Experimentos en el aula con smartphones

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de Humberto Llavador y Marcus Giamattei 

Llevamos cerca de diez años utilizando experimentos en las aulas para enseñar teoría económica. Según nuestra experiencia, los experimentos mejoran la comprensión y aumentan la motivación de los estudiantes para aprender las teorías que hay detrás de lo que observan. Los estudiantes que participan en experimentos ven cómo las ideas económicas cobran vida en el aula, y así se interesan por descubrir lo bien (o lo mal) que funcionan las teorías para explicar la realidad que acaban de experimentar. Además, también observan cómo actúan otros estudiantes y el proceso de ajuste hacia el equilibrio, dos aspectos difíciles de transmitir en una clase teórica.

Tradicionalmente, los experimentos se han llevado a cabo manualmente utilizando “papel y lápiz” o en un laboratorio. Sin embargo, los experimentos en papel consumen mucho tiempo y muchos recursos, mientras que los experimentos en el laboratorio requieren instalaciones apropiadas e impiden una interacción personal entre los estudiantes, además de limitar el número de estudiantes que pueden participar. Es por esto quizás que los experimentos nos son todavía un instrumento habitual en las clases de economía.

En un working paper reciente [aquí], que aparece también en un BGSE Focus [aquí], discutimos el papel de los experimentos en la enseñanza de la teoría económica y explicamos nuestra experiencia en la utilización de dispositivos móviles con classEx, una herramienta en línea gratuita creada en la Universidad de Passau en Alemania y ampliamente utilizada por muchas instituciones (en la figura 1 se pueden ver los usuarios en Europa). classEx [aquí] funciona como una aplicación centralizada en la que profesores y estudiantes se conectan a través de sus propios dispositivos móviles a una página web. Las instrucciones, la información pública y los datos generados durante el experimento se pueden proyectar en el aula para todos los alumnos, mientras que la información y las decisiones privadas se muestran en los dispositivos móviles de cada participante. La figura 2 ofrece una visión general de la interfaz y el funcionamiento de classEx.

Figura 1. Mapa de ususarios de classEx en Europa.

classEx no requiere instalar ninguna aplicación y el profesor puede comenzar inmediatamente a utilizar cualquiera de los experimentos ya programados. También puede crear sus propios experimentos o modificar los existentes, proporcionando así la flexibilidad necesaria para poder adaptar cualquier experimento a las necesidades del curso. Pero, quizás lo más importante es que classEx permite realizar experimentos en el aula en tiempo real, incluso con grupos grandes, donde los estudiantes interactúan cara a cara. Además los profesores no incurren en los problemas habituales de realizar experimentos en papel, como la necesidad de dedicarles mucho tiempo en el aula, el mantenimiento de registros o la recolección de resultados.

Figura 2. Ilustración del entorno en un experimento en el aula con classEx. El profesor proyecta en la pantalla la información pública. Los participantes inician la sesión, reciben la información privada y envían sus decisiones a través de sus dispositivos móviles.

Durante los últimos años hemos trabajado con paquetes que hemos elaborado con classEx de una serie de experimentos sobre los principios microeconómicos basados en Bergstrom-Miller (2000). Estos paquetes los hemos utilizado en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) en 2016-17 y 2017-18 con un total de más de 500 estudiantes, aunque llevamos mucho más tiempo usando sus versiones en papel (aquí una presentación en el SAEe de 2015).

Cada tema se estructura en tres bloques. Primero de todo se realizan los experimentos. Éstos se llevan a cabo en seminarios con grupos reducidos (entre 20 y 50 estudiantes) y se convierten en la herramienta clave del aprendizaje. Cada experimento requiere una mínima preparación previa que se limita a describir las reglas del experimento y revisar su comprensión por parte de los estudiantes mediante unas preguntas de calentamiento. Durante y después del experimento tiene lugar una discusión en la que se invita a los estudiantes a dar posibles explicaciones de los resultados observados. En el segundo bloque, los estudiantes trabajan en una serie de ejercicios constructivos utilizando los datos del experimento para así descubrir los conceptos principales por sí mismos. Finalmente, la profesora generaliza el análisis en la clase teórica, presentando los aspectos más técnicos, aplicaciones y resolviendo los problemas que los estudiantes hayan tenido cuando trabajaban en los ejercicios.

