Implicaciones de Política de Behavioral Economics

Ayer jueves salía en el New York Times un artículo muy interesante de George Loewenstein y Peter Ubel sobre las implicaciones de política de los modelos de behavioral economics.

Frente a las afirmaciones, un tanto exageradas, de muchos que se han subido al carro de behavioral en los últimos tiempos, Loewenstein (que lleva dedicándose a esto toda su vida: el primer paper de behavioral que leí hace ya un porrón de tiempo era suyo y que por cierto es bisnieto de Sigmund Freud) y Ubel nos ofrecen una visión mucho más matizada de lo que se puede esperar de este enfoque.

Un par de frases interesantes:

“Behavioral economics should complement, not substitute for, more substantive economic interventions.”

y

“For all of its insights, behavioral economics alone is not a viable alternative to the kinds of far-reaching policies we need to tackle our nation’s challenges.”

De hecho mi visión del tema es aún más cautelosa ya que siempre he tendido a ver los modelos de behavioral como una razón para desconfiar de la política económica, no para confiar en ella. Me explico. Si creemos que la gente tiene problemas para decidir qué hipoteca firmar (una decisión con importantes consecuencias en su vida), la única conclusión lógica es que deberían de tener incluso más problemas para decidir a qué partido votar en las elecciones, ya que la política es mucho más emocional y además los incentivos son mucho menores (la probabilidad de que yo sea el votante pivotal, es decir, el votante que hace cambiar el resultado de la elección, son casi cero y por tanto el pago a informarme y votar correctamente es casi cero también). En consecuencia, he de confiar mucho menos en la actuación del estado que en un mundo con agentes plenamente racionales (esta conclusión por supuesto requiere un modelo más explícito para clarificar las condiciones bajo las cuales es cierta pero espero que los lectores vean por donde va el argumento).

Por cierto, ¿cómo traducimos “behavioral economics”? ¿Economía del comportamiento? Espero propuestas.

Hay 22 comentarios
  • Creo que no le va a molar mucho

    ""Behavioral Finance":

    Sujeto = Finance

    Predicado = Behavioral

    "Psicología de las Finanzas" invierte los términos de la oración:

    Sujeto = Psicología

    Predicado = Finanzas

    No hay que olvidar el que podríamos llamar "argumento epistemológico":

    - los economistas tenemos mucho menos que decir que los psicólogos en relación con la división de la psicología; y

    - el "behaviorismo", pacíficamente traducido como "conductismo", es una doctrina psicológica con contornos muy precisos (Skinner, etc).

    Por otra parte, "Economía conductual o del comportamiento" es inexpresivo, porque de lo que se trata no es de la visión económica de la conducta o del comportamiento humano en general, sino de que los economistas hemos encontrado "definitivamente" en la Psicología, gracias a Kahneman, la explicación a los fallos de la Teoría de la Utilidad Esperada de Neumann y Morgenstern. Con Kahneman, es la Psicología la que penetra en la Economía, "reordenando" esta última, razón por la cual su premio Nobel es de Economía y no de Psicología. Recordemos que la Teoría de la Utilidad Esperada ya llevaba tiempo siendo cuestionada (Allais, etc.), sin encontrarse lo que Gustavo Bueno llamaría "cierre categorial".

    Estamos hablando de que los economistas, a partir de la Behavioral Finance, podremos decir cosas como estas:

    - "la gente se hincha a comprar pisitos cuanto más suben los precios (= antimercado)... porque el ser humano es así";

    - "cuando España_va_bien, la gente toma decisiones muy arriesgadas cuyo fiasco dará lugar a la RECESIÓN-2008... porque el ser humano es así";

    - "no me saques un dato malo de estimaciones de precios de la vivienda ni de PIB porque se me van a arrugar los membrillos... es que el ser humano es así".

    Nunca la economía ha sido tan "psicológica" (je, je, je), bueno, más bien "conejochisterística". ¡Que se lo digan a los vendedores de crecepelo! (nunca mejor dicho).

    En suma, se trata de ver la economía, las finanzas, las inversiones a la luz de la psicología.

    Mi propuesta es un neologismo:

    "PSICOECONOMÍA", "PSICOFINANZAS".

    Además, como que queda muy friki.

    En cuanto a traducir "Porspect Theory" por "Teoría de la Perspectiva", nunca he estado más en desacuerdo con una traducción tan pedante, equivocada y en oposición frontal a los deseos de sus autores, que pudieron llamarla "Perspective Theory" y no lo hicieron.

