Flexiguridad ampliada

Flexiguridad ampliada

Dinamarca ya no huele a podrido, más bien huele a rosas. Es en España donde algo huele a podrido. Nuestros Hamlets, dubitativos incapaces de sacar adelante una auténtica reforma laboral, deberían ponderar que la tasa de paro danesa actual es del 4%, habiendo subido apenas un punto porcentual desde que empezó la recesión. ¿Su secreto? La “flexiguridad ampliada”.

La flexiguridad (o flexiseguridad) es la combinación de la flexibilidad para la empresa con la seguridad para el trabajador. En otras palabras, costes de despido bajos y protección por desempleo alta. La idea es que lo que funciona es proteger al trabajador, no necesariamente el puesto de trabajo. Muchos países europeos se están moviendo en esta dirección en respuesta a unas fuerzas mundiales imparables: la globalización –materializada en el aumento del comercio mundial, por ejemplo con China, y de la inmigración internacional– y el progreso tecnológico, que requiere mayor formación del trabajador. Así, aunque los trabajadores pudieran ser despedidos con mayor frecuencia, contarían con una sólida red protectora.

Este gráfico de Boeri, Conde-Ruiz y Galasso muestra la generosidad de las prestaciones por desempleo (eje vertical) frente al grado de protección del empleo de los trabajadores con contrato indefinido:

flexicurity

Dinamarca está arriba a la izquierda, mientras que España está en el polo opuesto: baja generosidad de las prestaciones por desempleo y alta protección del empleo. (Nota para iniciados: la tasa de reposición está multiplicada por el porcentaje de trabajadores cubiertos.) Se observa una relación negativa: a menor protección del empleo, mayor protección por desempleo (salvo en el Reino Unido y Estados Unidos, donde ambas son bajas). Es decir, que se trata de formas alternativas de proteger a los trabajadores.

El llamado “modelo danés” (otro más, a sumar al “modelo austriaco” y al “modelo alemán”) ha adquirido gran popularidad y ha sido adoptado por la Unión Europea como un paradigma a seguir para luchar contra el paro. Entonces, ¿es la flexiguridad la solución? No exactamente. Un artículo de Andersen y Svarer describe la experiencia danesa. Por ejemplo, en ese país la prestación contributiva por desempleo dura hasta 4 años (en España dura como máximo de 2) y al inicio de sus periodos de paro, los trabajadores con salarios bajos reciben una prestación igual al 90% de su salario anterior (en España es un 70%).

Pero resulta que Dinamarca ha tenido esa configuración de costes de despido y prestaciones desde hace décadas y, por ejemplo, en 1994 su tasa de paro era idéntica a la media de la Zona del euro, alrededor del 10%. Desde entonces ha caído tendencialmente hasta el 3% antes de la Gran Recesión. ¿Qué hizo el milagro? La flexiguridad ampliada con una tercera pata: las políticas activas de empleo.

Hasta 1995 las largas y generosas prestaciones por desempleo inducían a los parados a buscar empleo con poca intensidad y a estar mucho tiempo desempleados. Y los bajos costes de despido alimentaban el flujo de nuevos parados. El resultado era una tasa de paro alta.

Desde 1995, Dinamarca sigue el principio de “derecho y deber”: las personas tienen derecho a que el Estado les mantenga un determinado nivel de renta pero también tienen la obligación de buscar activamente empleo y de estar dispuestos a trabajar. Por tanto, casi desde el momento en que el trabajador se queda parado, la oficina de empleo hace un seguimiento de su proceso de búsqueda y le ayuda a mejorarla, le ofrece cursos de formación y puede retirarle las prestaciones por desempleo si no los sigue o si rechaza varias ofertas de empleo adecuadas para su cualificación. Es un sistema caro, pues Dinamarca gasta el 1.3% de su PIB en políticas activas de empleo (España gasta un 0.8%, pero solo la cuarta parte que Dinamarca por trabajador parado, porque aquí hay muchos más parados), pero funciona.

