R(S)ecesión

admin 10 comentarios

Por Xavier Cuadras Morató y Toni Rodon

¿Es la Gran Recesión que empieza en el año 2008 uno de los causantes del crecimiento electoral del independentismo en regiones europeas como Escocia o Cataluña? Es una tesis defendida con cierta profusión en medios internacionales (aquí o aquí) y también recogida, con mayor o menor rotundidad, en artículos académicos referidos a la situación en Cataluña (véase, por ejemplo Boylan, 2015 y Rico y Liñeira, 2014). Desde este punto de vista, se interpreta que el crecimiento del voto secesionista es una reacción electoral a la insatisfacción política creada por la crisis económica. El corolario que podría desprenderse de esta visión es que, una vez que se normalice la situación económica, cabrá esperar que las aguas vuelvan a su cauce y la base electoral del independentismo se reduzca de forma considerable. No es necesario decir que tanto economistas como politólogos han dedicado grandes esfuerzos académicos al estudio de las consecuencias electorales de las crisis económicas. Sin ánimo de ser exhaustivos, se puede destacar la visión histórica de Funke, Schularick y Trebesch (2016) y el análisis tras la Gran Recesión recogido en Bartels y Bermeo (2014).

A pesar de la popularidad de esta hipótesis, hay muy poca evidencia empírica que conecte los problemas económicos creados por las crisis con el crecimiento del voto a opciones independentistas. En un reciente trabajo pretendemos contribuir a este debate analizando la relación entre la Gran Recesión y el crecimiento del apoyo a la independencia en Cataluña, tanto en encuestas como en términos electorales.

No tendría mucho sentido que en este blog nos extendiéramos demasiado acerca de las graves consecuencias que tuvo la Gran Recesión en Cataluña y en España a partir del año 2009. Será suficiente con el recordatorio de la tasa de paro, cuya evolución entre los años 2006 y 2015 podemos observar en la Figura 1. Menos conocidos son los datos, que también se exponen en el mismo gráfico, que exhiben como el apoyo al independentismo en las encuestas, que se cifraba en menos del 20 por ciento en el año 2008, se multiplicó por un factor superior a dos en muy poco tiempo. La Figura 1 es un resumen casi perfecto de la hipótesis que pretendemos analizar y muestra que el crecimiento de la tasa de paro y el apoyo a las opciones independentistas coinciden en el tiempo. No obstante, debemos recordar también que fue en junio de 2010 cuando se produjo la importante sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, que muchos han considerado un punto y aparte en la historia de la relación política entre Cataluña y España (por ejemplo aquí). Parecen pues existir razones para pensar que hay factores políticos de peso que también pueden estar detrás del viraje hacia el secesionismo de parte del electorado catalán.

Tanto la intensidad de la Gran Recesión y sus efectos sobre la renta y el empleo como el crecimiento del apoyo a las posiciones independentistas se dieron de forma muy desigual a lo largo del territorio catalán. En nuestro trabajo aprovechamos esta variabilidad para estudiar la relación entre las consecuencias de la crisis y el incremento (o la disminución) del independentismo. Los datos que utilizamos se refieren a variables económicas como el empleo, el desempleo, la renta o el número de empresas, y a variables de comportamiento político que miden el nivel de apoyo a las opciones independentistas a partir de datos electorales y de encuestas. La desagregación de los datos es a nivel de municipio. La Figura 2 muestra la distribución de la tasa de crecimiento de la variable de medida del apoyo a la independencia en los distintos municipios catalanes (los detalles de cuyo cálculo se pueden encontrar en nuestro trabajo). Como puede verse en el gráfico, la moda de la distribución es de 255 por ciento cuando se consideran sólo los votantes, y de 180 por ciento cuando se añaden los abstencionistas.