    Recordemos que "perspectiva" (del latín, perspicere) es dos cosas:

    - lo de Tintoretto; y

    - lo de "color del cristal con que se mira la vida", o sea, el "subjetivismo".

    Ninguna de las dos es de lo que hablamos.

    La Prospect Theory, además, es utilizada por los economistas en relación con el de la Teoría de las Expectativas Racionales, cuyo contenido está muy establecido.

    En "perspectiva", falta el sentido del futuro. Se nos propone una metáfora estática. Habría un objeto aprehensible, pero que el ser humano lo ve desde "su ángulo". Habría como un "deber ser racional" al que se superpondría una distorsión introducida por las imperfecciones (previsibles) del cerebro humano.

    ¡Que no!. ¡Que la heurística es consustancial!. ¡Que no hay ninguna verdad suprema racional!.

    Si se dan cuenta, todos los enunciados de la Prospect Theory hablan de cómo el cerebro humano se imagina el futuro (para protegerse), y no de cómo cada cual lo ve subjetivamente:

    1) loss aversion: como las pérdidas nos duelen más que lo que nos alegran ganancias de igual importe, no nos planteamos vender con pérdidas y nos quedamos con el pisito hasta que vengan tiempos mejores;

    2) endowment effect: pedimos mucho más por algo que ya tenemos que lo que pagaríamos por tenerlo, porque nos imaginamos el sentimiento que tendríamos si nos desprendemos del pisito al que estamos tan apegados y nos duele mucho;

    3) framework effect: nos atraen las ganancias ciertas en el presente, aunque sean pequeñas, y rehuimos las pérdidas seguras, aunque la ganancia en juego pudiera, en el futuro, ser mucho mayor, razón por la cual preferimos que nos suban el sueldo justo la inflación y renunciamos a las rentas que obtendríamos del dinero que obtuviéramos de vender el pisito ahora que está pinchando la burbuja.

    4) house money effect: hay un efecto procíclico causado por la ganancia acumulada durante el alza ("jugar con dinero del casino") y perdemos sensibilidad a que el futuro sea malo, por lo que, tras las primeras bajadas de precios de los pisitos, aparecen un montón de "triunfadores" comprando, aunque todavía está todo sobrevaloradísimo, creyendo que están ante "una oportunidad" (la revista "Mi Cartera de Inversión" publica esta semana en portada que, en la costa, el descalabro inmobiliario "ha tocado fondo"... ¡que estamos empezando el pinchazo!, señores, ¡que, según datos oficiales, la vivienda todavía está subiendo más que la inflación!... ¡Dios, cuántos membrillos hay!).

    5) disposition effect: somos reacios a materializar minusvalías porque estamos "convencidos" de que nuestro pisito vale un Potosí y, en el futuro, vendrán tiempos mejores.

    Por todo lo cual, la traducción de Prospect Theory debería ser literal, respetando a sus autores, porque en inglés también hay "perspective" y "prospective". Mi propuesta es, pues:

    "TEORÍA DE LA PROSPECTIVA"."

  • 1.- Lo cierto es que las emociones forman parte de nuestra caja de herramientas.
    Siguiendo con el fútbol, hace unos meses un jugador del Oviedo se negó a firmar por el Sporting –que le doblaba su ficha- porque se sentía incapaz de vestir su camiseta.
    Con la visión del agente racional de la economía convencional tonto fue lo menos que le dijeron.
    Sin embargo desde el punto de vista de la behavioral economics su decisión si que tiene mucho sentido.

    2.- Y por qué no “Economía de la conducta”

  • No sería conveniente utilizar "conductista". El DRAE consagra el adjetivo para lo "perteneciente o relativo al conductismo" entendida esta última palabra como referida a una escuela psicológica.

  • “la gente se hincha a comprar pisitos cuanto más suben los precios (= antimercado)… porque el ser humano es así”

    Esta conducta es perfectamente racional y es la que la teoría de mercado predice si los agentes de mercado (especuladores) son racionales. La clave para entenderlo es que la gente no "se hincha a comprar pisitos" sino que la gente se hincha a "obtener créditos en euros usando pisitos como colateral"

    Los especuladores en una burbuja de activos, apuestan a que los precios de cierto activo seguirán subiendo pero esta no es una apuesta alcista sobre el numerador del precio (el valor del activo) sino que es una apuesta bajista sobre el denominador del precio (el valor de la moneda). Lo que hace que se considere esta apuesta especulativa como favorable en términos de riesgo/beneficio es el intervencionismo de las autoridades económicas que garantizadamente hará todos los esfuerzos necesarios para destruir progresivamente el valor de la moneda (y de la deuda de apalancamiento de los especuladores) por medio de la inflación.