Este trípode no es lo único que explica el milagro danés. Allí las empresas también gozan de bastante flexibilidad en la variación del tiempo de trabajo y las relaciones entre empresarios y sindicatos son más cooperativas que antagónicas. Pero la flexiguridad con políticas activas es un elemento crucial de su éxito. Una enseñanza fundamental de la experiencia danesa es que no tiene sentido considerar las instituciones laborales aisladamente. La tasa de paro resulta del efecto conjunto de todas ellas y además el efecto de cada una depende de cómo sean las demás. Esta idea figura prominentemente en el Manifiesto de los 100.

¿Cómo está España en el área de las políticas activas? Es difícil saberlo, pues hay poca información. Una parte de la formación está en manos de los sindicatos y la CEOE, a través de la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo (antiguo Forcem) y además está descentralizada, con una aparente falta de coordinación entre las comunidades autónomas. Ninguna medida se evalúa con métodos experimentales (que describí en esta entrada) y apenas se hacen estudios no experimentales serios (a juzgar por la publicación en revistas científicas de economía). Además, un 40% del gasto se dedica a subsidios a la contratación permanente que, como ya mencioné en otra entrada, son totalmente ineficaces. Según la legislación, la percepción de prestaciones por desempleo está ligada a la participación en políticas activas, pero en la práctica esto no sucede.

En suma, incluso si avanzásemos en la línea de la flexiguridad, con menores costes de despido y mayor protección a los trabajadores parados, el caso danés indica que a la vez deberíamos mejorar mucho las políticas activas de empleo si queremos que esa combinación de instituciones nos permita reducir nuestra tasa de paro.

Hay 30 comentarios
  • Samuel

    Pero esto tiene un problema en espanya, no? a todos aquellos que han perdido su trabajo en la construccion les va a ser dificil encontrar una oferta acorde a su calificacion, no? estos modelos de reinsercion laboral funcionan bien si los shocks al sector son transitiorios, pero que pasa sin mas permanentes como el que hemos sufrido nosotros?

    Juan

    • Hoy he estado todo el día en una conferencia organizada por el Banco de España y el Fondo Monetario Internacional (espero dar cuenta de lo que he aprendido a los lectores de NeG), así que no he podido contestar sobre la marcha. Aquí van algunas respuestas:

      Juan. Los trabajadores de la construcción también entrarían en esquemas de activación. Si no encontraran empleo en la construcción, los servicios de empleo les ayudarían/animarían/vigilarían para que buscaran empleo en otro sector. Si no fuera posible, al alcanzar cierta duración del periodo de paro, les proporcionarían formación para que pudieran trabajar en otro sector. Así que en principio sirve también para perturbaciones permanentes.

      Ender. Sí, creo que hace falta un paquete global, pues las instituciones tienen efectos cruzados y nuestro mercado tiene muchos fallos que requieren reformas en varios campos. Además una reforma global podría ser más políticamente viable, si algunas medidas son aceptables para la patronal y otras para los sindicatos. Y desde luego se debe perseverar en las políticas activas, porque los resultados nunca son inmediatos.

      F Maeso. La movilidad es fundamental. Por ejemplo, el desplome de la construcción no ha sido global, sino que ha variado mucho por comunidades. Si hubiera más movilidad geográfica, habría menos 'mismatch' y menor tasa de paro (Layard, Nickell y Jackman, 1991). Para quitar barreras a la movilildad se podría: descentralizar la negociación colectiva, lo que reduciría la uniformidad de los convenios colectivos (si los salarios respondieran más a las condiciones locales, surgirían más incentivos para emigrar), reformar la regulación del mercado de la vivienda (ver propuesta de Fedea al respecto) y coordinar las políticas de empleo entre comunidades autónomas para ofrecer puestos de trabajo en cualquier lugar de España.

      Concalma. Pienso que la formación que se ofrece a los parados es de bajo nivel, aunque como digo es difícil saberlo por la escasez de información y de evaluaciones rigurosas. Desde luego, la etapa de consolidación fiscal a la que nos enfrentamos dificultará poder dedicar más recursos a las políticas activas, pero seguramente dedicar dinero a los servicios de empleo puede ayudar a sacar del paro a muchos más desempleados que otras partidas presupuestarias.

