente no pasó esas materias en su momento, sino dos años después. Versión del Rector (Javier Ramos): hubo un error informático que se detectó y subsanó en 2014. Ambas versiones no pueden ser ciertas a la vez. Nueva versión de Cifuentes: el TFM lo entregó en julio de 2012 y corrobora la versión del Rector. Presenta, además, el acta del TFM con esa fecha de julio.

Qué puede ser cierto y qué no

Debido a la individualización de las enseñanzas del máster, podría ser que se permitiera a la alumna completar su nota con un examen o trabajo posterior en una asignatura que no fuera el TFM. También es posible que se cambiara el acta del curso 2011-12 para evitar que la alumna tuviera que volver a matricularse. Es un tanto irregular, pero puede hacerse si uno puede explicar las razones al comité de calidad.

No puede ser que la alumna Cifuentes pudiera presentar el TFM teniendo otra asignatura sin aprobar, como era el caso hasta 2014. El sistema lo detectaría automáticamente y se habría dado el aviso de que faltaba una calificación. La versión del Rector, y segunda de Cifuentes, solo puede ser cierta si hubo un acta con esa asignatura aprobada, se dio el visto bueno para entregar el TFM, y después se cambió por error el acta de esa asignatura a “no presentado”, algo completamente inverosímil. En la primera versión de Cifuentes, también puede ser cierto que se permitiera a la alumna realizar la presentación del TFM ante un tribunal y que se guardara la nota sin introducirla en las actas hasta el momento en que tuviera aprobadas todas las demás asignaturas. En cualquiera de los casos, debe haber un rastro del proceso. Sin embargo, ninguna de estas cosas se ha alegado.

Lo que no puede ser cierto es que se hiciera un pago para matricular el TFM después de que terminara el curso 2011-12 con esa asignatura no completada y que, después, una vez presentado el TFM, se pusiera la nota en ese curso académico y no en uno posterior. Tampoco puede ser cierto que el TFM se presentara en julio de 2012 y hubiera un pago de tasas para matricular el TFM en un curso posterior (noviembre de 2012, según las informaciones de eldiario.es).

Los procedimientos para cambios de notas pueden leerse aquí.

Cómo se podría aclarar todo

La presentación del acta del TFM, junto con el rastro informático de los cambios de nota y matrículas podría haber aclarado lo que pasó. Sin embargo, lo que se nos presenta son datos incompatibles entre sí.

El acta del TFM presentada por la propia Cifuentes (lo cual es muy irregular, puesto que las actas no salen de la Universidad y, desde luego, no se entregan a la alumna) tiene la fecha del curso 2011-12. Esto es incompatible con dos hechos, el primero, que había otra asignatura pendiente que impedía la presentación del TFM o, por lo menos, que fuera evaluado en ese curso. El segundo, que haya una nueva matrícula del TFM en noviembre de 2012, ya en un curso posterior. En ausencia de un registro que lo ratifique, esta versión del Rector y última de Cifuentes, sería insostenible.

Para que la versión del Rector y segunda de Cifuentes se sostenga, debe haber ocurrido algo como lo siguiente: (i) se permitió la evaluación del TFM en el curso 2011-12 por no detectar que faltaba aprobar otra asignatura, (ii) cuando se va a poner la nota en las actas, se encuentra que efectivamente, no puede calificarse el TFM al detectar el problema de la otra asignatura, (iii) al no constar el TFM como aprobado en el curso 2011-12 se solicita la nueva matrícula, (iv) no se hace lo propio con la otra asignatura aprobada, (v) todo queda en el aire hasta que en 2014 se decide cambiar a aprobada la otra asignatura en el acta del curso 2011-12 y también la del TFM en ese mismo curso. Todo esto sería muy irregular y, de hecho, algún punto, como el (i), casi imposible, pero no es lo que se nos ha dicho.

La versión actual es insostenible con los hechos, así que seguro que habrá nuevas versiones. Siendo políticos, tanto Cifuentes como el Rector sabrán desdecirse de su versión sin quedar demasiado mal ante los suyos. Tampoco estaría de más mostrar el propio TFM, que de momento no aparece, o los múltiples correos que se suelen cruzar entre supervisor y supervisado en la realización de estos trabajos para no tener que dudar del acta que ha acabado de manera irregular en manos de Cifuentes. Las reputaciones del Máster, de la Universidad, del Rector y de la propia Cifuentes están ahora mismo comprometidas.

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