    Los hechos demuestran que la maliciosa presunción de que los poderes públicos evitarán la deflación aunque ello signifique destruir el mundo, estaban plenamente justificados.

    Nota: los poderes públicos, en efecto, van a destruir el mundo pero no van a lograr detener la bestia deflacionaria.

  • "la gente se hincha a comprar pisitos cuanto más suben los precios (= antimercado)… porque el ser humano es así".

    ¿antimercado? Yo más bien diría que el mercado inmobiliario es (ha sido) un mercado artificial creado por las mafias político-financieras a espaldas del mercado, sin tener en cuenta consideraciones demográficas o de de demanda; a base de recalificaciones y valoraciones destinadas solo a saquear las cajas de ahorros previo creditazo promotor y a traves de sociedades instrumentales.

    La prueba de que "la gente" no ha sido la que ha subido el precio de la vivienda está en los cientos de miles de pisos sin vender que hay en España. El precio de la vivienda está controlado desde un monopolio estatal y financiado por las cajas de ahorros; y ese monopolio lo utilizan las mafias politico-financieras para su propio beneficio, que no es otro que el de perpetuarse en el poder, eludir la justicia y hacer a la sociedad dependiente de sus dádivas. Todo con nuestro dinero.

  • Me sorprende la peplejidad de L&U ante el asunto. El problema que plantea el artículo es un viejo conocido de la ética: la debilidad de la voluntad. Los griegos tenían una palabra preciosa "akrasia" (no me hago responsable de la trasliteración). Sé que algo está mal, pero .... no tengo ganas de hacerlo bien, requiere un esfuerzo inmediato y no tengo ganas.

    Así el caso de la obesidad, "Obesity isn’t a result of a lack of information; instead, economists argue that rising levels of obesity can be traced to falling food prices, especially for unhealthy processed foods. " Dicho de otra manera, no basta con saber que algo es malo, hace falta que ese perjuicio nos impacte lo suficiente para que la voluntad no se desvíe. O alternativamente, que algo nos ate la voluntad, por ejemplo, el precio que tenemos que pagar en el momento (frente a la enfermedad que podría llegar en el futuro).

    Sí que es falta de información, no saber que los pisos podían bajar su precio "nominal", porque siempre lo habían hecho vía inflación.

  • Rectificación: L&U están perplejos de que haya políticos que no se den cuenta de que no basta saber cómo hay que hacer las cosas para hacerlas bien.

  • Yo traduzco como "Behavioral Economics" como "Economía del comportamiento" pero la mayoría de los manuales usan "Economía conductual"

  • La esencia última de la eficiencia económica de las sociedades es de índole "cultural" (en el sentido antropológico) y reside en los "valores" subterráneos (inconscientes) de las sociedades, usando el término "valores" en el sentido de Max Scheler

    En la actitud consciente, en la epidermis de los discursos éticos, por ejemplo en la sociedad española, hace una valoración positiva del esfuerzo y una apuesta por la iniciativa. Pero esa hipocresía no "funciona". En el lenguaje familiar, en los comentarios entre dientes, se destila la envidia por el que da el "pelotazo" sin dar un palo al agua, envidia por el pícaro que siendo un completo inútil llega a concejal de urbanismo y se forra él y hasta 3 generaciones de sus descendientes en pocos años, siente envidia del "universo" zafio del Gran Hermano y esos famosos que no saben de nada ni hacen nada; hay una envidia soterrada de las sociedades mafiosas y ventajistas, clientelistas y parásitas, toda esa envidia y desidia es la que permea la mente del niño y da "forma" a su "visión del mundo" y la forma última de su Etica y modo de actuar "ad infinitum"...