El método hace hincapié en dos puntos. En primer lugar, la importancia de complementar los experimentos en el aula con ejercicios constructivos, haciendo que los estudiantes reflexionen sobre sus observaciones y los resultados, y analicen los datos. Segundo, la necesidad de que los estudiantes exploren y traten de descubrir las ideas y razonamientos económicos por sí mismos. Es crucial que los estudiantes tengan que esforzarse para descubrir la lógica del razonamiento económico y que no se limiten a estudiar los apuntes de clase, o menos aún a resolver problemas matemáticos con un enunciado económico sin contenido. Esto no debe interpretarse como una llamada a un análisis menos formal.

Los paquetes utilizados en la UPF cubren algunos de los temas comunes en un curso de introducción a la microeconomía (los experimentos están disponibles también en inglés): impuestos, monopolios, externalidades, efectos de red, así como los fundamentos básicos de la oferta y la demanda. (La Tabla 1 al final de esta entrada ofrece la lista completa con una breve descripción de cada uno).

Veamos como ejemplo la lonja del pescado, aunque su verdadero valor sólo se aprecia observando a los estudiantes involucrarse en el experimento y en su discusión posterior. Este es un experimento muy simple que usamos durante la primera clase del curso.

La Lonja del Pescado - Más No es Siempre Mejor. En este experimento, classEx asigna automáticamente a los estudiantes un rol como pescador o como demandante de pescado (figura 3). Los pescadores y los demandantes deben encontrarse y acordar un precio.

Figura 3. Pantalla de un pescador (panel izquierdo) y de un demandante de pescado (panel derecho). El pescador ha enviado una oferta. El demandante puede aceptar o rechazar la oferta. Si acepta, se produce la transacción y se proyecta en el aula (ver Figura 4).

Los estudiantes se mueven por el aula y negocian el precio. Si llegan a un acuerdo, el vendedor rellena un contrato en su pantalla que incluye el precio acordado y el número de identificación del comprador. Cuando el comprador acepta la oferta, la transacción se realiza y aparece en la pantalla del aula (figura 4). Al final de cada ronda, el profesor tiene a su disposición las transacciones, la evolución de los precios a lo largo del tiempo y el resumen de las estadísticas para poder iniciar la discusión de los resultados (figura 5).

Figura 4. Lista de transacciones proyectadas en tiempo real a medida que los estudiantes finalizan sus contratos.

Figura 5. La evolución de los precios en las diferentes rondas. classEx permite mostrar sólo algunas de las rondas.

Este experimento es una variante del experimento "Oferta y Demanda" (posiblemente el experimento más utilizado en las aulas). Se diferencia en que todos los vendedores tienen un coste fijo irrecuperable de 10€ y el mismo coste marginal, igual a cero. En la primera sesión, los pescadores sólo tienen un pescado para vender. La segunda sesión inunda el mercado de pescado: cada pescador ha capturado 3 pescados, causando que el precio se desplome hasta situarse cerca de 0 (figura 6). A lo largo del experimento los pescadores aprenden, de forma lenta pero bastante segura, que es mejor vender pescado por debajo del coste medio que no venderlo en absoluto; y la mayoría, si no todos, los pescadores son incapaces de recuperar el coste fijo y acaban con pérdidas. En los experimentos se obtiene un precio medio estrictamente positivo pero muy bajo. Aunque el precio de equilibrio de exactamente 0€ no se alcanza, en las últimas transacciones de cada ronda tienden a aparecer precios casi nulos, con casos de hasta siete ceros en los decimales.

Figura 6. Predicciones teóricas para la sesión 1 (un pez por pescador) y la sesión 2 (tres peces por pescador) Además de las predicciones, el profesor dispone de las estadísticas resumidas.

