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¿Influye el horario laboral sobre el tiempo familiar?

Por Pablo Gracia

Nota: Esta entrada es una versión con modificaciones de un artículo publicado en Politikon el 15/01/2016.

¿Cómo influyen los horarios laborales sobre la vida familiar? La duración y momento en los que trabajamos inciden sobre nuestras oportunidades para dedicar tiempo a la familia, dado que las actividades familiares, como otro tipo de actividades, compiten con el tiempo dedicado al empleo. Esta pregunta tiene una gran relevancia pública. Las actividades familiares suelen fomentar el bienestar y las relaciones entre los miembros de una unidad familiar (véase por ejemplo el libro de Paul Amato et al.). Sabemos también que el cuidado parental influye muy directamente sobre el desarrollo cognitivo y socio-emocional de los menores, tal y como ha puesto de relieve James Heckman en sus estudios, y como previamente se ha discutido en este mismo blog, por ejemplo aquí.

Analizar el vínculo entre los horarios laborales y la vida familiar en España tiene una relevancia particular. El mercado laboral español se caracteriza por una fuerte presencia de la jornada partida, basada en una larga interrupción del trabajo durante la comida que no observamos en otros países industrializados, como ya se mostró aquí. La jornada partida, que según datos del INE afecta a cerca del 45% de las madres y padres empleados, supone para muchos españoles no terminar las actividades laborales hasta casi entrada la noche. La Figura 1 captura bien el patrón mencionado. Podemos observar una caída acusada de la participación laboral de las 14:00 a las 16:00, como también que un número importante de gente sigue trabajando sobre las 20:00.

fig1Una pregunta que se ha debatido intensamente en España es si la jornada partida incide sobre el tiempo familiar. Cabría esperar que sí. Los menores en edad escolar suelen terminar el colegio en horas que se solapan con una jornada continua standard (p.ej. de 9:00 a 17:00). Pero no ocurre lo mismo con la jornada partida. Cuando las actividades escolares finalizan es cuando muchas madres y padres con jornada partida se reincorporan al empleo, para seguir trabajando durante unas cuantas horas más, a menudo hasta casi entrada la noche. Dado que el tiempo libre de los menores es rígido, restringido a las horas entre la salida del colegio y el momento de ir a la cama, parece más que razonable esperar que las actividades en presencia de los hijos se vean dañadas por el empleo a jornada partida.

El estudio y la encuesta

Nuestro estudioParents’ family time and work schedules: The split-shift schedule in Spain’ es el primer análisis exhaustivo sobre la relación entre la jornada partida y el uso del tiempo familiar en España. El estudio se centra en cuatro dimensiones clave del uso del tiempo en la familia: (1) ‘actividades familiares’; (2) ‘actividades solo con menores’; (3) ‘actividades de pareja’; y (4) ‘ocio personal sin familiares’. Estas cuatro actividades ofrecen un mapa amplio para entender las relaciones familiares en España, como también las condiciones de vida de personas de diferentes generaciones en el seno de la familia.

Los análisis usan la “Encuesta española de empleo del tiempo 2002/2003” para parejas heterosexuales con al menos un hijo de 0 a 9 años. Esta encuesta ofrece los mejores datos disponibles para investigar la cuestión que aquí nos ocupa. Nuestros análisis distinguen fundamentalmente dos tipos de horarios laborales: (1) jornada continua-standard: la persona dedica al menos 3 horas al empleo entre las 7:00 y las 18:00, y menos de 2 horas entre las 18:00 y las 24:00; (2) jornada partida: la persona dedica al menos 2 horas al empleo entre las 7:00 y las 14:00 y, de nuevo, al menos 2 horas entre las 18:00 y las 24:00. La muestra de análisis excluye a aquellas personas que dedicaron menos de 3 horas de empleo durante el día de observación. Los modelos de análisis incluyen diversas variables de control, como son el nivel educativo y el número de horas trabajadas.

Los resultados

El principal resultado del estudio es que las madres y padres con jornada laboral partida dedican claramente menos tiempo a actividades familiares y con menores que quienes tienen una jornada continua. La Figura 2 muestra bien estas diferencias. Quienes tienen una jornada continua dedican 90 minutos diarios a actividades familiares, mientras que aquellos con jornada partida sólo emplean 57 minutos a dichas actividades. De forma similar, vemos que las madres y padres empleados con una jornada laboral continua dedican 85 minutos diarios en compañía de sus hijos, contra los 65 minutos empleados por las madres y padres que están en la categoría de jornada laboral partida.

fig2

En relación a la asociación negativa entre la jornada laboral y el uso del tiempo, obviamente, no podemos hablar de causalidad. Es cierto que en España los empleados tienen muy poco control sobre sus horarios laborales (en un estudio reciente veíamos que sólo cerca del 15% de las madres y padres españoles afirman tener control sobre sus horarios laborales). Ahora bien, sabemos que muchos padres, y en especial las madres, eligen empleos con horarios específicos dependiendo de sus preferencias familiares. Por tanto, si bien cabe esperar que los horarios laborales afectan el tiempo de familia y de cuidado parental, debemos reconocer que existe una relación bidireccional. Para testar causalmente esta cuestión se necesitarían datos de uso del tiempo con información sobre preferencias y de tipo longitudinal (no disponibles), o bien alguna fuente de variación cuasi-experimental en el tipo de jornada.

El estudio tiene también otros resultados relevantes sobre desigualdades de género (no mostrados en el gráfico). Sabemos que en España las madres dedican mucho más tiempo al cuidado de los hijos que los padres. Pero también se producen desigualdades de género cuando analizamos los horarios laborales. Nuestro estudio muestra que las mujeres dedican mucho más tiempo a supervisar a los hijos cuando la pareja trabaja hasta la tarde-noche. En cambio, los hombres tienden a pasar más tiempo de ocio personal sin cargas familiares cuando su pareja trabaja en esa franja horaria. Ello sugiere que las mujeres sacrifican mucho más tiempo personal para cuidar a los hijos que los hombres, incluso cuando tenemos en cuenta el horario laboral individual y de la pareja. Esto puede tener fuertes repercusiones negativas sobre las oportunidades laborales y el bienestar de muchas mujeres.

Implicaciones

Nuestro estudio tiene implicaciones clave en materia de políticas públicas. El horario de jornada laboral partida, muy extendido todavía en España, tiene externalidades negativas claras para el tiempo en familia y con los menores. Es cierto, cabe mencionar, que todos los partidos políticos mayoritarios en España han abordado de un modo u otro la cuestión de los horarios laborales y la conciliación en sus programas electorales. Además, en algunos lugares, como es el caso particular de Cataluña, existen propuestas legislativas que se han puesto sobre la mesa para racionalizar los horarios laborales. Ahora bien, este tipo de debates no se han materializado todavía en políticas específicas.

Las políticas de conciliación laboral y familiar sólo parecen viables a través de medidas coordinadas entre actores que ofrezcan una mayor capacidad de decisión sobre el empleo. Por ejemplo, poder salir antes del trabajo, reducir interrupciones laborales largas y ofrecer a los empleados mayor capacidad de elección y negociación, debieran ser ejes clave para cualquier agenda amplia de políticas de conciliación. Estas políticas supondrían una mejora en las relaciones familiares y de cuidado parental. No sólo eso. También ofrecerían mayores oportunidades laborales a muchas mujeres que hoy están fuera del mercado laboral al ser quienes se encargan fundamentalmente de las tareas domésticas y de cuidado.