Críticas a las Reforma de Las Pensiones: Algunas Falacias Comunes II

La semana pasada comencé una evaluación de las críticas vertidas a las propuestas de reforma del sistema público de pensiones que hemos lanzado desde FEDEA.

En ese primer artículo respondía a la primera crítica, “nos lo podemos permitir,” con dos argumentos:

1) Comparar, como hacen algunos, el PIB no dedicado a los pensionistas en el 2010 y el PIB no dedicado a los pensionistas en el 2050 es irrelevante y demuestra no entender el concepto de coste de oportunidad. Lo único que importa es comparar el bienestar social en el 2050 con el sistema actual y con las posibles reformas.

2) Y que en esta comparación, la preponderancia de la evidencia era que la subida de impuestos por unos 6 puntos de PIB para pagar el gasto adicional en pensiones genera menos bienestar que retrasar la edad de jubilación. Esto es probablemente cierto tanto si los 6 puntos de impuestos se recaudan con cotizaciones sociales extras o, de manera alternativa, con distintas combinaciones de impuestos sobre el consumo, el trabajo o el capital.

Hoy hablaré sobre una segunda crítica basada en la idea de que, dado que existe una fuerte incertidumbre acerca de cualquier proyección de futuro (y que estas proyecciones han pecado de excesivamente pesimistas en el pasado), uno no tiene que preocuparse en exceso sobre ellas y que es mejor esperar antes de reformar el sistema.

Explicar cómo se realizan predicciones a 4 décadas, cómo se evalúan las alternativas futuras de acción bajo riesgo y ambigüedad y cómo se juzgan las proyecciones pasadas una vez que hemos visto el desarrollo de los acontecimientos es una labor compleja que merece varios artículos, así que voy a pedir al lector cierta paciencia y que no se lance a conclusiones aceleradas hasta haber visto el desarrollo completo del argumento.

Empiezo con la primera parte, la elaboración de proyecciones. Una cosa tiene que quedar clara antes que nada. Existen decenas de proyecciones pululando por ahí y no todas tienen la misma calidad. Como todo en la vida uno ha de utilizar el buen sentido y la intuición para valorarlas y decidir a cuál o cuáles son más fiables.

De todas esas distintas previsiones que circulan, una que me parece particularmente cuidadosa, tanto por la calidad de los autores como por el detalle en su elaboración, es la de Rafa Doménech y Ángel Melguizo, realizada en la primavera del 2007, publicada en “Projecting Pension Expenditures in Spain: On Uncertainty, Communication and Transparency” de D. Franco (ed.), Fiscal Sustainability: Analytical Developments and Emerging Policy Issues, 707-30. Banca d'Italia, 2008.y que se puede encontrar aquí.

El escenario base de Doménech y Melguizo implica que el gasto en pensiones como porcentaje del PIB pasará del 7.6% en el 2006 al 15.4% en el 2045. Este resultado está sujeto a considerable incertidumbre, pues dependiendo en varios supuestos alternativos, el gasto en pensiones puede llegar a ser el 21.7% en el 2045 o el 12.2%.

Este resultado no se obtiene de ningún modelo (así que no se asume nada como expectativas racionales o similares que pueda inquietar a algún lector), sino de un simple ejercicio de contabilidad de toda la vida en el mejor sentido de la palabra. Este es también el enfoque que sigue la Congress Budget Office en EE.UU. o la Comisión Europea, con lo cual facilita la comparación con las proyecciones de estas instituciones.

Lo que se hace en este enfoque contable es poner encima de la mesa una serie de hipótesis acerca de la evolución demográfica (fertilidad, esperanza de vida, inmigración), económica (productividad del trabajo, nivel de empleo, salarios) e institucional (cobertura y generosidad del sistema). Luego simplemente, basadas en las hipótesis anteriores, se aplican una serie de identidades contables (por ejemplo, el PIB total tiene que ser igual a la productividad del trabajo multiplicada por el nivel de empleo) y se obtiene los números buscados (la identidad contable 3 en la página 8 del trabajo citado de Doménech y Melguizo).

