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Análisis NeG de Programas Electorales: Políticas sociales

Por Irma Clots y Libertad González

En esta entrada nos proponemos comparar los programas de los cuatro grandes partidos en lo que respecta a sus propuestas de políticas sociales y de redistribución. La entrada no es, ni pretender ser, exhaustiva, ni tampoco neutral (en el sentido de que en varios puntos damos nuestra opinión personal). Como se trata de un tema amplio, hemos elegido centrarnos en dos aspectos: las propuestas de programas de renta mínima garantizada (o similares), y las relacionadas con natalidad, familia y conciliación. Excluimos de la discusión, por tanto, muchos temas no menos importantes, como discapacidad y dependencia, servicios sociales, y vivienda. Los lectores interesados pueden consultar directamente los programas (PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos), aunque su lectura no es exactamente amena.

Comenzamos con un breve diagnóstico. Todos los partidos parecen coincidir en la necesidad de usar las políticas públicas para reducir la pobreza, sobre todo la infantil, y la “exclusión social” en general, que han aumentado a raíz de la crisis y las elevadas tasas de paro. También coinciden en apuntar como problema las dificultades existentes para que las familias “concilien” la vida laboral con la familiar, en particular para las mujeres. Las propuestas, sin embargo, difieren. Empezamos con los programas de renta mínima.

1. Políticas de apoyo a hogares con rentas bajas

Se trata quizá de uno de los aspectos en los que las diferencias entre los cuatro partidos están más claras.

El PSOE propone la creación de un sistema de garantía de “ingreso mínimo vital”, en forma de prestación no contributiva para hogares “sin ingresos o en situación de necesidad, sea cual sea la causa”. No se especifica cuantía ni más detalles. También se habla de aumentar la cobertura y la cuantía de la prestación por hijo a cargo, en función del nivel de renta (actualmente esta prestación es de 291 euros al año para familias con ingresos por debajo de los 11.500 euros anuales). Esta prestación iría incluida en el ingreso mínimo vital. No se menciona el tema de los potenciales desincentivos a la participación en el mercado de trabajo que este tipo de programas puede generar (ver aquí).

Podemos propone la introducción de una “renta garantizada” en función del tamaño del hogar, de cuantía 600 euros para la primera persona, 810 para hogares de dos personas, y aumentos de 120 euros por cada miembro adicional, con un máximo de 1290 (para hogares de 6 o más personas). Se trataría de suplementar la renta para hogares que no alcanzaran esos umbrales. Dados los potenciales desincentivos a la participación que este tipo de programas pueden generar, proponen un complemento para hogares con empleo pero con ingresos de entre 250 euros mensuales y el salario mínimo, de modo que la prestación se eliminaría de manera gradual en función de los ingresos, con una renta garantizada de 900 euros al mes en lugar de 600, igualmente graduados en función del tamaño del hogar.

La propuesta de Ciudadanos es un “complemento salarial garantizado”, que suplementaría los ingresos de trabajadores con salarios bajos o empleo precario. Se trataría de que hogares con ingresos salariales bajos no sólo no pagaran IRPF, sino que recibieran un crédito fiscal positivo. Este tipo de sistema tiene la ventaja de incentivar la participación laboral, aunque el efecto sobre el margen intensivo (horas de trabajo) no está tan claro. También tiene la desventaja de excluir por completo a las familias en las que todos los miembros están inactivos o desempleados, que en un mercado laboral como el actual representa una fracción no desdeñable de la población.

Por último, el PP contempla “coordinar las rentas mínimas de inserción de las CCAA”, aunque no se menciona la cuantía ni ningún otro detalle.

Por tanto, en este aspecto las propuestas son claramente diferentes entre los cuatro partidos. Desde el PP que propone básicamente dejar las cosas como están, pasando por la renta mínima del PSOE, el complemento salarial de Ciudadanos, y el intento de combinar ambas cosas de Podemos. Todo un menú para elegir. Aunque excepto en el caso de Podemos y Ciudadanos, que sí especifican cuantías, en los otros programas se echan en falta números más concretos. Otro punto a tener en cuenta es que a igualdad de renta, las diferencias de riqueza entre hogares pueden ser sustanciales, y esto es relevante si se quiere evitar complementar las rentas de hogares con un patrimonio elevado que les podría permitir niveles de consumo más elevados que los sugeridos por su nivel de renta.

2. Natalidad, familia y conciliación

En este tema, llaman la atención la coincidencia en los objetivos de todos los partidos, destacando solamente algunas diferencias importantes en el caso del PP.

Todos coinciden en que un problema importante al que se enfrenta la sociedad española es el de la conciliación de la vida familiar y laboral, que se agrava especialmente en el caso de las familias que tienen hijos y que ven como sus horarios laborales no coinciden con los escolares y tienen que buscar alternativas para el cuidado de sus hijos. El problema de la conciliación afecta especialmente a las mujeres, ya que sufren una mayor penalización debido a la maternidad y en muchos casos se ven obligadas a abandonar su trabajo o a reducir sus horas, lo que se traduce en importantes pérdidas económicas. Las principales propuestas de los partidos al respecto son las siguientes:

Algo muy importante que propone Podemos es la evaluación de las distintas políticas que se han llevado a cabo en materia de conciliación en los últimos 10 años (un ejemplo aquí). El PSOE también propone “potenciar la evaluación de impacto de los programas sociales y su rediseño”. Tal como ya hemos comentado otras veces en el blog (por ejemplo aquí), la evaluación es muy importante a la hora de tomar decisiones, aunque puede ser difícil evaluar políticas sin un diseño experimental adecuado. En cualquier caso, es una muy buena noticia.