    Si esperamos que la Etica la imponga o sea un asusnto de la policía la llevamos clara....Tiene que haber un automatismo previo para que sea efectiva

    Lo que trasciende la intensidad de las crisis, la capacidad de recuperación de los países, la capacidad, en suma, de generar riqueza, está insertada en los genes culturales pruriseculares que tienen una inercia centenaria. Y es ahí donde hay que actuar a fondo, o bien reconsiderar qué queremos de nuestra sociedad, puede que la respuesta no sea la acumulación de capital o un mayor nivel de vida

    El problema del Dolor se inserta en la frustración, en la distancia insalvable entre las aspiraciones y los logros. Puede que haya culturas que deban rebajar las expectativas para que sean consecuentes con los logros a su alcance; cosa que veo difícil, dado que, aunque la pervivencia de los "valores" es larga, la de los deseos se acelera con suma rapidez gracias a los medios de comunicación y su capacidad de seducción, con sus modelos de éxito basados en la tenencia de bienes "envidiables"

    Hay economistas, como Alexander (Lula) Kojève, que han estudiado al hombre, y sus culturas, y después han definido, o ayudado a definir, toda la estructura inicial del Mercado Común (no la que hay ahora). Ese, pienso yo, es el tipo de economistas que "coge el ganso por el cuello" (como decía Lutero referido a las verdades teológicas)
    Kojève impartió un seminario modélico sobre la Fenomenología del Espíritu de Hegel, que recomiendo, por que, como me ha pasado a mí, tiene la capacidad de clarificar el pensamiento de Hegel sin que nos perdamos en su confusa jerga filosófica "a la alemana"

  • DFC

    Puedo estar de acuerdo contigo en que "la eficiencia económica de las sociedades es de índole “cultural” (en el sentido antropológico)" (a Max Scheler lo dejo de lado que no tengo el gusto de haberlo leído). Pero si bien puede haber algo de inconsciente en ese aspecto cultural, no creo que haya que utilizar inconsciente en el sentido freudiano sino sencillamente inconsciente=no explicitado.

    Y entonces, esa "índole cultural" de la eficiencia económica no es algo misterioso, algo que está en la profundidad del alma de los pueblos, en el inconsciente, que nos domina nos sabemos como, sino sencillamente unas instituciones inadecuadas que ponen delante incentivos inadecuados. Y todo el asunto consiste en cambiar esas instituciones por unas adecuadas que pongan los incentivos adecuados.

    Y en ello, tienes razón en la necesidad de automatismo. Eso que Aristóteles llamaba virtud y que ahora está de moda entre los partidarios de una ética del carácter (tú utilizas ética más bien en sentido kantiano, por lo que entreveo en tus palabras). Dicho en términos más prosaicos: que para hacer las cosas bien no tengamos que pensarnoslo porque estamos tan acostumbrados a hacerlo bien (nos han enseñado, hemos practicado) que ya nos sale solo, y ya no es posible tener poca fuerza de voluntad.

    Sin embargo, para ello, de nuevo, hace falta instituciones adecuadas con los incentivos adecuados, por ejemplo, instituciones educativas convenientes y castigos convenientes para que nuestra voluntad sepa lo que le conviene (la policía nunca sobra, ni sobrará). Y a eso se le llama políticas, hacer política, en el sentido estricto de la palabra (evidentemente, en democracia, se deciden por métodos democráticos).

    Con ello, me atrevo a criticarte algo que me permito suponer (y que el recurso a Hegel -a través de Kojeve- me hace sospechar con más intensidad), pero que no dices: hay culturas que no tienen remedio. Porque son así, porque el espíritu del mundo ha hablado. Como tiendo a ser individualista en mi concepción de la sociedad, pienso de manera distinta, creo que la gente, por su mano, puede hacer que las cosas mejoren y empeoren.

    (En cuanto a Kojeve, tampoco lo he leído, pero me has picado la curiosidad).

  • "¿cómo traducimos “behavioral economics”?"

    Yo (vamos, creo que también lo he visto escrito por ahi) suelo traducirlo con el neologismo "Economía conductual". Conductista suena a la escuela conductista en psicología, lo que no es totalmente exacto, no solo en el significado, sino también en que entonces en inglés sería "behaviourist " economics, no? "Conductual" captura más o menos el sonido en inglés.

    De todas formas, lo de las traducciones del inglés al español son siempre una excelente oportunidad para sentirse ridículo. El título "The market for lemmons" por ejemplo, yo lo he visto traducido de las formas más esotéricas ("El mercado de cacharros" "El mercado de chatarra" hasta gente que tira por el centro y dice "mercado de limones")

  • Traducción de Behavioral Economics.-

    "Psicoeconomía" es perfecto.

    Se trata de la penetración de la Psicología en la Ciencia Económica y no al revés.

    Los que tienen la última palabra en esta materia son los psicólogos. Los economistas solo podemos hacer propuestas.

    En inglés, como los adjetivos van por delante de los sustantivos, el contenido semántico no es exactamente el mismo; por eso, cuando traducimos literalmente, dudamos.

