Tipos impositivos, recaudación y crecimiento

Por José E. Boscá, Rafael Doménech y Javier Ferri

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Una versión reducida de este artículo apareció publicada en Expansión el 8 de Septiembre de 2017.

Según una cita de Oliver Wendell Holmes Jr. que aparece inscrita en la fachada de la agencia tributaria federal de EE.UU, los impuestos son el precio que pagamos por vivir en una sociedad moderna. Sin embargo, es difícil responder a la pregunta de si pagamos mucho o poco sin tener en cuenta lo que obtenemos a cambio. En una democracia el nivel de gasto público depende de las preferencias y prioridades sociales, de manera que los impuestos se recaudan para financiar las políticas de gasto elegidas y garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas a medio y largo plazo. Pero la estructura impositiva también tiene importantes repercusiones sobre las variables que determinan el bienestar social como, por ejemplo, el consumo privado, el tiempo de ocio o la desigualdad. Por lo tanto, el objetivo debería ser aspirar a un sistema impositivo que mejore el bienestar de la sociedad, asegurando el volumen de ingresos públicos necesarios para financiar las políticas de gasto, y con una estructura que genere las menores distorsiones posibles.

El problema es que determinar los niveles óptimos de los impuestos es muy complicado por varias razones. En primer lugar, la relación entre presión fiscal y bienestar social no es lineal. Un nivel impositivo insuficiente, que imposibilite financiar un volumen de bienes y servicios públicos adecuado, puede ser tan perjudicial para el bienestar social como otro con impuestos tan elevados en el que terminen primando las distorsiones que afectan negativamente a la oferta de trabajo en su margen extensivo (tasa de actividad) e intensivo (horas trabajadas), al ahorro y la inversión, o a la estructura de gasto privado. La clave es encontrar el punto de equilibrio entre más ingresos, con los que financiar un gasto público que genere bienestar, y menos distorsiones y costes, que perjudican la actividad privada. Este es el objetivo de propuestas como la de Mirrlees (2011) o la de la Comisión de Expertos para la Reforma del Sistema Tributario Español (2014). En segundo lugar, la relación entre presión fiscal y bienestar depende de la eficiencia con la que las administraciones públicas transforman impuestos en bienes y servicios útiles para la sociedad. No resulta sorprendente que las economías en las que el sector público gestiona mejor sus recursos sean generalmente más proclives a aumentar su tamaño y a aceptar niveles más elevados de presión fiscal. Por último, los impuestos y las políticas de gasto afectan al bienestar social a través de múltiples canales y vías, lo que podría convertir en inadecuadas muchas medidas si no se evalúan bien sus efectos.

En un estudio reciente, y en línea con los trabajos de Trabandt y Uhlig (2011), Fernández de Córdoba y Torres (2012) o D’Erasmo, Mendoza, y Zhang (2016), contribuimos a este debate abordando algunos aspectos de la relación entre estructura impositiva, recaudación y crecimiento. En primer lugar comparamos la presión y la estructura fiscal en España con la de otras economías europeas. Para ello hemos utilizado 15 países europeos, entre los que se incluyen los ocho más avanzados (UE8) en un amplio conjunto de indicadores que determinan el bienestar: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Reino Unido y Suecia. La fuente utilizada para obtener los tipos impositivos implícitos es la Comisión Europea.

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Gráfico 1. Tipos impositivos implícitos sobre el trabajo en 15 países europeos, UE8 y España, 1995-2015. Fuente: elaboración propia a partir de la Comisión Europea

En el Gráfico 1 se muestra la evolución del tipo impositivo implícito sobre el trabajo desde 1995 hasta 2015 para España, la media para la UE8, y el máximo y mínimo en la muestra de los 15 países considerados. El tipo impositivo implícito sobre el trabajo incluye todos los impuestos y cotizaciones sociales (tanto de empresas como de trabajadores) sobre las rentas del trabajo. España ha tenido en promedio una imposición sobre las rentas del trabajo del 31,0 por ciento, 6,7 puntos porcentuales inferior a la de la UE8. Esta menor imposición relativa de España es resultado de un menor tipo implícito del IRPF, que más que compensa la mayor imposición de las cotizaciones sociales, como se observa en los Gráficos 2 y 3.

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Gráfico 2. Tipos impositivos implícitos de las cotizaciones sociales en 15 países europeos, UE8 y España, 1995-2015. Fuente: elaboración propia a partir de la Comisión Europea.