En tanto que ninguna persona razonable va a negar las identidades contables (bueno, una vez tuve un tipo sentado en el avión a mi derecha que decía que no se cumplen, así que es una afirmación solo con probabilidad uno), la ventaja de este enfoque es que la discusión se centra en si las hipótesis son o no sensatas y acerca del rango de incertidumbre asociadas a las mismas. Al revés, aquellos que creen que el sistema no tendrá problemas, lo único que tienen que hacer es utilizar el marco contable pero determinar que hipótesis sobre el crecimiento de la productividad o la demografía producen este resultado.

La desventaja del enfoque contable es que, en ausencia de un modelo, no se pueden hacer afirmaciones de bienestar (como las que hice la semana pasada), es más difícil realizar ejercicios de políticas alternativas (las variables como los salarios o el nivel de empleo en realidad son endógenas y por tanto dependen de la política elegida, mientras que el enfoque contable las toma como dadas y exógenas) y no es obvio que las distintas hipótesis sean coherentes entre sí (por ejemplo, un alto nivel de crecimiento de la productividad puede causar un cambio en la tasa de inmigración).

Para el ejercicio que quiero explicar hoy, la ventaja del enfoque contable es claramente superior a sus desventajas, así que lo único que se precisa es que nos pongamos a elaborar supuestos sobre todas las variables de interés.

Ya que el artículo citado explica todas las hipótesis en detalle, no voy a repasarlas aquí de nuevo y me voy a limitar a resaltar tres de ellas.

La primera hipótesis de la que quiero hablar es que Doménech y Melguizo asumen que la productividad del trabajo crecerá un 1.5% anual a partir del 2011 (hasta entonces, utilizan las predicciones de crecimiento de la productividad del plan de estabilidad del gobierno). Está tasa de crecimiento de la productividad es (conscientemente por los autores, como explicaré en el próximo artículo) optimista, aunque no en exceso.

A fin de cuentas, entre el 2000 y el 2007, la productividad del trabajo en España creció prácticamente cero (dependiendo de los detalles de cómo la calculemos, en especial como se corrige por el incremento del nivel medio de capital humano, puede incluso que el crecimiento fuera negativo).

Pero como se puede argumentar que los años entre el 2000 y el 2008 fueron anómalos, por el alto crecimiento del empleo y el peso especial de la construcción, podemos ir antes en el tiempo. Por ejemplo, durante el ciclo 1992-2000, la productividad se comportó de manera más alegre, ya que creció un 1.21% en tasa anual y durante el ciclo 1986-1992 se incrementó un 1.67% anual. La productividad crecía mucho más antes de 1985, pero ello era debido a un fenómeno de convergencia de España a nuestros vecinos europeos inherentemente transitorio (incluida la fuerte expulsión de empleo de la agricultura, que tiene siempre una productividad medida más baja) y por eso no creo que las observaciones anteriores a 1985 sean cifras particularmente relevantes para el futuro.

A la vez, es difícil ver crecimientos de la productividad mucho más altos que el 1.5%. Por ejemplo, en EE.UU., la tasa más alta de crecimiento de la productividad en un ciclo completo entre 1966 y 1973, una “edad de oro” de la productividad, fue un 2.2% anual.

Es decir, que en una distribución de riesgos sensata, 1.5% es una cifra razonablemente optimista y la distribución de crecimientos esperados tiene más masa en la cola izquierda (crecimientos por debajo del 1.5%, como hemos tenido desde 1992 en España) que en la cola derecha (crecimientos por encima del 1.5%, que no hemos visto desde los 80 del siglo pasado).