    La traducción de sintagmas y conceptos creados en inglés debería ocuparnos muy seriamente.

    La auctoritas se denota nombrando.

    En este caso, además, hay que respetar la autonomía de la Psicología.

  • Francisco Saurí

    Estoy, en general, bastante de acuerdo con lo que propones, pero la dificultad del "cambio cultural" estriba en el primer paso, en que los encargados de la gestión de las "cosas-públicas" (la res-pública) están absolutamente "contaminados" del espíritu general, y no sólo eso, sino que son los que sacan más ventaja de esa "visión del mundo"

    Los ámbitos clientelistas son reforzados por el poder que ve en ellos una garantía de subsistencia. La tolerancia a la corrupción, la ausencia absoluta de sociedad civil ajena al manejo partitocrático, la "venta" consciente del neo-infantilismo que promueve la aspiración a una serie infinita de derechos teóricos mientras la realidad impone una miseria recurrente
    La falsedad en el discurso en la ocultación del hundimiento del sistema democrático en su verdadera acepción

    Qué difícil es dar un cambio a la dinámica actual sin una concienciación profunda de los actores, pero estos, o bien están bajo la fascinación (políticamente correctaq) del sistema de partidos o bien sacan partido del mismo

    Los adjetivos que he recibido por hablar en estos términos sobre este "negocio" esta "timba" este "tinglado" que se ha montado en España alrededor de la política han sido: franquista, fascista, anarquista, anti-sistema, loco, comunista, ultraderechista casposo, cavernícola y otras tantas lindezas que me regocijan profundamente, por que, "quien se pica, ajos come" y es tiempo de "Filosofar con el Martillo" como diría Niezstche

  • Alicia:

    Creo que el término Prospect Theory se debería traducir como "Teoría de la Prospección". Aunque el término suene muy minero, en realidad la raiz latina de la palabra tiene el mismo significado, pro-especular (antes de que alguien cargue sobre mi, no, no se latín, que soy de la generación LOGSE. Pero en esto tengo razón, ya veréis) Specular, en latín, es reconocer, desde el punto de vista militar de avanzar para ver qué hay más alante.

    En minería, un Prospecto (más bien un "prospect", el término anglosajón no se suele traducir) es un área en el cual existen expectativas de hayar un depósito. De ahí la unión, al menos semántica, con la Teoría de las Expectativas Racionales.

    A DFC y Francisco Saurí.

    Me quedo con la visión de DFC, más o menos. Esa parte inconsciente a la que Francisco apela la da en general el medio ambiente, según mi opinión. Principalmente el clima y orografía. Se puede ver con un mapamundi, cómo la riqueza de las naciones es función principalmente de dos parámetros, la latitud y el orígen étnico de la población. Cuanto más al ecuador y menos ascendiente europeo tiene la población, más pobre es el país. Las instituciones influyen bastante, pero deben combatir la fracción cultural. Un ejemplo es la tecnocrácia franquista, cómo dio incentivos a la industria y esta al pueblo para medrar en función al trabajo duro.

    No creo que los políticos estén tanto contagiados del factor cultural cuanto saben emplearlo en su provecho. Cuando un político desea el progreso económico común más que el propio (o como fuente del propio), busca estructuras que fomentan dicho progreso.

    El automatismo de la conducta es una de las cosas que más dependen del factor cultural. Creo que no es posible en las culturas más gregarias, ya que su concepto de lo social da primacía a lo colectivo como ente antes que como emanación de la suma de voluntades individuales de convivir. Dicho vulgarmente, es el rebaño frente a la sociedad de ciudadanos libres e iguales. El problema del clientelismo es que permite un grado de "café para todos" lo bastante alto como para que no compense el cambio. Es como el diamante, una estructura metaestabla. Podría ser más estable, pero la energía necesaria para lograrlo es mayor que la que el ambiente puede proporcionar. Haría falta una dinámica crisis-catarsis y líderes desprendidos para lograrlo.

    Un saludo.

  • 'Behavioral economics' se debería de traducir por 'Economía del comportamiento'.

    El término refleja fielmente el objetivo del field: comprender desde una óptica positiva, y no normativa, el comportamiento real de los agentes económicos.