En lo que se refiere a bajas de maternidad y paternidad, Podemos propone que sean de igual duración, intransferibles, y con un 100% del sueldo.

PSOE también propone equiparar progresivamente las bajas de maternidad y paternidad, empezando por aplicar el permiso de 4 semanas para los padres (propuesta paralizada desde 2007). Pone como objetivo que los permisos sean “iguales y no transferibles, homologables a los de países escandinavos”. También proponen “criterios de flexibilidad en el disfrute de los permisos”, pero a la vez, que sean “obligatorios e intransferibles”.

En lo referente a las bajas de maternidad y paternidad, C’s propone un total de 26 semanas, con 8 semanas obligatorias para la madre y 8 para el padre, y las 10 restantes a repartir. Es la propuesta más concreta, que supondría un aumento de 8 semanas con respecto al sistema actual (16 para las madres y 2 para los padres).

El PP es el partido que hace propuestas menos concretas en esta área. Sólo dicen que quieren implementar políticas de conciliación, dar acceso prioritario a guarderías para madres adolescentes, aprobar una ley de conciliación y “cambiar los usos del tiempo”. Nada referente a cambiar el sistema de permisos de maternidad y paternidad.

Las propuestas encaminadas a equiparar las bajas maternales y paternales nos parecen positivas, pero tal y como ya se ha comentado en el blog alguna vez (ver aquí), en nuestra opinión (por supuesto subjetiva) no son suficientes si no implican bajas de paternidad obligatorias, dadas las normas sociales actuales (tanto en el hogar como en la empresa), que atribuyen la responsabilidad principal del cuidado de los hijos a las madres.

Los cuatro partidos coinciden en su intención de promover la “flexibilidad” y “racionalización” en los horarios laborales, acercarlos a los horarios escolares, y fomentar el teletrabajo. El problema con estas propuestas es que son muy poco concretas y difíciles de implementar. Es complicado incentivar a las empresas a implementar cambios en los horarios de trabajo, es difícil controlar que se lleven a cabo, y es complicado impulsar desde el gobierno un cambio en los usos del tiempo, ya que requeriría cambios en creencias y actitudes en la sociedad que parecen complicados de modificar desde arriba, al menos en el corto y medio plazo. En este sentido, C’s es quizá el partido que va más lejos en hacer propuestas concretas, como la reducción de las vacaciones escolares de verano a 2 meses.

Por último, los partidos hacen algunas propuestas relativas a prestaciones relacionadas con la natalidad. El PSOE incluye las prestaciones por hijos en su sistema de ingreso mínimo. Podemos propone una prestación de maternidad no contributiva para madres solas, sin recursos y que buscan empleo, y aumentar la prestación por hijos a cargo a 150 euros al mes para familias monoparentales. C’s propone equiparar las ayudas a familias numerosas, monoparentales y con diversidad funcional, especialmente si el progenitor trabaja. Respecto al PP, su propuesta más concreta de mejora en las prestaciones familiares actuales es la introducción de ayudas para madres adolescentes. Proponen una prestación de hasta 2000 euros anuales para madres adolescentes sin respaldo familiar. En nuestra opinión, se trata de una medida de atractivo cuanto menos dudoso, por cuanto parece dirigido a fomentar el embarazo adolescente. De entre las propuestas concretas del PP en políticas sociales, destaca la de mejorar el acceso a información sobre las ayudas existentes (incluyendo prestaciones por maternidad, deducciones en el IRPF, etc), tanto a nivel nacional como regional.

Concluimos con dos comentarios generales. Primero, nos ha llamado la atención la vaguedad con que están redactados los programas, en especial los de PP y PSOE, con algo de diagnóstico y de declaración de objetivos, pero pocas propuestas concretas. Solo un botón de muestra: la propuesta número uno del PP en el área de familia es: “El PP va a elevar al máximo la política de familia y a potenciar todos aquellos servicios, medidas y políticas sociales que favorezcan a las familias y ofrezcan un entorno favorable y positivo en el que se puedan difundir los valores que representan.” (¿?)

Segundo, nos sorprende que las propuestas que implican aumentos en el gasto público, en ningún caso vayan acompañadas de una discusión sobre cómo se financiará ese aumento. Sí, todos los programas tienen su sección de política fiscal, pero siempre completamente desconectada de las propuestas de aumento de gasto social. Esto nos parece desafortunado, por cuanto facilita las “cartas a los reyes magos”, declaraciones de intenciones y propuestas de mejoras de prestaciones, sin obligar a los ciudadanos a considerar los costes asociados, bien en subidas de impuestos, o en reducción de otros gastos.