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Gráfico 3. Tipos impositivos implícitos sobre el trabajo, sin cotizaciones sociales UE15, UE8 y España, 1995-2015. Fuente: elaboración propia a partir de la Comisión Europea.

El tipo impositivo implícito del capital incluye el Impuesto sobre Sociedades y otros impuestos pagados por las empresas, así como la parte del IRPF que grava las rentas del ahorro, y los impuestos sobre la riqueza y las transacciones de activos. El denominador coincide con la renta generada por estos conceptos. Como se puede ver en el Gráfico 4, España ha tenido en promedio una imposición sobre el capital similar a la de la UE8 (29,3 frente al 29,5 por ciento, pero con una importante oscilación cíclica en el periodo de mayor intensidad de la burbuja inmobiliaria y financiera.

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Gráfico 4. Tipos impositivos implícitos sobre el capital en UE15, UE8 y España, 1995-2012. Fuente: elaboración propia a partir de la Comisión Europea.

El tipo impositivo implícito sobre el consumo incluye la recaudación de todos los impuestos indirectos que gravan el consumo, entre los que se incluye el IVA, dividida por el valor del consumo privado. En el Gráfico 5 se observa que España ha sido sistemáticamente el país de la UE15 con menor imposición indirecta (14,5 por cien), lo que sitúa el tipo implícito del consumo 9,4 puntos porcentuales por debajo del promedio de las ocho economías europeas más avanzadas (23,9 por cien).

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Gráfico 5. Tipos impositivos implícitos sobre el consumo en UE15, UE8 y España, 1995-2015. Fuente: elaboración propia a partir de la Comisión Europea.

A partir del nivel de los tipos impositivos existentes nos preguntamos a continuación cuál sería el efecto en la recaudación total de una variación de los mismos. El argumento de que una reducción de los impuestos termine generando un aumento de las bases imponibles que impacte positivamente sobre la recaudación se ha utilizado frecuentemente para justificar rebajas de impuestos. Cuando esto sucede se dice que el tipo impositivo ha sobrepasado el máximo de la curva de Laffer.

Nuestros resultados, obtenidos a partir de un modelo de equilibrio general, indican que para el caso de la economía española esta hipótesis es difícilmente justificable y que, por el contrario los tipos impositivos se encuentran en el tramo con pendiente positiva de la curva de Laffer.  Aumentos de los tipos impositivos incrementarían los ingresos públicos, si bien de manera decreciente y con una capacidad recaudatoria que varía con la figura impositiva. Así, por ejemplo, aunque el tipo sobre el capital que maximizaría los ingresos públicos se acerca al 60 por ciento, la mejora recaudatoria máxima sería de apenas 6 puntos porcentuales al provocar una caída del PIB de casi 20 puntos (Gráficos 6 y 7). Para el tipo impositivo del trabajo (incluyendo cotizaciones sociales) su máximo se situaría en el 57 por ciento. En este caso, los ingresos públicos aumentarían un 29 por cien pero a costa de una caída del PIB de 31 puntos porcentuales y de 29 puntos del empleo. Sin embargo, la mayor capacidad recaudatoria la tienen los impuestos indirectos, para los que la curva de Laffer no alcanza un máximo, provocando además los menores efectos distorsionador sobre el PIB y el empleo. Este último resultado avala propuestas como la de la devaluación fiscal de la que ya hablamos en su momento en este mismo blog.

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Gráfico 6. Curva de Laffer del tipo impositivo implícito sobre el capital. Base 100 para el tipo del 29,3%.

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Gráfico 7. Respuesta del PIB y del empleo a cambios en el tipo impositivo implícito sobre el capital. Base 100 para el tipo del 29,3%.

En definitiva, dentro de ciertos límites, los aumentos de los tipos impositivos en España generan mayores ingresos públicos pero sin que existan menús gratis: lo hacen a costa de efectos negativos sobre la actividad, el empleo y el bienestar, si no vienen acompañados de aumentos significativos en la eficiencia del gasto público. Más allá de las mejoras en la lucha contra el fraude y en la pedagogía sobre fiscalidad, sin duda necesarias, con estos resultados no resulta sorprendente que, según las encuestas del CIS, aproximadamente dos terceras partes de los encuestados piensen que la sociedad española se beneficia poco de lo que paga en impuestos y se declaren partidarios de no subirlos.