  • Alicia, para mi tiene interes observar el comportamiento psicolgico y sociologico en la forma de invertir el sueldo o los ahorros. Creo que una parte grande de la población se "mueve" por pura imitación. Cuando hay una burbuja inmobiliaria es muy dificil de pararla porque muchos quieren entrar en el juego. Nadie tiene un espacio en los medios de comunicación para alertar de la burburja, no se pondran nunca palos a las ruedas. Ahora el caso inverso tampoco dejaran a nadie un espacio en dichos medios para alertar que los pisos aun pueden bajar un 30 % y no es momento de comprar.
    Como se soluciona, con mejor formación, con mejor información mas trasparente, con un asesoramiento independiente, un par de ejemplos cuandos inversores se hubiesen arriesgado con los swaps, si hubiesen estado bien asesorados ? o cuantas familias se hubiesen liado con un piso carisimo que hipotecaba su vida 40 años ?(25 +40 = 65) Fallo en este caso el asesoramiento familiar, porque los integrantes de la generación anterior aconsejaban ...compra bienes raices, siempre es una buena inversión....

    Hemos caido en las trampas de la euforia artificial, y no es siempre por falta de etica o por pura codicia, es mas bien porque no estamos aun en la sociedad de la información y del conocimiento.
    Y nos cuesta aprender de la experiencia de la historia economica. Tres años de errores que se podian haber evitado.

  • Nos rechina la traducción literal de Behavioral Economics como Economía Conductual o del Comportamiento. Precisamente, por eso nos planteamos el problema.

    ¿Por qué nos rechina?

    Cuando estudiamos cómo funcionan las endorfinas, la dopamina, etc. en el amor entre seres humanos, hablamos de la Química del Amor (la Psicología en la Economía) y no de Amor Químico (la Economía en la Psicología).

    Insisto en que Psicoeconomía es lo correcto, en tanto en cuanto es una traducción respetuosa con los psicológos, no intrusista.

    Se trata de cómo se ve la Economía desde la Psicología.

    Me temo que los economistas vamos a hacer mucho el ridículo en los próximos años escribiendo no sobre Economía sino sobre Psicología para desentrañar las discontinuidades en las relaciones causales de nuestra ciencia social.

    Lo máximo que podemos hacer los economistas es pedir a los psicólogos que nos expliquen conductas observadas, por ejemplo, por qué el ser humano tiene aversión a las pérdidas.

    En español, solo hay una traducción posible: Psicoeconomía; o lo que es lo mismo, Psicología del Comportamiento Económico.

    Behavioral Economics es una materia que pertenece a los psicólogos y no a los economistas; lo que no quiere decir que que haya economistas especializados en tender el puente.

  • El "behaviorial económics" es un tema controvertido por varias cuestiones; y creo que tanto en el artículo como en los comentarios se puede detectar esta situación.

    Si nos atenemos al origen de la denominación anglosajona, al contrario de lo que se señala en varios comentarios -y coincidiendo en mayor medida con heteroeconomista-, su traducción como "economía del comportamiento" es incorrecta. Expresado de esta manera, se está definiendo un concepto biológico (todo comportamiento tiene inputs económicos, en el sentido de eficiencia energética del organismo), cuando de lo que el "behaviorial economics" trata es de los inputs psicológicos que modelan nuestras decisiones financieras/económicas; es decir todo lo contrario del concepto anterior.

    En síntesis, según esta concepción, se trata de como lo psicosocial (hay que recordar que "conducta" -que es una traducción más apropiada de "behavior" que "comportamiento", y por lo tanto es un fenómeno moldeado tanto por los patrones individuales como por los de grupo) incide en la conducta respecto a lo económico, y no al revés.
    Sin embargo, tal concepción tiene el riesgo de derivar en una interpretación simplista y equívoca, que es la de suponer que las conductas económicas son la consecuencia de ciertas misteriosas invariantes biológicas que distorsionan una supuesta "objetividad" externa y racional; cuando la verdad es que si nos atenemos al concepto de "conducta" en su acepción más sensata, es fácil comprobar que ésta es el resultado de la interacción con los inputs externos, de manera que la determinación de cuál es la frontera entre el "estímulo" y la "respuesta" conductual no es en absoluto clara, y como consecuencia se hace imposible, desde éste presupuesto, la demarcación de un fenómeno en términos de vectores causales .
    Ésta, probablemente, es la mayor crítica con la que se ha enfrentado el conductismo durante toda su historia, y es aplicable en mayor o menor grado a todas sus subescuelas: en cualquier caso, lo importante es recordar que tanto la economía como la psicología son disciplinas sociales, que sólo en pequeñas áreas pueden presumir actualmente de tener cierta formalización científica, y por lo tanto hay que ser especialmente precavido al cruzar sus áreas de trabajo.

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