  • Samuel, dos ideas fundamentales que creo que se desprenden de tu artículo:

    1º) Para cambiar radicalmente el nivel de desempleo del país, una o dos medidas aisladas no funcionarán, aunque vayan en la buena dirección: será necesario un paquete completo de medidas que "tapen todos los agujeros" por los que la reforma puede fallar...

    2º) No bastará implementar los cambios y ver qué pasa: es necesario un impulso continuo, un seguimiento activo (evaluar, ajustar, reformular y volver a empujar) durante años...

    Creo que son mensajes necesarios para la clase política, tan cortoplacista.

  • Samuel:

    Como siempre una excelente entrada. Estando de acuerdo contigo, me surge una duda. Uno de los problemas del mercado laboral español es posiblemente la escasa movilidad. Por motivos obvios, éste no es un problema en Dinamarca (ni en Holanda, por ejemplo). Las grandes diferencias en tasa de paro regionales incluso antes de la crisis señalan en esa dirección.

    Quizás una primera reforma debería ir en la linea de facilitar la movilidad. En la medida en que no tiene efectos negativos particularmente concentrados, es factible que logre apoyos políticos. Por ejemplo: la vpo de alquiler, ayudas al desplazamiento (especialmente si el trabajador tiene personas a su cargo, ie: niños), etc. Estrictamente no afecta directamente al mercado laboral y sin embargo facilitaría su reforma y mejor funcionamiento.

    Tal como están las cosas, creo que hay que hacer propuestas que sean asumibles, para evitar bloqueos continuos.

    Un saludo

  • Samuel:

    Parece que un modelo óptimo debería integrar (1) flexibilidad para el mercado que permita ajustar los recursos a la demanda existente de los diferentes bienes y servicios, (2) seguridad para el trabajador, sin desincentivar la búsqueda de empleo y formación y (3) formación para adaptar a los trabajadores a las nuevas situaciones del mercado.

    A mi juicio, los problemas actualmente son: (1) el desequilibrio de las cuentas públicas y el nivel de desempleo hacen imposible hoy por hoy aumentar los subsidios de desempleo y (2) la formación eficiente es difícil de obtener con una CEOE medio funcionarializada y unos sindicatos más preocupados de cobrar los cursos, defender sus intereses y sus privilegios que por hacer de engranaje de un mecanismo de optimización laboral.

    Se me ocurre que el primer problema puede posponerse a un momento de reducción del déficit y del desempleo, llevando a cabo, en primer lugar, la reforma del mercado laboral.

    En cuanto a la formación, quizás no fuera mala idea eliminar los cursos subvencionados de sindicatos y subvencionar directamente a la Empresa el curso de formación que decida (con los límites que se acuerden) para el trabajador que lleve en paro un cierto tiempo y que sea contratado (o vaya a ser contratado) por la Empresa. Esto supondría un valor añadido para la Empresa que contrate a desempleados, puesto que los formaría en el ámbito que ella positivamente requiera, maximizaría la eficiencia de la formación al eliminar intermediarios y facilitaría la incorporación al mercado de trabajo de personas que pueden quedarse descolgados del mismo.

    En fin, es una idea.

    Muchos saludos.

  • En España hay otro problema añadido y es que por ejemplo en Cataluña un trabajador que hable castellano es discriminado como funcionario y en algunas empresas privadas sino habla catalan. Pero en cambio al trabajador que habla catalan para estos puestos no se le exige o se le hacen pruebas que domina el castellano.
    A mi me ha pasado.

    • Sigo con más respuestas:

      Jaime. Es cierto que la existencia de lenguas distintas en las CCAA supone una barrera adicional a la movilidad geográfica. En este caso la solución estaría en que ambas lenguas fueran indistintamente aceptadas en esas CCAA. Creo que no es el caso, pero en este punto subyace una postura de cada CCAA que excede de consideraciones exclusivamente económicas.