De todas maneras, y en contra de lo que algunas veces se lee, el porcentaje de gasto del sistema sobre el PIB depende menos de lo que pudiese parecer del crecimiento de la productividad (aunque algo depende por medio del efecto en el peso relativo de las pensiones de los YA jubilados en el PIB). La razón es sencilla: un crecimiento más alto de la productividad significa sueldos más altos y con ellos bases de cotización más altas y mayor devengo de pensiones futuras. Es decir, que buena parte de las ganancias para el sistema que se podrían derivar del crecimiento adicional de la productividad se destinan a pagos adicionales generados precisamente por ese incremento de la productividad. Es por ello, que al final, asumir un 1.5% u otro número tiene menos importancia de lo que pudiera parecer a primera vista.

La segunda hipótesis que quiero resaltar del trabajo de Doménech y Melguizo es la evolución de la tasa de actividad (población trabajando o buscando un trabajo dividida por la población en edad de trabajar), que crece en el escenario base, hasta el nivel observado en Suecia en el 2006 en términos de edad y sexo, un 80% de la población en edad de trabajar, en el año 2060, y del desempleo, que cae hasta aproximadamente el 4%, lo que nos pondría con una tasa de empleo de algo más del 76%. Es decir, se asume un comportamiento tremendamente favorable del mercado de trabajo, que para el 2030 y continuando hasta el 2045 nos pone en los puestos más altos de la OCDE en términos de tasa de actividad como en los más bajos en términos de desempleo (aquí hay que recordar que la proyección se realizó en el 2007, cuando nuestro mercado de trabajo tenía mucho mejor aspecto que el actual y por tanto este escenario era más creíble).

Esto nos dice, además, que existe poco margen de mejora con respecto al escenario base y sí muchos de empeorar. La tasa de actividad no puede subir mucho más del 80% (o al menos no lo hemos visto en casi ningún país). En cuanto quitamos a los estudiantes (y en una sociedad donde el conocimiento es cada vez más importante, más y más de los chavales estarán en la universidad por más y más años) y a la gente que por un motivo u otro no quiere trabajar, es realmente complicado ver como la tasa de actividad pueda llegar al 85%. Y el desempleo no puede bajar mucho más del 4% pues en una economía moderna hay siempre mucha rotación de trabajadores causada por mil motivos. En cambio, nos podemos encontrar con mucha probabilidad con que las tasas de actividad o el desempleo en el 2030 sean mucho más cercanas a las de nuestra España de hoy en día que a las de Suecia o Dinamarca.

En todo caso, y solo para cerrar este aspecto de la proyección, solo quiero resaltar que los incrementos en la tasa de actividad tampoco son una panacea perfecta, pues mayor número de cotizantes hoy (tasa de empleo más alta) también supone mayores pensiones en el futuro, con lo cual la ganancia para el sistema, como en el caso del crecimiento de la productividad, es menor de lo que algunas veces se dice en la prensa.

Finalmente, hablaré de la evolución demográfica. Aquí los autores utilizan las predicciones de Eurostat en su escenario base. Las predicciones de nativos tienen poco secreto: para el 2045, todos los que tienen algo que hacer en el sistema ya han nacido (un niño que nazca hoy tendrá 35 años en el 2045, con lo cual, si ha ido a la universidad, se ha incorporado recientemente a la población activa). Por ello, con los nativos, es solo cuestión de contar y eso lo sabemos hacer bien. Más complejo es el tema de cuantificar los inmigrantes que vendrán.

(nota: En una primera versión, puse 25 años pues me salto un 3 por un 2, no cambia nada del argumento, los nativos que importan para el 2045 básicamente ya han nacido todos)

Mi opinión personal es que vendrán menos que los que nos imaginamos por dos motivos. Uno, porque los recientes resultados electorales en muchos países europeos auguran un fuerte endurecimiento de las políticas de inmigración en Europa en el futuro cercano. Segundo, porque la caída de la fertilidad en muchos de los países de origen de la inmigración en los 20 últimos años ha sido tan fuerte que se empezará a notar una menor presión de salida (como siempre explico a mis estudiantes, Méjico probablemente ya tiene una fertilidad por debajo de la reemplazo y esto se notará en la inmigración a EE.UU. muy pronto).