 

 

Hay 33 comentarios
  • Espectacular artículo. Me ha encantado. Entiendo que la curva de laffer es un estudio ceteris paribus de como cambia la recaudación al modificarse el tipo impositivo. es esto así?. Que supuestos se han realizado para crear los gráficos? Algún tipo de elasticidad de la actividad al tipo impositivo o algo parecido? y otra cosa, existe alguna evidencia consistente histórica país en el que estuviéramos a la derecha del máximo de laffer?

    • Gracias Javi,

      los gráficos de la curva de Laffer se obtienen a partir de los ingresos públicos consistentes con la solución del modelo cuando cambiamos los tipos implícitos. El modelo utilizado es dinámico y de equilibrio general. Las distintas ecuaciones del modelo dependen de "parámetros profundos" relacionados, por ejemplo, con las preferencias por el consumo o el ocio, o con la tecnología. Las elasticidades que tú comentas son endógenas y dependientes de esos parámetros profundos. Para asignar valores a esos parámetros se ha calibrado el modelo utilizando información sobre la economía española. El ejercicio realizado se puede resumir de la siguiente forma: a partir de la estructura impositiva observada se resuelve el modelo y se recupera de la solución el nivel de ingresos públicos. Luego se aumenta el tipo impositivo un delta y se vuelve a resolver el modelo, lo que ofrece un nuevo nivel de ingresos públicos consecuencia del nuevo equilibrio (nuevo nivel de consumo, horas trabajadas, capital, salarios, etc). Y así sucesivamente. Cuando cambiamos un tipo impositivo dejamos el resto de tipos constantes.
      En cuanto a tu segunda pregunta, el propio Arhur Laffer, en el trabajo cuyo enlace ofrecemos arriba, habla de tres episodios en la historia de Estados Unidos en los cuales una rebaja fiscal tuvo como consecuencia un aumento de los ingresos públicos, y que correspondieron con los mandatos de Harding–Coolidge, Kennedy y Reagan. Todos caracterizados por tipos marginales muy elevados previos al recorte.

  • La serie de tipo impositivo implícito sobre el capital está fuertemente condicionada por el fenómeno de la burbuja. Supongo que eso se debe a cosas como el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que obviamente se infló considerablemente con el "aire" de esa burbuja. Sea por lo que sea, es evidente que eso afecta a la media en esa corta serie.
    Por esa razón, quizá habría que darle una vuelta a esa "media" de 29,3 % antes de decir que está cerca de la media europea.

    • Gracias Jorge por tu comentario,

      tienes razón en que la media puede esconder oscilaciones importantes. En el caso del tipo del capital, entre los años 1995-2000 y 2007-2012 osciló entre 1 y 5 puntos por debajo de la UE8, mientras que en el periodo del boom llegó a estar más de 10 puntos por encima.

  • Queria hacer una pregunta , las ayudas a renovables que nos vienen con la factura se cuentan en estos graficos y donde ? Gracias

    • Hola Jerik,

      el modelo no tiene ese nivel de detalle en la estructura fiscal. Hay un impuesto al consumo agregado y hay un impuesto a la utilización de la energía en cuanto a input intermedio,

  • No soy economista, así que disculpa la pregunta de antemano, pero hay una cosa que no entiendo de las curvas. Las curvas del gráfico 7 tienen siempre pendiente negativa,incluso a tipo 0. Cobrar impuestos siempre reduce el empleo y disminuye el PIB. ¿Quiere eso decir que no están teniendo en cuenta el efecto positivo de los beneficios sociales? Un sociedad sin escuela, policía, carreteras, etc no sería viable...

    • Muchas gracias, José Luis, por tu sugerente comentario.

      En realidad que un tipo sea cero no significa que el gobierno no esté recaudando impuestos, porque los tipos del resto de impuestos siguen fijados en su nivel inicial. Además el gobierno puede endeudarse para financiar el gasto público.

    • José Luis

      Cuando la gente trabaja a cambio de dinero, el trabajo se reduce por muchos factores, entre ellos:
      - La ausencia de capital que movilice la economía
      - Prescindir de personal por mejoras tecnológicas
      - El estancamiento de capital, por el ahorro o acumulación de capitales sin movimiento.
      - Que aumente la cantidad de capital que se mueve por circuitos comerciales que no generan empleo.

      Pero los impuestos no son un factor que impliquen claramente la reducción del empleo, pueda haber correspondencias, pero no es la causa.