      Juanf. En los países escandinavos la presión fiscal es efectivamente muy alta y eso permite dedicar muchos recursos a las políticas activas. El último dato que he visto hoy es que Dinamarca gasta un 1.6% del PIB en estas políticas, el doble que España. Pero también es un problema de asignación. Aquí gastamos un 0.32% del PIB en subsidios a la contratación, cuya eficiencia sería muchísimo mayor en políticas activas. Es decir, que si bien probablemente no llegásemos al nivel danés, podríamos mejorar mucho la intermediación laboral si desviásemos recursos a ellas.

      Roberto. Yo creo que, por el contrario, una política rigurosa de activación supondría una vigilancia mucho mayor sobre los parados. Al tener que rendir cuentas sobre su proceso de búsqueda, tener que hacer cursillos sobre cómo buscar empleo o cursos de formación, a algunos parados que estuvieran en la economía sumergida no les compensaría el coste y elegirían dejar de cobrar las prestaciones por desempleo.

      Citoyen. En efecto, seguramente el riesgo moral es mayor en España que en Dinamarca, pero precisamente por eso en Dinamarca el efecto de vigilar a los parados sería menos rentable que aquí. En cuanto a la corresponsabilidad fiscal, sí ayudaría que fuera mayor. Pero si a los gobernantes autonómicos se les juzga también por la tasa de paro que haya en su CCAA, entonces deberían tener incentivos para poner en práctica políticas activas que ayuden a reducir el paro.

      Paco. Unas políticas activas de empleo no resolverían las arbitrariedades de los empresarios con sus empleados temporales, pues no están diseñadas para eso. El problema de la temporalidad, que da lugar a un mayor poder de los empresarios con respecto a los empleados, se debería abordar por medio del contrato único indefinido.

  • Muy bueno el post.
    En mi opinión creo que sería muy difícil implantar un modelo como ése en España por una cuestión bastante simple, que no es otra que los impuestos. Hace un par de años tuve la oportunidad de visitar Copenhague y pude conversar sobre este tema con algunos españoles que residían y trabajaban allí. En países como Dinamarca pueden tener un fuerte sistema de ayudas sociales porque los porcentajes de impuestos que se recaudan son bastante más elevados que en la mayoría del resto de países de la unión europea.
    Lo cierto es que me encantaría que aquí funcionáramos de la misma forma, pero no creo que estemos preparados para pagar casi un 50% como algunos de nuestros vecinos del norte.
    Un saludo.

  • Me encantan estas noticias.

    - Qué buenos son los de tal país que no tienen paro, bla bla... Si el gobierno propone un modelo de contrato como el de esos países...que malos son los del gobierno, que quieren acabar con los trabajadores, bla bla

  • Impuestos altos para los ricos.
    Eliminación de las SICAV.
    Tasa al movimiento de capitales y operaciones financieras.
    Creación de una Banca Pública.
    Renta Básica Universal y ya hablaremos.

  • Hola, muy bueno tu análisis aunque yo le encuentro un pero. No tiene en cuanta el alto grado de economía sumergida que hay en España y que, personalmente creo, con estas medidas no haría más que fomentarlo (desde la forma de ser española). En palabras llanas, creo que esto fomentaría el trabajo en negro: cuatro años de paro con casi la totalidad del sueldo más el trabajo en negro. Por otro lado, el empresario, se ahorraría la seguridad social.

    Que alguien me corrija si me equivoco.

  • La verdad es que es dificil (por cierto,mi teclado esta desconfigurado y no pone acentos) no estar de acuerdo, pero queria hacer una aportacion. Si no lo entiendo mal, la idea de la flexiseguridad con politicas activas se basa en una relacion principal gente donde la politica "activa" funciona como mecanismo de vigilancia mientras el trabajador busca trabajo corrigiendo el problema de riesgo moral que aparece a raiz del hecho de tener una seguro de desempleo. Hasta aqui fantastico. Pero eso depende de dos cosas. a) De lo "grande"que sea el problema de riesgo moral que hay que corregir y b) De lo funcional que sea la tecnologia de vigilancia.