Aún así, y a riesgo de ser un pesado, tengo que repetir de nuevo el mismo argumento que antes: más inmigrantes te generan más flujo de caja presente a la seguridad social pero también generan más gasto en el futuro. Con un sistema redistributivo como el nuestro y en tanto que los inmigrantes, cuando se retiren, se beneficiaran de estas transferencias, no es claro que el valor presente descontado neto de un inmigrante poco cualificado sea muy alto para el sistema.

En general, y esta es una de las principales lecciones que tenemos que comunicar al votante mediano, mayor productividad, mayor inmigración, menor desempleo, etc., son sólo remedios temporales, que lo que hacen es diferir el problema durante algún tiempo (y menos del que parece), pero que no desaparecen por ello.

En resumen, Doménech y Melguizo presentan un escenario base claramente optimista que asume un fuerte crecimiento de la productividad y del empleo y unas hipótesis razonables de evolución demográfica, y aun así el gasto en pensiones se dobla como porcentaje del PIB.

En mi próxima entrega hablaré de cómo incorporar explícitamente la incertidumbre existente en estas proyecciones y cómo responder a ella.

Hay 19 comentarios
  • "Con un sistema redistributivo como el nuestro y en tanto que los inmigrantes, cuando se retiren, se beneficiaran de estas transferencias, no es claro que el valor presente descontado neto de un inmigrante poco cualificado sea muy alto para el sistema."

    Cuando la gente que no es economista lee estas cosas, nos odia y cree que no pensamos en las personas y en los gatitos, sino solo en el dinero.

    Sino, el post es estupendo.

  • (un niño que nazca hoy tendrá 25 años en el 2045, con lo cual, si ha ido a la universidad, lo mismo ni se ha incorporado a la población activa)

    ¡¡DÓNDE HE ESTADO LOS ÚLTIMOS 10 AÑOS??

    Estoy con Citoyen, esas frases dichas a los no economistas les suelen causar pavor ¡Estás poniéndole precio a la vida humana! ¡Yo no soy un número! ¡Fascista de las derechas neoliberales! etc.

  • Esto lo puse en tu primer post sobre el tema y lo vuelvo a introducir aquí.
    Jesús. Que la vida está llena de problemas, eso es seguro. Que pasar de un sistema que se financia penalizando el empleo, a otro en donde se financiaría con la riqueza del país, plantea también problemas, eso seguro…… ¿y?. No es imposible
    Lo que preguntaba, pues es el interrogante que tengo es si existen claras razones para rechazar el modelo alternativo del que te hablaba (pensiones con cargo a impuestos y no con cargo a cotizaciones sociales). Sigo sin ver ninguna crítica al respecto. Por cierto, conoces algún documento donde se analice en profundidad esta cuestión.

  • En España, en su historia reciente, la cantidad de población que quiere trabajar es mayor que la de población que trabaja. Se convierte a los trabajadores en pensionistas (prestación por desempleo, prejubilación). Nos dicen que en el futuro habrá que convertir a los pensionistas (jubilados) en trabajadores. ¿Es que habrá mucho que hacer? ¿Quiere esto decir que en el futuro habrá pleno empleo o quiere decir, solo, que el Estado no tendrá para pagar? ¿Es una cuestión de mucho trabajo o de poco dinero? ¿¿Dónde está el dinero??
    Si es lo segundo, el mensaje suena a: "Usted trabaje más años, a ver si con un poco de suerte luego se muere pronto y no tenemos que pagarle". Hará falta entonces mucha comunicación (o lavado de cerebro, según se prefiera) para convencer a la gente.
    Quizá en realidad el mensaje es: "En el futuro, tener trabajo será tan raro, que si usted tiene uno, mejor no lo deje hasta que se muera, por el bien de todos". Pero por su artículo, entiendo que no será así.
    En todo caso hay que explicar bien por qué vamos a pasar de la era de la prejubilación a la de la posjubilación.

    Se agradecen sus esfuerzos.