      El PIB es un indicador del movimiento del capital, pero como bien dices, según sean las magnitudes que se miden puede valorar solo unos movimientos de capital y otros no tenerlos en consideración.
      El PIB es siempre relativo a lo que se quiere hacer destacar, en el movimiento de capital.

      Saludos

  • Los problemas sociales no tienen solución, cuando los causa el sistema social-económico, que nadie cuestiona.

    La causa de los problemas está en la economía.

      • Efectivamente habría que cuestionar el modelo actual y hacerlo todos, porque quizá no necesitemos la economía, sino una forma nueva de vivir, de relacionarnos entre nosotros y el medio.

        Una ciencia del conocimiento nueva.

        Saludos

  • Muchas gracias por el post. Muy interesante y didáctico. Sin embargo, y aunque se hace de esta forma en los distintos trabajos, creo que la interpretación de presión fiscal como impuestos sobre PIB no es acertada siendo más acertada la de impuestos/PIB per capita, ya que este último varía con el tamaño de la población y es una medida más exacta, aunque imperfecta, de los ingresos de los individuos, ya que el PIB per capita se refiere a una media sin considerar la distribución y no refleja exactamente los ingresos de los individuos.
    De tal forma que un mayor PIB per capita se asociaría a mayores ingresos per capita y debido a la progresividad de los impuestos sobre el trabajo en mayores tipos efectivos. De hecho, existe una fuerte correlación entre el PIB per capita y los ingresos públicos per capita , y también se ha observado que las sociedades con mayor remuneración por trabajo presentan mayores impuestos directos sobre hogares.
    También comentar que las extrapolaciones basadas en Laffer para cada impuesto implican un aumento de recaudación para cada tipo de ingreso tributario, pero entiendo que el análisis se realiza “ceteris paribus” sin tener en cuenta los efectos sobre otras figuras impositivas. Sin embargo, al reducirse el PIB afectaría a la recaudación del resto de impuestos, de tal forma que los ingresos tributarios totales podrían incluso reducirse. ¿se ha llevado un estudio sobre el efecto total de recaudación tributaria?.
    Muchas gracias, excelente post.

    • Muchas gracias Víctor por tu interés en el post, nos alegra que te haya gustado.

      Al estar distinguiendo entre distintos tipos impositivos, lo que entra en el denominador son las bases imponibles correspondientes a cada impuesto, Por ejemplo, el tipo implícito sobre el trabajo se obtiene como la ratio entre la recaudación por impuestos que gravan el factor trabajo dividido por las rentas del trabajo.

      Al ser el modelo utilizado de equilibrio general, al cambiar un tipo impositivo terminan cambiando endógenamente también las bases imponibles de todos los impuestos y por lo tanto su recaudación. Por ejemplo, si un aumento en el tipo del capital termina afectando negativamente al consumo, la base imponible del consumo caerá y con ello la recaudación correspondiente a éste impuesto. Estos efectos están recogidos en nuestro modelo.

      • Si el modelo empleado considera el efecto sobre la recaudación impositiva total quiere decir por ejemplo que si se elevamos los impuestos de capital hasta el 60% (gráfico 6) la recaudación impositiva total se eleva hasta 106 ?. Gracias

  • Hay caminos heterodoxos que deberían explorarse, uno de ellos sería la progresividad de los impuestos indirectos de acuerdo a la gama del bien dentro de su categoría (una casa de 10 Millones de € es absurdo que se grave al mismo 10% del tipo aplicable y un coche de 150.000€ al mismo IVA que un utilitario), indirectamente se aumentaría la progresividad del sistema sin elevar los tipos del IRPF. Sí, ya sabemos que la UE no deja, la UE exige resultados limitando las herramientas.

    Otra posible vía a explorar es la de romper el concepto monolítico "rentas del capital". No es lo mismo invertir en una pyme que monta un primo con riesgo a perder y poca liquidez que estar jugando con un robot a la bolsa. Una de las inversiones genera automáticamente economía real cotizaciones e IRPFs y la otra no. Y bueno, ya se que el argumento recurrente es la necesidad de neutralidad fiscal, pero esta ya no existe tras el chollo fiscal a lo de siempre, al ladrillo, véase la tributación de las SOCIMIs.

      • suponer que si el presupuesto es el 20% del PIB con ese impuesto general indirecto del 20% es la fácil es un poco bienintencionado. Hay partidas del PIB como alquileres imputados etc que no son transacciones reales con IVA, etc. Reconozco que lo de dotar progresividad vía cheque es interesante..