Este experimento persigue que los estudiantes aprendan a analizar desplazamientos en la oferta y empiecen a ver cómo se pueden usar las curvas de oferta y demanda para predecir los efectos de cambios en las condiciones del mercado sobre los precios y las cantidades. Quizás lo más importante es que los resultados ofrecen la oportunidad de discutir conceptos importantes, como el papel de los costes fijos, y observaciones poco intuitivas. Los estudiantes deducen que un coste fijo superior o inferior a los 10€ establecidos no habría cambiado las decisiones de los pescadores. En los resultados observan que una mejor pesca se traduce en menores ganancias (incluso pérdidas), ya que desplaza la oferta hacia la derecha. Éste es un buen momento para introducir la distinción entre shocks idiosincráticos y agregados. Llamamos entonces la atención sobre el hecho de que los pescadores de la segunda sesión podrían haber obtenido los mismos beneficios que los de la primera si cada uno hubiera destruido parte de su captura inicial -dos peces- antes de la apertura del mercado. Esta observación se refuerza con artículos de periódico sobre la destrucción de cosechas por parte de agricultores y el lanzamiento de pescado al mar para evitar los bajos precios. ¿Existen alternativas a la destrucción del producto? ¿Resolvería el problema regalar parte de la cosecha o exportarla? El debate puede extenderse a políticas económicas, como la Política Agrícola Común (PAC), y sus medidas para evitar los excedentes. Finalmente, los estudiantes tienden a resistirse a creer en la existencia de precios cero. Utilizamos la Fase 1 del Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión (ETS, por sus siglas en inglés) como ejemplo, ya que el exceso en la emisión de derechos produjo que el precio de la emisiones cayese hasta cero euros por tonelada hacia el final del período. Esto es sólo una muestra de cómo se puede guiar la discusión para transmitir ideas complejas de existencia de equilibrio y precios cercanos a 0, y relacionar los resultados con experiencias de la vida real como la destrucción de cultivos por parte de los agricultores o la evolución del precio del carbono en el ETS europeo, abriendo una interesante discusión en el aula.

En resumen, en nuestra experiencia los experimentos son una excelente herramienta para involucrar a los estudiantes y crear una dinámica activa en el aula. Los hemos usado en la enseñanza de Introducción a la Microeconomía en la UPF durante los últimos diez años. En este curso, los estudiantes experimentan primero la situación que queremos estudiar, jugando el papel de un agente económico en un experimento. El razonamiento económico y la motivación son alentados por la discusión durante y después del experimento, forzando al estudiante a ejercitar su intuición económica. Utilizando los datos obtenidos, los estudiantes son desafiados a descubrir los conceptos principales por sí mismos, guiados por un conjunto de ejercicios constructivos. Trabajar en estos ejercicios antes de la clase les permite identificar los aspectos que no entienden, ayudándoles a enfocar su atención más eficientemente durante la clase. Los ejercicios y las lecciones consolidan sus observaciones y explican el análisis formal, pero la comprensión y la intuición ya estaban ahí desde su participación en el experimento.

Finalmente, hemos encontrado que los profesores, y no sólo los estudiantes, se involucran cuando usan experimentos en el aula. Las clases se vuelven interactivas y no repetitivas, lo que resulta en una mayor motivación y una enseñanza más efectiva. En este sentido classEx es de gran ayuda. Es gratuito y colaborativo. Y facilita la adopción de experimentos reduciendo el tiempo de ejecución, lo que permite más tiempo para su discusión, eliminando el uso de papel impreso y automatizando la recolección de datos. Todo ello sin perder el contacto personal entre los estudiantes. Una de las razones por las que los estudiantes asisten a clase (o al menos debería ser así) es para relacionarse con otros estudiantes y con el profesor. Los experimentos son un buen instrumento para este fin, en tanto que los estudiantes tienen que dialogar y negociar entre ellos, propiciando la aparición de relaciones que en algunos casos pueden prolongarse más allá de las clases.

Hay 1 comentarios
  • Apasionantes deben ser las clases de Humberto con la tecnologia que indicais. Lo eran hace 13-14 años (me licencié el 2005), sin ella. Seguro que los experimentos didacticos son una experiencia fantastica. Quin tuviera 20 años...

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