  • Folks, Citoyen:

    Gracias, se me salto un 3 por un 2, no se muy bien como. En fin, lees el post 10 veces antes de colgarlo y siempre se te escapa un gazapo. Pero el argumento es el mismo: practicamente todos los nativos que importan ya han nacido con lo cual solo hay que contarlos.

  • Pedro:

    Fijate que digo: "Esto es probablemente cierto tanto si los 6 puntos de impuestos se recaudan con cotizaciones sociales extras o, de manera alternativa, con distintas combinaciones de impuestos sobre el consumo, el trabajo o el capital."

    Los impuestos sobre el trabajo y las cotizaciones son basicamente lo mismo (existe un tope a las cotizaciones, esa es la unica diferencia). Los impuestos sobre el capital distorsionan mas que sobre el trabajo (con lo cual cambiar cotizaciones por ellos es aun peor), los impuestos sobre el consumo algo menos (con lo que se podria cambiar cotizaciones por IVA, pero para sacar un 6% de PIB nos tenemos que ir a IVAs de por encima del 30%, donde las distorsiones empiezan a ser brutales).

    Podemos jugar con las figuras tributarias pero al final, la conclusion basica es siempre la misma.

  • Pero si quitamos los impuestos sobre la nómina (cotizaciones sociales) y lo sustituyeramos por impuestos en general , en términos netos, no tendrías que producirse grandes distorsiones. Lo que quitamos por un lado (cotizaciones sociales), lo podemos recaudar por otro (IRPF; IS; IVA; s/capital etc). Además, los costes se reducirían, seríamos más competitivos y exportaríamos más y por ende aumentaríanos el PIB, empleo, renta y recaudación.

  • Pedro:

    Quizas estemos hablando de dos cosas distintas.

    Mi comparacion es: ¿Que es mejor, subir los impuestos (de la manera mas eficiente posible, quizas con IVA?) un 6% del PIB para pagar el gasto adicional o retrasar la edad de jubilacion? La evidencia y los modelos nos sugieren que retrasar la edad de jubilacion es mejor para el bienestar social.

    Tu pregunta es: ¿Dado que tenemos que financiar x% del PIB en pensiones (donde x es el que sea), cual es la manera mas eficiente de recaudar ese dinero?

    Mi respuesta a esta segunda pregunta es que cambiar cotizaciones por impuesto sobre la renta del trabajo tendra casi cero efectos, cambiar cotizaciones por IVA tendra efectos positivos pero reducidos y cambiar cotizaciones por impuesto sobre el capital tendra efectos negativos.

    Por ejemplo, una reduccion de cotizaciones sociales a cambio de impuesto de la renta se traduciria en un incremento de los salarios antes de impuestos para dejar los salarios despues de impuestos practicamente en las mismas (es un resultado muy basico de economia publica), con lo que no habria ningun efecto beneficioso sobre el PIB o el empleo.

    Una substitucion de cotizaciones por IVA ayuda algo, pero la mayor parte de la gente que lo ha calculado le sale que es un numero tan reducido que no soluciona ninguno de nuestros problemas de sostenibilidad (aunque, ya puestos a cambiar, yo apoyaria una subida del IVA para reducir cotizaciones, simplemente no es una panaces).

  • Lo que me interesa es analizar un cambio en el modelo de financiación de las pensiones.

    Tu señala. Por ejemplo, una reduccion de cotizaciones sociales a cambio de impuesto de la renta se traduciria en un incremento de los salarios antes de impuestos para dejar los salarios despues de impuestos practicamente en las mismas (es un resultado muy basico de economia publica), con lo que no habria ningun efecto beneficioso sobre el PIB o el empleo.

    Yo digo. Una reducción de las cotizaciones sociales, vendría a reducir el coste de las empresas y por ende los precios. Ganaríamos en competitividad, exportaríamos más y aumentaríamos el PIB, el empleo y la recaudación y ello sin tocar los impuestos. Además, las remuneraciones aumentarían, tanto en términos noninales (eliminación de las cotizaciones sociales a los empleados) como en términos reales (bajada de precios). La renta disponible aumentaría.