Figura 2: Distribución de la tasa de crecimiento del apoyo a la independencia 2006-2015

Los resultados de nuestros modelos empíricos no parecen confirmar la hipótesis de la existencia de una relación entre los efectos negativos de la Gran Recesión y el incremento del apoyo a la independencia durante el período 2006-2015 a nivel de municipio. Para una muestra de más de 900 municipios comparamos el cambio en el apoyo al independentismo entre aquellos donde el paro aumentó mucho (o se redujeron el empleo, la renta disponible o el número de empresas) y aquellos otros donde los efectos de la crisis se hicieron notar menos. El hecho de que se destruyera más empleo, desaparecieran más empresas o se redujera la renta en mayor medida por efecto de la crisis en un municipio no parece estar relacionado conun mayor crecimiento del independentismo en el mismo. Los resultados obtenidos son robustos respecto a distintas dimensiones económicas de la crisis y diferentes especificaciones de los modelos.

No hay duda de que el impacto de la Gran Recesión ha trascendido lo puramente económico en muchos países occidentales y ha tenido consecuencias muy importantes en muchas otras dimensiones sociales. En particular, hay una literatura creciente que estudia las reacciones políticas que la crisis ha desencadenado en diferentes países. El impacto de la Gran Recesión en el crecimiento del secesionismo en diferentes regiones europeas ha sido mencionado de forma reiterada en la prensa por parte de comentaristas políticos, pero ha estado prácticamente ausente en los trabajos de investigación. Nuestro trabajo pretende contribuir a llenar este hueco analizando el caso de Cataluña que es, junto con Escocia, el ejemplo más relevante hoy en día de la existencia de un importante movimiento secesionista en una democracia liberal.

Nuestro trabajo puede arrojar algo de luz en el debate actual entre los que piensan que el crecimiento del independentismo en Cataluña es un efecto colateral de la Gran Recesión y tenderá a desaparecer cuando la economía mejore, y aquellos que creen que es un síntoma de un conflicto político de mayor calado y, por lo tanto, permanecerá en un primer plano si no se producen cambios políticos sustanciales en España.

Hay 10 comentarios
    • Hola Jose,

      Personalmente creo que lo que ha pasado es que el catalanismo político (representado por ERC, CiU y una parte del PSC e ICV) se ha pasado al independentismo y ha abandonado la vía de un mejor encaje de Cataluña dentro de España. No es que haya habido un traspaso de votos uniforme de la población catalana hacia la independencia motivada por la crisis. Simplemente los partidos nacionalistas de antaño se quedaron sin proyecto que defender tras la sentencia del TC (ERC) y la negativa al pacto fiscal (CiU), provocando que se pasaran al independentismo.

    • Mi duda, que porcentaje de nacionalistas son del segmento del extinguido Unio, no independentistas, o de la misma Convergencia, no unilateralistas ? Y de ellos cuantos se conformarían con la base de la reforma del estatud, o con un cupo vasco, o con un federalismo ? Viviendo en Cat mi impresión, es que un 20-30 % son independentistas, pero hasta llegar a un 50 % se debería analizar con mas detalle. En todo caso en estos últimos 15 años, no conozco ni una encuesta donde los ciudadanos tuviesen como prioridad la independencia, este impulso no ha sido por motivos ciudadanos, ha sido por la presión política y de los medios afines, para provocar frentismo entre Eso y Cat, sabiendo claramente que sin el apoyo de Europa no llegarían a ninguna parte, de momento solo logran una grave incertidumbre empresarial.

      • Pues la verdad es que no sé cuántos pertenecían a Unió o eran no unilateralistas. Pero visto lo poco que cambió el porcentaje nacionalista en 2015, me atrevería a decir que debe ser un número similar al de votantes del PSC/ICV que viraron hacia el independentismo.

        Respecto al interés por la independencia, discrepo totalmente. El CEO se inauguró en 2006 y ya incluía la pregunta sobre relación entre Cataluña y España, con la independencia cosechando un 14%. Subió a un 24% justo antes de la sentencia del TC de junio del 2010, y siguió su curso hasta el 34% justo antes de la negación de Rajoy al pacto fiscal en septiembre de 2012. Antes de 2010 muy poca gente hablaba de independencia y ya subió 10 puntos. Incluso en 2010-2012 cuando Solidaritat Catalana entró en el Parlament, éstos eran los únicos que apostaban claramente por la independencia. Y te recuerdo que era un partido minoritario. Los partidos se vieron obligados a abrazar el independentismo en 2012 porque sus votantes así lo pedían, y porque no había nada más que ofrecer. El independentismo es bottom-up, no top-down.