    Respecto al primer problema, Cahuc y Algan dicen (caricaturizo con fines humoristicos) que los mediterraneos somos vagos, nos gusta defraudar hacienda y preferimos estar viviendo del paro mientras podamos asi que el problema es potencialmente muy gordo. http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.128.7464&rep=rep1&type=pdf Mas generalmente, puedes pensar en un modelo donde el esfuerzo que se pone en buscar trabajo depende del coste psicologico de ser un "parasito" y el coste psicologico depende del numero de gente que no se esfuerce (hay una "norma" que descensura socialmente no buscar trabajo) de forma que hay un modelo con equilibrios multiples. Dinamarca es un pais relativamente pequeño, donde el grado de "empatia social" es mayor (hay menos distancia cultural entre individuos, la gente se siente identificada/solidarizada con su vecino) y mayor cohesion. Eso agudiza el problema de riesgo moral (reduce el "espiritu publico" de la gente).

    Lo "eficaz que sea la tecnologia monitorizando individuos es otra fuente de complicacion. Tal como esta gestionada la seguridad social en España, las autonomias tienen un gigantesco problema de riesgo moral (gastan pero no recauda) asi que hay poco incentivos para llevar a cabo politicas de empleo que funcionen bien. En Holanda, las cosas funcionaban relativamente bien: las oficinas de empleo son municipales y tenian incentivos en funcion de sus resultados. En España, la estructura fiscal de nuestro Estado hace que esto sea complicado.

  • El artículo es interesante pero me pregunto si funcionaría en España. Como comentas se nos ha hablado de los modelos alemán, austríaco y ahora danés pero los habitantes de España no son ni alemanes, ni austriacos, ni daneses, son españoles. Españoles son los trabajadores y españoles son los empresarios. Como representante de los trabajadores de una empresa de tamaño mediano del sector turístico vivo casi a diario como el director general de la empresa y sus directores ejecutivos se aprovechan de la temporalidad de los contratos de los trabajadores pero exigirles trabajar en condiciones que no se las exigen a los trabajadores con contrato fijo o indefinido. ¿Por qué en lugar de inventarnos "más reglas del juego" no se les exige a los empresarios que cumplen con las reglas que incumplen ahora? ¿De verdad crees que con otras reglas o modelos de trabajo los empresarios cambiarán su manera de dirigir una empresa?. Lo siento pero no lo veo desde la parte de la cuerda por donde siempre se rompe.

  • La mejor forma de alcanzar la flexiseguridad es a través de la Renta Básica: despido libre y un sueldo mínimo garantizado sin necesidad de políticas activas de empleo.
    Por la Renta Básica: http: // http://www.elsueldodediogenes.com

  • Jorge Parrondo:

    La respuesta evidente es: ¿A cuanto debe ascender esa renta básica? Me apuesto una ordinariez a que la mayoría de los posibles perceptores la ven como una miseria, y la mayoría de los jubilados como un agravio comparativo. Además, habría muchas personas que dejarían de trabajar (los que cobran salario mínimo). Por otro lado, ¿cómo sería para los inmigrantes? Ellos pagan impuestos, y después despido libre y en la calle. Pero si la cobraran, sería el mayor efecto llamada de la historia. Tendrías una segunda marcha verde, pero en las oficinas del inem.

    En general los problemas del paro en España, a parte de la crisis económica, son:

    -El español es cortoplacista. Por eso los trabajadores no se forman y los empresarios contratan temporales. Además, la inversión en formación de un individuo no se recupera hasta un relativo largo plazo, ya que el VAN de empezar a trabajar con 18 años con los bajos salarios de los licenciados y menor aún de los técnicos con FP hace la opción laboral atractiva.
    -El nacionalismo, como dice un amigo, es la política de intentar que el de aquí no quiera irse y el de fuera no quiera venir. Por eso las autonosuyas han paralizado la movilidad. Para más inri, con los tipos actuales de interes y al menos en mi barrio, sale igual comprar que alquilar (sale más caro comprar si se incluye impuestos y comunidad, pero la diferencia no es motivadora)
    -Me apuesto otra ordinariez a que en España no ha nacido aún el político que se atreva a bajar las indemnizaciones por despido a los ya contratados (sí a contratos nuevos, pero seguro que ahora muchos firmaban el despido libre con tal de trabajar... Ah, si, perdón, eso es un contrato temporal)
    -Existe la creencia establecida en España de que una vez se estudia un módulo o carrera, se tiene el derecho de trabajar en ello. Y de que o se trabaja en el sector o no se trabaja. Es decir, que muchas personas se niegan a cambiar de sector productivo porque quieren "trabajar en lo suyo", aunque lo suyo no tenga mercado desde el siglo XVII.