        Puedo estar de acuerdo en que complicar y enmarañar cosas no es atractivo, pero la simplificación puede conllevar a homogeneizar cosas que no son homogéneas hoy en día como lo son las ganancias del capital.

        • Si el gobierno fuera capaz de gravar efectivamente el 20 por cien del valor añadido, tendría para financiar un gasto del 20 por cien del PIB. Esa es la idea.

  • Buenas, muy interesante el análisis y muy bueno y fundamentado.

    Mi comentario es que creo que en el análisis del graf. 1 (Tipos impositivos implícitos sobre el trabajo), se concluye que el tipo implícito en España es menor debido a tipos menores, obviando que es también debido a bases mucho menores. Con iguales tipos, si los sueldos fueran los de la media UE, el tipo efectivo sería casi igual al de la media UE. (Recordemos que ronda el 50% desde los 60.000 €).

    No habiendo subidas de salarios "por decreto", para igualar tipo implícito solo quedaría subir los tipos aplicables a los salarios más bajos, lo cual sería también una solución horrible.

    Gracias

    • Gracias a ti por tus comentarios.

      Piénsalo bien, pero creo que te estás haciendo un lío en lo que pones en el numerador, en el denominador y en lo que piensas que hay que mantener fijo. Como puedes ver en mi respuesta a Víctor Díaz, el tipo implícito se calcula como recaudación entre base imponible. Por lo tanto si la base imponible en España es más baja que en el país A y el tipo implícito en España es más bajo que en el país A necesariamente es porque la recaudación en España es mucho más baja que en el país A.

      • Perdón, lo he expresado mal, pero no me gustaría que se perdiera la idea.

        Al final lo que se quiere es aumentar recaudación. Recaudación es base por tipo implícito, y se concluye que la recaudación es baja debido al tipo bajo, en lugar de acudir a que la base es baja.

        Si los tipos en A son iguales que en B, pero la base en A es mucho más baja, la recaudación en A será mucho menor. Y la solución no puede ser aumentar aún más los tipos.

        Gracias.

        • Si tienes bases altas y tipos bajos tendrás que aceptar reducir la proporción de PIB de gasto público que puedes financiar. Eso es perfectamente legítimo, como hemos dicho depende de las preferencias sociales. Lo que no puede ser es tener rentas altas, tipos bajos y querer que el gasto público represente una parte grande de la tarta.

  • Una puntualización: no sé por qué el artículo concluye diciendo que "aproximadamente dos terceras partes de los encuestados piensen que la sociedad española se beneficia poco de lo que paga en impuestos y se declaren partidarios de no subirlos". Estoy de acuerdo con la primera parte, pero según la pregunta 17 del Barómetro del CIS enlazado, el 45% de los encuestados están más cerca de "Mejorar servicios públicos aunque haya que pagar más impuestos", y solo el 15% preferiría "Pagar menos impuestos aunque haya que reducir servicios públicos".

    • Hola aviermen,

      en la pregunta a la que te refieres hay dos cosas mezcladas: pagar más y mejorar los servicios públicos. Esto es a lo que nos referimos cuando decimos que la disposición de la población a pagar impuestos aumenta cuando percibe que éstos se gastan bien. De todos modos, la escala de respuestas va de 0 a 10. Las respuestas al número 5 (que se puede interpretar como la posición más neutral a mantener la situación presente en cuanto a la relación impuestos pagados-calidad de los servicios recibida) representan el 33 por cien. Si sumas los porcentajes de 5 o por encima de 5 tienes un 46 por cien aproximadamente que se pueden interpretar como partidarios de no subirlos o incluso bajarlos (frente al 45 por cien que son más partidarios de subirlos aumentando la calidad de los servicios)

      Por el contrario, si miras la pregunta 14 "¿diría Ud. que, en conjunto, la sociedad se beneficia mucho, bastante, poco o nada de lo que pagamos a las administraciones públicas en impuestos y cotizaciones? sólo un 32 por cien responden bastante o mucho.

    • Hola Busgosu, te copio un párrafo sobre la política de comentarios es Nada es Gratis (puedes ver el resto si pinchas en la pestaña "Comentarios"):

      3) Cada lector puede participar un máximo de 3 veces por entrada. El objetivo es evitar intercambios larguísimos de comentarios sobre asuntos que se desvían del tema de la entrada de referencia. No obstante, nos saltaremos la regla si pensamos que se ha suscitado un debate especialmente relevante e interesante.