        Estoy de acuerdo en los independentistas son alrededor de un 30%. Pero hay una masa de otro 20-25% que probablemente estaría contenta con un país más federal al estilo suizo. La mayoría de estos, sin embargo, votarían independencia por la falta de una oferta federal real por parte del resto de españoles.

  • Gracias por la aportacion al debate. Sin embargo creo que la clave esta en las clases medias, tanto en el caso catalan como en el escoces, que han visto su posicion depauperarse y sobre todo, las perspectivas de movilidad dimisnuirse. Estas clases medias no se han visto afectadas por el desempleo tanto como por los recortes en servicios publicos y por la devaluacion interna. Creo que aun no podemos refutar que el auge del secesionismo se deba (en parte) a una insurreccion de las clases medias ante la crisis, algo especialmente notable si apreciamos el gradiente de renta en el apoyo al independentismo, al menos en Catalunya.

  • Sin entrar en el fondo del asunto, hay un argumento que me parece falaz, y es ese "corolario" de que si la recesión causó el aumento del independentismo, la recuperación de la recesión debe causar su disminución. Creo que es perfectamente posible que unos hechos A causen unos sucesos B, que estos sucesos B generen su propia dinámica interna y que, desaparecidos los hechos A, el proceso B continúe, y creo que la historia está llena de ejemplos de ello.

  • Echo de menos un comentario sobre el control que utilizan los autores en el paper y que recoge el efecto del porcentaje de la población nacida fuera de Cataluña. El hecho de que el efecto sea negativo (en zonas donde hay relativamente más población nacida fuera de Cataluña, el independentismo creció menos) me llama poderosamente la atención, ya que está muy en línea con otros fenómenos rupturistas en Europa, como el apoyo a partidos ultraderechistas en áreas con pocos inmigrantes o el voto pro-Brexit en áreas de Gran Bretaña con relativamente poca inmigración.

  • Muy buen paper la verdad. Ya era hora de ver una contribución rigurosa sobre este tema tan controvertido.

    Creo que os beneficiaríais de una colección de gráficos como la Figura A (heat map del crecimiento del independentismo) que refleje también la distribución geográfica de las variables económicas. Es una manera bastante visual de mostrar vuestro resultado. Algo así como la Figure 3 de este paper https://economics.mit.edu/files/12763

  • A mí lo que me parece asombroso es el párrafo final, esa idea de que como la hipótesis del auge del separatismo no es el resultado de la crisis entonces “es un síntoma de un conflicto político de mayor calado y, por lo tanto, permanecerá en un primer plano si no se producen cambios políticos sustanciales en España” que en boca de un sociólogo resultaría ya asombroso pero que un economista sostenga esta tesis hidraúlica resulta sorprendente. Por de pronto quizás podríamos pensar que el marco institucional tenga algo que ver. Y en este caso me atrevó a sugerirle una lectura básica https://press.princeton.edu/titles/8553.html.
    Pero como el tocho es importante creo que este artículo puede aclararles algunas cosas http://dawnbrancati.com/Brancati_IO_Decentralization.pdf

  • Muchísimas gracias a todos por los comentarios. Me gustaría hacer alguna aclaración al respecto:

    1. Si bien el voto a los partidos llamados nacionalistas no ha cambiado de forma muy sustancial, lo que sí ha cambiado es el número de ciudadanos que declaran que un estado independiente sería su forma de organización política preferida (eso es lo que definimos como independentismo y lo que intentamos analizar). Por poner algún ejemplo, en el año 2006 un 15,4 de los votantes de CiU y un 41,1 de los de ERC se declaraban "independentistas" con esa definición (y un 6,8 de los votantes del PSC). En el 2011 los votantes de Junts pel Sí (coalición que agrupaba el partido continuador de CDC y a ERC) "independentistas" eran el 83,4 (un 1,4 los del PSC).
    2. Estoy de acuerdo con Pedro Ramos. Pero el argumento de que el proceso independentista es un efecto de la recesión y de que la mejora de la economía solucionaría el problema lo hemos visto publicado todos, y por eso creímos que valía la pena ver qué indicaban los datos.

Los comentarios están cerrados.