    Lógicamente hay que financiar el déficit que se produce al desaparecer las cotizaciones sociales. Al haber más PIB, más empleo y más renta disponible y por lo tanto más recaudación no estoy seguro que tuvieramos que pagar un 6% más de impuesto (comparando impuesto actuales + cotizaciones sociales).

  • Pedro:

    "Una reducción de las cotizaciones sociales, vendría a reducir el coste de las empresas y por ende los precios. "

    No. Las empresas pagan 100 por tener un trabajador. Ahora llamamos 75 salario (75 antes de IRPF y 60 despues de IRPF) y 25 cotizacion (por poner unos numeros). Si se reduce la cotizacion y se sube el IRPF, el funcionamiento del mercado de trabajo hace el coste para la empresa seguiria siendo 100, excepto que ahora es 85 de salario (con 60 despues de IRPF, los 15 antiguos mas los diez de sustitucion de cotizaciones) y 15 de cotizaciones. Nos quedamos (basicamente, hay un par de sutilizas) en las mismas

    Otra cosa es que reduzcamos a secas las cotizaciones, sin subir ningun otro impuesto. Aunque parte de la perdida de recaudacion se compense por incremento del empleo, a nadie que ha calculado esto le sale que recuperemos el 100% de la bajada de cotizaciones (mi prior es que se recupera entre el 30% al 50%), con lo que empeoramos el deficit del sistema.

    J

  • Jesús, la conclusión que deduzco a la que llevas, viene a decirnos que como tocar cualquier impuesto es distorsionante (incluido una mayor pregresividad, combatir el fraude fiscal, acercar el gravamen de las rentas de capital a las de la renta del trabajo, fijar un impuesto al sistema financiero etc..) entonces no hay otra solución que o modificar la edad de jubilacion o recortar pensiones.
    Creo que todos estamos de acuerdo que el sistema hay que modificarlo. El tema está en cual el sistema alternativo. Creo que existen al menos dos: incluirlo en el presupuesto y financiarlo vía impuestos, reduciendo o eliminando las cotizaciones sociales o manteniendo el actual sistema, pero cambiando los parámetros. No merece la pena mencionar, por las razones señalas en tu primer post sobre el tema, el sisttema basado en la privatización de las pensiones
    Yo pienso que existe una alternativa: reducir cotizaciones sociales y financiarlo vía impuestos (tu mismos señala que el empleo generado podría recuperar entre el30 y 50% y por lo tanto, con el sistema descansando en impuestos y no en cotizaciones sociales se tributaría menos). Ello debería ir a compañado de una reforma tributaria en profundidad (esta no es tabú), en donde realmente quien gane más pague más. No es de recibo que en el actual IRPF ganen mas de media los asalariados que los empresarios. Las cogtizaciones sociales actuales son totalmente regresivas.
    Como dices en tu último post, tu expone tu elección personal, lo que te dice tu coste de oportunidad, pero otros pueden tener otro coste de oportunidad. ¿ Quien decide entonces? Como elección personal, nada que objetar. El problema es cuando se transmite, quizás tu no, como una verdad incuestionable.

  • Pedro:

    Yo no digo que haya otra solucion que modificar la edad de jubilacion o recortar pensiones. Lo que digo es:

    1) Los impuestos (sean estos cotizaciones sociales o cualquier otro) son distorsionantes.

    2) A mi me parece, basado en la evidencia, que los costes de distorsiones ADICIONALES para financiar los 7-8 puntos adicionales de gasto en pensiones probablemente sean mayores que los costes de modificar la edad de jubilacion o recortar pensiones.

    3) Que la respuesta en 2) depende poco de si la financiacion de las pensiones se hace con IVA, IRPF o cotizaciones sociales. La cotizacion social es un impuesto, el IVA es un impuesto, el IRPF es un impuesto. Por tanto la composicion de como financiamos las pensiones tiene solo una importancia secundaria y por ello meter el sistema en el presupuesto y pagarlo con impuestos generales no soluciona nada.