      De todos modos, he borrado tus últimos dos comentarios no sólo porque te has excedido de tres, sino porque son de imposible comprensión (desde un punto de vista lógico).

  • Hablar de impuestos hablando de "medias" es abonarse al "eufemismo":

    Para cualquier valor medio de "recaudación / PIB" la presión es muy diferente si se reparte por igual entre todos los individuos ("eufemismo" que todos pensamos hablando de medias) que si se tiene en cuenta qué porcentaje de los individuos (muy pocos) soportan el 100% de esa presión media.

    Como con los pollos, si yo pago 100 en impuestos y mi vecino 0 la estádistica dira que la "presión" fiscal es 50 (afirmación que sólo hará sonreir a mi vecino).

    Por lo que se refiere al IRPF, en España, casi 3/4 partes de los ingresos provienen del 20% de los individuos (el 90% del 35%!!!). Parece evidente que la "presión media" enmascara más de lo que enseña ...

    http://www.agenciatributaria.es/AEAT/Contenidos_Comunes/La_Agencia_Tributaria/Estadisticas

    La comparativa entre países dice poco de la "presión" sin considerar la "progresividad" (otro eufemismo).

    Como "eufemismo" es hablar de los "efectos negativos sobre la actividad" de un sitema que, basicamente, penaliza la habilidad, la iniciativa y el esfuerzo personal igual que la nicotina y el alcohol (buscando "pigouvianamente" reducir su presencia) y promociona las "necesidades" acercando (fácil de predecir) su demanda al infinito.

    Sabiendo bien a donde lleva el principio de tomar de cada uno según su capacidad y darle según sus necesidades no se porqué es el principio básico que sigue animando los sistemas fiscales modernos.

    • Gracias, José Pablo, por tus comentarios.

      Efectivamente, los modelos macroeconómicos suelen decir muy poco sobre cómo se distribuye la presión fiscal entre los hogares o las empresas. De la misma manera que los modelo microeconómicos de simulación no dicen nada sobre el efecto que un aumento en el IVA tendrá sobre las rentas del trabajo, por ejemplo. Por eso, proyectos para dotar a los modelos macroeconómicos dinámicos de equilibrio general con agentes heterogéneos https://vimeo.com/216730242, o para vincular resultados de micro y macrosimulación https://ec.europa.eu/jrc/sites/jrcsh/files/jrc104193.pdf me parecen tan interesantes.

      • Javier, en particular la "granularidad" de los tipos creo que puede afectar significativamente a una reflexión tipo "Lafferiano". Después de todo las subidas de tipos "reales" rara vez afectan a todos los tipos por igual y los tipos a los que más dinero se recauda (los tipos más altos) ya están más cerca de la "zona de inflexión" de la curva.

        Me parece que como afecta "Lafferianamente" a la recaudación una subida de tipos del 22 al 44 suponiendo que todos pagan el 22 en la situación inicial y todos 44 al final; no debe parecerse en nada a como afecta una subida de tipos del 10 al 20 para el 60% de la base imponible recaudación y del 40 al 80 para el 40% restante de la base imponible (que es, en media, equivalente a la anterior).

        Y me parece más representativa de la realidad la subida no lineal con efecto sobre recaudación "amplificado" por la propia no linealidad de la curva de Laffer

  • En la calculadora fiscal de civismo.org vemos que la presión fiscal sobre el contribuyente promedio (todos los impuestos explícitos y algunos de los implícitos como energía, cerveza, etc.) andan alrededor de un 57% de su renta bruta incluyendo cotizaciones a la SS.
    La atención al IRPF parece que resulta con frecuencia en análisis limitados para ver los efectos de la fiscalidad en un país tan pobre como España. Lo importante debiera ser toda la fiscalidad ¿no?

    Para los profesores tengo otras dos preguntas

    1. ¿Hay algún estudio del porcentaje de la población que depende las subvenciones públicas, excluyendo pensiones contributivas, y su evolución en las últimas décadas? ¿Alguna fuente de datos?

    2. Si un contribuyente medio "after all taxes" es prácticamente un mileurista en ingresos netos ¿no estaremos alcanzando el punto en el cual un agente racional dudaría entre hacerse okupa o dependiente de rentas de subsistencia y ayudas de alquiler, etc. antes de ponerse a trabajar? ¿Cuál sería el punto de equilibrio?

    Muchas gracias

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