    Si se vence estos cuatro condicionantes, el mercado de trabajo se reactivaría bastante, pero cual si fuera pertinaz auditor, sólo aporto el diagnóstico, a cada cual su solución.

    P.D. Rogerio, se te olvida el "...y la luna!!"

  • Los que cobran el salario mínimo dejarían de trabajar, claro que sí, pero en los empleos mal pagados, y ésa sería precisamente, en mi opinión, una de las principales ventajas de la Renta Básica: capacidad de negociación del trabajador, cosa que ahora brilla por su ausencia. Los trabajos mal pagados que en realidad son muy valiosos, ya sea recoger basura o cuidar niños o ancianos, pasarían a pagarse mucho mejor, y no es que de pronto la mayoría de la gente se vaya a poner a vaguear, porque nadie quiere estar todo el día rascándose la barriga (es aburridísimo), y preferimos hacer horas extras o estar pluriempleados antes que conformarnos con una renta mínima. Así que la Renta Básica serviría, sobre todo, para incrementar los salarios de los trabajos más duros y peor pagados, y para dar flexibilidad al sistema, porque sabiendo que tienes un salario básico garantizado te sentirás seguro no para hacer el vago (en realidad los seres humanos somos emprendedores por naturaleza y ésa es justamente la justificación antropológica del capitalismo) sino para encontrar cuáles son nuestros activos más valiosos sin el peso agobiante de hacer cualquier cosa con tal de sobrevivir. Al fin y al cabo eso que tantas veces decimos o escuchamos, “de algo hay que comer”, es lo que justifica mucha conducta miserable en nuestra sociedad.
    En cuanto al tema inmigrantes, yo creo que nunca se han producido "marchas verdes" ni graves problemas en ese aspecto cuando se han establecido los Estados del bienestar. Hay unas reglas de ciudadanía y residencia, ya que vivimos en un mundo de Estados soberanos, y simplemente habría que respetar esas reglas, y me parece que nadie se ha ido a vivir a Suecia porque haya mejores ayudas asistenciales. Tampoco te digo que vaya a ser perfecto (¿hay algo que lo sea?) pero sí me parece que hablando de flexiseguridad, no me cabe ninguna duda de que la Renta Básica permitiría establecer el despido libre sin problemas. Una cosa más: en realidad la Renta Básica parece una idea de izquierdas y me pegaría más en el programa electoral de un partido socialista que en uno liberal, pero su implantación podría no solo permitir el despido libre sino la eliminación de ayudas sociales selectivas y condicionadas (que suelen dar lugar a fraudes y picarescas y que sí incentivan la pereza porque dejas de percibirlo cuando consigues un empleo), así como el desmantelamiento de una gran parte de toda esa irritante burocracia estatal de los socialismos que conocemos. Yo me considero minarquista y me sobra el Estado para muchas cosas, pero sin un sueldo básico garantizado es IMPOSIBLE que tengamos un liberalismo ético, justo y eficiente, porque hombre, no nos engañemos, el libre mercado desregulado ni crea pleno empleo ni soluciona los problemas de la explotación y la pobreza.