    Recortar las cotizaciones sin subir otros impuestos solo nos pone en una situacion aun peor.

  • Jesús, te doy las gracias por el esfuerzo que realizas en explicar las cosas. Ya he insistido en los comentarios a otro post en la necesidad de estas explicaciones (aunque permíteme que, humildemente, lamente un exceso de acritud).

    Vamos con una objeción que he leído:

    Tus propuestas incrementarían las desigualdades que existen en los beneficios sociales (como las pensiones) por clase social. En España un burgués vive diez años más que un trabajador no cualificado con más de cinco años en paro. Y las pensiones del primero son más generosas que las del último. Es profundamente injusto que se obligue al último a trabajar dos años más para pagar las pensiones al burgués que le sobrevivirá diez años.
    Seguramente en España, como demuestra la evidencia de EEUU, la mayoría del crecimiento de la esperanza de vida a partir de los 70 años se ha concentrado en las rentas superiores, siendo tal crecimiento relativamente menor en las rentas inferiores.

  • Que los impuestos son dirtorsionante, creo que todo el mundo lo sabe. Al menos los que pagamos. Muchos que lo dicen, y no lo digo por tí, seguramente tienen vías por las que se escapan y no tributan. Pero la cuestión es ¿ Que distorsiona más la generación de empleo, las cotizaciones sociales o los impuestos, y por impuesto me refiero tanto a IRPF; IS; IVA; Rentas del capital etc...?. ?¿Generan la misma distorsión?. ¿ Genera la misma distorsión gravar con impuesto a los empresarios por crear empleo que, por ejemplo, perseguir el fraude fiscal o imponer un gravámen especial a los bancos (al menos recuperamos parte del coste que su actuacion nos está generando); e incluso gravar con tipos semejantes las rentas de capital como se grava las rentas del trabajo?.
    Pienso que no

  • Pedro:

    Una cosa son las distorsionen y otra la evasion. Por ejemplo, yo no cojo muchas clases extras que me ofrecen en la universidad porque, con mi tipo marginal de impuesto sobre la renta, no me compensa, mientras que a un tipo más bajo sí que las aceptaría. Eso es una distorsion pero no es evasion. La evasion, aun importante, no es el tema aqui.

    1) Los impuestos sobre el trabajo y las cotizaciones son basicamente lo mismo (sujetas al tope de las cotizaciones) con lo que la distorsion es la misma. El que a mi me pagen menos por la clase porque Penn tiene que pagar la cotizacion o porque yo tengo que pagar IRPF tiene el mismo efecto (basicamente) sobre mi decision de cojer o no la clase.

    2) El IVA distorsiona algo menos que las cotizaciones y quizas seria una buena idea cambiar algo de cotizaciones por IVA pero si subimos el IVA mucho, tambien sera muy distorsionante.

    3) Los impuestos al capital suelen crear distorsiones mucho mas grandes que las cotizaciones sociales. Es por ello que la mayoria de los paises gravan menos al capital que al trabajo.

    En este foro en otras ocasiones he argumentado que la lucha contra el fraude fiscal, aunque importante y necesaria, no recaudara mucho (a mi me salia una vez que como un 2% del PIB y eso era siendo optimista). Los bancos: existe un fortisimo limite a lo que se les puede gravar causado por la habilidad de los bancos de hacer arbitraje regulatorio. Por otra parte, en Espania, los grandes bancos no han recibido transferencias, han sido las Cajas, que en principio son publicas.

  • Francisco:

    La tuya es una objeccion seria. En buena medida por ella es por la que yo he siempro propuesto que la bajada de la tasa de reemplazo (la pension/salario) se concentre en las pensiones mas altas, para compensar esa desigualdad del sistema.

    Otra medida que hemos sugerido desde FEDEA es la posibilidad de que los recortes por jubilacion anticipada sean menores en profesiones como la construccion, es decir que si un trabajador de la construccion se retira antes, la penalizacion sea mucho mas reducida que si es un trabajador de la banca.

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