  • Estupenda entrada y estupendo también el debate posterior.
    Además de la dualidad del mercado de trabajo espanyol en cuanto a la seguridad, hay una dualidad en cuanto a la cuantía de las nóminas, que parece que nadie se atreve a mencionar. ¿Alguien se ha molestado en comparar las evolución de los salarios medio y mediano en las últimas décadas? Seguramente no nos gustaría lo que veríamos.
    El debate de la Renta Básica tiene la virtud de aflorar una gigantesca marea de fondo anterior a la crisis pero más evidente con ella: tenemos una masa salarial total que va reduciendo (ligeramente) su participación en el PIB; pero dentro de esa masa, y esto es más importante, tenemos un aumento ininterrumpido e impresionante a medio plazo de las disparidades salariales (y esto no sólo es fruto de la demanda y la oferta de trabajo en cada cualificación, es decir, de la relativa abundancia de empleo para cada tipo de trabajo). Como señala Parrondo más arriba, tampoco es fruto de la diferente penosidad del trabajo ni de la importancia social del mismo (es decir, su valor en términos de bienestar social). Esto nos lleva a situaciones socialmente inmanejables: ¿qué porcentaje de personas no podrían tener unos servicios sanitarios ni educativos mínimos con su renta salarial bruta? Mejor que no lo calculemos porque podría asustarnos. Como en una armario colocado sobre un suelo irregular, nos vemos obligados a introducir más y más cuñas, cada vez más grandes, para adaptar el mueble al suelo. Con picaresca o sin ella, no podemos quitarlas bruscamente porque el armario se nos vendría abajo. Y en esas estamos.
    De acuerdo que nuestro "software" individual y social es distinto al danés, como comentáis casi todos, pero gritar "sálvese quien pueda" en un barco en el que hay mucha gente atada de pies y manos parece más un sarcasmo que algo operativo.
    PD: Hace unas semanas publiqué una columna que va en la misma línea de la entrada de Samuel. La idea no era mía sino que la obtuve de un estupendo editorial de The Economist del año 2006, que me limité a resumir y comentar. Podéis acceder aquí:
    http://www.unizar.es/prensa/noticias/1003/100315_z0_22.pdf

  • Muy interesante Samuel.

    Juan Rubio: me cuesta creer que los trabajadores del sector de la construccion no puedan redirigirse a otros sectores/trabajos si se les provee un minimo de formacion (despues de todo, hay muchos modulos de FP3 que duran solo un año). Tiene que haber articulos que relacionen la perdida salarial despues de una experiencia de desempleo con el cambio de ocupacion/sector. Esto nos podria sacar un poco de dudas

  • Muchas gracias por la respuesta y las referencias. Es exactamente a ése tipo de estudios a los que me refería. ¡Ahora no me queda más remedio que leérlos! ya que la intuición llega hasta donde llega...

  • Samuel:

    Gracias por la respuesta. Me gustaría saber qué opinas respecto a la posibilidad de reconvertir los incentivos a la contratación y el presupuesto para formación de Sindicatos y Patronal en subvenciones directas de los cursos de formación que decida la Empresa que contrate desempleados.

    Un saludo.

    • Concalma, me parecería muy bien redirigir esos incentivos a programas de formación, siempre que éstos sean periódicamente evaluados y los ofrezcan entidades certificadas y periódicamente evaluadas. La vinculación a la empresa que contrate desempleados no la veo clara. Pero sí creo que si se bonifican contratos de formación para los jóvenes, que nunca han funcionado, las empresas deberían completar la formación interna con formación externa evaluada.

  • Una posición con tal dualidad lo que busca, justamente, es favorecer la protección de los trabajadores, sin dejar por completo en posición perdedora a los patronos. Es más bien una forma de mostrar las reglas del juego antes de comenzar el partido: tratamos de hacer que los costes de despido sean más bajos y, a cambio, ofrecemos estabilidad laboral. Es parte de ese tipo de filosofías dónde una de las partes siempre tiene que ceder por el bien común, interesantes tipo de alternativas que, además, han de resultar muy funcionales en países desarrollados como España, por desdicha en países en vías de desarrollo (o de tajo subdesarrollados) no es tan sencillo o, pero aún, imposible. Yo, por lo mismo, siempre trato de hacer el trabajo de esa forma: asesorando pensando en ambos bandos. Muy interesante 😀

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